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Liz Greene tiene el don de escribir acerca de las áreas más complejas y oscuras de la vida con una brillantey cáustica claridad, y una apreciación comprensiva de que siempre hay dos caras de una misma historia. Eneste artículo, explora uno de los patrones de la conducta humana más espinosos, aquellas relaciones en lasque hay tres caras.Las relaciones triangulares son una dimensión arquetípica de la vida humana. De una forma u otras, nuncaescapamos de ellas. De hecho tendemos a manejarlas bastante mal cuando aparecen en nuestras vidas. Estoes comprensible, porque los triángulos normalmente evocan emociones muy dolorosas, sin importar en quélugar del triángulo nos encontremos. Tendremos que hacer frente a sentimientos como los celos, lahumillación y la traición. O tendremos que vivir con la sensación de ser traidores o deshonestos, o de estarhaciendo daño a alguien. Podremos sentir todos estos sentimientos a la vez además de tener la convicción deser un fracaso. Las emociones implicadas en relaciones triangulares son a menudo terriblemente angustiosasy afectan a la autoestima. Porque los triángulos nos enfrentan a emociones muy difíciles, y a menudo nosencontraremos intentando culpar a alguien de la presencia de un triángulo en nuestras vidas. Bien nosculpamos a nosotros mismos o bien culpamos a una de las otras dos personas. Pero los triángulos son enefecto arquetípicos y, si tenemos alguna duda sobre su universalidad, sólo tenemos que leer la literatura delos últimos tres mil años. Todo lo arquetípico nos regala un mundo de pautas con un sentido y un inteligentedesarrollo interno. Hay algo en la experiencia del triángulo que puede convertirse en uno de nuestros máspoderosos medios de transformación y crecimiento, a pesar de lo desagradable y doloroso que es. La traición,sin importar si uno es el traidor o el traicionado, nos produce algo que potencialmente puede ser de enormevalor.Nada acontece en nuestras vidas si no está conectado de alguna forma con nuestro viaje individual. Esto noimplica culpa o causalidad, pero sí un profundo significado que puede ser transformador para todo individuodispuesto a buscar ese significado. Cuando un triángulo acontece en la vida de uno, es por algo. Si elegimosreaccionar únicamente con rabia y amargura, es nuestra elección.Pero también podríamos elegir hacer del triángulo un trampolín para una auténtica búsqueda psíquica. Estees particularmente difícil porque la experiencia de humillación revive normalmente todos los mecanismos dedefensa de la infancia, y es muy difícil moverse desde esas respuestas primarias a una perspectiva másneutral. Como astrólogos, podemos pensar que bien vale la pena explorar si hay alguna pauta en la carta quepueda predisponernos al triángulo, o si hay razones profundas por las que un individuo se ve involucrado enun triángulo, por iniciativa propia o por elección de otra persona; y porqué algunas personas son máspropensas a los triángulos que otras. También podríamos considerar los posibles acercamientos que puedanayudarnos a trabajar con triángulos de una forma más creativa, lo cual requerirá observarlos de un modopsicológico y simbólico.La universalidad de los triángulos

Hay muchos tipos de triángulos, y no todos implican una relación sexual adulta. Aunque nos limitásemos alos triángulos sexuales, nos encontraríamos con diferentes variedades. Los triángulos sexuales no siempreestán hechos del grandioso material dramático de Tristán e Isolda. En algunos triángulos amorosos adultos,las tres partes son fijos. Hay una pareja y una tercera persona involucrada con alguien de la pareja, y no hayningún movimiento en el triángulo. Es estático y puede durar muchos años, hasta que uno de los tresintegrantes muere. En otros triángulos amorosos, una de las partes cambia constantemente. Un individuopuede practicar adulterio en serie - a veces, como en el caso de John F. Kennedy, con una increíble índice decambio. Pero ambas situaciones son triángulos, aunque tendamos a dar mayor valor romántico a las primeras;y ambas evocarán el mismo espectro de emociones arquetípicas.Además de los triángulos en los que existe una implicación sexual con cualquier combinación de los dossexos, hay otros muchos tipos de triángulos. Los más importantes son los que implican a padres e hijos. Lostriángulos también pueden involucrar amistades. Más complejos son los triángulos que implican acompañeros no humanos. Un miembro de la pareja puede sentirse celoso y traicionado por la dedicación delotro al trabajo, al compromiso artístico o al desarrollo espiritual. Estos triángulos pueden provocarexactamente el mismo sentimiento de celos que los de los de tipo sexual. Cuando uno se adentra en unespacio creativo, de alguna forma ha "abandonado" a la persona con la que vive, y esto puede crear unoscelos enormes en uno de los miembros de la pareja. El proceso creativo es un acto de amor, y posiblementeésta es la razón por la que tradicionalmente se dice que la casa Cinco rige a ambos. Si uno ama su propiotrabajo, esto puede ocasionar unos celos tremendos. Hay incluso triángulos que involucran a mascotas. Estopuede sonar absurdo, pero una persona puede sentirse extremadamente celosa, herida, confusa y abandonadaporque su pareja está profundamente unida a su gato o perro - aunque uno no desee admitir tales sentimientosen público. Aparentemente todos estos diferentes tipos de triángulos no tienen relación entre sí. Lo único quetienen en común es que están formados por un tipo de amor, que, en un triángulo, deja de ser exclusivo. Ycuando tenemos que compartir el amor de alguien, ya sea con otra persona o con algo intangible como laimaginación o el espíritu, podemos sentirnos traicionados, degradados y desconsolados.Este

Este pequeño diagrama es un cuadro simplista de las tres partes del triángulo. De momento hemos dejadoaparte los significadores astrológicos. Algunas personas experimentan sólo una de las tres partes a lo largo desu vida, mientras que algunas experimentan las tres.El traidor es la persona que aparentemente elige involucrarse en el triángulo. Uso el término "aparentemente"porque no siempre se puede estar seguro de cuán consciente es esta elección, así como tampoco se puedeestar seguro de cuánta connivencia existe entre el traidor y el traicionado. Sea lo que sea lo que esté actuandobajo la superficie, el traidor es un alma dividida. Hay un amor, atracción o necesidad por dos cosasdiferentes. La mayoría de nosotros da por hecho que el amor debería ser exclusivo, aunque en un nivelconsciente profesemos una perspectiva más liberal. A causa de los valores de nuestra herencia Judeocristiana,nos han educada para creer que si nuestro amor no es exclusivo, no es amor, y entonces ya no somos

