ASTROLOGÍA MÉDICA. LA FUERZA VITAL, LA NATURAL Y LA ANÍMICA CON SUS REGENTES

[Adela Ferrer]

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Notas de fisiología tradicional obtenidas de la wikipedia a las que he añadido comentarios de astrología médica y regencias planetarias.

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En la fisiología general galénica es muy importante el concepto de calor innato, esencial para la vida.

Su sede es el corazón, desde el cual se difunde por todo el organismo a través del pulso.

El combustible a partir del cual se produciría este calor innato es el alimento y la respiración tiene, en relación con él, una función refrigerante.

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LA FUERZA (pneuma) NATURAL está regida por Júpiter; los filósofos solían llamarlo “espíritu vegetal o vegetativo”), tiene su sede en el hígado, que es el órgano fundamental del abdomen para los clásicos; desde el hígado, el espíritu natural se difundiría por las venas, que, según la concepción clásica, partirían del hígado hacia todo el organismo.

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La virtud natural es responsable de las diversas funciones o facultades (dynámeis) de los órganos del abdomen.

Las funciones del abdomen son precisamente lo que los antiguos denominaban sus “virtudes” (el término “virtud” viene de vis, que significa fuerza, y que equivale en latín al griego dynamis).

Por tanto, los espíritus (pneuma) son los que desencadenan las virtudes de los órganos, y las virtudes son las fuerzas que hacen funcionar a los órganos.

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Las virtudes de los órganos abdominales son las funciones vegetativas, es decir, las funciones propias de los vegetales: nutrición y crecimiento.

Además, en el abdomen están los órganos de la reproducción, virtud (o función) que también realizan los vegetales.

De acuerdo con esto, las virtudes (fuerzas puestas en acción por los espíritus) van a ser propiedades de los distintos órganos:

El riñón, por ejemplo, tiene una virtud atractiva (regida por Marte) de la sangre y otra virtud expulsiva (regida por la Luna), de la orina.

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La unión de un conjunto de virtudes que se combinan entre sí forma una operación (como la purificación de la sangre con eliminación de la orina).

La operación es por tanto la acción que realiza un determinado órgano, y puede incluir varias virtudes coordinadas.

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Las virtudes abdominales (cada una de ellas correspondiente a un órgano) se clasifican en:

a) Principales (digestión, crecimiento y generación). Regidas por Júpiter y de naturaleza caliente y húmeda

b) Secundarias

1- Atractiva o apetitiva, regida por el Sol y Marte, de naturaleza caliente y seca. (Deglución)

2- Retentiva, conversiva, regida por Saturno, de naturaleza fría y seca. (Asimilación)

3- Expulsiva o excretiva, regida por la Luna, de naturaleza fría y húmeda (Eliminación)

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Cada vez que el médico considere necesario reforzar alguna de estas funciones, lo hará mediante medicamentos o higiene de vida que tenga la misma naturaleza esencial de los planetas y la función que pretende revigorizar.

El alimento es deglutido, digerido y asimilado (y los residuos son eliminados) gracias a estas virtudes.

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Hay también facultades psíquicas con sede en el abdomen:

virtudes concupiscibles (relativas al deseo), gobernadas por Venus y que funcionan por pares: amor-odio, deseo-abominación, gozo-tristeza y que tienen también su naturaleza caliente (como la cólera), fría como la tristeza, seca como el odio o húmeda como el deseo, virtudes que convendrá reforzar o disminuir mediante medicamentos o hábitos higiénicos adecuados a la pretensión del galeno que no será otra que la de templar, armonizar, equilibrar y por tanto, sanar.

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Cuando el paciente tiene alguna enfermedad en la que se detecte una carencia o debilitamiento de las funciones propias de esta fuerza natural que reside en el hígado y que, regida por Júpiter, es de naturaleza caliente y húmeda, el médico le recomendará un régimen de vida en el que abunden las cosas y los medicamentos que sean de la misma naturaleza de Júpiter: calientes y húmedos.

