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EL ENCUENTRO ENTRE DOS MUNDOS Aquí comienza nuestra historia, la que conocemos, la que determina el destino de nuestra nación y de hecho, el destino de todo nuestro continente. La razón por la cual a…

EL ENCUENTRO ENTRE DOS MUNDOS

Aquí comienza nuestra historia, la que conocemos, la que determina el destino de nuestra nación y de hecho, el destino de todo nuestro continente. La razón por la cual a lo largo de este capítulo se emplea la definición "Encuentro entre dos Mundos" en lugar del concepto convencional de "Descubrimiento de América" es simplemente porque este es el nombre oficial que se les dio en 1992 a los eventos conmemorativos de los cinco siglos transcurridos desde la gran realización científica que protagonizó el inmortal navegante genovés que la historia conoce con el nombre de Cristobal Colón.
Es evidente que entramos en una nueva Era. El fin de siglo y el inicio de un nuevo milenio deberán traer consigo nuevas concepciones que destruyan las anacrónicas definiciones que hay en torno a la historia de nuestro continente.

Es tiempo de que llamemos a las cosas por su nombre, y la demostración de que el "descubrimiento de América" más bien debería llamarse "re-descubrimiento" es la siguiente.

Según las crónicas de Islandia, América fue conocida por los europeos desde el siglo X, puesto que en esa época fue descubierta por los navegantes daneses.

Las Sagas islandesas refieren que Eric Rand (Eric el rojo), fue desterrado de Islandia por haber dado muerte a un hombre; y que habiendo sabido por un marino noruego que existía una gran costa al Oeste de las islas, se embarcó con algunos compañeros el año 982 dirigiéndose a ella, llegando tras una corta navegación a una tierra que llamó Groenland (que quiere decir tierra verde), y que hoy se conoce como Groenlandia.

Hacia el año 1000 Leif Ericson (hijo de Eric el rojo), acompañado de 35 hombres, hizo un viaje al Sur y descubrió la isla de Terranova así como algunos otros lugares de lo que hoy es Norteamérica, exploró el río San Lorenzo, y volvió a Groenlandia el año siguiente.

Thorbald Ericson, hermano de Leif tomó el barco de éste y comenzó nuevos descubrimientos el año de 1002. Reconoció los lugares explorados por Leif y avanzó mas al Sur.

Estos descubrimientos dieron lugar a la fundación de colonias, y mucho tiempo después aún subsistían relaciones entre ellas y Noruega.

Pero si bien es un hecho comprobado que existieron, las relaciones antes dichas fueron desconocidas por la mayor parte de Europa, y para el siglo XV hasta los mismos daneses las habían olvidado; de modo que nadie tenía una noción cierta acerca de la existencia de nuestro continente, fuera de las diversas teorías relativas a la Atlántida.

El siglo XV ha sido llamado, "El siglo de los descubrimientos", porque en el los portugueses, tras colosales esfuerzos lograron bordear el cabo de Buena Esperanza, señalando con ello una nueva ruta para las Indias, y los españoles a su vez, guiados por el genio de Colón completaron la faz del planeta con el continente americano.

Los motivos por los cuales se llevaron a cabo tales proyectos pueden resumirse como sigue: El camino que de Europa conducía a la India y China, países que a la sazón eran ricos centros productores de especias, sedas, marfil y porcelanas, era en aquel entonces una ruta por demás difícil y peligrosa; motivo por el cual las principales naciones europeas se preocuparon por descubrir otro camino que fuese más corto o más seguro.

Cristobal Colón nació en Génova (Italia), hacia el año de 1451, su padre quiso que se dedicara al estudio, pero el prefirió la marina. Viajó desde los 14 años y adquirió gran experiencia práctica en el arte de la navegación.

El deseo de los comerciantes de encontrar un camino más corto para ir a las Indias, le llamó la atención y le hizo estudiar detenidamente el asunto, el cual resolvió diciendo que "la vía buscada se hallaría navegando hacia el Oeste".

Esta teoría la basaba Colón principalmente en la convicción que tenía de la esfericidad de la tierra, cuya forma verdadera en aquellos tiempos de atraso e ignorancia se desconocía (aunque se sospechaba desde la época de Hiparco), razón por la cual su teoría fue rechazada por la ciencia "oficial" de aquel entonces.

Tal fundamento resulta claro para nosotros que disponemos actualmente de los más avanzados conocimientos de Geografía y Cosmografía, pero en aquellos tiempos de oscurantismo fue algo más que atrevido, y por lo tanto digno de admiración porque debido a la naturaleza de su idea, Cristobal Colón no solo se expuso a ser quemado vivo por la inquisición sino que además hubo de hacer frente a la indiferencia del gobierno de su propia patria el cual se negó a financiar su proyecto, luego lo propuso en Portugal (1476) en donde obtuvo semejantes resultados y finalmente a España, en donde a pesar de todo logró despertar el interés de la Reina Isabel de Castilla.

Por fin, después de más de 15 años de haber presentado su proyecto por primera vez, y en la madrugada del viernes 3 de agosto de 1492, se hizo a la mar saliendo del puerto español de Palos con sus tres célebres carabelas en un viaje que resultó lleno de contratiempos casi desde su inicio, ya que 3 días después de zapar, «La Pinta» empezó a hacer agua, y solo gracias a la habilidad de su piloto pudieron llegar al octavo día a las islas Canarias.

Dos semanas después se continuó la empresa; pero las verdaderas dificultades de Colón comienzan el día 9 de septiembre, en que desaparecieron a la vista de los tripulantes las últimas porciones de la costa.

La vasta extensión de las aguas y la soledad que reinaba en derredor, engendró profunda tristeza en el ánimo de aquellos valientes navegantes y solo la firme decisión de Colón, que supo sobreponerse al temor de lo desconocido, logró infundirles valor a los supersticiosos marinos, apartando de su imaginación las lúgubres ideas de que eran víctimas.

Un hecho notable (que por cierto, la historia no consigna), fue el eclipse de Luna que ocurrió la noche del 5 de octubre; los datos que proporciona la computadora son los siguientes:

Luna llena octubre 5 de 1492
22h. 50m. Tiempo Medio de Greenwich
Eclipse lunar sobre el Nodo Sur
Visible en el hemisferio Norte
Tiempo de máxima exactitud 22h. 03m.
Fase penumbral 57 minutos
Comienzo de la fase parcial 22h. 06m.
Fase exacta 23h. 06m.
Fin de su fase parcial 24h. 00m.

La fase de luna llena comenzó a las 22:50 horas, tiempo medio de Greenwich, lo cual corresponde aproximadamente a la hora del ocaso, según la longitud aproximada (70° oeste) a que se encontraban los intrépidos navegantes ese día, y de acuerdo con la época del año.

Su duración de casi una hora nos indica que debe haber sido un fenómeno notable, de modo que (si por supuesto, el cielo estaba despejado), debió verse con claridad en algunas porciones del hemisferio norte al tiempo que el Sol se ocultaba y la Luna eclipsada se elevaba en el horizonte.

La antigua regla de los caldeos según la cual cada que se produce un eclipse de Luna, es probable que en seguida ocurra uno de Sol, o viceversa, se vió confirmada el 21 de ese mismo mes de octubre con el eclipse solar cuyas características son como sigue:

Luna nueva octubre 21 1492
11h. 11m. tiempo medio de Greenwich
Eclipse Solar sobre el nodo norte
Visible en el hemisferio norte
Tiempo Máximo 11h. 04m.
Eclipse Central Tipo anular

Estos fenómenos debieron ser anotados en la bitácora de a bordo (en realidad solo es probable que el primero, porque el segundo sucedió antes de la salida del Sol en las islas Bahamas), pero como quiera que haya sido, y sea que los supersticiosos marinos vieran el eclipse o no, la historia consigna que el 9 de octubre se formó un motín exigiéndole al comandante Colón el regreso de las naves y solo la firme decisión del navegante Genovés evitó que la tripulación emprendiera el regreso.

Así llegamos al punto culminante de la expedición, el momento en que desembarcaron por primera vez en lo que denominamos el "Encuentro entre dos Mundos", que será la base de nuestro estudio.

Este es el mapa de cielo original del cual partiremos en nuestro recorrido histórico y por lo tanto debemos considerar como una circunstancia afortunada para el efecto de nuestros propósitos el conocer por lo menos la fecha (aunque no la hora exacta), en que esto ocurrió.

Existe una versión que nos dice que se avistó tierra a las 11 de la noche del día 11, y que a las 2 de la mañana «La Pinta» disparó un cañonazo para anunciar que se hallaban cerca de la costa.

Dicha versión a primera vista puede parecer ilógica pues se supone que para avistar la costa era necesaria la luz del día, pero si reflexionamos sobre el asunto nos daremos cuenta que la Luna se encontraba cerca del cuarto menguante, por lo tanto esa noche debió salir poco antes de la media noche y a los ojos de cualquier marino experto esa clase de luz resulta suficiente para distinguir el perfil de la costa cercana, de modo que esta teoría resulta razonable.

Sin embargo la hora del desembarco es la que debe interesarnos, el momento en que Colón -según se cuenta- besó el suelo del Nuevo Mundo; se sabe que fue el domingo 12 de Octubre de 1492 cerca del amanecer, en una isla del grupo de las Lucayas (hoy Bahamas), que los indígenas llamaban Guananí y que Colón bautizó con el nombre de San Salvador, debido a que con su descubrimiento salvó la expedición, y lo demás es bien conocido. Colón visitó varias islas y regresó en Enero de 1493, llegando a Lisboa el 4 de marzo del mismo año.

Tomando como base lo anterior y para los efectos prácticos de nuestro estudio particular consideremos como dato del «Nacimiento de América» el 12 de octubre de 1492 al amanecer; y puesto que por esa época del año sale el Sol algo tarde, supongamos que fue a las 07:30 A.M., aproximadamente a los 75° de Longitud Oeste y los 24° de Latitud Norte.

El mapa del cielo correspondiente es la carta natal de América en la cual el Sol se halla en el signo de Libra, la Luna en Cáncer y el Ascendente en Escorpión conjunto a Plutón; este último en Conjunción a solo 6' del nodo norte de la Luna y aquí debemos de observar que el eclipse que luego ocurriría el día 21 del mismo mes, cayó en este lugar involucrando a Plutón además del Sol y la Luna.

Ya se sabe la gran importancia que los antiguos Caldeos concedían a los eclipses, para ellos dichos fenómenos significaban un trastorno en el orden regular del universo que únicamente podría significar alguna clase de "malas influencias" como sequías, inundaciones, epidemias, terremotos, invasiones etc.

Hoy la actitud de la astrología se ha modificado y en este sentido las diferencias tajantes entre "buenas" y "malas" influencias, ya no se aplican. Según las autoridades modernas todo depende del conjunto de factores que componen una carta y aunque existen relativamente pocas observaciones sobre el "efecto" de los eclipses, la tendencia más generalizada parece ser de considerarlos como "catalizadores" de las demás influencias concomitantes.

El lugar donde ocurre un eclipse se constituye a la larga en un centro sensible que focaliza las influencias en un lugar específico del Zodíaco, determinando con ello períodos de 18 años 11 días y 8 horas aproximadamente, que es el tiempo que tardan los nodos de la Luna en dar una vuelta al Zodíaco, de acuerdo con el ciclo de recurrencia conocido como ciclo Saros.

Como quiera que sea, e independientemente del significado que se le atribuya a dicho fenómeno, un eclipse que cae junto a Plutón no puede interpretarse como una influencia armonizante, y si consideramos además la oposición de Júpiter con Saturno que estuvo vigente durante todo ese año vemos que ambos se hallan formando cuadratura con los nodos y completan la configuración conocida como "Gran Cruz cósmica".

