Sigue el AÑO NUEVO
Como ya hemos en párrafos anteriores, al mismo tiempo el 21 de Diciembre celebraba la ceremonia del día de los muertos entre los hombres (la noche de todos los Santos, que celebramos los cristianos, pero que tiene el origen celta, pues ellos celebraban en lugar de los equinoccios y solsticios el día 1 de los meses centrales de las estaciones, (los llamamos en Astrología: los Signos fijos representando los famosos Cuatro Elementos: 1 de Mayo- Tauro-Tierra; 1 de Agosto-Fuego-Leo; 1 de noviembre-Escorpio-Agua y 1 de Febrero-Acuario-Aire. Los celtas celebraban la noche del 1 de noviembre, la muerte que representa Escorpio como opuesto a la Vida de Tauro. Pero los significados de vida-muerte de Tauro y de Escorpio, están relacionados con las actividades propias del desenvolvimiento de la vida en la Tierra en sí misma, es decir, trata de los Misterios menores, que se han dado en llamar, puesto que conciernen a los reinos propios de la Tierra: mineral, vegetal, animal y humano. Para todos nosotros Tauro representa el placer de vivir bien y estar nutridos en todas las necesidades; y Escorpio, el dolor, el sufrimiento por la pérdida de todas esas necesidades y placeres que la personalidad desea.
Sin embargo, los Solsticios, nos adentran en la Vida en si misma, con todas las características propias de la Luz que emana del Sol y la fertiliza con su energía: homogeneidad, plasticidad, elasticidad. Nos abre las Puertas al Globo terrestre dándonos la vida (Cáncer) y nos las cierra cuando el destino se ha cumplido, mandándonos a la otra orilla del Río de la Vida (Capricornio) con todas sus Leyes cíclicas, consideradas antiguamente como herméticas porque se enseñaban en las iniciaciones: como son las Siete Leyes del Kybalión, reflejadas por los Siete Planetas, todas ellas imprescindibles para el verdadero conocimiento astrológico: el Sistema Solar es mental, y su poder se manifiesta como vibración, ritmo, analogía, generación, karma, causalidad, polaridad.
Pues bien, Saturno con su Guadaña, generador del Karma o Destino y Morador del Umbral entre esta vida y la de más allá, venía a segar las acciones humanas y a recoger la cosecha antes de devolver a las Almas a la otra orilla del RIO DE LA VIDA. Ahí podremos concebir al Dios Jano romano como bifronte, representando las Dos Caras de la Vida: la de este lado y la del más allá: ¡en un eterno renacer¡. Pues por la Puerta de Cáncer, el Hombre renace de nuevo, y las Almas pasan por ella, beben de las aguas del Río del Olvido para renacer en la Tierra, y lo hacen de manera inversa a los Dioses solares.
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