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Nuestro astro rey siempre tiene protagonismo, giramos infinitamente en torno a él y volamos juntos, junto al todo planetario que es nuestro Sistema Solar, a traves de nuestra Galaxia Vía Láctea.
Los campos magnéticos, tal como si se tratase de un material fluido, encuentran su dinámica por las fuerzas magnetohidrodinámicas en constante interacción con las gravitatorias y rotacionales de la estrella, llegando a la superficie de manera que, los materiales más externos quedan ordenados conforme a las líneas de fuerza gauss. La rotación solar produce que las capas más externas no giren todas a la misma velocidad, por lo que el ordenamiento de estas líneas de fuerza se va descompensando a medida que los materiales distribuidos entre los polos y el ecuador van perdiendo sincronismo en el giro rotacional de la estrella. Por cada ruptura en la integridad del campo magnético, se produce un escape de líneas de fuerza gauss (produciendo las típicas manchas negras), en las que un aumento de estas, puede tener como consecuencia una erupción solar consecuente por la desintegración local del campo gauss. Cuando el sol se acerca a su máximo desorden, las tormentas solares son máximas. Estos periodos se dan, aproximadamente, cada 11 años. El sol no posee un campo electromagnético como el de la Tierra, sino que posee lo que se denomina Viento solar, producido por esas inestabilidades rotacionales del Sol. Si no fuera por eso, los campos magnéticos del sol quedarían restringidos a la dinámica del plasma.
Video click aquí --------> http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/transcoded/a/ac/NASA
(Preciosa Gráfica multiespectral de distintas llamaradas).
Vídeo-explicación del cambio de Polaridad en Feb/2001:
http://ciencia.nasa.gov/science-at-. nasa/2001/ast15feb_1/.
Llamaradas y eyecciones de masa solar no son lo mismo y tienen efectos diferentes sobre el Planeta Tierra.
“Los dos fenómenos a veces ocurren al mismo tiempo - de hecho las llamaradas más intensas estarán casi siempre correlacionadas con las Eyecciones de Masa Coronal (CME) - pero emiten diferentes cosas, se ven y viajan de manera diferente, y tienen diferentes efectos en los planetas”.
Los campos magnéticos del Sol están en continuo movimiento y se contorsionan, entonces al igual que una goma retorcida de pronto se liberan en forma explosiva y emiten grandes cantidades de energía hacia el espacio. Cuando esto sucede, en la cara solar que se encuentra frente a la Tierra, las ráfagas o partículas emitidas pueden alcanzar nuestro planeta.
Los científicos de la NASA definen a la llamarada solar como un repentino destello de luz, que puede durar de minutos a horas y contiene enormes cantidades de energía.
“Viajando a la velocidad de la luz, la luz de una llamarada solar tarda ocho minutos en alcanzar la Tierra. Parte de la energía liberada de la antorcha, también impulsa partículas de muy alta energía que pueden llegar a la Tierra en decenas de minutos”, señala el informe.
Desde la liberación de las contorsiones magnéticas, la explosión también arroja materia solar al espacio. “Estas son las Eyecciones de Masa Coronal, también conocidas como las CME. Uno puede pensar en las explosiones utilizando la física de un cañón. La llamarada es como el fogonazo, que se puede ver en cualquier lugar desde los alrededores. La CME es como la bala de cañón, impulsada hacia delante en una sola dirección; esta masa expulsada preferentemete sólo afecta a un área objetivo”, según los científicos.
Estas CME son como inmensas nubes de partículas magnetizadas que viajan a más de un millón de millas por hora; un tipo de material caliente llamado plasma que “tarda hasta tres días en llegar a la Tierra”.
Las diferencias entre los dos tipos de explosiones pueden ser vistas a través de los telescopios solares. Las llamaradas o bengalas aparecen como una luz brillante, y las CMEs se despliegan como enormes ondas de gas que van ampliándose en el espacio”, destaca la NASA.
Los efectos de ambas luego de llegar a la Tierra también son diferentes. Una ráfaga de llamarada puede bloquear las ondas de radio al cruzar esa parte de la atmósfera, lo que significa una degradación o un apagón temporal de las señales de navegación o comunicaciones.