"buenas" personas. Hemos fracasado, o bien somos egoístas e insensibles. Por este motivo, cuandoexperimentamos esta profunda división interna, es muy difícil hacerle frente. Es mucho más fácil para el quetraiciona sacar una lista de justificaciones de porqué él o ella está cometiendo un acto de traición.Normalmente no oímos decir al que traiciona "Estoy dividido. Estoy partido por la mitad". Lo que solemosoír es: "Mi pareja me está tratando muy mal. Él/Ella no me da A, B, C y D, y yo necesito todas esas cosaspara ser feliz. Por ese motivo tengo una excusa para buscar a otra persona".La siguiente parte del triángulo es el traicionado, que aparentemente es la víctima inocente de la incapacidaddel traidor para amar de forma exclusiva. También aquí he utilizado el término "aparentemente" porque, unavez más, puede haber alguna duda sobre la complicidad inconsciente que se juega en este rol. Las tres partesdel triángulo son secretamente intercambiables. No son tan diferentes como pueden parecer a primera vista.Pero el traicionado generalmente cree que él o ella es leal, y que es la otra persona la que está siendo desleal.Es otra persona la que ha iniciado el triángulo. Normalmente pensamos que el traicionado es quien peor lopasa de los tres, porque es la persona que generalmente exterioriza todo el dolor, los celos y los sentimientosde humillación.En último lugar, como tercera parte del triángulo, está el Instrumento de la Traición. Es la persona queaparentemente entra en una relación ya existente entre dos personas y amenaza con destruirla o cambiarla.Esta parte del triángulo suele tener mala prensa, y se la ve como a un ave de rapiña, como a alguien que selleva el don más preciado de alguien. Si alguna vez ocupamos este lugar, recibiremos muy pocacomprensión, y absolutamente ninguna por parte de aquellos que tienen relaciones estables y que sienten elviento frío de su posible futuro. De hecho, el Instrumento de Traición puede sentirse como una victima, ypuede ver al traicionado como al ave de rapiña. Podemos empezar a vislumbrar la identidad secreta entreestas dos partes del triángulo. Hay personas que se mueven alrededor del triángulo y experimentan las trespartes a lo largo de sus vidas, a veces en más de una ocasión. Otras personas experimentan exclusivamenteuna de las tres partes y siempre son traicionadas en sus relaciones, o siempre juegan a ser el que traiciona. Osiempre son Instrumento de Traición involucrándose una y otra vez con personas ya comprometidas.También podríamos agrupar los triángulos en cuatro grupos básicos. Estos pueden coincidir conconfiguraciones astrológicas características o, en último término, estar asociadas a ellas. Está el omnipresentetriangulo familiar, al que está dedicado este artículo fundamentalmente. También hay triángulos de poder ytriángulos defensivos. Estas dos variedades de triángulos no están realmente separadas, pero sí tienen ligerasdiferencias. Ambas tienen un sabor característico, y las razones de su aparición en la vida de uno pueden noestar totalmente enraizadas en el entorno familiar. Un triángulo defensivo sería, por ejemplo, un hombre omujer que necesita formar una relación adicional fuera de su pareja establecida a causa de sus sentimientosde profunda inadecuación. Estas personas pueden tener una gran inseguridad y temer que si se comprometendemasiado, y ponen toda la carne en el asador, se volverán demasiado vulnerables; y entonces el rechazosería completamente intolerable. El triángulo se crea entonces como mecanismo de defensa. Si sonabandonadas por una de las dos personas, siempre les quedará la otra. Esto no suele ser consciente, pero esun poderoso factor motivador en muchos triángulos.

Existen triángulos en búsqueda de lo imposible. Éstos pueden coincidir con triángulos familiar, así como contriángulos defensivos y de poder. Pero hay un ingrediente especial en la búsqueda de lo imposible, y es que amenudo la motivación más profunda es artística o espiritual. A veces, cuando buscamos un amor imposible,tiene poco que ver con seres humanos. Pero podemos traducir nuestros deseos creativos o místicos en lapersecución de aquello que no podemos tener. En este sentido nos abrimos a una dimensión de la psique quetiene más que ver con las fantasías creativa que con las relaciones. La "musa" del artista rara vez es su mujero su marido. Este tipo de triángulo puede incluir elementos pertenecientes a antiguas dinámicas familiares, ypuede incorporar también motivos defensivos; pero necesita ser entendido desde una perspectiva diferente.

El último grupo, los triángulos que reflejan una vida psíquica no vivida, engloba a todos los otros. Cuandoprofundizamos en los triángulos familiares, siempre necesitamos preguntarnos porqué queremos estar tanterriblemente cerca de uno de los padres en particular. ¿Qué significa ese padre para nosotros? ¿Por quépodemos enfrentarnos a la indiferencia de uno de nuestros padres y sin embargo necesitamos la fusiónabsoluta con el otro? Al final, inevitablemente, encontraremos trozos de nuestra propia alma labradas entodas las partes del triángulo - cualquier triángulo, ya esté motivado por dinámicas familiares, poder,mecanismos de defensa o todo lo mencionado anteriormente. Hay excepciones, porque siempre hayexcepciones a cualquier pauta psicológica. Pero lo más importante es que, cuando un triángulo aparece ennuestras vidas, independientemente del lugar en el que nos coloquemos, hay algún mensaje en él acerca delas dimensiones de nosotros mismo que no hemos reconocido o vivido. Si una pauta de triángulo se siguerepitiendo, entonces hay un mensaje muy fuerte, y necesitaremos escuchar lo que está tratando de decirnos.El triángulo familiarLos triángulos familiares no terminan en la infancia y tienen repercusiones a lo largo de la vida. Si no seresuelven, entraran secretamente en nuestras relaciones adultas. Si un triángulo familiar no se sana, podemosrecrearlo, una o varias veces, porque esperamos, a un nivel profundo e inaccesible, encontrar una forma parasanarlo o resolverlo. Freud desarrolló la idea del triángulo Edípico, también conocido como "el romancefamiliar", en un contexto muy específico. Según su visión, nos apegamos apasionadamente al padre del sexoopuesto, y entramos en una situación de rivalidad y competitividad con el padre del mismo sexo.Dependiendo de cómo se resuelva en la infancia el triángulo Edípico -yesto incluye tanto las respuestas de los padres como el temperamentoinnato del individuo-, nuestras relaciones posteriores se veráninevitablemente afectadas. Si inequívocamente "ganamos" y conseguimosel amor exclusivo del padre del sexo opuesto, sufriremos porque nuncahemos aprendido a separarnos o a compartir. Experimentamos un tipo defalso poder infantil, porque sentimos que hemos abatido al rival. Somostodopoderosos, y esto puede abrir la puerta a una posterior incapacidad para enfrentarse a cualquier clase dedesilusión en una relación. Y, como consecuencia, también se verán afectadas las relaciones con personas delmismo sexo.

Si, por ejemplo, un chico ve a su madre y a su padre en conflicto, y "gana" la batalla Edípica al convertirse enel marido suplente de su madre, puede experimentar una profunda culpa inconsciente hacia su padre.También, puede perder respecto por su padre, a quién aparentemente ha apartado de un empujón con granfacilidad. Entonces la imagen paterna del chico podría ser la de alguien débil, impotente, y fácilmentevencible; e interiormente puede temer eso de sí mismo, porque él también pertenece al sexo masculino. Estechico tendrá que seguir afirmando su victoria Edípica más tarde a lo largo de su vida convirtiendo a cadaamigo masculino en un rival y relacionándose exclusivamente con mujeres. Este tipo de hombres noconectan con otros hombres, solamente con las mujeres que ya están comprometidas con otros hombres. Elvínculo con su madre le habrá costado a este hombre la relación con su padre, lo que puede significar que notenga una imagen masculina interna a la que recurrir, ni una sensación de apoyo por parte de la comunidadmasculina de su entorno. Este sentido de confianza y de identidad sexual masculina va a dependerenteramente de si sus mujeres le aman -y cuanto más, mejor. Este es un lugar muy inseguro y doloroso en elque vivir. Podríamos aplicar la misma interpretación en el caso de una mujer y su padre.Si perdemos totalmente la batalla Edípica -y la palabra clave aquí es "totalmente"- también sufrimos. Unaderrota Edípica absoluta constituye una humillación que puede hacernos perder la confianza en nosotrosmismos. Con "absoluta" quiero decir que el niño siente que no ha conseguido contacto emocional de ningúntipo con el padre amado, y a esto le sigue un profundo sentimiento de fracaso. El individuo entonces no

