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Viaje intragaláctico montados en esfera mágica

Hoy vamos a desempolvar nuestras queridas alfombras viajeras y nuestro atuendo de viaje virtual, podemos rebuscar en la parte alta del armario alto donde las guardamos la última vez y una vez desempolvadas, alfombras y atuendos, nos cubrimos con nuestras mantas de lana virgen, nos calamos los sombreros de navegante, abrimos la ventana y salimos a navegar. Ahora nos dirigiremos hacia la torre del desierto salado.

Cada uno puede elegir la ruta que desee, una vez en la torre virtual armónica del lago salado del Kazajistan, basta con sentarnos y teclear una cifra y ya estamos. Ahora vamos a utilizar esas hermosas esferas transgresoras espaciales que conocimos en el viaje anterior. Nos reuniremos en el piso 1331 de la torre del lago salado.

Un vez en la planta, nos introducimos en la esfera mágicaque hallemos en nuestro lugar y posados sobre nuestras alfombras, iniciamos la segunda etapa del viaje. Le damos un movimiento de giro a la esfera para ponerla en marcha, salimos de la estructura y nos dirigimos hacia un lugar de la Galaxia muy especial.

Esta esfera nos permite viajar a una velocidad que sólo puede tener la imaginación, que se fija en un máximo equivalente a un segundo por año luz, de tal manera que en plan de competición se puede ir a Alfa Centauri en menos de cinco segundos.

Pero nosotros iremos un poco más calmados, especialmente en el despegue, pues sino se te puede quedar pegado el estómago a la columna y te puede provocar un shock que te haga borrar el mensaje. No, tranquilos, en este primer viaje saldremos despacito e iremos realizando una visita turística por los cuerpos celestes que hallemos en nuestro camino.

Despegamos girando suavemente la esfera y vamos ascendiendo en torno a la torre, siguiendo una trayectoria en forma de espiral que se abre poco a poco, giramos en sentido contrario a la agujas del reloj, subimos girando apaciblemente, conforme hacemos girar nuestra esfera, aumenta suavemente la velocidad.

Subimos y subimos hasta más arriba de las nubes altas, aquí, pasadas las nubes altas, la torre virtual pierde su estructura y deja a la vista una serie de hilos sujetos a cada uno de los puntos del Universo.

Allá abajo, como una mancha blanquecina queda el desierto salado, al sureste se dibuja el pequeño mar de Aral, al sur oeste se observan todas las cadenas de montañas nevadas del Himalaya, al este se dibuja el amplio desierto del Gobi y al norte la amplia llanura de la estepa siberiana.

Salimos de la atmósfera y el ambiente es menos luminoso, salvo el fulgurante reflejo que recibimos del planeta blanquiazul que queda bajo nuestros pies. No podemos por menos que sentir admiración por tanta belleza. Por debajo de la azulada atmósfera, filtrándose entre las nubes deshilachadas se observa la inmensa extensión de los azules océanos que contrastan con los tonos pardos y verdes de las zonas continentales. Nos alejamos y ante nuestros ojos queda una inmensa efera azulada y brillante flotando en la oscuridad del espacio infinito.

Cambiamos nuestra mirada y la fijamos en el blanco satélite que ahora pacece que se nos viene encima, pasamos por la vertical del monte Copernicus, a la derecha se observa el Mare Serenitatis

y a la izquierda queda el Mare Imbrium, atravesamos el Mare Frigoris y nos elejamos de la Luna en dirección a Marte. En pocos segundos observamos a la tierra acompañada de su Luna, que se van quedando allá en el fondo de cielo.

Nos aproximamos a gran velocidad al planeta Marte. Ante nuestros ojos aparece el rojizo planeta Marte, ahora evmos que su color no es rojo en el sentido castellano de la palabra, es roig, o roxo de pelirrojo, de vikingo pelirrojo que les llamaban roxos y es de donde procede la palabra rusos, es de decir rojos de pelirrojos, no de rojo de color sangre.

!Cuidado¡ nos acercamos a Deimos que tiene forma como de un riñón un poco raro lleno de cráteres y va zumbadísimo, tarda sólo 18 minutos en dar una vuelta sobre Marte.

