Lo que la Casa IX vislumbra, la X lo trae a la Tierra. El Medio Cielo, cúspide de esta casa, es el punto más elevado de la carta, por lo que los planetas que aquí haya, y los signos, se destacan por encima de todos los otros en el horóscopo. Las cualidades de cualquier signo o planeta que se encuentre en esta posición corresponden a aquello que en nosotros es más visible y accesible a los demás, a lo que se destaca en nosotros. En tanto que el Fondo del Cielo o Casa IV, la casa opuesta, representa cómo somos en la intimidad, y cómo nos conducimos en casa, de puertas para adentro, el Medio Cielo o Casa X, naturalmente asociada con Saturno y Capricornio, indican nuestra manera de comportarnos públicamente, la imagen que queremos presentar al mundo, el tipo de ropa que nos ponemos "para salir" al mundo. Dicho de otro modo, la Casa X muestra la forma en que nos gustaría que nos viesen los otros, y la descripción que les damos de nosotros mismos.
Los emplazamientos en esta casa sugieren aquellas cualidades por las cuales queremos que nos admiren, nos alaben, nos tomen como modelo y nos respeten. Los emplazamientos en Casa X denotan aquello por lo que más nos gustaría que nos recordasen como nuestra contribución al mundo. Es la casa de la ambición, tras la cual se ocultan, apremiantes, la urgencia y la compulsión de ser apreciado y reconocido. Los antiguos griegos creían que si uno realizaba una obra admirable y digna de respeto, los dioses lo convertían en una constelación que brillase eternamente en el firmamento. Algo así perseguimos cuando tenemos esta casa bastante pronunciada, lo queramos admitir o no ante nosotros mismos o ante los demás. El planeta que rige al signo del Medio Cielo y su posición por signo, casa y aspecto arrojan luz sobre la carrera y la vocación, así como cualquier planeta emplazado en Casa IX pero cerca de la cúspide de la Casa X. Sin embargo, los aspectos del Sol, la casa VI, la II, también tienen una considerable influencia sobre el problema de la profesión.
A veces, los planetas enplazados en Casa X o en la IX pero muy cerca del Medio Cielo describen la naturaleza de la carrera del individuo. Por ejemplo, Saturno en esta posición podría indicar un maestro, un juez o un científico. Júpiter podría hablar de un actor, filósofo o agente de viajes. La Luna podría describir a una persona dedicada profesionalmente al cuidado de los niños. Thomas Mann, el gran escritor alemán, tenía a Géminis (comunicación, escritura) en el Medio Cielo (MC en abreviatura), y Mercurio en Casa X. Franz Schubert, el gran compositor austríaco, tenía a Piscis en el MC y su regente, Neptuno, en la creativa Casa V.
Los planetas próximos al MC y en la Casa X sugieren tanto la profesión real como la forma en que una persona enfrenta su carrera, de qué manera organiza el trabajo. Seá más probable que se atenga a la letra escrita de la ley el juez que tenga a Saturno en Casa X, en tanto que quien tenga allí a Urano tenderá a una lectura más individualista, menos convencional y quizá, para otros, escandalosa.
La forma en que perseguimos una vocación puede verse también en esta casa. Saturno o Capricornio en Casa X se esforzará larga y pacientemente por llegar a la cima; Marte o Aries son agresivos e impacientes en esta esfera de la vida, en tanto que Neptuno o Piscis pueden estar desorientados o confundidos en cuanto a su papel en la sociedad.
La Casa X podría describir también lo que representamos o simbolizamos para los otros. A Marte se lo podría ver como un fanfarrón, pero también como la máxima expresión del coraje y de la fuerza; Neptuno puede ser un santo o un mártir, campeón de los atropellados, o una víctima a su vez, y Venus podría simbolizar la quintaesencia del estilo, del gusto o la belleza.
La Casa X suele describir la figura materna, y la percepción que el nativo tiene de ella. Y la forma que tuvimos de vincularnos con ella se reflejará más tarde en la forma en que nos relacionemos con el mundo exterior en general. A quien encontró en la madre rasgos amenazadores y potencialmente destructivos (como podría sugerirlo Plutón con aspectos difíciles en Casa X), el mundo le parecerá más adelante un lugar poco seguro, del cual intentará defenderse. Si la vivencia de la madre fue la de un ser afectuoso y capaz de brindar apoyo (como pueden darlo los emplazamientos bien aspectados en esta casa), el sujeto llevará consigo la confianza básica de que el mundo lo tratrá en forma similar.