puede acercarse al padre, quien puede ser incapaz de ofrecer una respuesta emocional positiva a su hijo ohija. O bien puede ser que el otro padre siempre esté en medio. Más adelante en la vida, tal derrota emocionalpuede generar un sentimiento persistente de inadecuación e inferioridad sexual. Puede contribuir a muchaspautas de relación destructivas -sin excluir el tipo de triángulo en el que uno está desesperadamenteenamorado de alguien permanentemente comprometido con otra persona. Uno puede convertirse en el infelizInstrumento de Traición, siempre llamando a la puerta cerrada del matrimonio de su amante. O en eltraicionado, repitiendo en vano la derrota Edípica en el papel de la pareja establecida que es humillada por elgran poder de la madre o padre rival. Tanto con la inequívoca victoria Edípica como con la inequívocaderrota Edípica, somos incapaces de establecer una separación psicológica del padre amado, y una parte denosotros nunca supera la infancia realmente. Entonces podemos quedarnos atascados en dinámicas derelación repetitivas en donde seguimos intentando "arreglar" mediante un triángulo la dificultad original.Freud pensaba que la resolución más sana del conflicto Edípico es una especie de derrota suave, en la querecibimos suficiente amor por parte del padre amado pero todavía estamos obligados a admitir que la relaciónde nuestros padres es en última instancia irrompible. Entonces podremos aprender a respectar las relacionesentre otras personas, y construir una confianza al establecer relaciones más allá del mágico círculo de lospadres. Entramos aquí en el reino de lo que Winnicott llamó "suficientemente bueno" - un matrimonio de lospadres suficientemente bueno, una relación con ambos padres suficientemente bueno, y suficiente amor yamabilidad para que la derrota Edípica pueda estar acompañada de un razonable sentido de seguridad dentrode la familia y un conocimiento de que uno seguirá siendo amado. También esimportante que no temamos un castigo por parte del padre rival.Desgraciadamente, muchos padres emocionalmente hambrientos y resentidos enun matrimonio infeliz, castigan a sus hijos por "robar" el amor de la pareja.Necesitamos reconocer que no podemos suplantar a un padre para tener al otro,pero también tenemos que saber que seremos amados por el padre que hemosintentado derrocar. Naturalmente, esto es un ideal que pocas familiar puedenlograr. Muchísima gente sufre en mayor o menor grado una victoria o unaderrota Edípica excesiva. Lo que realmente importa es lo que hagamos con ella,y la consciencia que tengamos de ella. Y no hay un activador de la conscienciatan potente como un relación triangular.

Hay un valor considerable en el modelo psicológico de Freud, y parece haber muchas situaciones en las queuna absoluta derrota o victoria Edípicas están relacionadas con una tendencia a involucrarse en triángulosposteriormente en la vida. Pero hay limitaciones importantes en este modelo de "romance familiar". El padreal que nos atamos no es necesariamente el padre del sexo opuesto. El padre puede pertenecer al mismo sexoque el individuo. Los sentimientos Edípicos no son, después de todo, "sexuales" en el sentido adulto de lapalabra, sino que están más relacionados con una fusión emocional. Al igual que, de hecho, lo están muchosde nuestros sentimientos aparentemente sexuales cuando somos adultos; la sexualidad contiene muchosniveles emocionales que no son siempre conscientes. Una derrota o victoria Edípica que implique al padredel mismo sexo puede tener repercusiones igualmente dolorosas y también pueden inclinar a posterioresrelaciones triangulares. Una persona puede sentirse dislocada de su propia sexualidad, porque el padre amadoes un modelo de esa sexualidad y el vínculo es demasiado débil o negativo para permitir que el modelo seainteriorizado de una forma positiva. Un hombre puede pasarse la vida intentando ganar el amor de su padre aldemostrar lo hombre que es. Entonces establecerá triángulos de forma inconsciente, que no tienen que vercon la mujer con la que se implique, porque la ambición inconsciente es impresionar a otros hombres -ocastigarlos por el rechazo del padre. Y una mujer puede intentar ganar el amor y la admiración de su madrede la misma manera, castigando a otras mujeres por el fracaso de su madre a la hora de amarla. El rival en untriángulo adulto puede ser secretamente mucho más importante para el individuo que le aparente objeto dedeseo. Basta escuchar la preocupación obsesiva que el traicionado y el Instrumento de la Traición sienten el

uno por el otro para reconocer que la situación puede ser psicológicamente mucho más compleja de lo queparece.Pautas edípicas útiles - Venus como rasgo distinitivo de los padresLa carta natal puede decirnos mucho sobre las imágenes que nos hacemos de nuestros padres, y lasexperiencias con las que nos encontramos a través de ellas. Cuando miramos una carta, podemos encontraralgunas pautas Edípicas útiles. Las peculiaridades de los padres normalmente aparecen con mucha fuerza, yde tal manera que implican las necesidades sexuales y emocionales de la persona, al igual que la imagen queuno tiene de sí mismo como hombre o mujer. Podemos encontrar planetas en la casa Diez o en la casaCuatro, que inmediatamente aluden al padre como portador o representante de algo mítico y arquetípico. Elhecho de no tener planetas en estas casas no significa que no haya conflictos con los padres, o que no existauna imagen subjetiva que proyectemos sobre ellos. Pero a menudo es más fácil percibir al padre como otrapersona, otro ser humano, con sus defectos. Cuando hay planetas en estas casas, los dioses planetariosaparecen con el rostro del padre, llevando la ropa del padre. Una pieza de nuestro propio destino, nuestropropio viaje interior, llega a nuestro encuentro a una edad muy temprana, disfrazado de madre o de padre ytransmitido a través de la herencia familiar. Aunque esto no es "malo" o "negativo", sí que implica algopoderoso, fascinante y compulsivo acerca de la relación con los padres que requiere un mayor grado deconciencia y un mayor esfuerzo de integración.