Ahora pasamos sobre el castete helado de Marte. Un poco más adelante se aprecia con todo detalle la forma alargada del gran cañón del Valle Marineris, que es como una gigantesca cicatriz que se forma a lo largo del ecuador. Se observa todo un sistema de cañones o grandes vaguadas que tienen mnás de ocho kilometros de profundidad, parece una gran calabaza roja y luminosa a la que le han pegado unos buenos espadazos.

Levantamos la mirada y tenemos delante a Fobos con su enorme crater y los multiples surcos que se dibujan en su superficie. Toda esta luna marciana está como arañada, labrada o rayada, comop si hibira sido pasado por una perdigonada que lo ha rayado todo.

Rápidamente salimos de la órbita de Marte dejando al rojizo planeta a la izquierda de nuestra trayectoria.

Después de pasar por el pelirrojo planeta Marte nos sentimos llenos de entusiasmo, su especial influjo es el responsable del estímulo, del vivificar, de incrementar las ganas de vivir y especialmente del optimismo. De Marte surge el interés por las competiciones, las carreras, los deportes en general, las artes marciales y también nos anima en las aspiraciones competitivas.

Luego de pasar tan cerquita de Marte sentiremos atrevimiento, intrepidez y valor. A partir de asumir la influencia de este planeta podremos tomar decisiones dinámicas y sentiremos crecer nuestra determinación de proseguir, aumentará nuestra desenvoltura, nuestra audacia y tendremos más ganas de acción

Marte también puede hacernos sentir agitación, palpitaciones, sacudidas, agitación, alteración, irritación y encendimientos. Es el foco de conciencia que se siente como ardor, arrebato y que siempre está presente en el orgasmo.

¿Que sería del amor sin Marte?

Las vibraciones de Marte nos sacan de cualquier depresión, nos hace aventurarnos de nuevo, nos tienta aprobar fortuna y puede asociarse con el impulso vocacional. Marte tiene mucho que ver con el coraje, el esfuerzo, los alientos y el ánimo, y se nota en las personas que tienen una voluntad de hierro, que son eficaces en su trabajo con buena capacidad de decisión, de iniciativa propia y con gran destreza.

¡Cuidado! Que hablando de Marte nos acercamos a una zona peligrosa y arriesgada, pues ahora atravesamos el cinturón de asteroides y puede aparecernos un grupo de yanquis acotándonos el cielo y diciéndonos que ya está todo lleno. Con la renovada energía de Marte, seguimos adelante hasta llegar a la órbita de Júpiter

Realmente Júpiter es enorme y majestuoso, parece un ser vivo con una boca roja que sólo tiene un gran labio. El aspecto de su superficie cambia rápidamente y eso le da la sensación de vida, como ocurre con la algas marinas que se mueven con las corrientes de agua. Se observan claramente variados procesos meteorológicos con formaciones de nubes turbulentas que se mueven a enorme velocidad formando una especie de cinturones o franjas que van rodeando todo el planeta en sentido horizontal.

Nos acercamos para observar la gran mancha que está más abajo de la franja ecuatorial sur y se presenta ante nosotros una especie de depresión en forma de elipse estable de nubes rojas, anaranjadas y verdosas que forman un gran anticiclón que se hunde hacia el fondo de la atmósfera del planeta.
Rozamos su superficie y seguimos nuestro camino.

Nada más elevar el vuelo, al subir aparece un pequeño satélite al que llaman Metis y sólo tiene 40 kilómetros de diámetro, luego viene otro más pequeño que llaman Adrastrea,

Luego vemos a Amaltea que es un poco mayor.

A continuación está Tebe que no tiene más de 80 kilómetros de diámetros y rápidamente aparece Io, de un tamaño parecido a nuestra Luna, con su superficie repleta de volcanes en erupción, aquí se observa una intensa actividad volcánica, es como si el planeta aún se estuviera cociendo y burbujeara en su superficie.

Se ven ríos de lava alrededor de sus numerosos volcanes. Sobrevolamos por encima del volcán Ra y vemos como los hilos naranja, de los ríos de lava, se extienden a más de 200 kilómetros partiendo desde la boca negra de caldera.

Continuamos y rápidamente nos encontramos con Europa, un pequeño mundo del tamaño de nuestra Luna, lleno de líneas como venas que da la sensación de ser un animal redondo que aún está formándose y no se ha recubierto aún de piel.

