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       Existen multitud de refranes, dichos y proverbios sobre la Luna y el cultivo de la tierra. Igual aquí en España, que en el resto del planeta y sus latitudes, antes..., -¡y ahora!, siguiendo antiguas costumbres-, miramos al cielo en la noche y contamos con la Luna, antes de sembrar, repicar, podar, esquejar y ¡desde luego! cosechar (ningún trabajo de Alquímia, saldría bien si no tuviéramos en cuenta el momento de la cosecha). 

       La luna y sus distintas fases, influyen directamente sobre las plantas. Nuestro satélite, Impulsa la energía y vitalidad hacia arriba, a los tallos, hojas y frutos en su fase CRECIENTE y envía igual vitalidad y energía hacia abajo, a la raíz, en su fase MENGUANTE.

 

Fases Creciente y decreciente. (Espiración e Inspiración).


      La fase Creciente, -desde la luna nueva (también le suelen llamar luna negra, pero no tiene nada que ver con Lilith), a la luna llena, pasando por el cuarto creciente y viviéndolo como si fuéramos la Madre Tierra, es para el Reino Vegetal, un periodo de "espiración" de expulsión. La planta tienen abundancia de savia y ésta circula fluidamente por la planta. Es un buen momento para la siembra y repicar las plantas, cuyas partes comestibles, están por encima del suelo. 

       En la fase Decreciente, desde la luna llena, hasta la nueva, pasando por el cuarto menguante, es la fase de "inspiración", la tierra acoge, la savia baja hacia la raíz y las plantas acumulan sus fuerzas en ella. En esta etapa, podemos sembrar y repicar las plantas de las que comemos las raíces.

- Para esquejar, e injertar con la Creciente y mejor aún si está "en Tierra" (Tauro, Virgo, o Capricornio).

- Para cavar, podar y desherbar malas hierbas y evitar que éstas vuelvan a crecer, la Luna Menguante. 

- Para regar y abonar, se obtienen mejores resultados, también en la Menguante. 

- Si recolectamos plantas en la Menguante, éstas tendrán menos agua y sus propiedades más acentuadas. 

       Los trabajos que hagamos alrededor de ellas, con la luna en  CRECIENTE,  estimularán y extenderán la parte visible y aérea y los que hagamos con la luna en MENGUANTE, van a aportar y aumentar, la parte subterránea. 

       Para los que trabajamos con los frutos de la tierra, es imprescindible saber y tener claro, qué es exactamente lo que queremos conseguir, cuál es la cosecha que queremos obtener y aportar esfuerzo y trabajo, en una fase u otra. 

       El ciclo anual del Sol, que alarga, o acorta sus días, es "traducido" por las plantas que "lo siguen contínuamente"..., y están adaptadas y acopladas en sus cíclos de crecimiento y floración, a él.

       De esta forma, si los días duran más de "X" horas, la planta seguirá creciendo, en cuanto el día empiece a durar menos de éstas "X" horas, la planta comenzará a florecer, según las distintas variedades ¡claro!, por ej., las índicas florecen con días de 13 ó 14 horas de luz, que se dan en el mes de Agosto, las sativas empiezan a florecer con los días más cortos y noches más largas, por esto mismo no empiezan a florecer hasta el mes de Septiembre. 

       Una frase querida del I,Chin que dice: "Cuida lo que estás cultivando" y que se refiere tanto a nuestros cultivos "materiales" en la Madre Tierra, como a lo que cultivamos en nuestras propias vidas.

       Esta noche soñé un pájaro azul, azul mar y azul cielo, que volaba libre, ¡libre! con sus alas extendidas..., que parecían un abanico de plumas ... y una larga cola al viento..., ... alguien  preguntaba... ¿qué quieres oir...? y al segundo me escuchaba diciendo: ¡¡"el ruído de los arroyos y el vuelo de los pájaros"!! 

¡Saludos! Mª Ysabel. 

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Comentario por Maria Ysabél el septiembre 23, 2013 a las 10:46am

       ..., ja,ja,ja,ja....¡tú y la mayoría! ...que estabamos en esas "lídes"..., aún tengo el especial de "Alfalfa" ¡¡por 125 pts!!Manual para la fabricación de conservas de frutas y verduras, vinos, licores, mermeladas.... ¡¡¡una joya!!! muuuuuy viejecito.... y los especiales de "El hombre y la madera" imprescindibles para la vida "silvestre"...