El hecho de repetir triángulos en la vida adulta va frecuentemente unido a los planetas en las casas Cuatro yDiez. A menudo nos encontraremos con Venus en una de estas casas. Venusdescribe lo que percibimos como hermoso y de valor, y, como consecuencia,aquello que amamos, tanto en nosotros mismos como en los demás. Si un padreaparece en la carta natal como Venus, ese padre va a ser un símbolo de lo quenosotros reconocemos como más hermoso, más valioso y merecedor. Esto en símismo no es negativo. Pero puede significar que proyectamos nuestra propiabelleza y valor sobre el padre, y entonces muchas cosas dependerán de cómo elpadre maneja esta proyección. Vemos cualidades y atributos profundamenteadorables y valiosas y nos enamoramos del padre porque estamos enamorados deesos atributos. Es de esperar que, cuando maduremos, introyectemos eventualmente estas cosas, yreconozcamos que nos pertenecen a nosotros tanto como a la madre o al padre. Este proceso puede ayudar acrear un vínculo amoroso perdurable entre padre e hijo - una valoración mutua del otro por cualidades quecomparten. Pero no todos los padres están libres de agendas ocultas en lo que se refiere a sus hijos. Si elpadre está demasiado hambriento de amor y admiración, él o ella trabajará inconscientemente para mantenerla proyección y seguir siendo siempre Venus a los ojos del hijo. Según el mito, Venus no es famosa por sugenerosidad emocional. Es una diosa vanidosa que se involucra constantemente en triángulos amorosos. Sidejamos la imagen venusiana proyectada sobre el padre, nunca la reconoceremos en nosotros mismos.Entonces seguiremos buscando padres suplentes sobre los que colocar esta imagen de todo lo que valioso ydeseable en la vida, y seguiremos encontrando objetos amorosos venusianos que parecen mucho másmerecedores que nosotros mismos. O podemos intentar reclamar a Venus jugando a ser ella, enfrentando a unamante contra otro para convencernos de que, a pesar de todo, somos de valor. Allá dónde Venus esté,amaremos.La rivalidad es una de los atributos más característicos de Venus situado en la casa del padre del propio sexo.Podemos acabar sintiéndonos como Blancanieves la mayor parte del tiempo. Con Venus en la casa Diez en lacarta de una mujer, habrá una profunda y dolorosa rivalidad entre madre e hija. Desde el punto de vista de lahija, la padre puede aparecer como alguien muy celoso, aunque estos celos puedan ser expresadosencubiertamente como una crítica incesante o bien puedan minar sutilmente la confianza de la hija en su

 

 

propia feminidad. Desgraciadamente, la madre celosa o competitiva es a menudo una realidad objetiva. Peroes el propio Venus en la casa Diez, y el individuo debe reconocer tarde o temprano estos celos dentro de sí.Cuando Venus es una característica del padre del mismo sexo, los atributos venusino son compartidos porpadre e hijo. La diosa del amor arquetípica, que debe ser la más hermosa y mejor amada de todas, es unaimagen que ha sido transmitida a través de la línea familiar. Esta imagen necesita ser expresada de formaindividual y no relegada para siempre a la batalla de quién ganará el objeto amoroso. En este caso el objetoamoroso no será tan importante como abatir al rival. La rivalidad y la envidia están estrechamente unidas, ycuando Venus es una característica del padre del mismo sexo, podemos ver cualidades hermosas yenvidiables en el padre que nos gustaría que fueran nuestras. Entonces empezamos a competir para demostrarque nosotros también somos Venus - una Venus mayor, mejor y más bella.Los padres pueden sentir también una sensación de amenaza sexual cuando se ven frente a un hijo que estácreciendo en madurez sexual ante sus ojos. Este sentimiento de amenaza puede estar basado en una mayorconciencia sexual. Cuando Venus es un rasgo distintivo de los padres, puede no ser sentido únicamente porparte del padre, sino que puede ocurrir en ambos, padre e hijo. Reconocer que esos sentimientos eróticospuedan ser compartidos entre padre e hijo no constituye una excusa para el abuso sexual infantil. Ni tampocoimplica una relación "anormal". Pero los niños pueden ser muy seductores, de una manera ingenua. Están"experimentando" su sexualidad. No quieren ni esperan una respuesta sexual por parte del adulto, peronecesitan descubrir su propia identidad física y emocional expresándosela al padre. Estas cosas sonsimplemente parte de la vida familiar. No son patológicas; son humanas, e intrínsecamente saludables. Laenergía erótica que es parte del proceso de desarrollo de cualquier persona durante la infancia va a serliberada en la familia porque es el lugar apropiado para que el niño la libere.Además, es natural y conveniente que el padre responda de una forma positiva -aunque no es conveniente que esto sea actuado de maneras destructivas. Algunosniños pueden llevar más cantidad de energía erótica que otros; esto puede dependerde factores tales como el lugar en el que estén situados Venus y Marte en la cartanatal del niño. De la misma manera, algunos padres pueden ser más susceptiblesque otros, y la sinastría entre padre e hijo puede ayudarnos a encontrar la clave deporqué esto es así. Una relación entre los padres razonablemente estable, además deun grado suficiente de consciencia, será importante a la hora de contener esteproceso natural sin caer en un triángulo. Una niña con Venus en la casa Cuatropuede tratar de separar a los padres porque el padre es la persona amada con la quecomparte sentimientos placenteros y amorosos. Y si el matrimonio de los padres esinseguro, y la madre inconscientemente empieza a comportarse de una manerahostil o competitiva, ¿será su conducta sorprendente?

 

Lealtades divididasIncluso en la más feliz y emocionalmente estable de las familias, uno puede sentir un amor profundo y almismo tiempo una intensa rivalidad con el padre. Podemos encontrarnos, por ejemplo, con Venus en la casaCuarta y la Luna en la Diez. Este es el caso de la carta del Príncipe Carlos de Inglaterra, que nos ha ofrecidouno de los más famosos triángulos de los últimos tiempos. Con semejantes configuraciones puede ha ver unafuerte identificación con el rival. El niño puede encontrarse siendo el traidor y el Instrumento de Traición almismo tiempo. Esto no le llevará a sentirse bien consigo mismo, así que probablemente acabará por reprimiralgo. El joven ego simplemente no puede enfrentarse a tal ambivalencia. Si la persona expresa a Venus en laCuarta, con toda su implicación de amor hacia el padre, acabará hiriendo y traicionando a la madre. Y si laLuna está en la casa Diez, ¿cómo puede la persona hacer esto a alguien con cuyos sentimientos se siente tanidentificado? Entonces Venus puede ser reprimido, y más adelante en la vida uno puede acabar en untriángulo sin entender las antiguas pautas que lo están alimentando. También pueden reprimirse los