En cambio las CME empujan el campo magnético de la Tierra hacia los polos terrestres y cuando las partículas deslizadas reaccionan con el oxígeno y nitrógeno forman las auroras.boreales australes.
“Además, los cambios magnéticos [terrestres] pueden afectar a una variedad de tecnologías humanas. Las ondas de radio de alta frecuencia pueden ser degradadas: las radios transmiten estática, y las coordenadas GPS se pierden por varios metros. Las oscilaciones magnéticas también pueden crear corrientes eléctricas en las redes de los servicios públicos terrestres, las cuales pueden sobrecargar los sistemas eléctricos cuando las compañías no están preparadas.
La NASA cuenta con una flota de observatorios en el espacio están siempre registrando estas explosiones y pueden hacer predicciones sobre cuando una CME llegará a la Tierra.
Estos equipo luego alertan a las empresas de energía, las líneas aéreas y otras partes interesadas para que puedan tomar las precauciones en caso de una tormenta solar. Por ejemplo, si una CME es fuerte, las empresas de servicios públicos pueden determinar redirigir las cargas de potencia para proteger las redes”.
Vídeo de Auroras Boreales producidas por las llamaradas Solares
Efectos de una tormenta solar en el comportamiento humano
Nuestra vida diaria está rodeada de campos electro-magnéticos: hornos microondas, teléfonos móviles, señales de televisión y radio; un poco más allá, antenas, onda corta de radioaficionados, taxis o policía, radares, y un larguísimo etcétera. Y todas ellas son emisoras de un tipo u otro de radiación que nos afecta en mayor o menor medida. Como ejemplos más característicos, todos sabemos de las continuas polémicas surgidas en torno a la instalación de antenas de telefonía móvil y de líneas de alta tensión en entornos habitados.
Es un hecho la larga lista de enfermedades que la radiación electromagnética, sobre todo la de baja frecuencia, provoca al interaccionar con nuestras células: cáncer, leucemia, afecciones cardiovasculares y del sistema nervioso, etc., También lo es, desde los años noventa, la compleja relación que existe entre los campos magnéticos y el cerebro humano, entre cuyos componentes se encuentran los magnetosomas, que son partículas de magnetita rodeadas de una membrana biológica, la cual permite la interacción con las neuronas.
La existencia de los magnetosomas en los animales era algo conocido por la Biología, puesto que son los que permiten, a modo de brújula, orientarse a seres como las aves migratorias, ballenas, delfines y tortugas marinas. Y, de hecho, se ha demostrado que la perturbación electro-magnética es causa de algunos episodios de desorientación en dichos animales.
Todo esto no sólo es aplicable a los campos electromagnéticos de origen artificial, sino también a los naturales. Se sabe que las alteraciones bruscas del campo magnético, como las que se producen antes de un terremoto, son percibidas por los animales. En el caso de las alteraciones provocadas por una tormenta solar, varios estudios han corroborado que, durante los períodos en que se produce un incremento de la actividad solar, aumenta el número de incidencias médicas relacionadas con infartos de miocardio y derrames cerebrales, así como de intentos de suicidio.
En este sentido, los astronautas han servido como generoso cuerpo de cobayas humanas, observándose que, cuando eran sometidos a un aumento de radiación solar, su comportamiento, sereno y estable por definición en estos tipos, cambiaba radicalmente y daba lugar a brotes de nerviosismo e histeria.
En un estudio de 1994 realizado por la Clínica Westbank en Stirlingshire, Reino Unido, se comprobó que existía un incremento estadístico significativo en la admisión de pacientes con algún tipo de trastorno mental en los días de tormentas solares. Según esto, el aumento de ingresos por depresión superaba la media en un 36,2% durante las dos semanas siguientes a un evento geomagnético de importancia[1].
Se ha podido analizar la relación entre la glándula pineal, gran desconocido que los científicos apenas alcanzan a asociar con la segregación de melatonina y con cierta capacidad fotosensible, y los campos magnéticos.
La glándula pineal, o epífisis, es un órgano situado justo en el centro geométrico de nuestro encéfalo. A partir de los siete años de edad, se produce su atrofia debido a un proceso de deshidratación común a diferentes órganos, lo que hace que esta glándula termine por contraerse hasta alcanzar el tamaño de un piñón.