       Aquí te pongo el link de Maria Thun de la Ed. Rudolf Steiner... ¡otra joya! para los que tenemos en cuenta las posiciones astrológicas, con partes únicas  http://www.asoc-biodinamica.es/documentos/ConstelacionesABD-MThun.pdf. Ya me contarás ....

        Abajo un dibujo de las "fases de la Luna" de Galileo ... ¡Un Abrazo Grande! 

Comentario por Mercedes Foronda el septiembre 23, 2013 a las 8:03am

El libro en el que aprendí yo en los 80

y que para algunos neohipis se ha convertido en la biblia

 

saluditos

Comentario por Mercedes Foronda el septiembre 23, 2013 a las 8:00am

Gracias amiga, estupenda la tabla;

hice mis primeros pinitos hace años, en los 80 pero entre una sequía tremenda algo inusitada que soportamos en graná por aquellos años, había niños que con casi dos años nunca habían visto llover, caer ni gotica y que despues la vida me llevó por otros derroteros, lo que es topocentrico, topocentrico no tengo experiencia; aunque aprender de campesinos y compadrear siempre me interesó, vengo de arrancar malas hierbas, el otro dia una niña traviesa me inundo todo el campo y he tenido que ponerle un candado; he puesto riego por goteo y he puesto caballones no muy altos;algunos campesinos de aquí prefieren el riego a manta y nada de caballones; este clima es casi, en segun que sitios, un microclima, baja mucho la temperatura por la noche y por el día Lorenzo calienta que no veas, casi casi hasta finales de octubre aunque ha habido años que he tenido madreselva y jazmines hasta diciembre....increible  ¡como te digo!

Estamos al pie de la Sierra pero en una latitud al sur;

Todos los linderos los voy a llenar de plantas medicinales y aromáticas;

Las adoro

la tierra ya la habíamos escardado y abonado tiempo antes

bueno ya te iré contando segun vayan los tiempos topocentricos

abrazol mil

mercedes 

Comentario por Maria Ysabél el septiembre 23, 2013 a las 3:09am

       Albi, aquí te pongo una calendario de "los normales", -eco-bíológico, ¡claro!-, por si te sirve de orientación. Hay que acordarse siempre de las diferencias climáticas y tener en cuenta los "micros" de cada región. 

       ¡Abrazos!. 

Comentario por Maria Ysabél el septiembre 22, 2013 a las 6:48am

       ¡Hola Mercedes! Gracias por interesarte y ¡¡que bien que estemos "huertanas y cultivadoras"..., ja,ja,ja...

       Bueno, aquí hay que empezar por el principio del todo y aquí sí que tiene que ser "topocéntrico total". Cada trozo de tierra,  está inmerso en un microclima personal, que a su vez está contenido en el clima de su pueblo, región, provincia.... Los que más saben, -como en la mayoría de las circunstancias...-, son los mayores, los más ancianos que son los que llevan trabajando la tierra años y años, esto de primeras, así que las mejores "bibliotecas" son los campesinos y agricultores mayores. Bien está, que hay prácticas que van ..., podemos decir..., "no a favor" -por no decir claramente: "en contra"-, de nuestra Madre Tierra y que son, simplemente, costumbres a erradicar, o a cambiar, pero esto, no está reñido con lo que ellos saben de las lunas, las aguas y los vientos... ¡¡que saben un montón de todo esto!! y de cuál es la mejor época para plantar, cavar, esquejar y demás... Así que, una de las primeras cosas que se pueden hacer, es anestesiar a preguntas a todos los mayores campesinos que tengamos cerca... ja,ja,ja,ja. 

       Vale, después de esto, como existen multitud de sistemas para cultivar y cada uno es mejor que los otros..., -mi experiencia evolucionó desde el "cava hondo y echa basura y den por ...., a los libros de agricultura"..., hasta el "qué percibo, qué siento, qué quiero, qué es más saludable....", pues hay que ver en qué fase está cada quien..., si en la irremediable del "cavar hondo" -que depende 'pá qué'..., es ¡hasta bueno!-, en la permacultural, en donde se "abriga" a Madre Tierra con la paja y el heno y se toca lo menos posible, protegiendo y amparando los cultivos, con una simple "asociación bien estructurada" de ellos..., o ... en las más excelsas, en donde ya nos vamos a los biodinámicos: Steiner y su concepto de "totalidad", el huerto como parte de un organismo complejo, en donde éste, está interrelacionado con el suelo, las plantas, los animales..., y el desarrollo integral de todos ellos y que plantean, como un sistema que se sustenta autonutriéndose, con la mínima intervención del exterior. 

