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Como hemos visto, el estudio mundo antiguo requiere una gran madurez mental, y ausencia de preconceptos, tanto religiosos, como éticos, culturales, intelectuales, por sólo citar algunos. Antiguamente – al menos para el hombre corriente - la supervivencia de un recién nacido no podía ser asumida naturalmente, y existían numerosas razones para creer que el niño podría no sobrevivir más allá de su etapa de crianza. Con recursos generalmente muy limitados, la seguridad personal y calidad de vida en la adultez dependían de la propia habilidad de engendrar y criar a los herederos, éstas eran preguntas que concernían normalmente cuando nacía un niño. En agudo contraste con esta escasez de recursos, brillan en el escenario antiguo reductos de sabiduría tan profunda, que – en ciertas áreas del conocimiento – no ha sido sobrepasada aún.

Ha sido solamente en los últimos años que la ciencia y la medicina han avanzado lo suficiente para liberarnos de las preocupaciones acerca de la duración de nuestra vida. Deseamos vivir una vida larga y saludable y sentimos que tenemos el derecho de asumir que cada niño también vivirá y cumplirá las expectativas de llegar a la adultez. Vemos a la muerte como algo ofensivo al conocimiento, la medicina moderna con sus adelantos nos brinda cierta seguridad. De todas formas, ésta no ha sido la creencia común a través de la mayor parte de la historia de la humanidad y lo cierto es que, algunos de nosotros nacemos con mayor vitalidad que otros.

"Los textos modernos de Astrología dicen al estudiante en términos nada inciertos que bajo ninguna circunstancia deben sugerir nunca al cliente que podría no ser inmortal. Hablar de la muerte es un pecado más grave que los demás .Sin embargo, en el pasado, la predicción de la muerte era un preliminar esencial para juzgar la Carta Natal", escribe John Frawley

Por esta razón, los autores helenísticos, árabes y medievales dedicaron largos escritos a este tema. Comencemos comentando que antes de encontrar en una carta al Alcocoden- "dador de forma " (ya explicaremos detenidamente el origen del término), necesitamos encontrar al Hileg… y aquí comenzamos con los problemas porque hay varias definiciones de Hileg en la literatura astrológica. Muy brevemente el planeta Hileg (del persa Haylaj, "cuerpo físico”) es un planeta que reúne determinadas condiciones que ya explicaremos con detalle, una vez hallado el Hileg, significa que la vida está presente en esa carta. Aunque existen “años de vida” designados a cada planeta, que nos servirán para determinar la fuerza de la carta, la naturaleza individual del planeta no refleja necesariamente ni la calidad ni la cantidad de esa fuerza vital, pero la presencia del Hileg le dice al astrólogo que la vida está concedida en ese horóscopo. Una vez encontrado el Hileg el astrólogo buscará al planeta que tenga cierta relación con el Hileg y lo llamará Alcocoden. Si no hay Hileg no puede haber Alcocoden y al mismo tiempo si no hay Alcocoden no puede haber Hileg.

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Comentario por Patricia Kesselman el octubre 22, 2013 a las 2:16pm

Hola Antonio, más allá del parecer de cada uno sobre el libro de Frawley (el que particularmente disfruté) lo que señalaba es que en la antigüedad, era un preliminar sine qua non revisar los años de vida del nativo. Una carta puede tener muchas promesas pero si la persona no vive, difícilmente se cumplirán. Eso era especialmente importante entre los reyes y nobles, que eran además las únicas personas que podían darse el lujo de tener un astrólogo personal...

Hoy en día con los adelantos de la medicina y la tecnología todo ha cambiado.

Comentario por Patricia Kesselman el octubre 22, 2013 a las 12:30pm

Hola Giovanny,

¿Cómo estás? Ese texto es parte de un trabajo que presenté en el año 2004 (creo) en el Congreso de Capilla del Monte,  fue motivo de un pequeño cursillo en la ptolomeo mailing list y luego de mucho tiempo de cavilar y profundizar fue presentado nuevamente conjuntamente con Eduardo Gramaglia en Estoril. He subido el material a mi página (aunque no sé si el trabajo de Estoril) pero te aseguro que si lo leo ahora, habrá cosas que corregir, es un tema tan profundo que hay que ir madurándolo despacito  :) Te envío un abrazo!

Comentario por Giovanni Londoño Romero el octubre 22, 2013 a las 12:17pm

Hola Patricia saludos

A pesar de haber sido publicado en junio de 2010, solo ahora puedo leerlo, y la verdad concuerdo con nuestra amiga Adela, es un tema importante pero nada fácil de abordar o definir. De sobra decirte que me gustaría leer una segunda y tercera parte del mismo.

Saludos

Giovanny 

Comentario por Patricia Kesselman el junio 19, 2010 a las 8:16am
Gracias por tu comentario, Alonso!
sucede que a veces el tiempo no alcanza para todo lo que uno quisiera ...
un saludo muy cordial!
Comentario por Patricia Kesselman el junio 19, 2010 a las 6:51am
Gracias a vos, Segundo, por tener paciencia para leer estos aportes!
Comentario por Patricia Kesselman el junio 18, 2010 a las 7:14am
Hola,Adela:
Gracias por acercarnos estas palabras de Luis sobre la Teoría del Conocimiento astrológico, con las que concuerdo plenamente.
un fuerta abrazo también para vos
Comentario por Adela Ferrer el junio 18, 2010 a las 6:21am
Hola, Patricia: Muy buena introducción para un tema que no sólo es muy escabroso, sino que es uno de los más complejos, si no es el más complejo, técnicamente hablando- de toda la astrología. Espero con gran interés los siguientes capítulos.
Permíteme que insista en el distanciamiento intelctual y moral en el que se ha de colocar el investigador en este peliagudo asunto y que incluya aquí unas palabritas de la Teoría del Conocimiento astrológico de Luis Sánchez.
"A través de los ciclos celestes, la Astrología liga al individuo con el universo (conciencia cósmica), utilizando un pensamiento integral y en red (paradigma holístico, sintagmático), basado en la intuición, más que en el concepto.
Filosóficamente, pues, el astrólogo es agnóstico, escéptico o ateo: no necesita a Dios para dar cuenta de la vida: el cielo, para él, ya está suficientemente poblado de sentido: planetas (inclinaciones), signos (temperamentos) y casas (áreas de actuación) forman la trinidad astrológica (estructura politeísta). Lo que no quiere decir que, en el ámbito privado, no pueda tener sus creencias.
Ahora bien, la Astrología no puede ser una profesión de fe: debe procurar un conocimiento fiable. Y, precisamente, por utilizar un modelo holístico, orgánico (como la acupuntura, el taichí, el ayurveda o la Gestalt), el astrólogo debe mantener la congruencia y rechazar las interferencias: en definitiva, evitar pensar como un occidental (monocausalismo excluyente, dualismo psicofísico, lógica binaria, análisis y especialización...).
Recordemos que los signos zodiacales son tipos psicosomáticos, y que los contenidos morales (bueno-malo) los añade cada individuo, no la Astrología."

Un fuerte abrazo
Comentario por Alicia Álvarez el junio 17, 2010 a las 3:48pm
Gracias Patricia por compartir tu conocimiento a través de esta red también. C
ariños...¡

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