Hasta hace poco se la consideraba un residuo procedente de fases anteriores de nuestra evolución, un vestigio sin utilidades importantes en nuestra actual fase evolutiva. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos han cambiado radicalmente el concepto que hasta ahora teníamos de ella.
Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina, hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño, los llamados “ritmos circadianos”, y con los procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante en los procesos de apoptosis de células cancerosas en el timo.
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e introspección.
La circulación de hormonas por nuestro organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares, es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con bioelectromagnetismo. En su ponencia Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública [2] nos dice que:
"En el organismo existen dos sistemas de comunicación: el de base química y el de base eléctrica. En el primero (sistema endocrino), las señales de información (mensajes) son las hormonas que se transmiten a través de canales de información: vasos sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc. alcanzando los órganos diana o efectores. En el segundo (sistema nervioso) las señales son electromagnéticas y poseen una red de distribución con centros y ”subestaciones” que asienta sobre las células neuronales (neuronas) alcanzando los músculos, corazón, glándulas, etc.
Éstos dos sistemas han evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente desde sus orígenes en perfecta armonía cronobiológica (la cronobiología es la ciencia que estudia los ritmos). Los ritmos y ciclos que en estos dos sistemas se suceden están coordinados por la “glándula pineal”.
Para el profesor Bardasano, la luz es el temporizador o sincronizador principal de los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos constituyen el sincro-nizador adicional.
Los estudios realizados, han llevado a concluir que las alteraciones electromagnéticas, al igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso de secreción de melatonina. Una exposición continuada y la consiguiente reducción de actividad en la glándula pineal provocan casos habituales de fatiga, estrés, trastornos del humor, trastornos del sueño, rendimiento profesional disminuido, depresión e incluso riesgos de padecer cánceres como el de mama.
Según esto, no sólo hemos de tener cuidado con las alteraciones provocadas por los campos electromagnéticos artificiales (antenas, telefonía, radares, etc.), sino también con las variaciones de los campos magnéticos naturales, como pueden ser las provocadas por fuertes tormentas solares. Así, la glándula pineal sería receptiva no sólo a las ondas emanadas del campo geomagnético, sino a otras tan importantes como la resonancia Schumman, las micro-pulsaciones de origen cósmico y cualquier campo ELF o de baja frecuencia en general.
Todas ellas influyen en nuestro estado de ánimo debido a que afectan a nuestros biorritmos y neurotransmisores, rompiendo la sincronización de los ritmos circadianos y la producción de melatonina.
La ciencia empezó a tomarse en serio este asunto a partir de los años noventa. Ya desde la década de los 80 una gran cantidad de investigaciones psicológicas venía demostrando que las tormentas geomagnéticas tienen un profundo efecto en los estados de ánimo y por tanto influyen en el comportamiento humano y en la manera de abordar conflictos y problemas. Un hallazgo importante de estos estudios es que se suelen atribuir los sentimientos y emociones a la fuente equivocada, dando lugar a juicios incorrectos. Y de ahí la importancia de conocer el origen del malestar para poder controlar el modo en que actuamos.
Un ejemplo muy significativo de las repercusiones que el desconocimiento de estos trastornos pueden llegar a alcanzar lo tenemos en un estudio realizado en 2003 por los doctores Ana Krivelyova y Cesare Robotti y financiado por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta [3], quienes concluyeron que las tormentas solares también afectan a los mercados bursátiles, haciendo que los corredores de bolsa tomen decisiones pesimistas.
Según el informe, que tuvo en cuenta el comportamiento de los diferentes índices bursátiles de nueve países diferentes, las personas afectadas por las tormentas solares pueden estar más inclinadas a vender más acciones en días de alta actividad geomagnética debido a que erróneamente atribuyen su mal humor a las malas perspectivas económicas en lugar de a las condiciones ambientales.
Esto provoca un efecto negativo en las estadísticas económicas de la semana siguiente. De la misma manera, los científicos observaron cómo durante los períodos de poca actividad geomagnética las decisiones tomadas condujeron a un aumento de los beneficios en todos los sistemas estudiados.