       Yo me he decantado por una "mezcla" personal, en donde como te digo, empecé por curiosidad a investigar, me topé de lleno con la bondad de la agricultura ecológica, -que es común a prácticamente todos los sistemas..., excepto al alopático-industrial-, y he seguido utilizando en diferentes etapas de mi vida, -unas por curiosidad y descubrir su funcionamiento y otras por necesidad...-. Así que lo segundo más importante es, descubrir con qué te identificas tú y en que "fase" estás, para que tus cultivos sean igualmente exteriores e interiores. 

       Recuerdo con mucho cariño la fase de Steiner, que es muy compleja, bastante complicada y muy comprometida... Si estás ahí, tengo mucha información sobre ello. Si estás en una fase más "tranqui", aquí te pongo la dirección de Mariano Bueno, que es uno de los pioneros en la agricultura ecológica y mucho más...http://www.mariano-bueno.com/.  Mientras tanto, por aquí te pongo un adelanto, de libro de Mariano:  

Requisitos básicos para un huerto ecológico:

La tierra (el espacio)

       Con una parcela mínima de unos 30 o 40 metros cuadrados podemos obtener una elevada producción de las hortalizas y verduras más utilizadas en la dieta cotidiana. Quien no disponga de tal espacio puede participar en algún grupo de huertos ciudadanos -o crearlo- y quien disponga de una terraza en su casa puede cultivar en ella una gran variedad de hortalizas: algunas lechugas, rabanitos, tomates, acelgas o calabacines, además de numerosas plantas aromáticas, medicinales o condimentarias.

       Cuando se dispone de una parcela de tierra, lo ideal es su distribución en bancales tipo bancal profundo (o de parades en crestall, como enseña el mallorquín Gaspar Caballero). Las dimensiones en longitud pueden ser muy variadas, pero en cuanto a la anchura conviene que estén entre los 120 y los 150 cm, lo que permite el acceso a través de los pasillos, por los lados del bancal, sin pisar nunca la tierra, acción que la apelmazaría y reduciría su actividad biológica.

       Cuando sólo disponemos de un balcón o una amplia terraza, conviene proveerse de maceteros de grandes dimensiones y una cierta profundidad, la suficiente para que las raíces se desarrollen sin problemas. Los maceteros se llenarán de tierra fértil con grandes proporciones de compost (podemos usar el compost orgánico doméstico).

Luz y orientación

       Interesa que la parcela, balcón o terraza esté orientada al sur o, por lo menos, que reciba varias horas al día de luz solar, ya que las plantas necesitan sus radiaciones para realizar correctamente la fotosíntesis, de la que depende su desarrollo y el contenido de nutrientes y vitaminas que aprovecharemos al consumirlas. 

       Si la parcela o terraza no recibe sol directo pero hay una pared cercana que refleje su radiación, puede ser suficiente -convendría pintar la pared de blanco para sacarle el máximo provecho-. Hay plantas que requieren mucha luz y mucho calor, como las solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas) o las cucurbitáceas (melones, pepinos, calabacines, etc.), mientras que otras, como escarolas, acelgas, coles o espinacas, se desarrollan bien con menos luz y calor.

Agua

       El riego preocupa a muchos horticultores que ven como sus cultivos sufren y crecen mal por exceso de riego o por falta de agua. El exceso crea problemas de podredumbres y hongos parásitos y las carencias hídricas suponen una merma en el desarrollo vegetal y torna las plantas duras y con tendencia a espigarse o montar en flor.

       La experiencia nos lleva a aconsejar un sistema de riego localizado (tubos de goteo con los goteros intercalados cada 30 o 40 cm o mangueras de exudación) y un sencillo programador de riego (de venta en tiendas de jardinería) que nos permite conectar el sistema a un grifo y que las plantas se rieguen quince minutos cada día o media hora cada dos días. Este sistema tiene la ventaja adicional de que nos permite ausentarnos durante largos períodos sin que por ello sucumban nuestros cultivos por falta de riego.

Plantas cultivables

       Semillas y semilleros. La gran diversidad de plantas que puede albergar un huerto familiar -aunque sea de reducidas dimensiones- implica disponer de planteles o de semillas adecuadas. Aunque siempre puede empezarse por semillas comerciales estándar, lo más interesante es procurarse semillas con certificación de producción ecológica, que, por suerte, ya empiezan a estar disponibles en nuestro país. También podemos recurrir a los contactos con agricultores ecológicos y al intercambio de semillas que promueven algunas asociaciones o grupos de agricultura ecológica.