sentimientos hacia la madre. Uno puede convertirse en un "destroza matrimonios", como solían llamarlo enla época en la que todavía había matrimonios. Un "destroza matrimonios", psicológicamente hablando, esuna persona que invade una relación estable, no sólo por su auténtico afecto y deseo hacia el objeto amoroso,sino también porque hay una necesidad compulsiva de adoptar el papel del rival con quién uno se identificasecretamente - o literalmente convertirse en él.Es muy difícil admitir tal conducta en uno mismo. Si acabamos en el papel del Instrumento de Traición, nosgustará pensar que realmente nos hemos enamorado de alguien, y el hecho de que ese alguien y tenga unarelación estable es simple mala suerte. Ha cometido un error y se ha casado con la persona equivocada, o seha casado en contra de su voluntad porque había un niño de camino. No importa los razonamientos que nosdemos a nosotros mismos, siempre intentaremos justificar nuestro papel como Instrumento de Traicióndevaluando la importancia del vínculo ya existente. Esto puede resultar a veces extremadamente ingenuo, yconduce a una desilusión y a un daño importantes cuando se descubre que la esposa o el esposo "no querido"significa mucho más para el amado de lo que uno nunca ha sido capaz de reconocer. También podemosdescubrir con horror que empezamos a comportarnos exactamente igual que el rival repudiado a quien en unprincipio relegamos al cubo de la basura de "él/ella sólo está con ella/él por los niños". Cuando los conflictosde los padres están sin resolver, la necesidad de derribar a una pareja puede ser terriblemente poderosa -especialmente si el rival es un amigo íntimo, lo que facilita recrear los sentimientos del triángulo familiaroriginal.También podemos ver cosas en el padre amado que no son tan bonitas. Por ejemplo, un hombre con Venusen la casa Diez puede tener también una cuadratura Luna-Plutón o una oposición Luna-Saturno, o Venus enconjunción con Saturno o Quirón. Estas combinaciones expresan dos imágenes muy diferentes de la madre,una de las cuales es amada y hermosa, y la otra es amenazadora e hiriente. Estos dos atributos tienen amanifestarse posteriormente en la vida como dos personas - el Traicionado y el Instrumento de Traición. Estoes lo que Jung llamó un "anima dividida", o el equivalente masculino -un "animus dividido". Jung estababastante preocupado por las dinámicas psicológicas de esta pauta de comportamiento porque él la sufrió ensus propias carnes. Aunque sus definiciones son algo rígidas y necesitan una interpretación mucho másflexible, son útiles en cuanto que nos ayudan a comprender porqué necesitamos los triángulos, y porqué lastres partes son secretamente intercambiables. Es posible que las tres personas sufran la misma dinámica noresuelta con los padres. La escisión interna parece ser particularmente fuerte y conduce a triánguloscompulsivos cuando opuestos aparentemente irreconciliables aparecen en el mismo padre amado. Hay padresen los que los opuestos no son tan terriblemente opuestos, pero hay otros en los que son muy extremos. Estospadres suelen ser fascinantes y a menudo ejercen un gran carisma sexual porque son muy insondables. Elpadre es bello y amado, pero también dañino, cruel, insensible, devorador o bien difícil de digerir. Es muyduro para la psique humana aceptar estos opuestos tan extremos en el mismo paquete, así que uno necesitados personas a través de las cuales puede experimentar estos sentimientos ambivalentes. Una conseguirá serVenus, y la otra Plutón, Saturno, Quirón, Marte o Urano.

Las imágenes de los padres que contienen extremos opuestos pueden facilitar una propensión a los triángulosen la vida adulta. Nos involucramos con alguien y con el tiempo esa persona comienza a adoptar la imagende una parte del padre. Después de unos pocos años de vivir juntos, empezamos a decirnos a nosotrosmismos y a nuestros amigos "Mi pareja es tan posesiva, sólo necesito tener un poco de espacio para respirar",y ahí se sienta Venus en la Décima o en la Cuarta, en cuadratura con Plutón. O bien uno dice, "Mi pareja estan restrictiva y tan convencional, sólo tengo que ser libre para ser yo mismo", y ahí se sienta Venus en laDiez con la Luna en oposición a Saturno. Sentimos que nos estamos disfrutando el tipo de relación hermosa,erótica y divertida que esperábamos encontraríamos en la pareja. Entonces justificamos al amante que hace elpapel de Venus. La escisión se actúa, pero de hecho refleja dos cualidades opuestas que no han llegado abuen término en la relación con uno de los padres. Por supuesto tales escisiones conectadas con los padres

están, en el nivel más profundo, relacionadas con cualidades opuestas que no han sido resueltas dentro de unomismo. Todos los triángulos, incluyendo aquellos que surgen del entorno familiar, están vinculados en últimainstancia con nuestra propia vida psíquica no vivida. Si fuéramos capaces de reconciliar nuestros propiosopuestos, podríamos permitir a nuestros padres ser igualmente contradictorios. No hay nada extraordinario enun padre que tiene dos caras: la Venusina encantadora y adorable y la Saturnina, retraída, o también la carademandante de Plutón. Los seres humanos tienen muchas facetas, y lo mismo pueden amarnos que herirnos.Pero podemos encontrar estas contradicciones intolerables en nuestros padres si ellos no pueden enfrentarse asus propias contradicciones. Entonces no recibimos ninguna ayuda para aprender a integrar nuestrascontradicciones. Y algunas de ellas, en términos astrológicos, son simplemente demasiado extremas paramanejarlas a una edad temprana. Con esto me refiero a configuraciones que vinculan a Venus o a la Luna conSaturno o Quirón - estas requieren una sabiduría que sólo pueden hacer posibles el tiempo y la experiencia- ocon los planetas exteriores, que para un niño son bastante imposibles de integrar a un nivel personal.Familias divididas - oposiciones entre la cuarta y la décimaLos triángulos pueden desarrollarse dentro de la familia mediante la separación de los padres. A menudo estose ve retratado en la carta natal mediante oposiciones entre la Cuarta y la Décima. Tales oposiciones noindican necesariamente que los padres se hayan separado, pero suele haber conflicto y separación a un nivelpsicológico, si no lo hay a nivel físico. El individuo experimenta a los padres en oposición, y cuando estoocurre normalmente nos vemos forzados a tomar partido. Nuestra propia incapacidad para enfrentarnos a lasituación nos empuja a hacerlo, u a veces un padre no puede evitar el tratar de provocar la lealtad del niñocomo un arma contra el otro padre. En esta situación lo esencial, como siempre, conlleva una contradiccióndentro del individuo, experimentada primeramente a través de los padres y reflejada en la carta por planetasen oposición, y que en última instancia necesitan ser manejadas a un nivel interno. Pero la inconsciencia porparte de los padres puede hacer que este proceso sea más largo y más duro. Aunque no estemos sujetos apresión por parte de los padres, es poco probable que podamos enfrentarnos a lealtades divididas a una edadtan temprana. Y en tales circunstancias, haría falta unos padres extremadamente sabios y conscientes, queestuvieran los suficientemente de acuerdo entre ellos para no someter al niño a ningún tipo de presiónemocional. Normalmente, si los padres son tan infelices que tienen que separarse, no están de humor paramostrarse cooperativos. Las separaciones liberan en nosotros emociones primarias, y estas pueden conllevarun considerable afán de venganza - especialmente si la separación está provocada por un triángulo.

A menudo el niño acabe sintiéndose como un balón de fútbol en un partido particularmente agresivo. Unpadre - especialmente si él o ella es el traicionado- puede intentar reclamar la custodia del niño, sutil oabiertamente, para herir al traidor. Hay ciertos guiones que parecen leídos por mucha gente. Por ejemplo: "Tupadre me dejó porque era un bastardo. Era incapaz de amar. No nos quería a ninguno de nosotros, de otraforma no se habría ido con esa mujer". El mensaje para un niño de sexo masculino sería: "Espero que tú no teparezcas a él cuando crezcas". El mensaje para una niña sería: "Espero que cuando crezcas no te cases conalguien como él". Estos mensajes no tienen que ser necesariamente hablados. Pueden comunicarse medianteun martirio y una miseria continuas. El traicionado, cuando los padres se separen, tendrá normalmente ungran poder sobre la psique del niño a causa de la compasión que él o ella provocan en el niño. Los niños noestán equipados para salirse de la lucha y observar objetivamente la separación. Debe ser la culpa de alguien,bien la propia o bien la de los padres. YH los niños tampoco se atreven a rechazar esos mensajes, porqueestán aterrorizados de enfadar al padre que es ahora el único que va a cuidarles. En nuestra sociedad, cuandolos padres se separan, la madre normalmente se queda con el niño - aunque ésta no sea la mejor solución paraese niño en particular desde el punto de vista psicológico. Hay muchos ejemplos en los que el padre podríaestar emocionalmente mejor equipado para educar al niño, pero los juzgados no lo ven de esa manera. Lamadre tiene que ser excesivamente atroz para que le quiten a su hijo. Si los padres no están casados, losderechos del padre pueden ser inexistentes a la hora de que le puedan conceder el derecho de visita. Uno bien

