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ADELA FERRER
Rafael Gil Brand escribió un esclarecedor comentario sobre las técnicas astrológicas tradicionales para realizar el pronóstico, y como veremos, el pronóstico acerca de la salud, para un año dado en la vida del nativo.
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Os paso una parte de lo escrito por Rafa como prefacio al capítulo titulado “Sobre las revoluciones de los años” del libro “Tratado Breve de las influencias celestes” de Abraham Zacuto en el que explica magistralmente el atacir del Ascendente y, cómo su paso por los términos ha de ser tenido en cuenta para realizar los pronósticos.
Los comentarios en letra pequeña y el ejemplo, los he añadido para su mejor comprensión.
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“Como veremos, en el sistema de pronóstico que manejaban los antiguos, tiene un papel preponderante la noción de fases de tiempo y de planetas que rigen o tienen dominio sobre esas fases de la vida del nacido, convirtiéndose en verdaderos cronocratores.
De ahí que un planeta sea relevado por otro en el curso de los años, y especialmente de año en año.
La revolución del año, o revolución solar (que ya en sí implica un relevo de dominaciones vigentes para el lapso de un año), ha de ser interpretada siempre en base a esos cronocratores.
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En virtud de la rotación diurna, a partir de la hora de nacimiento van ascendiendo por el horizonte oriental sucesivamente los grados, términos y signos del zodiaco. Según se trate de signos de ascensión oblicua o recta (que no ha de ser confundida aqui con la coordenada ecuatorial del mismo nombre), y dependiendo de la latitud del lugar natal, su tiempo de ascensión será más corto o más largo, respectivamente. (Los signos de Ascensión lenta o recta son, en el hemisferio Norte: Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, y Sagitario. y los de Ascensión rápida u oblícua son: Capricornio, Acuario, Piscis, Aries, Tauro y Géminis. En el hemisferio Sur ocurre al contrario, mientras que en el Ecuador terrestre, ascienden todoslossignosa la misma velocidad, algo que calculan automáticamente los programas de Astrología)
Cada grado del ecuador que va pasando por el meridiano, corresponde a un año de vida, y en ese tiempo ascenderá por el horizonte una porción mayor o menor de un signo, según en qué hemisferio de la eclíptica se encuentre. (Se trata de analizar las progresiones secundarias que calculan los programas de Astrología; para calcular el grado del Ascendente progresado conviene pedirlos para el momento de la revolución solar del año que queremos analizar)
Supongamos la siguiente carta natal:
Pues bien, nos remite al “llevamiento”, o atacir, o sea a la dirección del ascendente y nos enseña – en plena concordancia con las doctrinas expuestas en el libro sexto de Ali ben Ragel, que lo primero será observar en qué grado y en qué término se halla el Ascendente progresado o "llevado" o "atacir" para ese año.
Para su 30 cumpleaños, la progresión, llevamiento o atacir sería:
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El Ascendente llega, 30 años más tarde al grado 29 de Aries, en un término regido por Saturno.
(Atención, todos los últimos grados de todos los signos, están regidos por planetas "infortunas", Marte o Saturno; parece que esta circunstancia propia de los términos egipcios sea uno de los motivos de la denominación de "grado de pérdida" para el último grado de todos los signos).
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El término en que se halla el ascendente dirigido es un factor básico en el pronóstico. Conforme pasan los años, el ascendente irá progresando de un término a otro. Cada término es regido por un planeta, y este planeta será el “divisor” del que habla Zacuto. Ali ben Ragel lo denominaba “partidor”. Así pues, para esta persona, el partidor o divisor del año será Saturno, que en su natal está situado en la Casa VI, relacionada con la salud.
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Los términos son una división de los signos zodiacales en cinco partes desiguales, regidas por cada uno de los cinco planetas, exceptuando al Sol y a la Luna.
Existen varias versiones de términos, pero la que utilizan la inmensa mayoría de los autores helénicos y árabo-persas, son los llamados términos egipcios (Y no los que decribe Ptolomeo, que se pusieron más de moda con la “beatificación” del sabio alejandrino después del Renacimiento.)