Para concluir este apartado, no puedo evitar recordar un curioso estudio realizado por el doctor Darren Lipnicki[4], del Centro de Medicina Espacial de Berlín, el cual intentaba demostrar la correlación entre la actividad geomagnética y el contenido de los sueños, basándose en las alteraciones en la producción de melatonina que se producen por los cambios en el nivel de radiación tras una tormenta solar. Lipnicki concluyó que durante las situaciones de baja actividad geomagnética, los sueños tienden a ser más extravagantes que en los periodos de máxima alteración del campo magnético terrestre. En estos últimos, las aventuras oníricas estarían más apegadas a la realidad.
La luna no es el único cuerpo en el espacio que produce, e introduce ciclos en los seres humanos. El sol, la fuente básica de toda la vida en la tierra, tiene su propio ritmo, que igualmente genera ciclos en los seres humanos y no humanos por igual. Hasta 1930, no hay ningún escrito, estudio ni referencia que aluda a que algo que pasa tan lejos de la tierra, nos puede afectar.
(Me disculpan si hay trozos que no se entienden, la traducción no es muy buena y me ha costado mucho "traducir la traducción" a términos legibles, en algunos apartados. Si encuentran trozos "raros", es que no he sabido traducirlo y he preferido dejarlo tal cual está para no desvirtuar lo que el autor quiere decir. Gracias. Maria Ysabel).
Durante el pico de manchas solares de 1930, el Dr. Miki Takata descubrió que el suero sanguíneo humano se veía afectado por la radiación solar difundida por las manchas solares. Durante el mismo período se descubrió que las emisiones de manchas, afectaban a una amplia variedad de otras cosas, tales como el tamaño de los anillos de árboles y la cantidad de interferencias de radio en determinados anchos de banda.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el potencial de corte de las comunicaciones que las manchas solares y las tormentas solares podían causar, era de gran preocupación para las fuerzas armadas, por lo que a un ingeniero de radio en RCA, llamado John Nelson, se le pidió intentará encontrar un método de predicción que pudiera adelantar el momento en el que se iba a producir una tormenta solar. Nelson pensó que las únicas variables importantes que pudieran, concebiblemente, afectar la superficie turbulenta del Sol, eran los planetas que lo rodean. Ideó un sistema de orientación, relacionando a éstos con el sol y entre sí y se encontró, con que cuando se producen determinadas relaciones angulares entre los planetas, las manchas solares y las tormentas magnéticas solares estallan. Hasta la fecha, su sistema de predicción ha sido 95 ciento exacto, y la hipótesis de que los planetas y su determinada posición, son generadores de las “mareas solares", ha sido demostrada por el profesor KD en la Universidad de Colorado.
Más recientemente, muchos científicos han sugerido que el ciclo de manchas solares es fundamental en la formación de nuestros patrones climáticos. De hecho, durante un período de setenta años, en los siglos XVII y XVIII, cuando el ciclo se interrumpe y las manchas solares se detienen sin ninguna razón aparente, Europa se encontraba en el período más frío de la historia, tanto es así, que se conoció con el apodo de ‘Pequeña Edad de Hielo “. El astrónomo John R. Gribbin y el astrofísico Stephen H. Plagemann, incluso especularon con que los ciclos de manchas solares y planetarias, están vinculados con los terremotos, adelantando, que en un futuro puede llegar a darse una inusual alineación planetaria. que pudiera llegar a provocar un devastador terremoto en California. Cuanto más se investiga el tema, más importantes aparecen estos ciclos.
La cantidad de radiación solar que recibimos, determinada por el ciclo solar en el que estemos, pueden tener un profundo significado histórico. En la Unión Soviética, el profesor de AC Tchyivsky ha correlacionado el ciclo de once años, con lo que él llama, para todo el mundo: “ciclo de la exaltación de masas”. E igualmente constató que sucesos principales e importantes de nuestra historia, como las grandes guerras, migraciones, las cruzadas, sublevaciones y revoluciones, aparecián agrupados en torno a los 'períodos pico' de manchas solares. En un período de tres años, tanto como un 60% de tales eventos, alrededor de estos picos, mientras que sólo el 5 ciento se produjo en los valles. Al parecer, las "mareas solares", gobiernan tanto los asuntos de las naciones, como a los individuos.