Es probable que la elección de la carrera pueda estar influida de algún modo por la experiencia que tengamos de la madre. Si Marte está en Casa X, es probable que la madre haya impresionado al niño como dominante o autoafirmativa. El niño, entonces, guarda contra ella resentimiento y cólera, y crece el deseo de lograr en el mundo una posición de poder y de autonomía capaz de impedir que "se lo lleven por delante", como le sucedió al comienzo de su vida. En este sentido, la situación de combate con la madre configura un modelo de combate con el mundo. Pero a veces, el factor subyacente de la elección de profesión es el deseo de ganarse el amor de la madre (con lo cual nos aseguramos la superviviencia). Si Mecurio está en la Casa X, es probable que el niño haya vivido a la madre como expresiva e inteligente. Como siente entonces que estos son los rasgos que su madre valora y aprecia, se esfuerza por ganarse el amor y el apoyo de ella, cultivándolos en sí mismo. Sew establece la expectativa de que al destacarse de esta manera en el mundo se alcanza el reconocimiento.
En algunos casos, puede ser la competencia con la madrelo que nos acicatee en dirección a cierta carrera. Si Venus está en Casa X, existe la probabilidad de que la madre haya sido percibida como bella y fascinante. Con el fin de recuperar sus propias cualidades venusinas, el niño o la niña probablemente busque más adelante una profesión en que puedan sentir que lo admiran por su belleza, su elegancia o su buen gusto.
Por otro lado, es probable que los planetas y signos emplazados en Casa X describan cómo le habría gustado ser a la madre, si se hubiera permitido la oportunidad. Un niño que sea agudamente sensible a la psique materna y a las tendencias ocultas en la atmósfera hogareña no solo será receptivo a lo que la madre manifieste externamente, sino también a lo que ella esté negando o suprimiendo. De este modo el niño puede verse llevado a "vivir por ella" el aspecto de la sombra de la madre, como si al hacerlo así pudiera integrarla más y redimirla. La madre de un niño que tenga a Urano en Casa X puede haber parecido exteriormente muy convencional, rígida y reprimida, en tanto que bajo la superficie acechaban sentimientos explosivos, y un deseo de libertad, de espacio y de "romper con todo". De alguna manera, estos aspectos uranianos no expresados se comunican al niño, que crece con la compulsión de "representar" precisamente aquellas cualidades que la madre no se ha permitido manifestar.
El emplazamiento de muchos planetas en Casa X hace pensar por lo común en alguien ambicioso y con deseos de reconocimiento, status y prestigio. Para una mujer con la Casa X fuerte puede ser más fácil, en principio, buscarse como pareja un hombre que sea poderoso o famoso, y por mediación de él "importar" para ella una posición en el mundo. Incluso puede ser ella quien lo impulse a la fama y la búsqueda de prestigio. Sin embargo, en última instancia puede resentirse de que sea el marido y no ella quien coseche los aplausos, y es probable que, conscientemente o no, encuentre formas de castigarlo por ello. De la misma manera, puede ser que uno de los padres, o ambos, si tienen una Casa X fuerte cuyas necesidades de logros y de reconocimiento no han llegado a concretarse, desplacen esas necesidades sobre un hijo.
La Casa X habla también de nuestra relación con las figuras de autoridad en genral. Es frecuente que en una época más tardía, los primeros sentimientos de enojo o de rechazo al verse ignorado o maltratado por el adulto en función de padre terminen por deformar la realidad de las interacciones con otros símbolos de poder. Aquellos que objetan que la sociedad es injusta o que el Primer Ministro no sabe hacer las cosas adecuadamente, por muy noble que sean las causas que los muevan a actuar de rebeldes ante los jefes o figuras de poder, tal vez estén dando realmente cauce al niño colérico que llevan dentro, y quizá no sea esa la forma más efectiva de promover los cambios.
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