       Podemos realizar semilleros domésticos en pequeños recipientes reciclados -botes de yogur, cajas de envases desechables, etc.- y mantenerlos en el alféizar de la ventana de alguna habitación que le dé el sol y esté caldeada.

       El trasplante es una operación delicada pero fácil de realizar, en la que lo más importante es dañar lo menos posible las raíces y que no falte el riego hasta su nuevo enraizamiento en el huerto o en el macetero.

       En ocasiones podemos recurrir a las plantitas que venden los viveristas, aunque, a menudo, tanto la procedencia de las semillas como el uso de abonos químicos y plaguicidas las desvitaliza y es fácil que nos den problemas.

Nutrir las plantas

       En agricultura ecológica se da más importancia a nutrir la tierra que a alimentar las plantas cultivadas. Las plantas no disponen de un sistema digestivo como estómago o intestinos y tal función se realiza en el suelo donde crecen mediante la fabulosa labor de las bacterias, los hongos, las lombrices y el resto de microorganismos que habitan en cada gramo de tierra. Naturalmente, todos estos organismos vivos precisan ser alimentados y de ello se encarga el compost y toda la materia orgánica en descomposición presente en la tierra.

       Por ello deberemos incorporar con regularidad materia orgánica previamente descompuesta (compost, estiércol, restos orgánicos, etc.). Aunque podemos conseguir compost y abonos orgánicos en el comercio, resulta muy interesante su elaboración a partir de los restos orgánicos domésticos; para ello podemos fabricarnos un sencillo compostero o adquirir alguno de los comercializados para tales fines.

       Las necesidades de abonado varían de una planta a otra y tenemos plantas, como las patatas, los tomates o las alcachofas, que requieren grandes cantidades de materia orgánica a medio descomponer, y, en el otro extremo, tenemos las zanahorias o las judías, que sólo toleran la materia orgánica muy descompuesta -compost muy fermentado-. Con una buena rotación de cultivos en los bancales o los maceteros conseguiremos aprovechar al máximo la materia orgánica aportada, ya que, por ejemplo, tras el cultivo de tomates, que hemos abonado con gran cantidad de compost (de 4 a 10 Kg por m2), podemos cultivar lechugas sin añadir más compost y, al cosechar las lechugas, podemos sembrar zanahorias o guisantes (cualquier leguminosa), que aprovecharán al máximo los remanentes de materia orgánica. Cuando cosechemos, podemos añadir de nuevo compost y empezar el nuevo ciclo con otras plantas exigentes: calabacines, pimientos, berenjenas, etc.

El diseño y la planificación

       Diseñar el huerto es lo primero que debemos plantearnos, pues conviene realizar una buena distribución de los espacios disponibles a fin de aprovecharlos al máximo y conseguir los mejores resultados con el mínimo esfuerzo.

       Tan importante como el correcto diseño es el planificar los cultivos que deseamos realizar en el huerto; para ello será necesario que reflexionemos a fondo sobre nuestros gustos culinarios y las necesidades de consumo cotidiano. No tiene mucho sentido plantar veinte coles porque nos regalaron las plantitas si no solemos comer col más que ocasionalmente.

       En cambio, si todos los días comemos ensalada de lechuga, convendrá ir sembrando y plantando con regularidad -cada quince días o una vez al mes plantaremos unas quince o veinte lechugas-; con ello tendremos un cultivo escalonado a lo largo de los meses y nunca faltarán en la mesa. Con tres o cuatro matas de calabacín bastará para el consumo familiar, con más de diez matas nos veremos obligados a regalar kilos y kilos de calabacines.

       También hay cultivos complicados, como el de los melones o las sandías, que vale la pena dejar para cuando tengamos más experiencia o sólo si realmente nos sobra sitio, pues ocupan mucho espacio para los tres o cuatro melones que puede dar cada mata.

       Una buena planificación requiere conocer los ciclos de cultivo de cada planta o variedad y saber más o menos el tiempo que ocupará el terreno, ya que éste varía desde un mes, desde la siembra a la cosecha, en los humildes rabanitos, a los tres a cinco meses -incluso más- que ocupan el bancal unas zanahorias. Sin olvidarnos de que, para mantener la salud y fertilidad de nuestro huerto, sería interesante respetar las rotaciones de cultivos y no repetir en una determinada parcela una misma familia de plantas varios años seguidos, pues se especializan ciertos parásitos que a la larga podrían causar serios problemas; lo ideal es respetar rotaciones de cuatro años, como mínimo.

