Camine, subí la escalera mecánica, estaba enojado por haberme culpado de esa manera por la idiotez que hice, ¿Y si yo lo culpara a él por el error que cometió?, en ese momento sentí que la vida era injusta conmigo y no con él, le prometí a Dios y a mí mismo hacerlo sufrir, aunque fuera imposible, la verdad, su corazón era una llana estepa, estéril y sin sentimientos. Caminamos, yo corría y el seguía reprendiéndome, necesitaba salir de ahí, él tocó las fibras más…
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