Es fácil deducir que todo ello no podría significar otra cosa que lo que realmente ocurrió, la invasión y destrucción de las culturas americanas.

Una ligera ojeada a este tema revela que la distribución planetaria representa de manera fidedigna la naturaleza del momento. El Sol en Libra es por sí solo un signo de asociación. La Balanza representa la acción de dos mundos oponiéndose entre sí y resultando de ello un equilibrio dinámico.

Libra es el signo asociativo por excelencia, es el cosignificante de la séptima casa y tiene que ver con el "matrimonio" ya sea en un sentido institucional, es decir, a través de convenios, contratos, alianzas o tratados formales que comprometen intereses comunes, como también en un sentido no-institucional, en uniones libres y sin compromisos mutuos.

En cualquier caso se trata de uniones, de casamiento y combinación de opuestos, lo cual produce siempre el nacimiento de "algo". En nuestro caso se trata de la cultura latinoamericana, que viene a ser como un hijo de esa unión.

En esta época del año la luz del Sol se debilita, con la disminución de la energía vital que ello implica. La actividad de los seres animados sobre la tierra se extingue gradualmente (caída del Sol), y la tierra se prepara para su letargo invernal.

A Libra le corresponde el cometido de escoger la mejor semilla para asegurar la cosecha futura y el terreno apropiado al cual confiarla durante el invierno.

Por su parte la Luna en Cáncer y casa 9, pone de relieve las significaciones primarias del inconsciente colectivo, ella nos habla de las causas que conducen al descubrimiento de nuestro continente por parte de los europeos, las cuales fueron causas de una naturaleza elemental, digamos necesidades cotidianas como la alimentación, ya que la búsqueda de nuevas vías de navegación para el comercio de especias fue lo que propició el primer viaje de Colón dando como consecuencia un gran descubrimiento científico, motivado paradójicamente por el comercio. No había de por medio ninguna finalidad ideológica o política, religiosa ni mucho menos científica en esta primera expedición.

Aquí encontramos que la Luna y su presencia en su propio signo denotan un sentido doméstico en la causa primaria de los viajes y exploraciones (la casa 9); los trígonos que forma con Mercurio y Venus son el índice de una realización feliz del "sueño de Colón", la inspiración, intuición o como quiera llamarse a su idea; representada zodiacalmente por Neptuno (el cual, además de gobernar los sueños, es el significador natural de la navegación marítima) en Sagitario (que rige la expansión de las cosas y los seres, los grandes viajes y las metas intelectuales ambiciosas); y en la casa 2 (adquisiciones); es decir las riquezas provenientes de actividades regidas por Neptuno, el cual estando en casa 2 indica claramente la economía del continente condicionada por el mar y la navegación (el saqueo que España realizó durante casi 300 años, llevando a través del océano el oro de Perú y la plata de México para financiar sus absurdas guerras).

La economía del continente actualmente se halla condicionada en buena medida por las confusiones políticas, la inflación y el desorden. En sentido positivo el petróleo y los procesos de transformación industrial, la química, la explotación de los recursos marítimos.

Sobre el lado negativo de este planeta podemos mencionar la influencia de las drogas; el poder del narcotráfico sobre los gobiernos y todas las significaciones Neptunianas que causan desorden. Júpiter es el regente incidental de esta casa y se encuentra bien colocado en Leo, y casa 10, aunque recibe varias aflicciones y ningún aspecto armonioso que facilite su acción. Su oposición con Saturno habla de grandes adquisiciones y muchas riquezas pero también altos costos.

Al llegar a este punto conviene detenernos para señalar de paso la gran importancia de este par de planetas. Adelantemos que el aspecto de oposición entre ellos parece ser muy prominente en los grandes acontecimientos de la historia americana y como prueba de ello veremos que se encuentra presente en los horóscopos de la Independencia de México, y también en el de la Revolución Mexicana, solo por mencionar algunos de los más relevantes.

Volviendo a los significados que Júpiter aporta a nuestro tema, veamos que las cuadraturas que forma con los Nodos lunares con el Ascendente y con Plutón denotan una tendencia marcadamente destructiva y con grandes pérdidas, pero que sin embargo propicia la creación de nuevos valores sociales o culturales.

Es una tendencia que buscará su realización a través del Ascendente en Escorpión, que es un signo Negativo, Fijo, de Agua, gobernado por Marte y Plutón, todo lo cual representa las transformaciones radicales por las cuales se renueva incesantemente la naturaleza.

Es un signo de cambios profundos, el cual provoca las crisis de valores que por lo general preceden a las grandes transformaciones sociales.

Hemos dicho que Neptuno en casa 2 describe los asuntos de los cuales depende la economía del continente, y en este sector su posición nos habla de gran abundancia de bienes y mucha fertilidad de la tierra, ya que Neptuno recibe un trígono de Marte y un sextil del Sol.

Sin embargo, y a pesar de todo lo bien aspectado que pueda estar Neptuno, es un planeta que no favorece el sentido práctico, denota siempre una tendencia al descuido que provoca dificultades para conciliar los ideales con la realidad.

Neptuno en este sector nos habla de confusiones, de malos manejos o torpezas administrativas que tienden a concentrar la riqueza en manos de militares y jefes de estado, dado que los 2 únicos aspectos en que este interviene se dirigen a los significadores naturales de este tipo de personajes (Marte y el Sol); mientras que la Luna (la cual representa el grueso de la población) no forma ningún aspecto con Neptuno (ocupante de casa 2), ni con Júpiter (regente de 2), y por lo tanto sugiere alejamiento del bienestar económico para el pueblo, o en otras palabras, la pobreza, el subdesarrollo y la marginación social de los grupos indígenas hasta la fecha.

La Luna en su propio signo sugiere que la naturaleza de la población será de tipo armoniosa y comunicativa (ello reforzado por el trígono con Venus y Mercurio), su presencia en casa 9 denota una naturaleza religiosa, jovial, optimista y festiva a la vez que un tanto despreocupada y hasta irresponsable.

Por otro lado la oposición de la Luna con Urano en casa 3 marca claramente el estilo y naturaleza de la instrucción pública, nos habla de una total ambivalencia. Una verdadera paradoja que por un lado contiene ideas avanzadas (los conocimientos de las culturas antiguas), pero por el otro lado un mal aprovechamiento de las mismas (su destrucción por los invasores españoles) y en fin, esta oposición Luna-Urano sintetiza el deficiente desarrollo intelectual de nuestra gente como factor esencial del sub-desarrollo en un sentido general.

En un horóscopo individual este aspecto suele interpretarse como "traumas en la infancia" o "conflictos con la figura materna". Es fácil encontrar la analogía de estos significados y la influencia que sobre la formación de nuestra cultura tuvo durante trescientos años la "Madre Patria".

Como quiera que se vea es un eje de inestabilidad que sugiere fluctuaciones y bruscas rupturas, de circunstancias limitativas que condicionan el desarrollo de las diversas culturas en nuestro continente y esto se pone de relieve especialmente si consideramos además que el ascendente en el signo del Escorpión representa la profunda destrucción que sufrieron los pueblos nativos no solo de su acervo cultural sino prácticamente la destrucción de su forma de vida en todo sentido.

La Luna en casa 9 con trígonos a Venus y Mercurio muestra la población re-generándose bajo una influencia predominante del extranjero. Es el signo de la sangre proveniente de tierras lejanas que determinará un intercambio genético y cultural dando como resultado el nacimiento de una raza nueva (la "Raza de Bronce"), ya que durante los años de colonización los pueblos nativos se vieron diezmados directamente debido a su inferioridad de armamento, pero también debido a sus supersticiones y divisiones entre las diversas tribus, e incluso por enfermedades como la sífilis y la viruela que trajeron los invasores. Tan solo por esta última se sabe que en menos de 3 años la población aborigen de lo que hoy es México se redujo de aproximadamente nueve millones que eran al llegar los españoles, a solo dos millones de individuos.

Lo anterior denota un proceso muy profundo de destrucción de nuestras raíces, pero al mismo tiempo pone de relieve una especial capacidad de regeneración (Plutón en Escorpión y Luna en Cáncer), una asimilación natural de los elementos extraños, condiciones que resultan sumamente significativas ya que aparecen como algo constante en la historia de México.

La representación mitológica de nuestro país puede ser el Ave Fénix, el cual resurge siempre triunfante de sus propias cenizas, pero además, y por otra parte este punto de partida contenido en el binario destrucción-regeneración, se encuentra especialmente remarcado debido a la presencia de Plutón en Escorpio, quién por su parte denota una capacidad de regeneración muy potente y poco común al estar en su propio signo conjunto al eje nodal y el Ascendente, y siendo tanto Cáncer como Escorpión signos de naturaleza acuática, ello refuerza el significado del hecho histórico a que nos estamos refiriendo. La llegada de unos navegantes europeos por el mar a nuestro continente, con todas las implicaciones que son bien conocidas.

Por otro lado notemos que la Luna en Cáncer parece sugerir mucha fertilidad, y esto en América es válido en cuanto a la tierra como también en cuanto al elevado crecimiento demográfico del cual derivan muchos de los problemas que a la fecha padecen la mayoría de los países latinoamericanos.

Además es de notar que la Luna se acercaba al cuarto menguante, el cual es la fase involutiva del ciclo lunar y guarda una relación analógica con la época del otoño, es el tiempo que sigue a la cosecha y por lo tanto nos sugiere la idea de seleccionar los frutos de la tierra, separándolos según el destino que a cada uno corresponde.

Algunos granos serán destinados para comer, y otros servirán para asegurar la siembra del año siguiente, de la misma manera que los elementos culturales de naturaleza disímbola al combinarse deberán entrar en conflicto y con ello resultará una depuración, una selección natural, aunque propiciada en parte por la influencia transformadora del ser humano.

Dicha influencia es por supuesto involuntaria en su mayor parte, es hasta cierto punto "incidental", puesto que no obedece a planeación alguna y por lo tanto puede uno referirse a la existencia de un cierto determinismo social que no depende en nada del concurso de la voluntad humana expresada individual y conscientemente, sino en sentido colectivo e inconsciente.

Es al parecer, como parte de un proceso evolutivo pre-establecido en el plano arquetípico que tiende a lograr la fusión de elementos biológicos y culturales con los cuales la naturaleza experimenta nuevas formas.

El re-descubrimiento del continente americano es un evento único en su género, e ideal para estudiarlo astrológicamente por tratarse de una época relativamente reciente de la historia y por lo tanto muy bien documentada, dos condiciones que nos permiten monitorear una serie de sucesivas transformaciones sufridas a lo largo de varios siglos, estableciendo con el apoyo de la ciencia informática, las relaciones astrológicas correspondientes a las diferentes etapas históricas de nuestro continente sin caer en el terreno de la especulación metafísica.

Sin embargo el sentido que se le da al hecho histórico no es al parecer lo suficientemente claro, aún se cuestiona el papel que cada una de las partes involucradas desempeñó y a 500 años de ocurrido se vuelve muy difícil juzgar el asunto de manera imparcial, tanto más si uno es mexicano (como es el caso del autor) así que tomemos las palabras del maestro Alexandre Volguine el cual por su filiación nacional (de ascendencia eslava y con nacionalidad francesa), no parece tener una predisposición a ser parcial.

Dice el ilustre colega en el prólogo de su libro, «La Astrología entre los Mayas y los Aztecas» (ed. Martínez Roca)

«...Nuestros historiadores hablan con espanto de la invasión de los vándalos, de los bárbaros y de los hunos, olvidando que, en el nuevo mundo, son los españoles quienes hicieron el papel de vándalos, bárbaros y hunos. El historiador Las Casas compara a los indios con corderos y a los españoles con tigres, con lobos devoradores y con leones hambrientos mientras que Cristobal Colón escribe en una de sus cartas a Fernando «Juro a Vuesa Magestad que no existe en todo el mundo un pueblo más bondadoso». Atila me parece civilizado al lado de los salteadores europeos atraídos por el oro y que, bajo la bandera de Cristo, fría y metódicamente, a la manera de la Gestapo del siglo XX, destruyeron una civilización que sobrepasaba su comprensión».

