PLANETAS FORTUNAS Y PLANETAS INFORTUNAS (Nada que ver con las Partes arábigas, como la Parte de la Fortuna y con el Infortunio)

[Adela Ferrer]

Los planetas que, por su naturaleza se consideran benéficos, se llaman -en Astrología tradicional- fortunas y se contraponen a los maléficos, llamados infortunas.

Los astrólogos de la tradición, siguiendo la opinión de Doroteo de Sidón, consideraron unánimemente a Júpiter y Venus como las dos fortunas; Júpiter también recibe el nombre de “fortuna mayor”, mientras que Venus es la “fortuna menor”.

Saturno y Marte son las dos infortunas, y recibieron, respetivamente, el apelativo de “infortuna mayor” e “infortuna menor”.

El Sol, la Luna y Mercurio pueden convertirse en fortunas o infortunas dependiendo de su posición y aspectos.

- Según Ptolomeo las infortunas son Marte, Saturno y el Sol; pero el Sol por aproximación a Venus o por conjunción u oposición con Júpiter, se vuelve fortuna. Las fortunas son Júpiter y Venus. Mercurio y la Luna no son fortunas ni infortunas, pero la naturaleza de la Luna es más apropiada y más fuerte para ser fortuna que la de Mercurio.

- Según Doroteo de Sidón las infortunas son Saturno y Marte, que nunca traen bien, de ninguna manera. Júpiter y Venus son fortunas. El Sol, Mercurio y la Luna pueden ser fortunas o infortunas según su ubicación y sus aspectos.

- Vettius Valens dice que las fortunas son Júpiter y Venus y que las infortunas son Marte y Saturno. El Sol es infortuna en la conjunción corporal (pero si la conjunción está a más de un grado ya no es infortuna). Mercurio y la Luna actúan como fortunas si están en conjunción con Venus y Júpiter, pero serán infortunas cuando hagan conjunción con Marte y Saturno.

- Se dice en el “Libro de los Ejemplos” (de procedencia farsi –es decir, persa-) que las fortunas son cuatro: Júpiter, Venus, La Luna y el Nodo Norte. Las infortunas son cuatro: Saturno, Marte, el Sol y el Nodo Sur. Mercurio es fortuna cuando está con las fortunas e infortuna cuando se relaciona con las infortunas.

Las fortunas se pueden transformar accidentalmente en infortunas y viceversa. Pero cuando las infortunas se transforman en fortunas, los beneficios que den serán muy pocos y llegarán con retraso; sin embargo, cuando las fortunas actúen como infortunas, poco mal podrán hacer, y cuando lo hagan, será un mal menor y de corta duración.