Luna en casa 8 | Transformando nuestras heridas en nuestras mayores fortalezas

[Nicolás García]

Entró una mujer a la tienda, bastante joven, de aproximadamente veinticinco años de edad, bastante aburguesada, con un largo vestido y una niña rubia bajo sus brazos, más atrás venía su otra hija, una pequeña niña de quizás unos cinco años, que a la vista presentaba algún tipo de síndrome. La niña, algo absorta en sí misma, empezó a correr hacia el final de la tienda, mientras la madre con su otra hija prestaban atención a los juguetes. A vistas de la situación caminé a buscarla hacia un gran canasto de pelotas de colores y la miré, le sonreí y ella me sonrió, como agradecida de mi gesto, y pues en eso me vino una gran corazonada de que aquella niña, a pesar de su vestimenta impecable, necesitaba mucho amor, y pues sus ojos lo pedían a gritos, nunca había sentido un sentimiento tan fuerte por alguien completamente extraño. Al mes volvieron a la tienda y nuevamente le sonreí, y ella también, sentí tantas ganas de abrazarla, pues la corazonada que sentí la primera vez se agrandó al doble, al rato, la mujer se fue mientras quitaba a la niña de los juguetes con desdén. Llegué a mi casa algo preocupado, pensándolo bien es tan solo mi trabajo, pero aun así la imagen de aquella pequeña niña tenía una carga tan fuerte, que tan solo los días fueron esfumando mis sentimientos y pensamientos.

Siempre me pregunto por qué mis corazonadas tienen que ver con las carencias del resto, y pues que en ellas se ven reflejados los sentimientos más intensos, el dolor, la angustia e incluso la envidia, sentimientos fijos e inconscientes que cuesta verbalizar, pero que se transmiten nítidamente a través de la mirada, la luna experimenta su caída accidental en la casa 8 por vibrar con los sentimientos más bajos, profundos y muchas veces genuinos, su caída también simboliza la capacidad para nutrir y levantar al resto y a sí mismos desde lo más bajo, a través la sabiduría que emana desde sus propias heridas. En su intuición también reside algo de reflexión de sus propios sentimientos, guardados en las aguas del inconsciente de su infancia, los cuales brotan con increíble intensidad a través del sentir de los desposeídos, los que no han tenido la suerte de recibir el completo amor de una madre y un padre, los sin familia, los sin casa, los pobres, los que se encuentran ‘’caídos’’.

Siempre hay algo que falta cuando se habla de la luna en casa 8, algo que no estuvo, algo que faltó, algo de lo cual carecimos y creamos una coraza, con tal de no sentirlo en el diario vivir, pero que en en ciertas noches resuena en nuestro corazón a través de pensamientos algo tristes y lágrimas apagadas, por ahí se me viene al recuerdo el sufrimiento de mi madre al no tener opción al buscar una casa propia, con un sueldo miserable y recién separada. Al tiempo, de la nada, la frustración se canalizó nada más que en casas dibujadas a trazos de lápiz en papel, de diferentes tipos y tamaños, algunas bastante bonitas por supuesto, gastaba hojas y hojas dibujando edificios, construcciones, me fascinaba y aún hoy lo sigo haciendo. Muchas veces las heridas se canalizan a través de habilidades que al tiempo se transforman en nuestras grandes fortalezas, en unos años más espero ser un gran arquitecto y cumplir mi deseo, construir y diseñar casas dignas para aquellos que lo necesiten. 

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Un cordial saludo a todos