ASTROLOGÍA MÉDICA. LAS MORADAS LUNARES Y SUS PUNTOS RESONADORES ACUPUNTURALES (6)

[Adela Ferrer]

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A continuación, las Moradas lunares Iª a IVª -al estilo árabe/occidental- junto con el punto resonador de astro-acupuntura correspondiente a la Morada lunar china equivalente.

Como se puede apreciar estas Moradas se sitúan sobre las constelaciones de Aries, Andrómeda, Perseo y Tauro.

Pero, por la precesión equinoccial, en el zodíaco trópico, sobre los signos de Tauro y Géminis.

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MORADA I, “LA CORNAMENTA” (en zodiaco tropical aproximadamente entre 8º y 20º Tauro) Los árabes la llaman SHERATAN: “El cangrejo”

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Estrellas: De Mesartim a Menkar, contiene a Sheratan y Hamal.

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Resonador: DU 3 “Yàoyángguàn”: En la espalda inferior y en la línea media posterior, en la depresión ubicada debajo de la apófisis espinosa de la cuarta vértebra lumbar.

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En los cuernos del carnero celeste (estrellas Hamal, Sheratan y Mesartim) no parece haber ninguna relación con el punto resonador; sin embargo, siguiendo el meridiano eclíptico hacia el Norte, encontramos las estrellas de la constelación de Casiopea, la mujer de la silla, cuya zona lumbar es la que la que configura la “W” celeste.

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MORADA II, “EL VIENTRE” (en zodiaco tropical aproximadamente entre 21º y 29º Tauro) Los árabes la llaman BOTEIN: “El vientre del carnero”

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Estrellas: 33, 35, 39 y 41 de Aries; de Menkar a las Pléyades, contiene la constelación de Perseo y la estrella Algol.

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Resonador: BL 21 “Wèishu”: en al espalda, por debajo de la apófisis espinosa de la duodécima vértebra torácica, a 1,5 cun lateral de la línea media posterior.

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No he encontrado ninguna relación la zona corporal del punto resonador y la forma o los nombres de las constelaciones occidentales que esta Morada ocupa.

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MORADA III, “LAS LLUVIAS” (en zodiaco tropical aproximadamente de 0ª a 10º Géminis) Los árabes la llaman AL THURAYYA

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Estrellas: el asterismo de las Pléyades. Sobre ellas, y al N., aparece el pie de Perseo, con una estrella en el mismo punto del resonador acupuntural: el pie)

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Resonador: KI 7 Fùliu: En el lado interno de la pierna, a 2 cun directamente por encima del punto taixi (KI 3), anterior al tendón de Aquiles.

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MORADA IV, “EL OJO” (en zodiaco tropical aproximadamente entre 11º Géminis y 24º Géminis) Los árabes la llaman LAS HYADES o EL OJO (Puesto que ellos le añaden la estrella Aldebarán, el ojo del toro celeste).

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Estrellas: las 8 de las Híades

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Resonador: Punto fuera de canal, situado a medio sun de DU 7; éste último en la espalda y en la línea media posterior, en la depresión ubicada debajo de la apófisis espinosa de la décima vértebra torácica.

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No he encontrado ninguna relación entre la zona corporal donde se sitúa el punto resonador y la figura o los nombres de las estrellas que los occidentales utilizamos para representar esta área del cielo.

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Continuará...

[Adela Ferrer]

Hola, Francisco de Javier:
Gracias por tus muy hermosas y poéticas palabras, las recibo como un regalo.
Como gran aficionada a la astronomía y a la contemplación de las estrellas, (cada año imparto un curso de astronomía en la montaña), permítime que te recomiende antes que poner en funcionamiento el telescopio, que te agencies unos buenos binoculares, ya que estos grupos de estrellas se organizaron cuando los hombres miraban al cielo sin instumentos ópticos, a ojo desnudo y se localizan y se aprecian mejor a simple vista; una vez localizados así, los prismáticos te brindarán una extraordianaria visión de los grupos de las estrellas.
Un abrazo
Adela Ferrer

[Francisco de Javier Vizcaya G.]

Adela Ferrer
Buen Día.

Observando las imágenes que ilustra de la espalda y re-conociendo el atributo de la reina Luna (La diosa de la Luz prestada), como segundero puntual y embase receptivo, en su rutinario viaje por las 28 moradas, que rastrea con su espejo las constelaciones/estrellas y refleja a su vez a sus pares las vertebras, me acomodo mejor en la silla con acento reverencial y sanador por la sabiduría de diseño del cielo sincronizado a la armonía de nuestro cuerpo.
Ya es hora de desempolvar el telescopio que hasta ahora no ha hecho sino estorbo.

Cordialmente,
Francisco de Javier Vizcaya Guarín