Seguimos durante unos instantes la traza de una de esas líneas que parecen capilares de la yema de un dedo de un niño mirado con un microscopio, da la sensación de ser vivo en gestación, es simplemente impresionante y maravilloso.

Júpiter tiene a su alrededor otro sistema planetario, es como si fuera un enorme Sol con sus planetas. Atención, nos acercamos a Ganímedes, vemos que parte de superficie está como labrada, como si le hubieran pasado una arada de rejas.

Este satélite es mayor que los otros dos y tiene la peculiaridad de que tiene franjas muy definidas de color claro y de centenares de kilómetros de longitud que se entrecruzan en la superficie. todo el planeta está lleno de surcos, es como si un agricultor cósmico hubiera preparado el terreno para sembrar algo.

Ahora nos acercamos a Calixto, que tiene una superficie completamente distinta, aquí en vez de surcos aparecen anillos parecidos a las huellas digitales pero un poco más redondeadas, es como si los dedos de un gigantesco ser hubieran cogido a este pequeño mundo y lo hubieran transportado hasta aquí dejando sobre la superficie del planeta sus huellas dactilares.

Aún quedan ocho pequeños satélites más, pero nosotros nos alejamos después de sentirnos satisfechos por lo que hemos sentido en nuestra visita a Júpiter.

Nos alejamos de Júpiter observando su enorme tamaño, es el planeta mayor volumen de todo el sistema solar, su masa es superior a la de los demás planetas reunidos.

Después de recibir este baño jupiterino, notamos como se incrementa nuestro sentido de justicia, como mejora nuestro sano juicio y como aumenta nuestra condescendencia. Sentimos que nos embarga un estado satisfacción y de comodidad, aquí, sentados en nuestra confortables alfobras mágicas y protegidos por una burbuja cibernética. Si nos dejamos llevar por la influencia de Júpiter notaremos algo así como tener derecho al disfrute, estar en posesión de la razón y una especial sensación de libertad que nace del viajar libremente.

Ponemos nuestro pensamiento en Saturno y casi de inmediato aparece ante nuestros ojos un enorme planeta de color ambarino verdoso que parece una medusa marina sin tentáculos. De nuevo se percibe la sensación de estar ante un se rvivo que flota libremente en el espacio. Lo que más sorprene son sus anillos que ahora reflejan la luz solar con un explendor increible.

No tiene un anillo, parece que tiene miles de anillos unos superpuestos sobre otros, como esos collares de aros que llevan las mujeres de unas tribus africanas que se llaman las mujeres jirafas, los hay que son completamente oscuros y otros de tonalidades ambarinas muy claros, hay anillos finos de color azulado, verdoso, pardos, amarronados, beix luminoso, amarillo mate. En conjunto son como los surcos de un disco de esos antiguos de larga duración, donde cada surco es un anillo.

Ahora vemos una especie de lunar sobre el rostro de Saturno. ¡Ha! no, no es un lunar, es una de sus lunas a las que nos estamos acercando. Es el primer satélite exterior que lleva el nombre de las sacerdotisas de Apolo. Es muy osuro, refleja tan poca luz como la cara oculta de nuestra luna y apenas se puede reconocer su superficie.

Ahora vemos la segunda luna a la que llaman Japeto, igual que el hijo de Urano y hermano de Saturno, tiene toda su superficie toda llena de cráteres. Una parte es absoltamente ocura, es negra y brillante como el grafito, mientras que la otra mitad es muy brillante, clara y luminosa, parece como una ficha de dominó redonda o como una bolita de onix blanco y negro. ¿que curioso! ¿no?

Seguimos hasta acercarnos hasta el siguiente satélite que también lleva el nombre de otro hijo de Urano y hermano de Saturno, Hiperión.

Pero este satélite tiene una forma muy irregular, mas que un planeta parece un hamburguesa del Mac Donals que se le ha caido al camarero al suelo y la a vuelto a recomponer de cualquier manera. Por compararlo con una persona, es como un hombre gordito picado de viruela con la camisa medio puesta. Toda la superficie está llena de cráteres y también se observa un cresta de montañas muy raras.

Ahora nos acercamos a Titan que es mucho más grande que todos los demás satélites que hemos visto, incluso es mas grande que Mercurio.