Por lo anterior, resulta fácil comprender que la misma indignación que provocan en nosotros -americanos- los actos de barbarie perpetrados por la corona de España hace casi 500 años en nombre de la fe cristiana, es compartida por todos aquellos que conocen la verdadera historia.

Hemos dicho que desde el punto de vista astrológico la historia tiene un carácter de recurrencia, su desarrollo obedece a ciertos ciclos que se repiten con determinado índice de periodicidad, y paralelamente ponen en acción determinadas tendencias sociales, las cuales se manifiestan simultáneamente a través de los diferentes grupos humanos.

La prueba de esto es que en años recientes (con el paso de Plutón por el signo de Escorpión) bajo el pretexto del 500 aniversario de la invasión europea en América, aparecieron algunas tendencias ideológicas que pretendían glorificar el hecho soslayando los crímenes de los soldados españoles ordenados por Fernando (el católico) Rey de España y autorizados por el Papa Alejandro VI con el fin de "evangelizar" a los nativos "paganos e idólatras" que poblaban entonces nuestra América.

Al parecer con ello se pretendía minimizar el desastre cultural con todo el saqueo y el genocidio que significó en su momento aquella invasión de bárbaros europeos (que en el caso particular de México hubiera significado el "celebrar" 300 años de esclavitud).

En todo caso el sentido común parece sugerir la necesidad de interpretar los hechos históricos en base a lo que permanece de ellos a través del tiempo, considerándolos como la causa-raíz de los acontecimientos presentes.

La historia es en cualquier caso una materia difícil de comprender, pero una buena manera de juzgar la naturaleza de las cosas consiste en estudiar sus mutaciones a través de períodos prolongados de tiempo, es decir, cuando observamos la coyuntura histórica en que comenzó la invasión de América debemos considerar los acontecimientos en función de las diversas facciones que intervinieron en su desarrollo.

Es cierto que en aquella época los sanguinarios Aztecas practicaban sofisticados rituales de magia negra, que la decadencia espiritual de Tenochtitlan hacía necesaria una depuración kármica. Pero durante esa misma época había igualmente en América numerosos pueblos que conservaban sus formas religiosas naturales, sin implicar los aberrantes sacrificios humanos a las diabólicas deidades tutelares del pueblo azteca, y estos también pagaron las consecuencias sin tener culpa alguna.

Por su parte, los españoles acababan de terminar con casi ocho siglos de sometimiento al Islam, es lógico que la mentalidad de estos se encontrara impregnada de rencores, de fanatismo religioso y deseos de conquista.

El cristianismo primitivo en ningún momento predicó la imposición de las enseñanzas de Jesucristo por la fuerza de las armas, pero sin embargo esa tendencia de asociar lo místico con lo militar, fue sumamente común en la edad media. Es una particularidad histórica que corresponde a la naturaleza de aquel tiempo. Extraña expresión de la doctrina que se basa en el "Amor al Prójimo" y sostiene esta idea cortando la cabeza de quien no piense así.

Durante la edad media las cruzadas emprendidas en un principio bajo la divisa de rescatar el Santo Sepulcro se transformaron con el tiempo en verdaderos aquelarres de sangre (los árabes no eran de ninguna manera un pueblo fácil de dominar.)

Las pretendidas "virtudes heroicas" de los caballeros cruzados eran una forma "sublimada" de fanatismo religioso, la única diferencia en los crímenes que se cometían en ambos continentes consiste en que unos eran dedicados a Huitzilopochtli y otros "Ad Maiorem Dei Gloriam". Pero el resultado es el mismo, independientemente de la forma exterior, hablamos de vidas segadas cruelmente, por el acero o por la obsidiana. ¡Es lo mismo! Y, visto así ¿como es posible justificar el genocidio cometido en América?

Pero en todo existe algo positivo, y a final de cuentas, para estas fechas todos aquellos hombres y mujeres, buenos y malos han muerto de cualquier manera. La vida es así, y solo la muerte puede borrar de manera definitiva las diferencias existentes entre los seres humanos. El beso eterno de nuestra blanca hermana, La Muerte, iguala definitivamente todas las diferencias naturales o artificiales entre los hombres.

Desde otro ángulo consideremos las consecuencias positivas de la conquista y colonización por parte de los españoles en todo Latinoamérica y no solo en México, y nos daremos cuenta de lo afortunada que resulta la circunstancia de que tengamos un idioma común el cual nos identifica como latinoamericanos sin importar la nacionalidad que se tenga, consideremos además que se trata de un idioma tan extenso y refinado como hay pocos en el mundo.

El idioma castellano es una síntesis de las más antiguas raíces del latín y el árabe, además de las voces americanas que le han enriquecido. Reflexionemos sobre la importancia que tiene un elemento de identificación cultural, tan poderoso como el idioma, entre nuestros pueblos latinoamericanos, y todo lo que ello implica no hubiera sido posible de continuar el curso de nuestra historia sin la intervención de la Cultura Europea en nuestro continente.

Visto de manera imparcial podemos concluir en lo siguiente: no importa a la fecha lo que la Conquista significó en su momento, la destrucción y sometimiento de los seres humanos que ella haya ocasionado, ni las irreparables pérdidas en cuanto a edificios, monumentos, códices, tradiciones orales suprimidas y demás elementos culturales que los invasores en su afán evangelizador se encargaron de destruir.

Ni siquiera tiene caso insistir en los 300 años de ignominiosa esclavitud que determinaron una falta de identidad nacional en nuestro pueblo; pues todo ello es (hasta cierto punto) irremediable y no vale la pena lamentarlo.

Lo que a la fecha importa o debería importar a todo el mundo es que lo que los americanos de cualquier país de este continente, para bien o para mal somos, se debe principalmente a aquella coyuntura histórica y ello solo será posible si tenemos en cuenta nuestros orígenes, si nos apegamos con valor a la verdad y comprendemos los errores del pasado, entonces estaremos prevenidos de cometerlos nuevamente puesto que ya conocemos las consecuencias.

Ya para concluir con el análisis de este tema recapitulemos algunos puntos: Hemos visto que la Luna se encuentra colocada en su propio domicilio, aunque el Sol por su parte se halla en caída, no obstante lo cual se ve sostenido por dos sextiles con Marte y Neptuno, quienes a su vez forman trígono, y luego encontramos la importante cuadratura del Sol con Urano.

La Luna se halla en trígono exacto con Venus, y aplicativo con Mercurio, la oposición de la Luna con Urano representa las tensiones que la población habría de soportar en relación al poder de la monarquía (Sol en cuadratura a Urano).

Venus, quien dispone de la fuerza del Sol, se encuentra en Escorpión y por lo tanto en detrimento, y además al comienzo de una estación retrógrada lo cual es índice de una profunda debilidad como veremos en algunos temas progresados sucesivos.

Júpiter en casa 10, en Leo, y en oposición con Saturno en Acuario y casa 4, nos sugieren un destino de elevación (Leo y casa 10) a partir de un origen obscuro (Acuario y casa 4).

Observemos la distribución simétrica que guardan Neptuno, Urano y Saturno quienes acababan de separarse después de una triple conjunción que tuvo lugar entre 1484 y 1488 aproximadamente.

Sabemos que entre 1987 y 1990 se repitió este evento astronómico, la triple conjunción que se formó pocos años antes del descubrimiento de América (aunque no tan exacta entonces, como esta última vez).

En aquella época su influencia estuvo asociada con la época del Renacimiento en Europa, con las grandes expansiones colonialistas y luego con la reforma religiosa iniciada por Martín Lutero.

Es difícil más no imposible encontrar similitudes entre aquellos movimientos colectivos y los que se manifiestan actualmente. Si reflexionamos atentamente sobre la realidad contemporánea veremos que en esta época algunas tendencias análogas a aquellas se manifiestan nuevamente, aunque por supuesto, modificadas de acuerdo a las condiciones generales de nuestro tiempo.

Las aspiraciones colonialistas europeas se vuelven a repetir, manifestándose esta vez en gran parte por el lado económico dada la deplorable situación financiera de Latinoamérica, y por el lado ideológico con la ficción de la "hispanidad" ¿¡...!?

El 2º retorno de Plutón a su posición natal en el mapa de América desde 1983 se ha mostrado bastante conflictivo en la realidad y ello no debe extrañarnos, dado que se encuentra reforzado por la influencia simultánea de la triple conjunción Saturno, Urano y Neptuno en Capricornio.

Son eventos sumamente importantes, pues como ya hemos visto, estos 4 Astros (Saturno, Urano y Neptuno por su triple reunión y Plutón por su posición en Escorpión) resumen los 500 años de historia transcurrida desde entonces.

En los siguientes capítulos demostraremos lo más notable de esta carta natal de América, mediante las correspondencias existentes durante las épocas de importantes transformaciones, lo cual demuestra que existen ciertos lugares de la banda Zodiacal activos en los momentos de transición histórica en nuestro continente.

Por ejemplo, Marte de América, es la posición de Marte en la Independencia de México (4° de orbe).

El eclipse solar del 11 de julio de 1991 cayó en conjunción a la Luna natal de América. Este fenómeno parece ser sumamente importante a mediano y largo plazo, dada la duración del mismo que según los Caldeos determinaba la duración de sus "efectos" y porque además coincidió con un ciclo de máxima intensidad en la actividad solar a solo unos años de la mayor concentración planetaria del siglo en 1983, de la "triple" en Capricornio 1987/90, etc. etc.

Saturno en el mapa de América ocupa la posición de la Luna de la carta de los Estados Unidos, la cual retornó a su posición radical en Enero de 1992, (agudización de la recesión económica, disturbios raciales en Los Angeles durante el mes de abril y firma del T.L.C.).

Por otro lado, la posición de Urano en la carta natal de América es "casi" la misma del inicio de la Revolución Mexicana (a solo 2° de orbe), y el próximo retorno de Urano en el horóscopo de América será en 1996, (¿qué puede significar esto?, ¿un principio de integración continental, o nuevas revoluciones?).

Estos últimos comentarios pueden parecer un tanto dispersos y generales, pero las comprobaciones que veremos a partir del siguiente capítulo demuestran que la vida de nuestro continente tiene profunda resonancia con las significaciones de este "Horóscopo de América".
EL ENCUENTRO ENTRE DOS MUNDOS

Aquí comienza nuestra historia, la que conocemos, la que determina el destino de nuestra nación y de hecho, el destino de todo nuestro continente. La razón por la cual a lo largo de este capítulo se emplea la definición "Encuentro entre dos Mundos" en lugar del concepto convencional de "Descubrimiento de América" es simplemente porque este es el nombre oficial que se les dio en 1992 a los eventos conmemorativos de los cinco siglos transcurridos desde la gran realización científica que protagonizó el inmortal navegante genovés que la historia conoce con el nombre de Cristobal Colón.

Es evidente que entramos en una nueva Era. El fin de siglo, y el fin de milenio deberán traer consigo nuevas concepciones que destruyan muchas de las anacrónicas definiciones que hay en torno a la historia de nuestro continente.

Es tiempo de que llamemos a las cosas por su nombre, y la demostración de que el "descubrimiento de América" más bien debería llamarse "re-descubrimiento" es la siguiente.

Según las crónicas de Islandia, América fue conocida por los europeos desde el siglo X, puesto que en esa época fue descubierta por los navegantes daneses.