Las herramientas

       En realidad, una vez realizados los bancales o dispuestos los maceteros, se requieren pocas herramientas para las labores y el mantenimiento del huerto -alguna azadilla o legón, paletas trasplantadoras, un escardador, un rastrillo y poco más-, ya que la tierra permanece siempre mullida, al no ser pisada, y muchas labores las podemos realizar simplemente con las manos, lo que nos permite un mayor contacto con la naturaleza y la vida.

Los problemas eventuales

       Si existe un tópico que perdura en el tiempo y generalmente no se corresponde con la realidad, es que el cultivo ecológico tiene tantos problemas que no es posible llevarlo a cabo y sólo se consiguen cosechas mediocres, alegando que, si todos los agricultores se pasasen a la agricultura ecológica, no se producirían suficientes alimentos y se incrementaría el hambre en el mundo.

       Recientes estudios estadísticos, llevados a cabo mediante seguimiento de fincas durante diez años, han demostrado que se están consiguiendo mayores producciones por hectárea en las fincas de cultivo ecológico que en las convencionales de cultivo químico.

       En cuanto a plagas y parásitos, la experiencia nos demuestra que las plantas cultivadas de forma sana y respetando sus ciclos biológicos y ecológicos (e incluso cosmológicos) mantienen a raya a la mayoría de parásitos y enfermedades, siendo escasas las ocasiones en que hay que acudir en su ayuda y, además, para esas ocasiones, los agricultores ecológicos disponen de numerosas plantas medicinales reforzadoras de las plantas cultivadas, repelentes de parásitos o directamente con propiedades insecticidas.

       En casos graves también podemos recurrir a los insecticidas naturales a base de extractos de plantas o minerales, carentes de toxicidad para los consumidores de los cultivos tratados.

       Respecto a las malas hierbas, la práctica del acolchado orgánico con paja o restos vegetales reduce considerablemente su presencia, aparte de proteger el suelo y las bacterias de la radiación solar perjudicial, y ayuda a minimizar la evaporación del agua, reduciendo las necesidades de riego.

Tiempo y experiencia

       Lo más importante de todo son las ganas y el desarrollo de la suficiente capacidad de observación y sensibilidad que permitan ir realizando las labores precisas en el momento adecuado; en este sentido, queda claro que la experiencia hace maestros y que nadie nace sabiendo, sino que, día a día, con la práctica vamos aprendiendo. Y si al principio no nos satisfacen los resultados, no hay que desanimarse, con el tiempo obtendremos plantas y cosechas realmente espectaculares.

       La naturaleza es muy agradecida y, si somos capaces de observarla con cariño y atención, fluyendo con ella en vez de ir en su contra o intentar forzarla en exceso, los resultados son siempre gratificantes.

       Espero que te sirva y sea útil. Querida Amiga, ¡me regocijo en tus méritos "horticolas"!. ¡Animo con ello! ¡Abrazos Silvestres! 

       


Comentario por Mercedes Foronda el septiembre 22, 2013 a las 5:41am

¡Qué casualidad!

parece que estamos en onda

¡Que onda che!

A raíz de de la lunacion del 5 de septiembre decidí por fin integrarme en mi pueblo en un colectivo agroecológico y cultivar un pequeño huerto para toda la familia , aprender ( solo he experimentado, mucho eso sí, con plantas y macetas) y hacer investigaciones sobre las lunaciones, la creciente, la menguante y los cuartos;

Asi es que estaba recogiendo informacion astrologica  al respecto que en este tema tengo muy poca cosa

Con la creciente planté coles, brocoli, espinaca de invierno, diferentes variedades de lechugas , romescu , alcachofas; el mes que viene guisantes y habas

Con la menguante estoy plantando puerros, cebollas, ajos, rábanos;

En unas notas que guardo tambien se comenta por todos que la madera de los arboles destinada a construccion dura mucho mas , es mas resistente si se tala hacia el dia 27 de la menguante y mas bien de tarde que de mañana.

Tambien aconsejaban recoger la fruta y hacer la vendimia en menguante para hacer mejor vino y mas conservable.

Amiga ¿tienes mas informacion?

gracias por este blog tan oportuno

abrazos mercedes

Distintivo

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