Desprende un color amabarino, anaranjado apastelado, parece un polo de naranja redondo y descolorido, al que un niño ha estado chupando durante un rato y cada vez queda menos color y mas hielo, eso es lo que más se nota, hielo, toda la sueperficie está recubierta por una capa de hielo luminoso y ambarino. También se aprecia una atmosfera densa y helada a su alrededor formando un manto helado. La parte sur es color más claro que la parte norte que tiene como una gran banda oscura rodeando el polo. Esa parte parece la cabeza de una fraile de esos que llevaban afeitado el centro de la cabeza y se quedaba un ridículo círculo de pelo negro formando una especie de arandela.

Seguimos hasta el siguiente satélite al que llaman Rhea.
Este es la cuarta parte del anterior y desprende una luminosidad de color verduzco claro y también da la imagen de estar helado, parece un poco una bola de helado de pistacho, pero con los cráteres propios de este tipo de lunas.

Un poco más cerca de Saturno hay dos pequeñas bolas de helado de pistacho más, una que se llama Dione, parece que tiene la superficie más lisa que Tethys, que además de cráteres también tiene valles y cadenas montañosas. Es una luna de hielo verde como las otras dos.


Ahí vemos otras dos lunas más, una de ellas, que se llama Mimas, tiene un cráter exageradamente grande para el tamano de la luna, es el cráter Herschel que le hace parecer como una granada de color anaranjada pálida.

Damos media vuelta para no quedarnos atrapados en los anillos de Saturno y en sus oscuras lunas pastoras y seguimos nuestra marcha hacia el espacio exterior.


Nos alejamos del segundo coloso de nuestro sistema solar. Como hemos visto su aspecto es único, no existe otro cuerpo celeste parecido en todo el sistema a causa de sus gigantescos anillos que no son sólidos ni líquidos y que aportan una luminosidad extraordinaria. A medida que nos alejamos y Saturno se mueve alrededor del Sol, se observan los anillos con ángulos variables, desde arriba, de abajo o de canto, de acuerdo con la posición del planeta respecto a nosotros, por eso Saturno aparece tres veces más brillante y luminoso cuando los anillos forman un ángulo plano, que cuando están de canto. Esto ocurre en periodos de catorce años y medio.

Saturno es el último planeta visible a simple vista, sin hacer uso de ningún artificio, por lo que es conocido desde la antigüedad como el límite del sistema solar visible por el ojo humano. Por ello, para nosotros, representa al límite de lo material.

Si nos dejamos influenciar por sus efluvios nos sentiremos más moderados y prudentes. A partir de aquí escasea el calor, llega el frío -ya hemos visto cómo alguna de sus lunas parecían bolitas de helado de pistacho aperdigonado- ahora podemos sentir lo que es carencia, frío, soledad, podemos sentirnos intelectualemente incómodos porque ya puede resultar un poco pèsado este viaje en el que parece que no sabemos bien a donde vamos. -sólo parece-

Aquí hay que concretar dirección, meta, destino. Y si eso no sucede se puede sentir abandono, sensación de suerte adversa por haberse dejado embarcar en un viaje el frío exterior y desprotegido. Saturno puede contagiarnos de su realista nota de pesimismo.

Tranquilos, seamos pacientes y austeros, aprendamos a tener paciencia, calmémonos ante los condicionamientos temporales, las esperas, las demoras y los retrasos de todo tipo. ¿qué prisa tenemos? Ese mensaje nos viene de Saturno

Conforme asumimos las vibraciones saturninas aumenta nuestra conciencia de seguridad que se origina al sentir el conocimiento erudito, si las asumimos, se incrementará nuestra fortaleza moral lo que nos permitirá mantenernos constantes en la prosecución de lo comenzado. Con esa fuerza parecida a la inercia que nos otorga Saturno, nos dirigimos hacia el primer planeta invisible.

Ya estamos cerca, ya está aquí, esta enorme bola flotante que parece una pelota gigantesca es Urano. Mirad que curioso, este planeta no gira como los demás, parece una bola que va rodando sobre el plano de su órbita, gira de manera completamente distinta a los demás planetas.

