También los planetas son enormes seres vivientes similares a la Tierra, y la Tierrase halla con respecto a ellos en una ininterrumpida relación de intercambio, comolo esta, por ejemplo, el ser humano con respecto a sus semejantes. De modo quecuando un ser humano nace en esta tierra en un determinado momento, cuando laTierra le da a luz, es evidente que el hombre llevara dentro de si como templefundamental una disposición que en ese momento dominaba planetariamente,llevara dentro de si, como la ley de su futura vida individual la idea que en aquelmomento “pensara” la Tierra en dialogo con el cosmos. Tal idea será la tónica desu vida, la expresión de la ley por la que naciera.Un escritor materialista expreso la frase siguiente: “Antes se creía que el sol era denaturaleza divina; ahora se sabe que es una bola de gas incandescente”. ¿No se podría decir con el mismo derecho que antes se creía que las sinfonías deBeethoven eran excelsas obras de arte y que ahora se sabe que no son más quemasas de aire en movimiento? Dice Goethe sobre tal ciencia. “tiene las partes en lamano pero no el lazo mental para unirlas porque le falta el valor de buscarlo”.La astronomía conoce al dedillo las medidas de todos los planetas y sus orbitas.¿No es esta una ciencia maravillosa? Pero ¿jamás se sintió la necesidad de buscar elsentido? Para develar este sentido hemos de tener el valor de aprender a usar laclave cifrada, oculta, que nos permita leer ese libro gigantesco que llevamosimperdiblemente dentro de nosotros. Y ese libro se nos brinda bajo una formadoble: como el propio cuerpo humano y como número. Sobre la base de estos doselementos fundamentales se edificara el viejo y sagrado patrimonio delconocimiento astrológico. Trataremos de penetrar, apoyados de aquellos doselementos, en el interior de la Naturaleza.
OSCAR ADLER- ASTROLOGIA COMO CIENCIA OCULTA
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