Las Sagas islandesas refieren que Eric Rand (Eric el rojo), fue desterrado de Islandia por haber dado muerte a un hombre; y que habiendo sabido por un marino noruego que existía una gran costa al Oeste de las islas, se embarcó con algunos compañeros el año 982 dirigiéndose a ella, llegando tras una corta navegación a una tierra que llamó Groenland (que quiere decir tierra verde), y que hoy se conoce como Groenlandia.

Hacia el año 1000 Leif Ericson (hijo de Eric el rojo), acompañado de 35 hombres, hizo un viaje al Sur y descubrió la isla de Terranova así como algunos otros lugares de lo que hoy es Norteamérica, exploró el río San Lorenzo, y volvió a Groenlandia el año siguiente.

Thorbald Ericson, hermano de Leif tomó el barco de éste y comenzó nuevos descubrimientos el año de 1002. Reconoció los lugares explorados por Leif y avanzó mas al Sur.

Estos descubrimientos dieron lugar a la fundación de colonias, y mucho tiempo después aún subsistían relaciones entre ellas y Noruega.

Pero si bien, es un hecho comprobado que existieron, las relaciones antes dichas fueron desconocidas por la mayor parte de Europa, y para el siglo XV hasta los mismos daneses las habían olvidado; de modo que nadie tenía una noción cierta acerca de la existencia de nuestro continente, fuera de las diversas teorías relativas a la Atlántida.

El siglo XV ha sido llamado, "El siglo de los descubrimientos", porque en el los portugueses, tras colosales esfuerzos lograron bordear el cabo de Buena Esperanza, señalando con ello una nueva ruta para las Indias, y los españoles a su vez, guiados por el genio de Colón completaron la faz del planeta con el continente americano.

Los motivos por los cuales se llevaron a cabo tales proyectos pueden resumirse como sigue: El camino que de Europa conducía a la India y China, países que a la sazón eran ricos centros productores de especias, sedas, marfil y porcelanas, era en aquel entonces una ruta por demás difícil y peligrosa; motivo por el cual las principales naciones europeas se preocuparon por descubrir otro camino que fuese más corto, o más seguro.

Cristobal Colón nació en Génova (Italia), hacia el año de 1451, su padre quiso que se dedicara al estudio, pero el prefirió la marina. Viajó desde los 14 años y adquirió gran experiencia práctica en el arte de la navegación.

El deseo de los comerciantes de encontrar un camino más corto para ir a las Indias, le llamó la atención y le hizo estudiar detenidamente el asunto, el cual resolvió diciendo que "la vía buscada se hallaría navegando hacia el Oeste".

Esta teoría la basaba Colón principalmente en la convicción que tenía de la esfericidad de la tierra, cuya forma verdadera en aquellos tiempos de atraso e ignorancia se desconocía (aunque se sospechaba desde la época de Hiparco), razón por la cual su teoría fue rechazada por la ciencia "oficial" de aquel entonces.

Tal fundamento resulta claro para nosotros que disponemos actualmente de los más avanzados conocimientos de Geografía y Cosmografía, pero en aquellos tiempos de oscurantismo fue algo más que atrevido, y por lo tanto digno de admiración porque debido a la naturaleza de su idea, Cristobal Colón no solo se expuso a ser quemado vivo por la inquisición sino que además hubo de hacer frente a la indiferencia del gobierno de su propia patria el cual se negó a financiar su proyecto, luego lo propuso en Portugal (1476) en donde obtuvo semejantes resultados y finalmente a España, en donde a pesar de todo logró despertar el interés de la Reina Isabel de Castilla.

Por fin, después de más de 15 años de haber presentado su proyecto por primera vez, y en la madrugada del viernes 3 de agosto de 1492, se hizo a la mar saliendo del puerto español de Palos con sus tres célebres carabelas en un viaje que resultó lleno de contratiempos casi desde su inicio, ya que 3 días después de zapar, «La Pinta» empezó a hacer agua, y solo gracias a la habilidad de su piloto pudieron llegar al octavo día a las islas Canarias.

Dos semanas después se continuó la empresa; pero las verdaderas dificultades de Colón comienzan el día 9 de septiembre, en que desaparecieron a la vista de los tripulantes las últimas porciones de la costa.

La vasta extensión de las aguas y la soledad que reinaba en derredor, engendró profunda tristeza en el ánimo de aquellos valientes navegantes y solo la firme decisión de Colón, que supo sobreponerse al temor de lo desconocido, logró infundirles valor a los supersticiosos marinos, apartando de su imaginación las lúgubres ideas de que eran víctimas.

Un hecho notable (que por cierto, la historia no consigna), fue el eclipse de Luna que ocurrió la noche del 5 de octubre; los datos que proporciona la computadora son los siguientes:

Luna llena octubre 5 de 1492
22h. 50m. Tiempo Medio de Greenwich
Eclipse lunar sobre el Nodo Sur
Visible en el hemisferio Norte
Tiempo de máxima exactitud 22h. 03m.
Fase penumbral 57 minutos
Comienzo de la fase parcial 22h. 06m.
Fase exacta 23h. 06m.
Fin de su fase parcial 24h. 00m.

La fase de luna llena comenzó a las 22:50 horas, tiempo medio de Greenwich, lo cual corresponde aproximadamente a la hora del ocaso, según la longitud aproximada (70° oeste) a que se encontraban los intrépidos navegantes ese día, y de acuerdo con la época del año.

Su duración de casi una hora nos indica que debe haber sido un fenómeno notable, de modo que (si por supuesto, el cielo estaba despejado), debió verse con claridad en algunas porciones del hemisferio norte al tiempo que el Sol se ocultaba y la Luna eclipsada se elevaba en el horizonte.

La antigua regla de los caldeos según la cual cada que se produce un eclipse de Luna, es probable que en seguida ocurra uno de Sol, o viceversa, se vió confirmada el 21 de ese mismo mes de octubre con el eclipse solar cuyas características son como sigue:

Luna nueva octubre 21 1492
11h. 11m. tiempo medio de Greenwich
Eclipse Solar sobre el nodo norte
Visible en el hemisferio norte
Tiempo Máximo 11h. 04m.
Eclipse Central Tipo anular

Estos fenómenos debieron ser anotados en la bitácora de a bordo (en realidad solo es probable que el primero, porque el segundo sucedió antes de la salida del Sol en las islas Bahamas), pero como quiera que haya sido, y sea que los supersticiosos marinos vieran el eclipse o no, la historia consigna que el 9 de octubre se formó un motín exigiéndole al comandante Colón el regreso de las naves y solo la firme decisión del navegante Genovés evitó que la tripulación emprendiera el regreso.

Así llegamos al punto culminante de la expedición, el momento en que desembarcaron por primera vez en lo que denominamos el "Encuentro entre dos Mundos", que será la base de nuestro estudio.

Este es el mapa de cielo original del cual partiremos en nuestro recorrido histórico y por lo tanto debemos considerar como una circunstancia afortunada para el efecto de nuestros propósitos el conocer por lo menos la fecha (aunque no la hora exacta), en que esto ocurrió.

Existe una versión que nos dice que se avistó tierra a las 11 de la noche del día 11, y que a las 2 de la mañana «La Pinta» disparó un cañonazo para anunciar que se hallaban cerca de la costa.

Dicha versión a primera vista puede parecer ilógica pues se supone que para avistar la costa era necesaria la luz del día, pero si reflexionamos sobre el asunto nos daremos cuenta que la Luna se encontraba cerca del cuarto menguante, por lo tanto esa noche debió salir poco antes de la media noche y a los ojos de cualquier marino experto esa clase de luz resulta suficiente para distinguir el perfil de la costa cercana, de modo que esta teoría resulta razonable.

Sin embargo la hora del desembarco es la que debe interesarnos, el momento en que Colón -según se cuenta- besó el suelo del Nuevo Mundo; se sabe que fue el domingo 12 de Octubre de 1492 cerca del amanecer, en una isla del grupo de las Lucayas (hoy Bahamas), que los indígenas llamaban Guananí y que Colón bautizó con el nombre de San Salvador, debido a que con su descubrimiento salvó la expedición, y lo demás es bien conocido. Colón visitó varias islas y regresó en Enero de 1493, llegando a Lisboa el 4 de marzo del mismo año.

Tomando como base lo anterior y para los efectos prácticos de nuestro estudio particular consideremos como dato del «Nacimiento de América» el 12 de octubre de 1492 al amanecer; y puesto que por esa época del año sale el Sol algo tarde, supongamos que fue a las 07:30 A.M., aproximadamente a los 75° de Longitud Oeste y los 24° de Latitud Norte.

El mapa del cielo correspondiente es la carta natal de América en la cual el Sol se halla en el signo de Libra, la Luna en Cáncer y el Ascendente en Escorpión conjunto a Plutón; este último en Conjunción a solo 6' del nodo norte de la Luna y aquí debemos de observar que el eclipse que luego ocurriría el día 21 del mismo mes, cayó en este lugar involucrando a Plutón además del Sol y la Luna.

Ya se sabe la gran importancia que los antiguos Caldeos concedían a los eclipses, para ellos dichos fenómenos significaban un trastorno en el orden regular del universo que únicamente podría significar alguna clase de "malas influencias" como sequías, inundaciones, epidemias, terremotos, invasiones etc.

Hoy la actitud de la astrología se ha modificado y en este sentido las diferencias tajantes entre "buenas" y "malas" influencias, ya no se aplican. Según las autoridades modernas todo depende del conjunto de factores que componen una carta y aunque existen relativamente pocas observaciones sobre el "efecto" de los eclipses, la tendencia más generalizada parece ser de considerarlos como "catalizadores" de las demás influencias concomitantes.

El lugar donde ocurre un eclipse se constituye a la larga en un centro sensible que focaliza las influencias en un lugar específico del Zodíaco, determinando con ello períodos de 18 años 11 días y 8 horas aproximadamente, que es el tiempo que tardan los nodos de la Luna en dar una vuelta al Zodíaco, de acuerdo con el ciclo de recurrencia conocido como ciclo Saros.

Como quiera que sea, e independientemente del significado que se le atribuya a dicho fenómeno, un eclipse que cae junto a Plutón no puede interpretarse como una influencia armonizante, y si consideramos además la oposición de Júpiter con Saturno que estuvo vigente durante todo ese año vemos que ambos se hallan formando cuadratura con los nodos y completan la configuración conocida como "Gran Cruz cósmica".

Es fácil deducir que todo ello no podría significar otra cosa que lo que realmente ocurrió, la invasión y destrucción de las culturas americanas.

Una ligera ojeada a este tema revela que la distribución planetaria representa de manera fidedigna la naturaleza del momento. El Sol en Libra es por sí solo un signo de asociación. La Balanza representa la acción de dos mundos oponiéndose entre sí y resultando de ello un equilibrio dinámico.

Libra es el signo asociativo por excelencia, es el cosignificante de la séptima casa y tiene que ver con el "matrimonio" ya sea en un sentido institucional, es decir, a través de convenios, contratos, alianzas o tratados formales que comprometen intereses comunes, como también en un sentido no-institucional, en uniones libres y sin compromisos mutuos.

En cualquier caso se trata de uniones, de casamiento y combinación de opuestos, lo cual produce siempre el nacimiento de "algo". En nuestro caso se trata de la cultura latinoamericana, que viene a ser como un hijo de esa unión.

En esta época del año la luz del Sol se debilita, con la disminución de la energía vital que ello implica. La actividad de los seres animados sobre la tierra se extingue gradualmente (caída del Sol), y la tierra se prepara para su letargo invernal.

A Libra le corresponde el cometido de escoger la mejor semilla para asegurar la cosecha futura y el terreno apropiado al cual confiarla durante el invierno.