A su alrededor tiene unos anillos finos, mucho más finos que los de Sartuno. -A ver que contemos......... parece que tiene uno más grueso que los demás en la parte exterior, luego, dentro, tiene un grupito de tres anillos finos, después dos un poco separados y los últimos de dentro también son tres anillos finos. Todos son de color oscuro. Nos acercamos hasta meternos dentro de uno de esos anillos y vemos que su anchura es de unos cientos de metros en algunos lugares y en otros se ensanchan hasta varios kilómetros. Ahora que estamos dentro vemos que los anillos son fragmentos de rocas heladas de muchos tamaños, todas de más de un metro, apenas hay polvo entre toda estas rocas flotantes.

Descendemos hasta superficie del enorme planeta y vemos que desprende un color verdiazul pálido que se refleja de las nubes densas y heladas que cubren el planeta. Bajamos hasta las nubes verdosas y vemos que están compuestas por gases brillantes que son cristales de hielo de metano, conforme bajamos se vuelven muy densas, llegan a ser más densas que el agua del oceáno y además aquí hace un frío que pela, he sacado el termómetro y marca menos 250ºC, ¡brrruuurrrr que frío!.

Levantamos el vuelo y nos dirigimos hacia las lunas de Urano, primeros vemos aparecer a Miranda, el más pequeño de los satélites que tiene un aspecto un poco especial, parece una pelota a la que le han pegado un sello en una parte y tiene una marca casi cuadrada en medio de su ecuador.

Nos acercamos hasta pocos kilómetros de superficie y se aprecia que el terreno es muy ondulado con numerosas fallas, escarpas, surcos, franjas largas y sinuosas, ondulaciones de todo tipo, es como recorrer los cabellos enlacados de una peluca de tirabuzones de esas que llevaban los franceses antes de que se inventara la guillotina.

Si queréis nos metemos por uno de esos medio tirabuzones que forman las rocas de este helado mundo. Mirad allí hay uno bueno, con curva a la derecha pasando por debajo de la escarpa, nos lanzamos en fila india de burbujas trangresoras y..... !aaalehhoooopp¡ pasamos casi rozando las paredes cóncavas de las formaciones rocosas heladas y retomamos el vuelo hacia la siguiente luna de Urano.

Ahí delante está Ariel, el más brillante de los satélites de Urano. Lleva el nombre del espiritu o del Angel de Aries.

Bajamos para reconocer su superficie y da la sensación de que es un planeta más joven que los otros, pues tiene menos impactos o menos cráteres que las otras lunas que parecen más viejas. Sobre su superficie hay varias formaciones que parecen caminos dejados por gusanos enormes -mucho más grandes que los de Dune- que transitaron por su superficie húmeda y que luego se secó dejando estas huellas alargadas. Parece ser que al congelarse se le han formado estrías.

Luego llegamos a Umbriel que es mucho más oscuro que el anterior.

Todo la superficie de esta luna esta salpicada de de cráteres producidos sin duda por los impactos exteriores lo que nos hace pensar que es una luna muy vieja. Esto de los satelites es un poco como las caras de las personas, cuanto más arrugas, más viejos, aquí cuanto más picados por la viruela de los perdigonazos cósmicos, pues más viejos, porque están más tiempo recibiendo pedradas.

Después nos acercamos a Titania, que es la luna más grande de Urano y también está bastante bombardeada de cráteres, se observan dos especialmente grandes, tambien tiene formaciones de alargados cañones y numerosas formaciones de cráteres meteoríticos. Nos despedimos del sistema de lunas de Urano al pasar por Obreón, casi tan grande como Titania y sobre el que destaca una motaña enorme que es como un grano tan grande como una nariz.

Nos alejamos de Urano que es el séptimo planeta de nuestro sistema solar y el primero de los nuevos transaturninos. Es el primer planeta que para ser observado, debe hacerse uso de algún artificio, pues no puede ser visto por el ojo humano de manera natural. Su observación requiere alguna técnica.

La primera analogía simbólica la podemos extraer de estas caracteristicas especiales, es su correspondencia con el principio de lo inmaterial. Representa la técnica que promueve situaciones evolutivas. Urano es análogo a la fuerza cósmica que obliga a nuevas revisiones y provoca cambios imprevisibles; a diferencia de los cambios lunares periódicos y previsibles. Urano enlaza siempre con los cambios súbitos e imprevistos, las diferencias impensables, lo nuevo y lo desconocido.