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El ESPÍRITU O FUERZA (pneuma) VITAL está regido por el Sol: localizado en el tórax, cuyo órgano fundamental es el corazón (y que además incluye los pulmones). Y le son propias las virtudes o facultades (dynámeis) vitales.

La virtud vital sería responsable de las operaciones que mantienen la vida: la respiración, el latido cardíaco y el pulso. (Este último no era para los antiguos simplemente la transmisión del latido cardíaco, sino una fuerza o virtud propia de la pared arterial, la virtud pulsífica, distinta de la virtud del latido cardíaco).

Tradicionalmente la muerte se determinaba por el cese de estas funciones torácicas (y se concebía como la desaparición del espíritu vital).

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El pneuma o spiritus vital se desplazaría por las arterias a partir del corazón.

Pero así como el latido es la función del corazón, el pulso es la función de las arterias (es una vis per se, una fuerza autónoma) y la respiración es la función de los pulmones.

Estas son las virtudes o facultades vitales principales: latido, pulso y respiración.

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Las secundarias son las mismas que en el caso del abdomen:

La atractiva de los pulmones sobre el aire (necesitará por tanto, participación de Marte y Sol)

La expulsiva del corazón con respecto a la sangre, (necesitará, por tanto, participación de la Luna)

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También en el tórax habría, para los antiguos, facultades psíquicas:

Las llamadas facultades irascibles, como lo serían la ira, la audacia y su opuesto el temor, o la esperanza y la desesperación. Están regidas por Marte.

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A partir del corazón, el espíritu vital se transmitiría a todo el organismo a través del sistema arterial.

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Cuando en un enfermo lo que falla o se debilita es esta virtud vital, que está regida por el Sol y es de naturaleza caliente y seca, el médico hará lo posible por reforzarla con un régimen de vida y algún medicamento de naturaleza caliente, pero adecuando la sequedad al temperamento del paciente puesto que la demasiada sequedad enquista y es contraria a la vida.

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EL ESPÍRITU O FUERZA ANÍMICA (pneuma animal, de ánima) regido por Mercurio y la Luna, es el penuma "superior", tiene sede en el cerebro, y sus virtudes y operaciones son más complejas, de carácter mental, y propias del ser humano.

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Este tercer tipo de pneuma se desplazaría desde el cerebro a los diferentes órganos por el interior de los nervios (canales que cuanto más amplios y más despejada tengan la luz de su diámetro, más favorecen la comunicación rápida entre los hemisferios cerebrales, de ahí proviene la palabra “lucidez mental”).

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Corresponde al alma racional. Este tercer tipo de virtudes (o facultades, dynámeis) animales se dividiría en varios tipos:

a) Aferentes (sensitivas, que reciben sensaciones a través de los órganos de los sentidos) están regidas por la Luna

b) Eferentes (motoras, que gobiernan el movimiento de los músculos) que están regidas por Mercurio.

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Hay además virtudes intermedias, centrales u ordenadoras, que tienen lugar en el sistema nervioso central: la imaginación, la razón y la memoria. Todas ellas regidas por Mercurio.

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Si un paciente tiene una enfermedad caracterizada por exceso de calor y el médico diagnostica fallo o debilitamiento de la virtud o función animal regida por la Luna y Mercurio, procurará reforzarla y aumentarla mediante un régimen de vida y unos medicamentos de naturaleza fría y, dependiendo de que pretenda reforzar las cualidades aferentes –sensitivas- lunares, aumentará las cosas de naturaleza húmeda o, por el contrario, aconsejará las cosas de naturaleza algo más seca si quiere reforzar las eferentes –intelectivas-

[Adela Ferrer]

Hola, Esperanza: Me alegra mucho que así lo consideres y que te agrade el enfoque que le estoy imprimiendo al tema.
Otro abrazo

Adela Ferrer

[Emma Esperanza Acosta Vàsquez]

Adela, gracias, cada dìa aprendemos màs. Un abrazo Esperanza