Por su parte la Luna en Cáncer y casa 9, pone de relieve las significaciones primarias del inconsciente colectivo, ella nos habla de las causas que conducen al descubrimiento de nuestro continente por parte de los europeos, las cuales fueron causas de una naturaleza elemental, digamos necesidades cotidianas como la alimentación, ya que la búsqueda de nuevas vías de navegación para el comercio de especias fue lo que propició el primer viaje de Colón dando como consecuencia un gran descubrimiento científico, motivado paradójicamente por el comercio. No había de por medio ninguna finalidad ideológica o política, religiosa ni mucho menos científica en esta primera expedición.

Aquí encontramos que la Luna y su presencia en su propio signo denotan un sentido doméstico en la causa primaria de los viajes y exploraciones (la casa 9); los trígonos que forma con Mercurio y Venus son el índice de una realización feliz del "sueño de Colón", la inspiración, intuición o como quiera llamarse a su idea; representada zodiacalmente por Neptuno (el cual, además de gobernar los sueños, es el significador natural de la navegación marítima) en Sagitario (que rige la expansión de las cosas y los seres, los grandes viajes y las metas intelectuales ambiciosas); y en la casa 2 (adquisiciones); es decir las riquezas provenientes de actividades regidas por Neptuno, el cual estando en casa 2 indica claramente la economía del continente condicionada por el mar y la navegación (el saqueo que España realizó durante casi 300 años, llevando a través del océano el oro de Perú y la plata de México para financiar sus absurdas guerras).

La economía del continente actualmente se halla condicionada en buena medida por las confusiones políticas, la inflación y el desorden. En sentido positivo el petróleo y los procesos de transformación industrial, la química, la explotación de los recursos marítimos.

Sobre el lado negativo de este planeta podemos mencionar la influencia de las drogas; el poder del narcotráfico sobre los gobiernos y todas las significaciones Neptunianas que causan desorden. Júpiter es el regente incidental de esta casa y se encuentra bien colocado en Leo, y casa 10, aunque recibe varias aflicciones y ningún aspecto armonioso que facilite su acción. Su oposición con Saturno habla de grandes adquisiciones y muchas riquezas pero también altos costos.

Al llegar a este punto conviene detenernos para señalar de paso la gran importancia de este par de planetas. Adelantemos que el aspecto de oposición entre ellos parece ser muy prominente en los grandes acontecimientos de la historia americana y como prueba de ello veremos que se encuentra presente en los horóscopos de la Independencia de México, y también en el de la Revolución Mexicana, solo por mencionar algunos de los más relevantes.

Volviendo a los significados que Júpiter aporta a nuestro tema, veamos que las cuadraturas que forma con los Nodos lunares con el Ascendente y con Plutón denotan una tendencia marcadamente destructiva y con grandes pérdidas, pero que sin embargo propicia la creación de nuevos valores sociales o culturales.

Es una tendencia que buscará su realización a través del Ascendente en Escorpión, que es un signo Negativo, Fijo, de Agua, gobernado por Marte y Plutón, todo lo cual representa las transformaciones radicales por las cuales se renueva incesantemente la naturaleza.

Es un signo de cambios profundos, el cual provoca las crisis de valores que por lo general preceden a las grandes transformaciones sociales.

Hemos dicho que Neptuno en casa 2 describe los asuntos de los cuales depende la economía del continente, y en este sector su posición nos habla de gran abundancia de bienes y mucha fertilidad de la tierra, ya que Neptuno recibe un trígono de Marte y un sextil del Sol.

Sin embargo, y a pesar de todo lo bien aspectado que pueda estar Neptuno, es un planeta que no favorece el sentido práctico, denota siempre una tendencia al descuido que provoca dificultades para conciliar los ideales con la realidad.

Neptuno en este sector nos habla de confusiones, de malos manejos o torpezas administrativas que tienden a concentrar la riqueza en manos de militares y jefes de estado, dado que los 2 únicos aspectos en que este interviene se dirigen a los significadores naturales de este tipo de personajes (Marte y el Sol); mientras que la Luna (la cual representa el grueso de la población) no forma ningún aspecto con Neptuno (ocupante de casa 2), ni con Júpiter (regente de 2), y por lo tanto sugiere alejamiento del bienestar económico para el pueblo, o en otras palabras, la pobreza, el subdesarrollo y la marginación social de los grupos indígenas hasta la fecha.

La Luna en su propio signo sugiere que la naturaleza de la población será de tipo armoniosa y comunicativa (ello reforzado por el trígono con Venus y Mercurio), su presencia en casa 9 denota una naturaleza religiosa, jovial, optimista y festiva a la vez que un tanto despreocupada y hasta irresponsable.

Por otro lado la oposición de la Luna con Urano en casa 3 marca claramente el estilo y naturaleza de la instrucción pública, nos habla de una total ambivalencia. Una verdadera paradoja que por un lado contiene ideas avanzadas (los conocimientos de las culturas antiguas), pero por el otro lado un mal aprovechamiento de las mismas (su destrucción por los invasores españoles) y en fin, esta oposición Luna-Urano sintetiza el deficiente desarrollo intelectual de nuestra gente como factor esencial del sub-desarrollo en un sentido general.

En un horóscopo individual este aspecto suele interpretarse como "traumas en la infancia" o "conflictos con la figura materna". Es fácil encontrar la analogía de estos significados y la influencia que sobre la formación de nuestra cultura tuvo durante trescientos años la "Madre Patria".

Como quiera que se vea es un eje de inestabilidad que sugiere fluctuaciones y bruscas rupturas, de circunstancias limitativas que condicionan el desarrollo de las diversas culturas en nuestro continente y esto se pone de relieve especialmente si consideramos además que el ascendente en el signo del Escorpión representa la profunda destrucción que sufrieron los pueblos nativos no solo de su acervo cultural sino prácticamente la destrucción de su forma de vida en todo sentido.

La Luna en casa 9 con trígonos a Venus y Mercurio muestra la población re-generándose bajo una influencia predominante del extranjero. Es el signo de la sangre proveniente de tierras lejanas que determinará un intercambio genético y cultural dando como resultado el nacimiento de una raza nueva (la "Raza de Bronce"), ya que durante los años de colonización los pueblos nativos se vieron diezmados directamente debido a su inferioridad de armamento, pero también debido a sus supersticiones y divisiones entre las diversas tribus, e incluso por enfermedades como la sífilis y la viruela que trajeron los invasores. Tan solo por esta última se sabe que en menos de 3 años la población aborigen de lo que hoy es México se redujo de aproximadamente nueve millones que eran al llegar los españoles, a solo dos millones de individuos.

Lo anterior denota un proceso muy profundo de destrucción de nuestras raíces, pero al mismo tiempo pone de relieve una especial capacidad de regeneración (Plutón en Escorpión y Luna en Cáncer), una asimilación natural de los elementos extraños, condiciones que resultan sumamente significativas ya que aparecen como algo constante en la historia de México.

La representación mitológica de nuestro país puede ser el Ave Fénix, el cual resurge siempre triunfante de sus propias cenizas, pero además, y por otra parte este punto de partida contenido en el binario destrucción-regeneración, se encuentra especialmente remarcado debido a la presencia de Plutón en Escorpio, quién por su parte denota una capacidad de regeneración muy potente y poco común al estar en su propio signo conjunto al eje nodal y el Ascendente, y siendo tanto Cáncer como Escorpión signos de naturaleza acuática, ello refuerza el significado del hecho histórico a que nos estamos refiriendo. La llegada de unos navegantes europeos por el mar a nuestro continente, con todas las implicaciones que son bien conocidas.

Por otro lado notemos que la Luna en Cáncer parece sugerir mucha fertilidad, y esto en América es válido en cuanto a la tierra como también en cuanto al elevado crecimiento demográfico del cual derivan muchos de los problemas que a la fecha padecen la mayoría de los países latinoamericanos.

Además es de notar que la Luna se acercaba al cuarto menguante, el cual es la fase involutiva del ciclo lunar y guarda una relación analógica con la época del otoño, es el tiempo que sigue a la cosecha y por lo tanto nos sugiere la idea de seleccionar los frutos de la tierra, separándolos según el destino que a cada uno corresponde.

Algunos granos serán destinados para comer, y otros servirán para asegurar la siembra del año siguiente, de la misma manera que los elementos culturales de naturaleza disímbola al combinarse deberán entrar en conflicto y con ello resultará una depuración, una selección natural, aunque propiciada en parte por la influencia transformadora del ser humano.

Dicha influencia es por supuesto involuntaria en su mayor parte, es hasta cierto punto "incidental", puesto que no obedece a planeación alguna y por lo tanto puede uno referirse a la existencia de un cierto determinismo social que no depende en nada del concurso de la voluntad humana expresada individual y conscientemente, sino en sentido colectivo e inconsciente.

Es al parecer, como parte de un proceso evolutivo pre-establecido en el plano arquetípico que tiende a lograr la fusión de elementos biológicos y culturales con los cuales la naturaleza experimenta nuevas formas.

El re-descubrimiento del continente americano es un evento único en su género, e ideal para estudiarlo astrológicamente por tratarse de una época relativamente reciente de la historia y por lo tanto muy bien documentada, dos condiciones que nos permiten monitorear una serie de sucesivas transformaciones sufridas a lo largo de varios siglos, estableciendo con el apoyo de la ciencia informática, las relaciones astrológicas correspondientes a las diferentes etapas históricas de nuestro continente sin caer en el terreno de la especulación metafísica.

Sin embargo el sentido que se le da al hecho histórico no es al parecer lo suficientemente claro, aún se cuestiona el papel que cada una de las partes involucradas desempeñó y a 500 años de ocurrido se vuelve muy difícil juzgar el asunto de manera imparcial, tanto más si uno es mexicano (como es el caso del autor) así que tomemos las palabras del maestro Alexandre Volguine el cual por su filiación nacional (de ascendencia eslava y con nacionalidad francesa), no parece tener una predisposición a ser parcial.

Dice el ilustre colega en el prólogo de su libro, «La Astrología entre los Mayas y los Aztecas» (ed. Martínez Roca)

«...Nuestros historiadores hablan con espanto de la invasión de los vándalos, de los bárbaros y de los hunos, olvidando que, en el nuevo mundo, son los españoles quienes hicieron el papel de vándalos, bárbaros y hunos. El historiador Las Casas compara a los indios con corderos y a los españoles con tigres, con lobos devoradores y con leones hambrientos mientras que Cristobal Colón escribe en una de sus cartas a Fernando «Juro a Vuesa Magestad que no existe en todo el mundo un pueblo más bondadoso». Atila me parece civilizado al lado de los salteadores europeos atraídos por el oro y que, bajo la bandera de Cristo, fría y metódicamente, a la manera de la Gestapo del siglo XX, destruyeron una civilización que sobrepasaba su comprensión».

Por lo anterior, resulta fácil comprender que la misma indignación que provocan en nosotros -americanos- los actos de barbarie perpetrados por la corona de España hace casi 500 años en nombre de la fe cristiana, es compartida por todos aquellos que conocen la verdadera historia.

Hemos dicho que desde el punto de vista astrológico la historia tiene un carácter de recurrencia, su desarrollo obedece a ciertos ciclos que se repiten con determinado índice de periodicidad, y paralelamente ponen en acción determinadas tendencias sociales, las cuales se manifiestan simultáneamente a través de los diferentes grupos humanos.

La prueba de esto es que en años recientes (con el paso de Plutón por el signo de Escorpión) bajo el pretexto del 500 aniversario de la invasión europea en América, aparecieron algunas tendencias ideológicas que pretendían glorificar el hecho soslayando los crímenes de los soldados españoles ordenados por Fernando (el católico) Rey de España y autorizados por el Papa Alejandro VI con el fin de "evangelizar" a los nativos "paganos e idólatras" que poblaban entonces nuestra América.