Por estar mas alto que Saturno, se lo asocia con lo que puede volar por encima de la Tierra. De hecho se comprueba que los ciclos de Júpiter-Urano están estrechamente relacionados con los progresos de la aeronáutica y la astronáutica.

Al observar este planeta y su sistema de lunas y anillos tomamos conciencia de la particularidad o la singularidad de cada cosa. Por eso Urano representa para nosotros la conciencia de lo individual y la necesidad de buscar la propia individualidad.

Salimos de la órbita de Urano y nos dirigimos hacia Neptuno. ¿mirad! ya lo tenemos aquí delante de nosotros. Su tamaño es idéntico a Urano pero su color cambia bastante pues Neptuno desprende una luminosidad azulada, reflejo de la superficie de las nubes heladas que recubren al planeta.

Nos acercamos un poco más y se distingue una gran mancha muy parecida a la que tiene Júpiter, pero esta gran mancha ovalada es de color azul agrisado. Descendemos un poco más y se observa que la gran mancha es un enorme torbellino de nubes a bandas de color azul oscuro, azul marino y azul más claro, que forma una depresión anticlónica en la que las nubes giran en sentido contrario a las agujas del reloj formando una especie de agujero en esta atmósfera que parece de metano.

Levantamos el vuelo y se aprecia que Neptuno también tiene unos anillos. El primer anillo con el que nos encontramos al despegar del planeta, es una banda de polvo muy fino, luego tiene otro anillo delgado pero más compacto, después vienes una especie de nube de polvo que forma un anillo plano, tipo arandela, de polvo tenue y finalmente hay otro anillo fino formado por particulas muy pequeñas.

¡Cuidado! que ahí viene Tritón a toda velocidad y en sentido contrario.. Es una bola enorme completamente helada que desprende varios colores apastelados, tiene una parte de color asalmonado, una banda en forma de rodaja de melón de color verde apastelado y en otras partes es más clara o desprende luz blanca a causa del hielo que la recubre. Descendemos un poco pare ver más de cerca su superficie y vemos con asombro una serie de géiseres que emiten chorros de nitrogeno líquido, son como fuentes que lanzan su líquido a más de ocho kilómetros de altura. Es un espectáculo increible, parece que hobiera debajo de la corteza del satélite un montón de enormes ballenas petrificadas tirando su fuente de agua al aire del planeta. Cuando el chorro de nitrógeno llega a su máxima altura, se dispersa formando una nueva nube de humo oscuro que luego dejan manchas sobre el planeta.

Las dos lunas de Neptuno, Tritón y Nereida (Hijo y esposa de Neptuno) son notablemente excéntricos. (Como lo són estos dos personajes en el mito, mitad humanos mitad pez ). Estas lunas, en lugar de girar en el plano ecuatorial del cuerpo central y en el mismo sentido de rotación, tal como ocurre en los demás sistemas, tienen sus órbitas muy inclinadas respecto al ecuador. La órbita de Tritón es retrógrada, mientras que Nereida forma una elipse muy alargada. - La excentricidad que antes apreciábamos en Urano, aquí se traslada a las lunas-.

Seguimos nuestro camino y dejamos de lado a la pequeña luna Nereida que tiene una órbita muy alargada y apernas nos deja ver su superficie helada por la falta de luminosidad.

Sentimos los efluvios de Neptuno que tienen una cierta analogía con su sistema de lunas, pues su influjo tiende a agrupar de manera excéntrica, retrógrada o anómala a los seres que caen bajo su esfera de acción; como ocurre con las religiones, las sectas o las agrupaciones de cualquier tipo, o este mismo viaje que estamos realizando que es absolutamente neptuniano por lo fantástico, ilusorio y aparentemente enredado.

De la esfera de influencia de Neptuno surge la inducción de unirse a los demás para algún fín ideal, invisible, irreal o utópico. Neptuno nos hace sentir algo que nos envuelve fríamente y es irresistiblemente atractivo y nos lleva a la búsqueda de experiencias idealistas, mágicas, misteriosas o que no tienen un sentido lógico. Al salir de Neptuno nos queda una sensasión de ilusión, fantasía y nos sentimos como sumidos dentro de una fábula o de un sueño.