puede cuestionarse si un padre realmente se merece que le arrebaten a su hijo y le pongan en su contrasolamente porque ha traicionado a su mujer pero los triángulos tienen una manera de general consecuenciasemocionales muy desagradables que continúan a través de las generaciones y alimentan más triángulos.Las permutaciones de la ceguera humana son muchas y variadas, y los padres divorciados o separados - oincluso aquellos que siguen viviendo juntos pero están emocionalmente alienados- generalmente exigirán que el niño elija a uno o a otro. El amor por el otro padrepuede ser negado, reprimido, silenciado. Esto es terriblemente humano. Si noshiere alguien, encontraremos difícil de soportar que otra persona a la quequeremos muestre afecto hacia la que nos ha herido. Si hay oposiciones entre lascasas Diez y Cuatro en la carta del niño, la propia división interna de éste actúaen connivencia con la división de los padres. He visto muchos ejemplos a lo largode los años en los que la persona ha tenido que negar un gran amor que sentía poruno de los padres en estas circunstancias. La persona puede incluso creerse estanegación. Cuando nos encontramos a Venus, la Luna, Neptuno, el Sol o Júpiteren la Cuarta o en la Décima casa, sabemos que hay un vínculo poderosamentepositivo con el padre, aunque la relación haya sido muy difícil. Si algunos de esto planetas están en la Cuarta,es probable que describa sentimientos fuertemente positivos e incluso idealizados hacia el padre. Pero si hahabido una ruptura y el padre se ha ido - o si hay oposiciones de planetas en la Diez, incluso aunque no sehaya ido- a la persona puede resultarle imposible ser consciente de esos sentimientos. La ambivalencia puedeser demasiado dolorosa, y el sentimiento de deslealtad hacia la madre puede ser demasiado grande parasoportarlo. Quizás el padre se haya ido a causa de otra relación. Quizás se case de nuevo y tenga más hijos.Entonces el problema se agrava, porque los propios celos del niño se suman a los de la madre y esto hace queel vínculo emocional con el padre sea casi imposible de reconocer. La relación se destruye, y el niño, que yaha crecido, dice "Oh, no he visto apenas a mi padre desde el divorcio. Tengo poco que ver con él. Le veo devez en cuando, pero no tenemos una verdadera relación". Todos los sentimientos positivos de amor han sidoenterrados, porque no sabemos enfrentarnos bien a las lealtades divididas. Los suprimimos porque tenemosque sobrevivir psicológicamente; y tenemos que vivir con nuestra madre.Si hay planetas en la Cuarta que sugieran amor e idealización, y los padres se separan, los sentimientosreprimidos hacia el padre pueden alimentar posteriores triángulos. Esto es aplicable a ambos sexos. Nodebería sorprendernos que una mujer que provenga de este tipo de entorno familiar, con este tipo deconfiguración de carta, acabe jugando a ser Instrumento de Traición y se arroje en brazos de un hombrecasado. Igualmente, puede encontrarse siendo la traicionada, casada con alguien igual que su padre. O puedeconvertirse en la Traidora como una defensa, porque ha decidido no acabar como su madre. Un hombre conel mismo entorno y carta natal puede acabar eligiendo inconscientemente a una mujer como su madre yentonces, ante su horror, encontrarse a sí mismo en los zapatos de su padre. Un triángulo puede ser inevitableporque cuanto más inconscientes sean los sentimientos hacia el padre amado y perdido, más posibilidadeshabrá de que emerjan posteriormente en una relación adulta.

Estos sentimientos inconscientes pueden también cruzar sexos. No se limitan necesariamente a mujeres quebuscan al padre perdido en otros hombre, u hombres que se encuentran en la misma situación que sus padres.Un hombre que haya perdido a su padre y que tenga a Venus, a Neptuno o a la Luna en la Cuarta, puedebuscar las cualidades del padre en las mujeres. O si es gay, puede buscarlas en otro hombre. Necesitamospensar en estas dinámicas no desde una perspectiva de rígidas demarcaciones sexuales, sino como unamanera de intentar sanar una herida. También, reflejan nuestros esfuerzos para contactar con cualidadesarquetípicas en nuestras relaciones adultas, cualidades que primeramente vislumbramos en uno de nuestrospadres y que, en última instancia, necesitamos encontrar en nosotros mismos. Puesto que cargamos con algono resuelto y sin sanar, podemos recrear fielmente el matrimonio de nuestros padres. Entonces nosencontraremos en el mismo triángulo, en cualquiera de las tres partes, con uno o ambos sexos. Estasdinámicas subyacentes parecen muy obvias cuando empezamos a pensar en ellas. La dificultad radica enpensar sobre ellas cuando estamos en medio del triángulo. Es muy fácil si somos el astrólogo o enpsicoterapeuta imparcial - si es que existe realmente algo como una persona totalmente objetiva- o incluso elamigo con una cierto nivel de conocimiento psicológico. Podemos ver claramente las raíces familiares demuchos triángulos adultos si somos observadores, pero es extremadamente difícil de ver cuando estamosenvueltos en ellos. Y cuando más inconscientes seamos de las dinámicas relativas a nuestros padres, másposibilidades tiene el triángulo de ser emocionalmente compulsivo, y más difícil será verlo claramente.Aunque lo veamos, estaremos limitados, porque tenemos que experimentar algo. No podemos sanar nadasolamente mediante el ejercicio de la razón. Pero las emociones que el triángulo lleva a la superficie puedencambiar, y el resultado puede ser muy diferente, si no externamente, sí internamente. Lo triste acerca de lostriángulos es que todo el mundo pierde. Tarde o temprano, en un nivel o en otro, las tres personas resultaránheridas. Mismo si el Instrumento de la Traición tiene éxito al romper una relación ya existente y "consigue"al objeto amoroso por el que ha estado luchando, se trata de una victoria pírrica. El Traidor tiene que elegir alfinal, y aunque algo haya ganado, también ha perdido algo. Y la victoria no es menos pírrica para elTraicionado que consigue "traer de vuelta" a la pareja infiel. Hemos experimentado nuestro poder Edípico einvertido la derrota Edípica original que sufrimos en la infancia. Pero ¿qué es lo que realmente hemosganado, y con lo que vamos a vivir después? El resentimiento parece inevitable, no importa qué lugar deltriángulo ocupemos. Si somos el Instrumento de la Traición, hemos conducido a alguien a tener que tomaruna decisión dolorosa y, a menudo habrá un montón de sufrimiento, no sólo emocional, sino tambiénfinanciero, y además habrá resentimiento. Pero todavía es más importante el hecho de que, si permanecemosinconscientes, no hemos hecho nada para sanar la escisión interna que subyace bajo el triángulo. Sólo hemosconseguido una solución externa. Nada ha cambiado realmente.

