Desviaron la mirada para comprobar que llovía. No menos acuático, era el espacio que los contenía. También en ellos, el AGUA, orientaba su cauce rellenando los espacios del vacío de la inercia. Viejas heridas que embebidas parecen cicatrizar. Entusiasmados se estudiaron y fluyo sin prisa el entendimiento. El imploraba un poco de tierra, aquel elemento que no habitaba en su ser. Ella, estaría dispuesta a diseñar las condiciones en que un torbellino de sensaciones pudiera arrastrarlos. Llevarlos… Continuar