Pero, ¿los ciclos planetarios afectan directamente a los acontecimientos humanos individuales? Si la respuesta es sí, entonces la investigación del ciclo se empieza a ver más o menos como la astrología, tema al que la mayoría de los científicos no son demasiado aficionados.
Una Comisión de Energía Atómica, proyecto financiado por los Laboratorios de Sandia en Albuquerque, Nuevo México, llegó con un informe titulado ”Confabulación de los patrones misteriosos en los Accidentes, con un fondo de elementos naturales del medio ambiente ‘, Que correlacionan, en el lugar de accidentes laborales de los empleados públicos, durante un período de años 20, con la participación de varios ciclos naturales. Este es un informe preliminar (los investigadores sugirieron más estudios), en donde se encontró que los accidentes estaban ubicados, en el máximo del ciclo de manchas solares y – aún más intrigante y “astrológico” – que las personas eran más propensas a tener accidentes durante la fase de la misma o contraria posición de la luna con la cual nacieron.
Estas conclusiones tan evidentes y sorprendentes,desgraciadamente, no tuvieron una continuación. Poco después de su conclusión, el informe cayó en manos de la revista Time, que hizo una parodia -10 enero, 1972-, en virtud de “Los científicos lunáticos", con un grabado en madera vieja de unas doncellas bailando con frenesí bajo los rayos de la luna llena"...
Eso fue todo lo que el Congreso necesitó para matar el proyecto y suprimir el informe. Cuando escribí a la Comisión de Energía Atómica y la Sandia en 1972, me dijeron que el informe no era para su distribución y que yo, o cualquier otro contribuyente, no lo podía ver. El informe permaneció clasificado hasta 1977, cuando volví a solicitar una copia, esta vez bajo las disposiciones de la Ley de Libertad de Información. Al principio, me dijeron que todas las copias existentes se habían perdido, bajo el amparo y esfuerzos persistentes de un oficial de la Administración de Investigación, Sandia fue presionado y al fín conseguí una copia – acompañada de una advertencia en donde se me aconsejaba 'que realmente no debería creer lo que estaba en ella'-.
JE Davidson, que escribió el informe con un equipo de colegas científicos, me comunica por teléfono su tristeza por la cancelación de la investigación e igualmente todo el equipo sintió que realmente estaban en algo importante, si la periodista entrometida y la publicidad prematura, se hubieran mantenido al márgen, se podría haber hecho una contribución significativa a la investigación del ciclo. En su lugar, su trabajo fue arrojado por el desagüe.
Probablemente el trabajo más destacado para conectar los ciclos planetarios con los acontecimientos y tendencias en la vida de los individuos, ha sido el del psicólogo y estadístico francés Michel Gauquelin. A mediados de 1960 se dedicó a refutar la astrología estadísticamente, mediante el análisis de las posiciones planetarias, analizando las posiciones planetarias en los nacimientos de los profesionales, con muestras tan grandes, como 10,000, 15,000 y 20,000 personas. Los astrólogos siempre han creído que ciertos planetas que asoman en el horizonte, o directamente sobre la cabeza en el nacimiento de una persona, guían a esa persona hacia una determinada profesión.
Para Gauquelin, la tarea que se había establecido, por sí mismo, parecía un pedazo de la torta. Todo lo que tenía que hacer era demostrar que el planeta asociado con los logros deportivos, Marte, caía en unos puntos al azar..., en los belenes de 10,000 o 15,000, atletas y para enfatizar su punto de vista, y por si quedaban dudas, también investigó los grupos de médicos, abogados, escritores, y otros en puestos de trabajo asociados por los astrólogos con los planetas específicos.
Para sorpresa de Gauquelin, los resultados terminaron por ser exactamente lo contrario de lo que él esperaba. Marte parecía ir en aumento o culminando, en un gran número de cartas natales de deportistas. Del mismo modo, Júpiter apareció para los banqueros, los médicos para Saturno, Mercurio para los escritores, y así sucesivamente. Gauquelin se quedó asombrado, su "teoría accidental" con respecto a la coincidencia de planetas y profesionales, para la que él mismo había desarrollado todo el trabajo, pretendiendo desacreditar a la Astrología, había terminado por acreditarla y afianzarla.