Inseguridades que generan triángulos - Saturno y QuirónHay otra consecuencia de los triángulos familiares, la alineación potencial entre uno mismo y otros delmismo sexo. Una batalla Edípica sin resolver puede acarrear una pérdida de confianza en la propiasexualidad. Si se produjo una situación de intensa rivalidad y competitividad con el padre del mismo sexo,inevitablemente tendrá sus efectos sobre nuestras amistades y la manera en la que interactuamosposteriormente con nuestro propio sexo. Si una mujer tiene una madre que es una rival insuperable, y encuyas manos ha sufrido una derrota dolorosa y humillante durante la infancia, la confianza en su feminidadpuede verse deteriorada. Y puesto que no confía en sí misma, tampoco confiará en otras mujeres. Todas ellasparecerán tener el poder de "llevarse" a aquellos que ama. Esta desconfianza hacia el propio sexo puede sermuy aguda. Una mujer puede tener una maravillosa amistad con otra mujer, y entonces conoce a un hombrerealmente adorable y mantienen una relación y ¿qué es lo que ella hará a la hora de presentar su pareja a suamiga? El trasfondo de ansiedad y sospecha puede dificultar mucho las cosas e, inconscientemente, ellapuede prepararse para la traición. Puede que seleccione inconscientemente como amigas a aquellas queactúan sus conflictos no resueltos con su madre, porque tienen conflictos no resueltos con sus madres. Lomismo se puede aplicar a los hombres. Si un hombre ha experimentado una situación de competitividaddestructiva con su padre, entonces en cualquier relación posterior en la que se involucre, el sentimiento derivalidad siempre va a levantar cabeza, porque otros hombre siempre parecerán rivales potenciales. Uno debepermanecer en guardia todo el tiempo. Esto no es posesividad en el sentido ordinario de la palabra. Sus raícesson bastante diferentes.Los emplazamientos en los que Venus está aspectando a Saturno o a Quirón pueden contribuir a estadinámica, no porque sean Edípicos en sí mismos, sino porque reflejan ciertas inseguridades acrecentadas porel triángulo familiar. Marte aspectando a Saturno y a Quirón pueden reflejar también profundas inseguridades

sexuales que han sido agravadas por triángulos familiares conducen a sentimientos de derrota. Este tipo deaspectos pueden impulsar posteriormente a la repetición del fracaso, o a un intentdo de sanar la heridademostrando la propia potencia sexual mediante triángulos. No hay una única pauta astrológica que describala propensión a los triángulos, pero hay bastantes combinaciones diferentes que pueden describir distintasimágenes y respuestas de los padres, y diferentes maneras de reaccionar a la natural e inevitable fase Edípicade la infancia. Venus-Saturno y Venus-Chirón no provocan que una persona se sienta atraída por lostriángulos, pero describe una conciencia profunda e innata de los límites humanos que, en la infancia, cuandono existe una comprensión real de lo que esto podría ofrecer de un sentido positivo, puede hacer que el niñose sienta inadecuado y herido. La pérdida o alineación de un padre amado se atribuirá al propio fracaso, ymás tarde en la vida uno puede sentir que no puede "mantener" una pareja porque siempre habrá un rival quele apartará de su lado.Las experiencias Edípicas a menudo aparecen como un estallido hacia la mitad de la vida, porque losplanetas están efectuando sus ciclos en esa época - Saturno, Neptuno y Urano- pueden desencadenarconfiguraciones que nos conectan con problemas de la infancia. Hay una gran cantidad de vida no vividaimplorando expresarse bajo el grupo de planetas que transitan durante este tiempo, y los triángulos familiaressin resolver que han conseguido permanecer enterrados pueden estallar porque están cargando con vidapsíquica no vivida. Pero depende de lo poderoso que sea el conflicto. Puede salir a la luz mucho más tarde.Hay personas que experimentan triángulos desde sus primeras relaciones. No todos los triángulos tienenraíces en los padres, y estas raíces implican también algo más profundo. Podemos imaginar qué podría sermás profundo que la dinámica Edípica, pero según se cree Jung dijo una vez que incluso el pene era unsímbolo fálico. Si existe una pauta familiar sin resolver, como los temas Venusinos que hemos estadoanalizando, ahora es una buena oportunidad para irrumpir en la vida exterior de una persona bajo los tránsitosapropiados. Para algunas personas, esa es la única manera posible de sanar o resolver. Pero detrás delproblema de los padres está el problema arquetípico - ¿por qué buscamos elamor de uno de los nuestros padres en particular, y que simboliza el padrepara nuestra propia alma? Esto va inevitablemente unido a lo quenecesitamos desarrollar en nosotros mismos - nuestro propio destino.Hacia la mitad de nuestra vida, si existen pedazos importantes de nosotrosmismos que no se han desarrollado, aparecerán de repente, especialmentebajo la oposición de Urano a su lugar natal. Y a menudo, el primer lugar enel que nos encontramos estos trozos ocultos de nosotros mismos es en otra persona. Es la forma máscaracterística en la que la psique llama a la puerta y pide integración. Esta necesidad de convertirse en algomás de lo que uno realmente es puede comenzar con una súbita atracción. Los trozos no vividos de nosotrosmismos pueden aparecer también en un rival. Sorprendentemente, el rival puede ser más importante a nivelpsicológico que la persona contra la cual uno está luchando. Pero si no ha habido patrones de triángulosanteriormente, la erupción de uno en la mitad de la vida no implica necesariamente un problema de familiano resuelto. Y en el caso de que así fuera, el problema tiene que ser analizado en un contexto más amplio.Triángulos que implacan vida no vivida

Llegamos ahora a la cuestión de lo que realmente podría subyacer bajo la dinámica de los triángulos - bajolos patrones, defensas y luchas de poder relacionadas con los padres, así como otras razones aparentemente"causales" de que los triángulos aparezcan en nuestras vidas. Creo que hay siempre un elemento de vida novivida en todo triángulo, y por varias razones a veces parece que seamos incapaces de descubrir esa vida novivida si no es mediante el extremo stress emocional que los triángulos generan. La traición es unaexperiencia arquetípica que constituye nuestro principal instrumento de maduración. Esto no significa quetodos necesitemos convertirnos en cínicos amargados. pero hay algo importante en reconocer cómo nuestras