Al parecer con ello se pretendía minimizar el desastre cultural con todo el saqueo y el genocidio que significó en su momento aquella invasión de bárbaros europeos (que en el caso particular de México hubiera significado el "celebrar" 300 años de esclavitud).

En todo caso el sentido común parece sugerir la necesidad de interpretar los hechos históricos en base a lo que permanece de ellos a través del tiempo, considerándolos como la causa-raíz de los acontecimientos presentes.

La historia es en cualquier caso una materia difícil de comprender, pero una buena manera de juzgar la naturaleza de las cosas consiste en estudiar sus mutaciones a través de períodos prolongados de tiempo, es decir, cuando observamos la coyuntura histórica en que comenzó la invasión de América debemos considerar los acontecimientos en función de las diversas facciones que intervinieron en su desarrollo.

Es cierto que en aquella época los sanguinarios Aztecas practicaban sofisticados rituales de magia negra, que la decadencia espiritual de Tenochtitlan hacía necesaria una depuración kármica. Pero durante esa misma época había igualmente en América numerosos pueblos que conservaban sus formas religiosas naturales, sin implicar los aberrantes sacrificios humanos a las diabólicas deidades tutelares del pueblo azteca, y estos también pagaron las consecuencias sin tener culpa alguna.

Por su parte, los españoles acababan de terminar con casi ocho siglos de sometimiento al Islam, es lógico que la mentalidad de estos se encontrara impregnada de rencores, de fanatismo religioso y deseos de conquista.

El cristianismo primitivo en ningún momento predicó la imposición de las enseñanzas de Jesucristo por la fuerza de las armas, pero sin embargo esa tendencia de asociar lo místico con lo militar, fue sumamente común en la edad media. Es una particularidad histórica que corresponde a la naturaleza de aquel tiempo. Extraña expresión de la doctrina que se basa en el "Amor al Prójimo" y sostiene esta idea cortando la cabeza de quien no piense así.

Durante la edad media las cruzadas emprendidas en un principio bajo la divisa de rescatar el Santo Sepulcro se transformaron con el tiempo en verdaderos aquelarres de sangre (los árabes no eran de ninguna manera un pueblo fácil de dominar.)

Las pretendidas "virtudes heroicas" de los caballeros cruzados eran una forma "sublimada" de fanatismo religioso, la única diferencia en los crímenes que se cometían en ambos continentes consiste en que unos eran dedicados a Huitzilopochtli y otros "Ad Maiorem Dei Gloriam". Pero el resultado es el mismo, independientemente de la forma exterior, hablamos de vidas segadas cruelmente, por el acero o por la obsidiana. ¡Es lo mismo! Y, visto así ¿como es posible justificar el genocidio cometido en América?

Pero en todo existe algo positivo, y a final de cuentas, para estas fechas todos aquellos hombres y mujeres, buenos y malos han muerto de cualquier manera. La vida es así, y solo la muerte puede borrar de manera definitiva las diferencias existentes entre los seres humanos. El beso eterno de nuestra blanca hermana, La Muerte, iguala definitivamente todas las diferencias naturales o artificiales entre los hombres.

Desde otro ángulo consideremos las consecuencias positivas de la conquista y colonización por parte de los españoles en todo Latinoamérica y no solo en México, y nos daremos cuenta de lo afortunada que resulta la circunstancia de que tengamos un idioma común el cual nos identifica como latinoamericanos sin importar la nacionalidad que se tenga, consideremos además que se trata de un idioma tan extenso y refinado como hay pocos en el mundo.

El idioma castellano es una síntesis de las más antiguas raíces del latín y el árabe, además de las voces americanas que le han enriquecido. Reflexionemos sobre la importancia que tiene un elemento de identificación cultural, tan poderoso como el idioma, entre nuestros pueblos latinoamericanos, y todo lo que ello implica no hubiera sido posible de continuar el curso de nuestra historia sin la intervención de la Cultura Europea en nuestro continente.

Visto de manera imparcial podemos concluir en lo siguiente: no importa a la fecha lo que la Conquista significó en su momento, la destrucción y sometimiento de los seres humanos que ella haya ocasionado, ni las irreparables pérdidas en cuanto a edificios, monumentos, códices, tradiciones orales suprimidas y demás elementos culturales que los invasores en su afán evangelizador se encargaron de destruir.

Ni siquiera tiene caso insistir en los 300 años de ignominiosa esclavitud que determinaron una falta de identidad nacional en nuestro pueblo; pues todo ello es (hasta cierto punto) irremediable y no vale la pena lamentarlo.

Lo que a la fecha importa o debería importar a todo el mundo es que lo que los americanos de cualquier país de este continente, para bien o para mal somos, se debe principalmente a aquella coyuntura histórica y ello solo será posible si tenemos en cuenta nuestros orígenes, si nos apegamos con valor a la verdad y comprendemos los errores del pasado, entonces estaremos prevenidos de cometerlos nuevamente puesto que ya conocemos las consecuencias.

Ya para concluir con el análisis de este tema recapitulemos algunos puntos: Hemos visto que la Luna se encuentra colocada en su propio domicilio, aunque el Sol por su parte se halla en caída, no obstante lo cual se ve sostenido por dos sextiles con Marte y Neptuno, quienes a su vez forman trígono, y luego encontramos la importante cuadratura del Sol con Urano.

La Luna se halla en trígono exacto con Venus, y aplicativo con Mercurio, la oposición de la Luna con Urano representa las tensiones que la población habría de soportar en relación al poder de la monarquía (Sol en cuadratura a Urano).

Venus, quien dispone de la fuerza del Sol, se encuentra en Escorpión y por lo tanto en detrimento, y además al comienzo de una estación retrógrada lo cual es índice de una profunda debilidad como veremos en algunos temas progresados sucesivos.

Júpiter en casa 10, en Leo, y en oposición con Saturno en Acuario y casa 4, nos sugieren un destino de elevación (Leo y casa 10) a partir de un origen obscuro (Acuario y casa 4).

Observemos la distribución simétrica que guardan Neptuno, Urano y Saturno quienes acababan de separarse después de una triple conjunción que tuvo lugar entre 1484 y 1488 aproximadamente.

Sabemos que entre 1987 y 1990 se repitió este evento astronómico, la triple conjunción que se formó pocos años antes del descubrimiento de América (aunque no tan exacta entonces, como esta última vez).

En aquella época su influencia estuvo asociada con la época del Renacimiento en Europa, con las grandes expansiones colonialistas y luego con la reforma religiosa iniciada por Martín Lutero.

Es difícil más no imposible encontrar similitudes entre aquellos movimientos colectivos y los que se manifiestan actualmente. Si reflexionamos atentamente sobre la realidad contemporánea veremos que en esta época algunas tendencias análogas a aquellas se manifiestan nuevamente, aunque por supuesto, modificadas de acuerdo a las condiciones generales de nuestro tiempo.

Las aspiraciones colonialistas europeas se vuelven a repetir, manifestándose esta vez en gran parte por el lado económico dada la deplorable situación financiera de Latinoamérica, y por el lado ideológico con la ficción de la "hispanidad" ¿¡...!?

El 2º retorno de Plutón a su posición natal en el mapa de América desde 1983 se ha mostrado bastante conflictivo en la realidad y ello no debe extrañarnos, dado que se encuentra reforzado por la influencia simultánea de la triple conjunción Saturno, Urano y Neptuno en Capricornio.

Son eventos sumamente importantes, pues como ya hemos visto, estos 4 Astros (Saturno, Urano y Neptuno por su triple reunión y Plutón por su posición en Escorpión) resumen los 500 años de historia transcurrida desde entonces.

En los siguientes capítulos demostraremos lo más notable de esta carta natal de América, mediante las correspondencias existentes durante las épocas de importantes transformaciones, lo cual demuestra que existen ciertos lugares de la banda Zodiacal activos en los momentos de transición histórica en nuestro continente.

Por ejemplo, Marte de América, es la posición de Marte en la Independencia de México (4° de orbe).

El eclipse solar del 11 de julio de 1991 cayó en conjunción a la Luna natal de América. Este fenómeno parece ser sumamente importante a mediano y largo plazo, dada la duración del mismo que según los Caldeos determinaba la duración de sus "efectos" y porque además coincidió con un ciclo de máxima intensidad en la actividad solar a solo unos años de la mayor concentración planetaria del siglo en 1983, de la "triple" en Capricornio 1987/90, etc. etc.

Saturno en el mapa de América ocupa la posición de la Luna de la carta de los Estados Unidos, la cual retornó a su posición radical en Enero de 1992, (agudización de la recesión económica, disturbios raciales en Los Angeles durante el mes de abril y firma del T.L.C.).

Por otro lado, la posición de Urano en la carta natal de América es "casi" la misma del inicio de la Revolución Mexicana (a solo 2° de orbe), y el próximo retorno de Urano en el horóscopo de América será en 1996, (¿qué puede significar esto?, ¿un principio de integración continental, o nuevas revoluciones?).

Estos últimos comentarios pueden parecer un tanto dispersos y generales, pero las comprobaciones que veremos a partir del siguiente capítulo demuestran que la vida de nuestro continente tiene profunda resonancia con las significaciones de este "Horóscopo de América".

Capítulo 5

* LA CONQUISTA *

MOCTEZUMA :

«...Era la media noche. Un profundo silencio reinaba en la gran capital del Imperio Azteca, y las estrellas de un cielo limpio y despejado se retrataban en las tranquilas aguas de los lagos y en los canales de la ciudad.

Un gallardo mancebo que hacía veces de una divinidad, y que por esto le llamaban Izocoztli, velaba silencioso y reverente en lo alto del templo del dios de la guerra.

Repentinamente sus ojos se cierran, su cabeza se inclina, y recostándose en una piedra labrada misteriosa y simbólicamente, tiene un sueño siniestro.

Abre los ojos, procura recordar alguna cosa, y no puede ni aun explicarse confusamente lo que le ha pasado. Sale a la plataforma del templo, levanta la vista a los cielos, y observa asombrado en el Oriente una grande estrella roja con una inmensa cauda blanca que cubría al parecer toda la extensión del Imperio.

Apenas ha mirado este fenómeno terrible en el firmamento, cuando cae con la faz contra la tierra, y así, casi sin vida, permaneció hasta que los primeros rayos del Sol doraron las torres del templo.

Alzó entonces el Izocostli la vista a los cielos, y la estrella había desaparecido.

Izocostli al medio día se dirigió al palacio del Emperador. «Señor temible y poderoso, le dijo, anoche he visto una grande estrella de fuego en los cielos.»

Moctezuma dudó, pero quedó pensativo todo el día. En la noche él mismo permaneció en observación en la azotea de su palacio, y a cosa de las once vió aparecer repentinamente la fatal estrella roja.

Al día siguiente mandó llamar a todos los adivinos y hechiceros de la ciudad. Ninguno había visto nada. Nadie se atrevía a interpretar la aparición misteriosa de los cielos.

Moctezuma mandó llamar a los justicias. «Encerrad, les dijo, a todos estos adivinos y astrólogos en unas jaulas, y no les daréis de comer ni de beber. Es mi voluntad que mueran de hambre y de sed.

«Marchad después por todos los lugares de mi reino y haced que las casas de los hechiceros y adivinos sean saqueadas y quemadas, y traedme arastrando por el cuello por las calles a todos los que teniendo la obligación de observar los cielos y de interpretar sus señales de los dioses, nada han visto, ni nada han dicho a su Rey.»

