Júpiter y venus están en conjunción, son un hermoso símbolo de abundancia, de sueños de grandeza, sobre todo en el signo de Leo.
Las posiciones planetarias en un horóscopo se interpretan de forma diferente a los aspectos que se están desarrollando ahora, en estos instantes, esto ocurre porque el horóscopo es como una marca indeleble que llevamos para siempre en nuestro recorrido por la vida, y los aspectos planetarios por tránsito, son circunstancias que nos afectan durante un tiempo concreto y en facetas delimitadas.
Cuando Júpiter y venus se encuentran conjuntos en un horóscopo natal, el individuo tiene conciencia de lo bueno, de lo bello, si el signo en el que se encuentra esta conjunción es el de Leo, como es el caso actual, siendo un signo de fuego existirá un orgullo y necesidad de expresión implícito.
El luminoso signo de Leo quiere brillar con esta conjunción, desea expresar generosidad y buena sintonía, y sobre todo quiere sentirse protagonista absoluto, reconocimiento absoluto de su bien hacer, porque ¿para que tanto lustre si no hay nada que reflejar?, cuando se producen conjunciones de Júpiter y Venus las buenas intenciones parecen adueñarse de todo el mundo, incluso los enemigos pueden llegar a desearse lo mejor, lo que ocurre es que las promesas y contratos realizados en esta época pueden verse de manera diferente pasada esta influencia.
Que es el tiempo?, el tiempo es Saturno, y Saturno está en Escorpio, este contraste de Saturno en Escorpio y Júpiter-Venus en Leo, es de lo más pintoresco, y pondrá a las personas nacidas bajo su influjo en situaciones muy extremas, por un lado el afán de poder y posesión que puede incluir tanto objetos como personas, y por el otro la expresión generosa y brillante, estas energías son para que lo sepan todos, las que se están expresando ahora, en este momento, y las que quedaran grabadas para la posteridad como un retrato fiel de los acontecimientos del presente.
Volviendo a la conjunción de nacimiento, Júpiter y Venus son en esencia la constatación de la conciencia de la abundancia, y difícilmente el individuo se conformara con la mediocridad y lo mísero en el lugar donde se produzca la conjunción.
Júpiter y Venus en Leo añaden además una nota de orgullo, si se produce en X orgullo del padre o del lugar que se ocupa en la comunidad, en I orgullo de la capacidad para expresar, en XII es orgullo de sentirse “iluminado”.
Para utilizar bien esta época, tenemos que ponernos en diapasón con ella, aspirar a sacar lustre a nuestra vida en el lugar que ocupa, si ocupa por ejemplo la casa III mejorar nuestro cono miento del medio, nuestra capacidad para comunicarnos o si en V la creatividad, y sobre todo tenemos que ser muy conscientes de que es “San Saturno” y no Júpiter-venus, quien tiene que sostener nuestro deseo de esta época, es decir, con el tiempo las bases se sostienen en la medida en la que disciplinamos nuestro deseo.
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