fantasías de lo que consideramos deberían ser la vida y el amor nos evita crecer y convertirnos en auténticosmiembros de la familia humana.La traición es el medio mediante el cual se puncionan y se reconocen estas fantasías. Intentamos incluirnos anosotros y a otras personas en nuestro mundo de fantasía para compensar el dolor de la infancia. Puesto quetodas las infancias son dolorosas, los razonamientos ingenuos que llevamos encima también son arquetípicos,y reflejan un mundo infantil alternativo que recuerda al Edén en su inocencia y en el estado de fusión con elpadre divino. La serpiente en el Jardín es una imagen de este papel arquetípico de traición, que es inherente alestado de inocencia y tarde o temprano emerge para destruir nuestra fusión.No hay ninguna fórmula para enfrentarse al dolor de la traición. Pero una perspectiva arquetípica puedeayudarnos a ver las cosas de otra manera, aunque no podemos hacer que el dolor desaparezca mediante laexplicación o la imaginación. No hay remedio para este tipo de dolor. Pero hay una diferencia entre el dolorciego y el dolor que va acompañado de entendimiento. Este último tiene un efecto transformador. Cuando nohay consciencia, los triángulos tienden a repetirse a sí mismos - diferentes personajes, un mismo guión.Algunos triángulos son realmente transformadores. Acaban con un viejo patrón de conducta, y la nuevarelación es genuinamente mucho más feliz y más satisfactoria. O el triángulo sirve al propósito de liberarenergía, liberar potenciales internos, e incluso si la antigua relación se restablece, o se acaba por no estar conninguna de las partes, todo ha cambiado. Pero seguimos siendo nosotros mismos, y por mucho queintentemos reorganizar nuestra vida exterior, si un problema interno no ha sido resuelto, las mismas pautas deconducta empezarán a emerger en la nueva relación. La compatibilidad puede ser más grande con otra pareja,pero uno todavía debe tratar con su propia psique.Un triángulo puede ser como un gran trígono en una carta. La energía circula sin parar; vuelve sobre símisma y no alimenta otra cosa en la vida de uno. Dentro de los triángulos, las tres personas tienden aproyectar elementos de sí mismos sobre el otro. El triángulo mantiene estásproyecciones en su lugar, y puede haber una fuerte resistencia al cambio.Incluso podríamos decir que el triángulo se forma porque hay unaresistencia a cambiar, así que cualquier cosa que esté buscando expresióndesde dentro va a volver a casa de nuevo. La energía psíquica se libera, yasea a través de la muerte o de la renuncia voluntaria a una persona. Eltiempo de todo esto no es accidental. En una o dos o incluso tres de las partes, los problemas inconscienteshan llegado finalmente a un punto desde el cual pueden ser integrados, incluso si esto se expresasimplemente dejándolo ir. En el momento en que empecemos a hacer esto, las proyecciones empiezan avolverse conscientes. No creo que el verdadero perdón pueda llegar de otra manera. Es un tipo de gracia. Nopuede ser creado mediante un acto de voluntad. Es muy triste oír decir al traicionado "Te perdono", noporque lo sienta realmente, sino para hacer que la pareja vuelva. En el fondo no hay perdón en absoluto -aunque esto no sea enteramente consciente- y el castigo puede seguir. El perdón sólo puede venir de unreconocimiento de la propia complicidad dentro del triángulo -cualquiera que sea el papel de uno- y laaceptación de las propias proyecciones. Antes de eso, el perdón no es realmente posible. Sólo parece emergerde algo que ha sido genuinamente integrado en uno mismo. El proceso total es transformador. No podemosmanufacturar el perdón si hemos sido traicionados - ni podemos fabricarlo para nosotros si somos lostraidores. Lo único que podemos hacer es trabajar para integrar lo que pertenece a nuestra propia alma.En el caso de el padre Saturnino que rechaza, y luego aparece en el triángulo como una pareja fría querechaza, esto puede tener algo que ver con su propia necesidad de establecer límites. Si observamos estaexperiencia fundamentalmente Saturnina desde una perspectiva más objetiva, ¿qué es rechazo al final,excepto otra persona dibujando límites que consideramos intolerables? Puede ser nuestra propia falta delímites lo que nos atraiga a un triángulo donde somos los traicionados, rechazados por una pareja Saturnina

que dice "No puedo soportar esta claustrofobia emocional. Quiero separarme". O podemos ser lostraicionados, saltando de una pareja cuyas necesidades emocionales parecen opresivas pero que secretamentereflejan nuestra propia incapacidad para hacerle frente a la soledad. Las duras y dolorosas lecciones quevienen de este tipo de experiencias son lecciones acerca de lo que no se ha desarrollado en nosotros. Peroquizá tengamos que descubrir nuestras pasiones primarias si Plutón está en al Décima o en la Cuarta.Podemos desvincularnos de esto al principio, y decir "Mi madre era terriblemente manipuladora" o "Mi padreera tan controlador". ¿Por qué las personas se vuelven manipuladoras y controladoras? Si alguien estáexpresando las cualidades plutonianas en una relación, no lo hace porque sea divertido; lo hace porque larelación se equipara con la supervivencia, y hay una necesidad desesperada de asegurarse de que el amadopermanece cerca. Plutón se moviliza cuando uno se siente amenazado. La gente se vuelve manipuladoraporque están aterrorizados de perder al objeto de su amor. Ese objeto amoroso constituye su supervivencia, yla manipulación parece el único camino posible para asegurar la continuidad de la relación. Todos somoscapaces de esto, si nos dan el nivel adecuado de compromiso y el nivel adecuado de amenaza. Si negamosestos atributos plutonianos y los mantenemos firmemente proyectados sobre el padre, Plutón puedeconvertirse en un triángulo. Entonces nosotros mismos tenemos que descubrir cuan posesivos podemos llegara ser. O bien conseguimos una pareja profundamente posesiva. Podemos llegar tan lejos como para decir"Ah, sí, he elegido a alguien igual que mi madre/padre". Esa es una pieza útil de introspección, pero es sóloel comienzo. Esta cualidad posesiva en el padre está descrita por nuestro Plutón en casa Cuatro o en Diez.Todavía debemos descubrirla en nosotros mismos. A menudo sólo descubrimos que tenemos a Plutónmediante la experiencia de la traición. Es sólo un espacio en blanco en la carta hasta que el triángulo lodesentierra, entonces de pronto encontramos a nuestro Plutón por primera vez. Descubrimos que sentimosapasionadamente, que necesitamos intensamente, que la desesperación puede hacernos traidores ymanipuladores, y que el control puede parecer la única forma de sobrevivir. Este proceso deautodescubrimiento puede ser una experiencia aterradora y humillantes, pero nos permite llegar a ser lo querealmente somos.La integración psíquica es la teología de los todos los triángulos. Incluso si los planetas exteriores estáninvolucrados en triángulos relacionados con los padres, aquello a lo que estamos vinculados tanprofundamente en el padre es verdaderamente algo que pertenece a nuestra propia alma. Este "algo" puedesignificar nuestro tramo final más allá de los límites personales y puede permitirnos un mayor y másprofundo nivel de realidad en nuestras vidas, sin embargo está conectado con nuestro propio viaje vital.Cuando vemos símbolos astrológicos que primero experimentamos a través de los padres y más adelante através de los triángulos en los que la misma experiencia se repite a sí misma, hay algo dentro de nosotros quenecesita ser vivido, y seguirá volviendo hasta que encontremos un modo de vivirlo. Los planetas con rasgosdistintivos relacionados con los padres en la carta no sólo describen estas pautas. Describen dimensiones novividas de nosotros, especialmente cuando están en conflicto con el resto de la carta. Incluso si el padreencarna al planeta de una forma creativa, sigue siendo nuestro planeta, y pertenece a nuestro propio destino.Un planeta en la Cuarta o la Décima, o en mayor aspecto con el Sol o la Luna, puede no ser representado porel padre, pero puede ser parte de lo que experimentamos a través del padre. Si el padre no ha vividocreativamente el patrón arquetípico simbolizado por el planeta, es más difícil de comprender lo que estamoshaciendo. Y por este motivo podemos no darnos cuenta de lo que nos encontramos a través del triángulo queaparece más adelante en nuestra vida. No es solamente un complejo inacabado, aunque ese elemento puedeser importante de explorar. Es, en última instancia, el propio planeta de uno, y por ello algo que pertenece alpropio alma. Es parte de nuestra herencia Psicológica, pero tenemos que pulirlo. Incluso los triángulos queaparecen como abiertamente Edípicos también tienen que ver con nuestra propia vida interna, porque lo queamamos u odiamos en el padre es algo que nos pertenece a nosotros. Pero tenemos que encontrar nuestrapropia forma de vivirlo.

 

 

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