La orden se ejecutó. Los hechiceros de México murieron rabiosos de hambre y de sed en las jaulas, y a los pocos días los muchachos de las escuelas arrastraban de unas sogas amarradas al cuello de los adivinos de las provincias, que dejaban contra las esquinas de la ciudad los pedazos sangrientos de sus miembros. Así se cumplió la voluntad del muy grande y poderoso Señor Moctezuma II.

Una tarde, quizá con la intención de ir a la corte de Texcoco, el Emperador se dirigió al lago; pero en el mismo momento espesas nubes cubrieron el cielo, los rayos atravesaron el horizonte, iluminándolo de una luz siniestra, y las aguas comenzaron a agitarse y hervir, como si tuvieran una gran caldera de fuego en el fondo.

Moctezuma se retiró a su palacio más triste y abatido. Imaginó aplacar la cólera de los dioses y mandó traer una gran piedra de sacrificios que había ordenado antes se labrase con mucho esmero. Al pasar la piedra por el puente de Xolco, construido de intento con fuertes maderos, crujió repentinamente, y la enorme piedra se hundió en las aguas, llevándose consigo al sumo sacerdote y a la mayor parte de los que la conducían.

En ese día un temblor hizo estremecer como si fuese la hoja de un árbol, el templo mayor, y un gran pájaro de forma extraña atravesó por encima de la ciudad, dando siniestros graznidos. Otra vez una negra tempestad descargó sobre la ciudad. Un rayo incendió el templo.

Moctezuma no pudo ya dominar su inquietud y su miedo, y mandó llamar al sabio Rey de Texcoco.

Los poderosos y magníficos reyes de México y Texcoco tuvieron una entrevista solemne.

Netzahualpilli era un rey anciano lleno de justicia, de bondad y de sabiduría, e interpretaba los sueños y los fenómenos de la naturaleza, y tenía el don de la profecía. Llegó ante Moctezuma, tomó asiento frente de él, y largo rato permanecieron los dos taciturnos y silenciosos.

-Señor, dijo Moctezuma interumpiendo el silencio, ¿has visto la grande estrella roja con una inmensa ráfaga de luz blanca?

-La he visto, contestó el Rey de Texcoco.

-¿Anuncia hambre, peste, o nuevas guerras?

-Otra cosa todavía mas terrible, dijo gravemente el Rey texcocano.

Moctezuma, pálido, casi sin aliento, temblaba sin poder articular ya una palabra.

-Esa señal de los cielos ya es vieja, continuó con voz solemne el Rey de Texcoco, y es extraño que los astrólogos nada te hayan dicho. Antes de que apareciera la estrella, una liebre corrió largas horas por los campos hasta que se entró en el salón de mi palacio. Esta señal era precursora de la otra más funesta.

- ¿Que anuncia, pues, la estrella? preguntó Moctezuma con una voz que apenas le salía de la garganta.

- «Habrá en nuestras tierras y señoríos, continuó el de Texcoco, grandes calamidades y desventuras; no quedará piedra sobre piedra habrá muertes innumerables y se perderán nuestros señoríos, y todo será por permisión del Señor de las alturas, del Señor del día y de la noche, del Señor del aire y del fuego.»

Moctezuma no pudo ya contener su emoción, y se echó a llorar, diciendo: «¡Oh, Señor de lo criado! oh dioses poderosos!, que dais y quitais la vida! ¿como habeis permitido que habiendo pasado tantos Reyes y Señores poderosos, me quepa en suerte la desdichada destrucción de México, y vea yo la muerte de mis mujeres y de mis hijos? Adonde huir? adonde esconderme?»

-En vano el hombre quiere escapar, contestó tristemente el Rey de Texcoco, de la voluntad de los dioses. Todo esto ha de suceder en tu tiempo, y lo has de ver. En cuanto a mi, será la postrera vez que nos hablaremos en esta vida, porque en cuanto vaya a mi reino moriré.

Los dos Reyes estuvieron encerrados todo el día conversando sobre cosas más graves, y a la noche se separaron con gran tristeza. Netzahualpilli murió en efecto el año siguiente.»

Este relato corresponde al período 1514/1515, según la fuente de donde fueron tomados textualmente. Quienes deseen ampliar esta información pueden consultar "EL LIBRO ROJO" (escrito por Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, Ed. "Valle de México").

HERNAN CORTES
La senda trazada por Colón y recorrida varias veces por él mismo fue seguida por muchos aventureros que venían en busca de fortuna, codiciosos de oro el cual pensaban encontrar sin esfuerzo ni trabajo.

Así se estableció una corriente de inmigración hacia las islas recién descubiertas cuya perpetua posesión "autorizó" a España el Papa Alejandro VI.

En ellas se fundaron los primeros centros de población y se organizaron nuevas expediciones debidas a la iniciativa de algunos particulares.

Cuba y Santo Domingo fueron los cuarteles generales de aquellos aventureros que pronto se extendieron por todo el Nuevo Continente.

De Cuba salieron las primeras expediciones para México comandadas por Hernández de Córdoba, Grijalva y Cortés, -tocó a este último la "gloria" del triunfo.

Diego de Velázquez, Gobernador de Cuba, temiendo de todos sus hombres porque en nadie confiaba, porque en ninguno de ellos encontraba los méritos necesarios para dirigir y consumar la conquista de México (el cual había sido descubierto en 1517), designó por fin a Hernán Cortés, hidalgo extremeño, valiente, astuto, de gran talento político y poseído de insaciable ambición, acogió con tal empeño su nuevo encargo que pronto Velázquez desconfió de él y pretendio deponerlo.

Pero no era Cortés un hombre que se dejara sorprender y arrebatar el mando, y ante la atónita mirada del Gobernador zarpó rumbo a México. Aquel aventurero audaz e inteligente, dotado de una férrea energía venció las dificultades que surgieron a su paso y pronto pisó las arenosas playas de Chalchiuhcuecán (el viernes santo 22 de abril de 1519), frente al islote de Ulúa.

Allí se enteró de la situación que entre sí guardaban los reinos que ocupaban el interior del país y supo con malicioso interés el odio y los rencores que se profesaban las tribus entre ellas, la cruda guerra que se hacían, los deseos de venganza que abrigaban; pues no se escapó a su perspicacia que tales elementos de desunión eran poderosos factores de ayuda que explotaría para lograr la sumisión, la común servidumbre de toda la raza.

Y así fue que pronto encontró aliados y su marcha a excepción de la ligera resistencia que le opusieron los tlaxcaltecas y del intento que hicieron de acabar con sus tropas en Cholula, cuyo fracaso constituyó un desastre para los indios, fue una marcha triunfal hasta la bella Tenochtitlan a cuyas calzadas salió a recibirlo el Emperador Moctezuma, temeroso, porque al parecer la llegada de los españoles representaba para los aztecas el cumplimiento de una antigua profecía, acató humildemente lo que él llamaba "la voluntad de los dioses".

Resulta ser que según la tradición, el dios Quetzalcoatl había prometido que volvería en un año Ce-Acatl, (que quiere decir Uno-Caña, de acuerdo a la forma en que nombraban los aztecas los años según su calendario ritual); y resultó que el año de 1519, ¡por una curiosa coincidencia! le tocó ser año Uno-Caña.

Volvamos nuevamente al relato que nos ofrece "EL LIBRO ROJO"

«...El 8 de Noviembre de 1519 fue un gran día de sorpresa, de admiración y de extraños sucesos en la gran ciudad de México-Tenochtitlán. A eso de las dos de la tarde, una tropa de europeos, a caballo los unos, a pié los otros, y todos revestidos de brillantes armaduras y cascos de acero, y armados de una manera formidable, hacían resonar las piedras y baldosas de la calzada principal con las herraduras de sus corceles y el son de sus cornetas y atabalés se prolongaba de calle en calle. En el viento ondeaban los pendones con las armas de Castilla, y a la cabeza de esta tropa, seguida de un ejército tlaxcalteca, venía el muy poderoso y terrible capitán D. Hernando Cortés.

Las azoteas de todas las casas estaban cubiertas de gente, las canoas y barquillas chocaban en los canales, y en las calles se agolpaba la multitud, estrujándose y aun exponiendo su vida por mirar de cerca a los hijos del sol y tocar sus armaduras y caballos.

Moctezuma, vestido con sus ropas reales adornadas de esmeraldas y de oro, acompañado de sus nobles, salió a recibir al capitán Hernando Cortés y le alojó en un edificio de un solo piso, con un patio espacioso, varios torreones y un baluarte o piso alto en el centro. Era el palacio de su padre Axayacatl. Moctezuma, después de haber cuplimentado a su huésped, se retiró a su palacio.

Al día siguiente mandó que se hiciese en la montaña un sacrificio a los dioses Tlaloques. Se sacrificaron algunos prisioneros que estaban siempre reservados para estas ocasiones; pero los dioses se mostraron más iritados. Se estremeció la Mujer Blanca, y desde la azotea de su palacio pudo contemplar asustado el Emperador azteca los penachos de nubes negras y fantásticas que cubrían la alta cima de los gigantes del Anáhuac.»

Veamos ahora cuales eran las posiciones de los planetas en ese día erigiendo un mapa del cielo para las 14 horas.

El ascendente a mitad del místico signo de Piscis describe la atmósfera de confusa admiración, el profundo misticismo del momento. ¡La antigua profecía cumpliéndose AL PIE DE LA LETRA!... Aparentemente.

Imaginemos que pensaron los indígenas, asombrados ante lo desconocido (caballos, armas de fuego y armaduras relucientes, etc.) y la apariencia impresionantemente extraña de los invasores a quienes creían enviados de Quetzalcóatl.

En ese momento el Sol se encontraba en Escorpión a los 25° en conjunción con Marte a 0° de Sagitario y cuadratura a Neptuno a los 26° de Acuario, todo ello representando la admiración del Sol (Moctezuma) ante el despliegue de las tropas españolas (Marte), y la cuadratura de ambos a Neptuno nos habla de lo insólito que resultó ser la entrada pacífica del ejército comandado por Cortés en la capital del terrible imperio azteca.

La Luna (la población), en Géminis (el encuentro de dos culturas distintas), y en trígono a Neptuno (lo maravilloso y fantástico), tienen una consonancia con el ambiente que debe haber predominado en ese preciso momento.

Por otro lado, Mercurio (noticias, mensajes) en conjunción a Júpiter (religiosidad, profecías) en Escorpión (lo oculto, lo misterioso y profundo).

Venus en conjunción a Plutón y Saturno, los 3 en Capricornio (concreciones a largo plazo). Es claro que este mapa tiene profunda resonancia con el destino de nuestra nación y por lo tanto el estudiante debería sacar sus propias deducciones.

Enseguida veamos los aspectos se formados entre este mapa y el de América (ver figura compuesta). Lo primero que salta a la vista es la acumulación de planetas en el signo de Escorpión.

Venus progresado se halla retrógrado conjunto a Plutón y el nodo Radicales.

Júpiter y Mercurio en conjunción a Venus progresado, al nodo y a Plutón radicales.

Pero sin duda que los aspectos mas importantes parecen ser el Sol transitando en conjunción (a 16'47" del Sol progresado y la Luna progresada del descubrimiento en conjunción aplicativa a 2°45'09" de la Luna radical.

El Sol y Mercurio progresados, y el Sol y Marte transitando en conjunción muy exacta cada par, y los cuatro en cuadratura con Marte Natal.

Mercurio y Júpiter transitando en conjunción al stellium formado por Plutón, Caput Draconis y el Ascendente de América en donde hemos visto se encuentra también Venus progresado.

La Luna transitando en oposición a Neptuno Natal.

Saturno en conjunción aplicativa a Urano Natal.

Neptuno transitando en trígono al Sol radical, en trígono con la Luna y cuadratura al Sol progresado.

