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Virgo es el tercer y ultimo signo del elemento Tierra, es el Vav y corresponde a la fase de renuncia de los valores materiales. Virgo es, pues, el hombre viejo del Zodíaco, es ese anciano de los días, que a veces aparece en las meditaciones y que representa nuestro pozo particular de sabiduría. Antes de dar por finalizado un gran ciclo de experiencias, se procede a una gran recapitulación y síntesis de todo lo vivido anteriormente. A un nivel profundo, el programa humano de Virgo indica que de alguna manera nuestra personalidad profunda reclamará la renuncia de los valores materiales, de la riqueza, del poder, de los placeres mundanos. Nuestra misión profunda consistirá, además de desligarse de todo, de transmitir todo nuestro conocimiento y toda nuestra experiencia, sea al nivel que sea, a la gente que nos rodea. Deberemos pués, estar dispuesto a servir y a ser útil a los demás. Esta actitud conlleva una gran humildad, de la que tendremos que hacer gala, si queremos responder a las vibraciones más elevadas del signo. El ideal de Virgo consiste en ser útiles y hacer favores, actuando desinteresadamente y sin intención de vanagloriarse, intentando pasar desapercibido. Conseguir este estado puede ser realmente dificil en una sociedad como la nuestra. A nivel general, la pelicula suele ser diferente. Puede que nos demos cuenta (inconscientemente en la mayoria de los casos) de que tenemos que desprendernos de lo material, aunque nuestra tendencia puede ser la de aferrarnos a nuestras posesiones, dando lugar a la avaricia y a la tacañeria.Teniendo en cuenta que los procesos mentales no asimilados suelen generar bloqueos y provocar problemas de salud, este tipo de actitud puede crear algún desajuste fisiológico, en especial tendencia al estreñimiento (a no querer soltar).

La dinámica del signo lleva a los que operan en él a la búsqueda de los valores filosóficos y a la adquisición de la sabiduría. El signo está regido por el Mercurio filosófico, como decían los alquimistas, y ese Mercurio les dota de una inteligencia excepcional que les permite contemplar todas las cosas desde una cierta altura. Pero ellos, en lugar de asumir el papel de sabios del Zodíaco y de ser faros de luz para los demás, lo que a menudo tratan por todos los medios es de conservar sus posesiones materiales, y es ahí donde tienen la partida perdida de antemano, ya que, en la medida en que lo consigan, estarán actuando en contra de la corriente de su signo y su vida se convertirá en una lucha constante por defender algo que las fuerzas naturales van degradando inexorablemente.

Los nativos de este signo tienen que aprender una dura lección: Si no son conscientes de sus mecanismos internos, y cuanto más se aferren a sus posesiones y a los placeres, más se desmonarán éstos y se les escaparán de entre los dedos. Si no saben proceder al derribo a nivel interno y de forma voluntaria, éste se manifestará como leit-motiv durante su vida: todo cuanto emprendan carecerá de consistencia: un negocio, una relación. Sin embargo existe una forma de acceder a esas sensaciones, que consiste en combinar placer y desprendimiento, en gozar dando, brindando generosamente sus conocimientos, sus sentimientos o su energía física en provecho de aquellos que lo necesiten ,actuando humildemente ofreciendo sus experiencias sin buscar honores. Si actúa de esta forma, estará cumpliendo a la perfección con su cometido humano, está utilizando adecuadamente las energías de que dispone y, por lo tanto, éstas no le perturbarán creando los estados patológicos típicos del signo. Su tarea esencial consiste en quedar en paz con todo el mundo. A lo largo de los cuatro ciclos que ha vivido, -los de Fuego, Agua, Aire y Tierra-, ha dejado deudas pendientes que ahora deberá liquidar antes de pasar a un nuevo gran ciclo evolutivo. Por ello los de Virgo tropiezan siempre con problemas hasta el último momento. Cuando parece que todo se soluciona, surgen los obstáculos, los inconvenientes, las dificultades que ellos mismos han generado y que les obligan a frenar el ritmo de su obra. Es muy importante que liquiden lo pendiente, porque no podrán empezar un nuevo programa si les quedan asuntos por resolver.

Primer Decanato de Tauro: en este Decanato se realizan, además de los propios del signo, trabajos recapitulatorios, correspondientes a la etapa de Capricornio. Hemos visto que el primer Decanato de Tauro era recapitulatorio de los trabajos que no fueron realizados en Capricornio (en otra existencia). En Virgo las cosas no serán distintas y los planetas en ese sector indicarán que también se recapitula, pero en condiciones muy distintas, ya que si Tauro representa la etapa de los goces y el problema era que el individuo, en lugar de disfrutar de su labor pasada, se veía obligado a trabajar, Virgo representa la etapa de liberación de lo material, de desprendimiento de la materia, de modo que mientras una fuerza lo empuja a perder las posesiones materiales, otra fuerza impulsa imperativamente a construirlas. La idea que preside estos trabajos es la de que en lo viejo, lo usado, subyace un potencial con el que generar una nueva vida, así como la fruta contiene la semilla de la que saldrá un nuevo árbol. Cuando el hombre ha llegado a su estado final, que es el signo de Virgo, le espera una nueva juventud, con experiencias nuevas, en la que dispondrá de una nueva mentalidad y vivirá nuevos sentimientos. Nada termina con la muerte, sino al contrario, la muerte es una renovación. En este primer Decanato se produce a dar una nueva vida a aquello que parecía destinado a desaparecer.

Segundo Decanato de Tauro: en este Decanato se realizan, además de los propios del signo, trabajos de recapitulación correspondientes a la etapa de Tauro. La palabra clave de Tauro es gozar; la de Virgo es desprenderse. Tenemos pues, por un lado, desprendimiento de los valores materiales, de buen grado o por la fuerza. Por otro, goces materiales que vienen en forma de abundancia, pero una abundancia que ya no satisface, de modo que el placer es nostálgico: es un placer que fue y que por el recuerdo que se tiene de él aún produce algo de gozo. Hay en este Decanato una forma sublime de expresión y es la de velar por el placer de los demás. En esta fórmula, goce y desprendimiento se encuentran fundidos y el individuo puede poner su capacidad de organización al servicio de la sociedad.

Tercer Decanato de Tauro: En este Decanato se realizan los trabajos propios del signo. Los individuos inscritos en este Decanato se encuentran en el final ineluctable de un ciclo. Se sienten viejos en experiencias y prestos a desprenderse de un pasado glorioso que saben que no ha de volver. Como han pasado por todas las estancias que producen las diversas experiencias, se encuentran en condiciones de sintetizar lo que han aprendido. En este Decanato, el nativo aprenderá que todo tiene un principio y un final, que nada es eterno, y que el hombre, en su recorrido cíclico por el Zodíaco, no puede guardar eterna fidelidad, ni a los sentimientos, ni a las ideas; ni siquiera a los principios morales, porque todo evoluciona y lo que era bueno en un momento dado, ya no lo es tanto en otro. El hombre del tercer Decanato no está atado a nada ni a nadie.

Virgo es el final de un gran ciclo y luego todo vuelve a comenzar a partir de cero. Por ello no puede darse un valor absoluto a lo que acabamos de decir sobre estos nativos, puesto que un Virgo puede encontrarse en su ciclo cien, y un Aries estar en el ciclo doscientos, de modo que éste último habrá acumulado más sabiduría que el primero.

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