En realidad, él había hecho mucho más que eso, porque no sólo confirmó los datos de sus tareas tradicionales astrológicas, si no que descubrió y afianzó otras nuevas. Para los escritores, por ejemplo, el planeta tradicionalmente asociado es Mercurio. Gauquelin encontró que Mercurio era un hecho significativo en las cartas natales de escritores, pero también encontró que la Luna era igualmente importante, algo que nunca se había planteado.
Extraído de:
Astrología dinámica: El uso de los ciclos planetarios de tomar decisiones personales y de carrera, © 1997,
por John Townley.
Reproducido con permiso del destino reserva una huella de Inner Traditions, Rochester, Vermont, USA.www.innertraditions.com
Información u Orden de este libro.
Sobre el autor
John Townley es un astrólogo de toda la vida, autor, compositor e historiador. Su experiencia profesional ha abarcado los campos de la economía, la ciencia, el periodismo, la historia marítima, y las artes creativas.
Conectar con él: jwtownley@aol.com“Los datos-MCE-href =” mailto: jwtownley@aol.com“>jwtownley@aol.com
http://es.innerself.com/content/living/science-a-technology/7869-su....
www.maestroviejo.worpdress.com
¡Saludos! Maria Ysabel
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El SDO, que no es otra cosa que el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, proporciona imágenes de la parte del Sol que vemos, durante las 24 horas del día, ha cumplido 5 añitos funcionando en el espacio y proporcionándonos contínua información sobre nuestro Sol.
Este es uno de los "vídeos resúmen" que han editado para celebrar el acontecimiento:
https://www.youtube.com/watch?v=w-41gAPmUG0
Y éste otro: https://www.youtube.com/watch?v=GSVv40M2aks
Los diferentes colores están representando distintas longitudes de onda: luz ultravioleta extrema, ultravioleta y luz visible-, correspondientes a emisiones solares a distintas temperaturas. .
Nuevo Software para el análisis y estudio de los ciclos solares:
Inteligencia artificial para ayudar a predecir las llamaradas solares más peligrosas.
Publicado en Europa Press
Con el fin de predecir aquellas emisiones de gran intensidad, que pueden suponer mayor riesgo para la Tierra, físicos de la Universidad de Stanford, están utilizando técnicas de inteligencia artificial para automatizar el análisis de estas gigantescas explosiones.
Las llamaradas solares pueden liberar la energía equivalente a muchas bombas atómicas, suficiente para llegar a cortar las comunicaciones por satélite en la Tierra, situada a 150 millones de kilómetros. Las llamaradas surgen de campos magnéticos torcidos que se producen en toda la superficie del Sol, y que aumentan en frecuencia cada 11 años.
Los científicos Monica Bobra y Sebastien Couvidat, quieren obtener más información sobre este fenómeno, y más concretamente de su origen, por lo que han automatizado, con inteligencia artificial, el análisis del mayor conjunto de observaciones solares existente, que realiza el Observatorio de Dinámica Solar (SDO). Esta misión tiene todos los datos obtenidos por todos los satélites de la NASA sobre la estrella.
Estos investigadores procesan y almacenan los datos SDO, -1,5 terabytes de datos al día-, con el fin de descubrir un patrón. El software de su máquina atribuye la información a un conjunto de categorías establecidas, busca patrones y trata de ver qué información es relevante para predecir una categoría en particular.
Según Couvidat: "Nunca habíamos trabajado con el algoritmo de aprendizaje automático antes, pero ha sido una buena idea para aplicarla a la previsión de las llamaradas solares".
Actualmente, ambos investigadores aplican los algoritmos, caracterizando las dos clases más fuertes de erupciones solares: M y X.
El observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA registró el pasado 13 de enero a las 05:24 horas (hora peninsular), la primera erupción solar notable de 2015.
El suceso se ha clasificado como una llamarada de clase M5.6, siendo la clase 'M' una décima parte del tamaño de las llamaradas más intensas, las conocidas como clase 'X'. El número proporciona información acerca de su fuerza.
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