Es indudable que en esa fecha se encontraba muy aspectado el horóscopo de América, el estudiante puede interpretar el simbolismo correspondiente a cada factor según los significados contenidos en la primera parte del libro, pero sigamos con la historia.

Al llegar a Tenochtitlan, nada tenía que temer el conquistador y todo podía esperarlo a la medida de su deseo, se apoderó de la persona del pusilánime monarca azteca y de él obtuvo cuanto quiso, valiéndose de promesas y amenazas.

Por los mensajeros de Moctezuma supo Cortés de la llegada de Pánfilo Narváez, quien venía desde España a quitarle el mando, y hábil como era el primero en el arte de la guerra salió a su encuentro y le derrotó.

A Moctezuma debió también que su teniente Pedro de Alvarado no hubiera sucumbido destrozado por el pueblo al que había atropellado; y todos esos favores los pagó Cortés con la más negra ingratitud, mandando apuñalar a Moctezuma la noche del 30 de Junio de 1520, antes de abandonar su cuartel, noche en que su ejército fue derrotado por aquel pueblo que encabezado por el valiente Cuahutémoc defendía su libertad y se conoce hasta la fecha como "La noche triste".

Pero tal derrota solo sirvió para inflamar el ánimo del conquistador, quien una vez repuesto de sus pérdidas y seguido de numerosos aliados puso sitio a Tenochtitlan. La superioridad de sus recursos bélicos, las armaduras, la pólvora y los briosos corceles, sembraban el terror entre los sencillos indígenas, que se creían frente a seres sobrenaturale s portadores del rayo.

La lucha fue desesperada, pero al fin la noble ciudad se rindió el 13 de Agosto de 1521 y el valiente Cuahutémoc fue hecho prisionero. Cortés había logrado su intento y llamó "La Nueva España" a los fértiles y ricos dominios.

Comprobaciones: en segundo lugar tenemos el tema de la caída del imperio Azteca, habiendo tomado los datos de la obra "México a través de los siglos" en donde se consigna la fecha y aún la hora aproximada, dice textualmente «...serían las 3 de la tarde del día 13 de Agosto de 1521 cuando sonó por última vez el caracol de Cuahutémoc».

Este horóscopo significa para nuestra alma nacional el inicio definitivo del largo proceso por el cual se integra y estructura nuestra realidad cultural. En el está contenido el doloroso proceso de olvidar las raíces ancestrales, el renunciar de manera obligada a la religión natural y el dulce idioma Náhuatl.

Ese fue el día en que se perdió el conocimiento de las propiedades de las plantas, la Medicina, la Astronomía y las Matemáticas, el uso del Tonalpohualli, el Tonalamatl y la poesía de Netzahualcoyotl. Todo lo cual se convirtió de la noche a la mañana en "artilugios del diablo".

Veamos en que consiste el tema; lo primero es la posición del Sol a 29°53' de Leo; en oposición a Neptuno retrógrado a los 2°16' de Piscis; la cual es considerada una combinación muy tensa.

El Sol representa la conciencia objetiva y al verse enfrentado con la ambigüedad Neptuniana (enfatizada además por su movimiento retrógrado), es un aspecto que nos sugiere la decadencia cultural, el fanatismo religioso y todo cuanto propició la caída del imperio Azteca.

Obsérvese además que en el mapa de América el Sol y Neptuno estaban en sextil pero además, durante el encuentro de Cortés y Moctezuma casi dos años antes estos mismos astros se encontraban en cuadratura.

La comparación con el tema natal de América y sus progresiones a la misma fecha nos da los siguientes resultados (ver figura compuesta):

El Sol se halla en conjunción a Marte Radical, posición que a primera vista posee una significación congruente con la naturaleza del evento, de acuerdo a los significados tradicionales del Sol y el planeta Marte, y si además recordamos que el primero se halla en oposición a Neptuno, entonces esta misma oposición es válida para Marte Natal, pero además, esta combinación se refuerza por la cuadratura de Marte radical con el Sol progresado.

Dice Charles Carter respecto de este tipo de relaciones... «Si en el momento que un cuerpo progresado se encuentra en aspecto con otro por dirección, y cualquiera de estos cuerpos forma un aspecto por tránsito con cualquiera de los dos cuerpos direccionales, entonces este tránsito excitará la dirección hacia un fucionamiento inmediato.

Así, si p.ej. el Sol progresado en 0° Cáncer está en trino con Júpiter en 0° Escorpión, entonces cualquier tránsito del Sol o de Júpiter sobre cualquier punto en aspecto con 0° Cáncer o 0° Escorpión hará que actúe la dirección. Se verá que, de acuerdo con esta exposición de la ley, el cuerpo excitante debe ser uno de los dos cuerpos direccionales.

En nuestro ejemplo, el tránsito de cualquier otro cuerpo, excepto el Sol o Júpiter, no actuaría como excitante. Esto se encuentra de acuerdo con la experiencia del autor; la excitación por planetas que no sea de aquellos en dirección es mucho menos segura y poderosa. También se verá que esta ley permite al estudiante determinar, a veces dentro de un solo día, cuando operará una dirección.

Al mismo tiempo, explica la frecuente preocupación de los principiantes de astrología, quienes descubren que un tránsito actúa con gran vigor y otro con muy poca fuerza.» ("The Principles of Astrology", Aquarian Press)

Esta regla parece aquí confirmarse ampliamente. Consideremos que en el mapa natal de América el Sol y Marte se encontraban en sextil exacto (a solo 16'29" de orbe), 29 años después, este sextil se ha convertido en una cuadratura del Sol progresado y Marte radical, de manera que el tránsito por conjunción del Sol sobre Marte radical activa esta dirección y además el tránsito de Marte en semi-cuadratura con Marte radical y el Sol progresado de América refuerza el sentido destructivo de todo el circuito.

Obsérvese también que, como hemos visto líneas arriba, la posición del Sol en la llegada de Cortés a Tenochtitlan forma una conjunción exactísima con el Sol progresado de América (ver figura compuesta anterior), con un orbe de 16'47" y además aplica una conjunción con Marte, el que a su vez estaba en conjunción aún más exacta (a solo 3'22") con Mercurio Progresado.

Nótese como la conjunción que el Sol progresado aplicaba en aquella ocasión sobre Mercurio progresado se ha venido cerrando y ahora se encuentran a solo 18'34" de orbe.

Es clara la secuencia que existe entre el sextil Sol-Marte original, a través de la conjunción de ambos en el encuentro Cortés-Moctezuma y finalmente de la cuadratura del Sol progresado con Marte radical cuyo efecto se desencadena a través del tránsito del Sol por este último.

En estos tres casos son los mismos planetas que se encuentran en aspecto:

a) Sol en sextil con Marte y Neptuno durante la llegada de Colón a América.

b) Conjunción del Sol con Marte y cuadratura de ambos con Neptuno durante la llegada de Cortés a Tenochtitlan.

c) Conjunción del Sol con Marte de América y Neptuno opuesto a los dos, que a la vez forman semi-cuadratura con Marte en la caída de Tenochtitlan.

Los tres mismos astros en tres mapas sucesivos, ¡siempre en aspecto exacto a menos de un grado! No parece haber ninguna otra secuencia tan significativa como ésta que se desprende de la configuración radical formada por el Sol en Sextil con Marte y con Neptuno, estos dos últimos en trígono, componiendo los tres un circuito de los que llamamos "abanico".

Hay algunos otros aspectos complementarios: La Luna progresada, que retornó justo a su posición radical dos meses después de la llegada de Cortés a Tenochtitlan, ahora aplica la conjunción a Júpiter Natal a solo 3°52' de orbe.

Venus transitando retrógrado (al igual que en el radical) y forma una oposición aplicativa (por retrogradación) a solo 1°8'55" de Saturno Natal.

Marte transitando en conjunción al nodo sur de la Luna a 1°48'19 de orbe, y en cuadratura aplicativa a la Luna Natal a 4°16'13" de orbe, activa además de las semi-cuadraturas con el Sol progresado y Marte natal.

Las cuadraturas de la Luna natal con los nodos cerrando así una "cruz en T" con la oposición hacia el Nodo norte.

Júpiter en sextil con Saturno Natal (22'52" de orbe) también tiene una clara "resonancia" dada la oposición que formaban ambos astros en el "Encuentro entre dos Mundos" y que por lo tanto coincide con el trígono de Júpiter a su lugar natal.

Urano en oposición al Sol y Mercurio progresados de América también parece importante, dado que en el mapa natal se encuentran el Sol y Urano en cuadratura.

Neptuno transita por cuadratura con el Sol y Mercurio progresados.

La Luna en Capricornio y conjunta a Plutón, ambos cerca del Ascendente nos indican muy claramente la naturaleza del evento, es decir la destrucción de una cultura.

Saturno en conjunción aplicativa a 3°2' de la posición que tenía en el mismo Descubrimiento de América, o sea, al final de su 1er. ciclo.

Nótese que el Ascendente de este mapa es la posición de Neptuno de América.

Hasta aquí dejaremos el análisis de esta carta, el estudiante puede encontrar algunas otras correspondencias y sacar sus propias conclusiones.

Es difícil decir hasta que punto puede ser considerado el inicio de "algo" este tema (como no sea de los 300 años de esclavitud que terminaron en 1821) sin embargo, es algo incuestionable que en su comparación con el tema natal de América, son muchas las correspondencias existentes.

Puesto que en nuestro caso se trata principalmente de examinar las etapas formativas en la historia de México, en los siguientes capítulos saltaremos simple y llanamente de 1521 hasta principios del siglo diecinueve, para entender bien la historia sin entrar en detalles inútiles (que si el virrey fulano hizo esto, o el virrey zutano, lo otro). A cambio de esta aparente "laguna" histórica podremos examinar con especial atención el tiempo que nos ha tocado vivir (como nación) después de La Independencia, La Reforma y La Revolución de 1910, las cuales son épocas relativamente recientes y bien documentadas.

Por supuesto que la época de la conquista y el virreinato tienen sus propios significados, pero estos no son determinantes de nuestra realidad nacional contemporánea, sino que por el contrario, nuestra historia como nación libre y soberana comienza en el momento que los padres de la nación rompieron las cadenas que la sujetaban a España, antes de eso no hay muchas cosas que valgan la pena de ser analizadas.

No es que se pretenda con ello ignorar las raíces que la cultura española aportó a nuestra identidad nacional, pero tampoco se debe soslayar el hecho de que esas mismas raíces se han nutrido de los elementos que el suelo Mexicano les dio y sin los cuales seguramente se hubieran marchitado.

La realidad es que ellas crecieron a expensas de la vigorosa sangre indígena, por lo tanto dejaron de ser españolas, adquiriendo por este medio su carta de naturalización en México y son por derecho propio, actualmente tan nuestras como lo es la piedra del Sol o las pirámides teotihuacanas.

El período colonial sentó algunas bases para la formación de nuestra realidad cultural pero no tiene gran cosa que ver con nuestra realidad actual.

Ciertamente, durante esa época se fundó en México la primera universidad (la primera de tipo europeo, porque tanto los mayas como los aztecas tenían sus propias "universidades" desde mucho tiempo antes), la primera Imprenta en todo América y la primera Casa de Moneda.

De ese tiempo datan algunos edificios civiles y religiosos que aún hoy en día se conservan, y que según opinan los que saben de eso son la muestra de un estilo arquitectónico original y único, el cual proviene de una amalgama de elementos europeos e indígenas.

Por esa misma época se fomentaron las artes y ciencias bajo un esquema predominantemente hispano, que sin embargo no pudo suprimir por completo los poderosos rasgos de las culturas indígenas propiciando gradualmente una fusión de ambas y conformando a lo largo de los siglos nuestras raíces, las cuales sostienen hasta la fecha nuestra realidad cultural.

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