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Estos son los términos que utiliza también Zacuto, y cuya tabla es la siguiente :
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Durante todo el tiempo en que el ascendente va progresando por un término, el regente de ese término será el divisor, y regirá ese periodo de vida del nativo, hasta que el Ascendente pase al término siguiente. El nativo, al cumplir 30 años se hallaría en su último cumpleaños en el que su Ascendente progresado se hallase en término de Saturno (por ahí ha ido progresando desde su 28 cumpleaños; no va a grado por año, sino mucho más veloz, puesto que Aries es -en el hemisferio Norte- de ascensión rápida).
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Al juzgar la revolución solar, se tendrá que tener bien en cuenta la posición de este planeta.
La revolución solar para su 30 cumpleaños sería:
Si un planeta se halla muy cerca del grado en el que ha recaído el Ascendente progresado (29º Aries) o aspecta en ese lugar, contribuirá con el divisor (Saturno) a los asuntos de ese año, y “mayormente en la salud”, como dice Zacuto. Es el planeta que Ali ben Ragel denomina “participante” (su Júpiter natal está a 29º Cáncer), luego Júpiter será el "participante"; si en la revolución hay algún planeta aspectando al grado 29 de Aries será también participante, en este caso hallamos un sextil -largo- precisamente de Júpiter, a 16º Acuario, desde la Casa XII, que tiene que ver justamente con la salud.
Se da la circunstancia que en este año se acaba de producir el retorno de Saturno, dándole mayor preponderancia y significación a cualquier aspecto que forme o reciba este planeta a lo largo de esta revolución solar (en la revolución Saturno se halla excatamente sobre el Nodo Norte natal y empieza a aplicar de cuadratura a Neptuno y a la Luna natal, por ejemplo. Y, a lo largo del año, su Saturno natal habrá de recibir la oposición de Marte, que ya en la revolución le aplica de oposición)
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En términos generales el orden a seguir para juzgar al divisor y al participante, sería el siguiente :
1. El divisor es el cronocrator principal, dará la pauta básica en un periodo de vida; (en nuestro caso Saturno)
2. el participante en este caso Saturno acompañará y modificará esta pauta en el año en que el Ascendente dirigido forme conjunción o aspecto con él (en este caso con su Júpiter natal);
3. Ambos, divisor y participante, deberán ser juzgados
a) según su posición en el radical, y
b) según su posición en la revolución solar (válida para un año)
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En el caso que nos ha ocupado y que es totalmente ficticio (se trata del cero Aries de 1979) habríamos de juzgar que ya desde su 28 cumpleaños, el nativo ha tenido mayor tendencia a desequilibrar sus humores y que dicho desequilibrio se relaciona con Saturno -con mayor motivo al tener a Saturno natal en Casa VI- típico de tendencia a enfermedades crónicas y que dicho desequilibrio en este año se manifestaría mediante un exceso de los humores acordes con las cualidades de su Saturno natal (como partidor) -frío y seco-: todo tipo de lentitudes, obstrucciones y durezas - en Virgo: -frío y seco- abdomen, intestinos, etc... es decir, exceso de bilis negra y las patologías que señala: las relacionadas con alteraciones emocionales, la angustia, la preocupación, la depresión, el falso apetito (deseo voraz de comer), el insomnio, el estreñimiento...
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Como el temperamento del nativo es básicamente colérico y flemático, le atribuímos una vitalidad, una predisposición natural que fácilmente le ayuda a adoptar las normas de salud idóneas para evitar y/o superar este tipo de enfermedades (sobre todo que se conviertan en crónicas).
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Ya que Júpiter es el participante, podríamos pensar en que cualquier tipo de "exceso" sería el causante de la melancolía. Puesto que no se trata de nadie en concreto ni nos puede contestar a ninguna pregunta, podríamos fantasear y jugar a imaginar acerca de las posiciones de estos dos planetas y de las causas que el cielo apunta para inclinarlo precisamente este año a las enfermedades melancólicas, pero no es trabajo de la Astrología médica "adivinar" la "posible enfermedad", porque para el diagnóstico clínico no se requiere un astrólogo, sino un médico.
La astrología médica es, sin embargo, muy útil para recomendar determinadas actitudes, como ya vimos anteriormente y para colaborar con el médico en atender a determinados síntomas del paciente y pautarle revisiones preventivas en ciertos momentos -los más críticos, astrológicamente hablando- del ciclo vital del paciente, que es único e irrepetible.
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