Percibirmos o apreciamos una sensación semejante a la que sentimos cuando escuchamos una buena música, o ante las obras de arte, o saboreando un vino. Neptuno nos ha dejado una nota de distinción sutil y especial, similar a degustar ciertos deleites de naturaleza superior o de más calidad. En cierto sentido nos ha dejado el recuerdo que nos dejan las burbujas del champañ. Neptuno nos ha dejado en un estado de conciencia que es la llave que abre la puerta de las Musas. Nos ha recargado el depósito de la imaginación para poder continuar nuestro viaje imaginario de recolectores de estrellas.

Ya estamos muy lejos del Sol, aquí su luz es apenas mayor que la de la Luna cuando está en su último filo menguante. Ahora seguimos en dirección a Plutón.
En los confines de nuestro sistema planetario, nos encontramos con el mas pequeño, pero el mas denso de los planetas conocidos. Su tamaño es comparable a Tritón pero desprende un oscuro color rojizo recubierto por una brillante capa de hielo.

Al acercarnos se observa claramente a su oscura luna girando a su alrededor que se llama Caronte, tiene una órbita circular orientada norte-sur, casi perpendicular al plano orbital de Plutón. Podemos darnos una pasadita entre Caronte y la superficie helada de Plutón para percibir un cosquilleo causado por la fuerzas magnéticas y gravitacionales de estos dos último cuerpos de nuestro sistema solar.

Aprovechamos este paso para desplegar nuestros sombreros fuera de la esfera y registrar en él las cualidades de invisibilidad que otorga este planeta, de tal manera que cada vez que lo usemos seremos invisibles y podremos realizar viajes en el tiempo sin perturbar la historia.

Aparte de su poder invisibilizador, Plutón con su influjo nos provoca un cambio de conciencia y nos permite experimentar una identificación con el resto del Universo, con el resto de los seres vivos. Esta experiencia de Plutón, nos rompe las barreras del ego, incluso nos lleva más allá del ego colectivo, mas allá de la conciencia colectiva, de los idealismos religiosos, socialistas o sectarios. De momento aparece en nosotros la conciencia ecológica en el sentido más transcendental y puro, nos llega la sensación de que somos un todo con el resto de los seres vivos.

Un vez pasado Plutón ajustamos nuestra conciencia de nuevo, programamos nuestra ruta colocando en el centro de nuestros talones a Plutón alineado con el Sol, que brilla como una estrella allá detrás en el fondo. Imprimimos unos giros enérgicos a nuestra esfera y aumentamos la velocidad miles de veces la de la luz, esta es la ventaja de viajar a ñla velocidad de la imaginación.

En pocos segundos nos encontramos acercándonos a una de las estrellas mayores de nuestra galaxia, frenamos el giro de nuestra esfera para acercarnos suavemente y observar tranquilamente el lugar de nuestro destino. Nos acercamos a la estrella que forma el corazón del escorpión y que llamamos An

tares. El tamaño de esta estrella es tan grande como la circunferencia de la órbita de Marte alrededor del Sol. Es tan tan grande que si la comparamos con una balón de reglamento, nuestro Sol tendría el tamaño de un garbazo. Se necesitarían más de 700 soles como el nuestro para crear un torrente de irradiación semejante.

Conforme mos acercamos a Antares atravesamos una especie de nebulosa de polvo cósmico de 5 años luz de diámetro que tiene varias enormes nubes oscuras. A la velocidad que vamos, para nosotros eso son sólo cinco segundos.

Nos acercamos a la enorme estrella rojiza y rápidamente observamos que tiene otra estrella como compañera que es bastante más pequeña pero que irradía casi veinte veces más que nuestro Sol.

La luz azulada de esta pequeña estrella se mezcla con el rojizo de Antares y todo se queda en un tono amoratado o liláceo.

Para evitar quemaduras, le haremos unos nuditos a los flecos de nuestra alfombra mágica para programarla en el tiempo y que nos traslade a un momento adecuado del tiempo que nos permita visitar la estrella cuando ya esté fría.

Ahora, miles de millones de siglos más adelante, cuando la estrella azul ya se ha precipitado sobre Antares, la luminosidad de la estrella es de un vivo y luminoso color liláceo, lo que antes era una combustión feroz, ahora es de un tono tenue y amoratado.

Nos dirigimos hacia uno de los polos de la estrella, pues los polos de las estrellas, cuando se enfrían se llenan de formaciones cristalinas. Al acercarnos nos encontramos con un paisaje parecido a un mundo de cristales de formas exagonales y picudas, todo esta llenbo de formaciones cristalinas, todo son cristales de color como el vino con sifón.

Descendemos hasta planear por la altura de la superficie cálida, luminosa y llena de formas cristalinas, cortantes y picudas del polo de la estrella buscando algún lugar donde haya habido algún impacto de una roca de hielo celeste que haya dejado una zona aplanada o alisada la superficie para poder estrellizar.

Hay muchos lugares así, ya he venido en otras ocasiones y son lugares maravillosos, estos sitios son muy parecidos a unas playas que hay en las islas Haway en las que la arena esta compuesta por peridotos verdes preciosos en formas de guijarros de todos los tamaños, de rocas y de arena fina de cristales diminutos y redondeados.

¡Mirad ! allí hay uno. Allí abajo a la derecha se observa como una muesca plana y alargada que a roto los diseños cristalinos, exagonales y puntiagudos de los billones de gemas moradas de todos los tamaños imaginables que forman el suelo. En ese lugar alargado y amplio se forma una especie de lago enorme que desprende destellos luminosos y amoratados. Descendemos y vemos que tiene sus riveras y suaves olas formado playas cristalinas y amoratadas.

Aparcamos la esfera y la alfombra al lado de la orilla y nos fabricamos una bolsa con el sombrero de tela de vela de bergantín que llevamos en nuestra cabeza. Vamos a recoger las gemas moradas que más nos gusten hasta llenar la bolsa. Conviene elegir las que tengan el color más puro y más limpio, no valen las que tengan rayas o estén quebradas o sucias por dentro, tienen que ser translúcidas pero con buen color amoratado.

Podéis cogerlas fundidas en un solo grupo, desde luego hay bellísimas formaciones, pero conviene recoger de un tamaño pequeño, para poderlas usar discretamente. También vale sacar un hilo de la tela del sombrero y buscar las que tengan un agujerito y pasarlas con el hilo para hacer pulseras y collarines. Podeís tomar de todos los tamaños y formas, los hay que tienen forma exagonal y picuda y también otras que son redondeadas por la erosión del las olas y esas son las mejores. Aprovisionaros de todas las que queráis o las que os quepan en la bolsa.

Con la bolsa llena de gemas amoratadas, entramos de nuevo en nuestras esferas cibernéticas, le impirmos un enérgico giro y nos lanzamos a una velocidad muy superior a la de la luz en dirección a nuestro sistema solar. Ahora conviene deshacer los nuditos de la alfombra y programarse para la fecha correcta. -Nos no vaya a pasar como me ocurrió en una ocasión que aterricé fuera de tiempo -pues al viajar a mayor velocidad que la luz, cuando se regresa, se vuelve al pasado- en esa ocasión casi me devora un dinosaurio. ¡menudo susto me dí! Y en otra ocasión, por un olvido similar me vi envuelto en un lio por que me confundieron en un desbarco de fenicios clandestinos.

Bipppppsssittts........¡cuidado! que vamos a tregresar a la máxima velocidad, sin detenernos, conviene en vez de regresar directamente a la Tierra, dar una vueltecita en torno al Sol para refrenar nuestra llegada y ajustar bien el tiempo.

Regresamos a nuestro planeta y nos dirigimos en primer lugar al piso 1331 de la torre del desierto salado para dejar la esfera en su sitio y después, de regreso a casa, montados aún sobre nuestras alfombras mágicas, cubiertos por nuestra manta de lana virgen y tocados con nuestros sombreros de la invisibilidad, nos conviene depositar las gemas en algún comercio de gemas o minerales próximo al lugar de residencia, donde después poder ir a comprarlas por un bajo precio. _Los viajes virtuales en alfombra mágica y esfera celeste, salen gratis, pero los objetos reales hay que comprarlos.-

Otro, día, cuando podáis, salir a buscar las piedras que habéis traído y ya os diré para que sirven. Pero no olvidéis que son trocitos de luz cristalizada de la estrella Antares y usados según cómo, son cristales mágicos. En los comercios se piden con el nombre de Amatista.



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Comentario por Leonor Bonavía Pérez el octubre 26, 2009 a las 8:08pm
Tito, espectacular!!!!!!!

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