LA BRUJA Y LA LUNA

[Adela Ferrer]

ADELA FERRER, ASTRÓLOGA

El poder de las brujas proviene de la Luna, mejor dicho, del conocimiento que las brujas tienen acerca de sus ciclos; por ejemplo, el número 13, que como nadie ignora, es el número maldito por excelencia o, al menos, así lo sostiene la superstición, es ni más ni menos el número mágico de la mujer, el de los 13 ciclos lunares que conformaban el año particular en el que había que ajustar el calendario para ajustar los meses a las estaciones y que se regía por el arcaico calendario astronomico matriarcal, basado en las constelaciones y en las 28 “Moradas de la Luna” o 28 grupos de estrellas –asterismos- que va atravesando cada día la Luna en su recorrido mensual alrededor de la tierra.

10 Moradas lunares

Basándose en este calendario y en sus observaciones, las mujeres aprendieron a relacionar la constelación y la Morada Lunar en la que se producía cada luna nueva o llena con los fenómenos climáticos y la meteorología, estableciendo así los mejores momentos para las labores recolectoras, de la caza o las agrícolas; a este conocimiento meteorológico responden los rituales pertenecientes a las religiones mistéricas agrarias como los de Eleusis, por ejemplo y las fiestas de fertilidad de la tierra oficiadas por mujeres mediante las que se intenta garantizar la llegada de la lluvia, de la primavera, o de los fenómenos naturales que sean propicios y correspondan a la estación del año.

Iniciación Misterios de Eleusis

Puede que de ese conocimiento y de sus predicciones meteorológicas naciese la fama de atraer las tormentas –destructoras, naturalmente- que alcanzaron sus herederas, las brujas medievales.

Sabemos que las mujeres tenían acceso a conocimientos astronómicos y cuál era la naturaleza de esos conocimientos porque lo tenemos documentado en las tablillas de arcilla babilónicas escritas por Enhedanna (2.300 antes de nuestra Era), Enhedanna fue sacerdotisa mayor del templo de la Luna y “Suma sacerdotisa del Gran Cielo” en la ciudad de Ur; además esta mujer fue el primer ser humano que sepamos que escribió en primera persona.

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Ya en Grecia, las mujeres tesalias tenían fama de poder “mover a la Luna del cielo”, posiblemente esta reputación sea consecuencia de que la astrónoma tesalia Aglaonike (200 antes de nuestra Era) sabía predecir eclipses con exactitud.

Posteriormente, ella misma, sus paisanas, o las sacerdotisas de la Luna, que no eran sino las guardianas de los misterios de la Luna y lo oscuro, serán consideradas malvadas sacerdotisas de Hécate, cuya serpiente venenosa acabará matando a la dulce Eurídice del mito de Orfeo.

Aglaonike y la Luna

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Actualmente los astrólogos tenemos en cuenta un punto en el horóscopo denominado “Lilith” que, astronómicamente hablando, es el apogeo de la Luna; desde el punto de vista de la Tierra, los pasos sucesivos de la Luna por su mínima distancia (perigeo) y su máxima distancia (apogeo) se producen en puntos distintos del zodíaco, y en conjunto se van desplazando en un ciclo que dura unos ocho años y diez meses, que equivalen a los poco más de 100 meses lunares, que Robert Graves atribuye al tiempo del “Gran Año” en la cultura de la diosa blanca, al final del cual el rey-compañero de la reina-diosa, había de pasar por una muerte y renacimiento, puede que sólo simbólica, aunque lo más probable es que este ritual fuese escenificado mediante un sacrificio humano de algún sustituto del rey.

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La interpretación que damos en Astrología al punto del horóscopo llamado Lilith, (el apogeo de la Luna) se basa en el mito hebreo de la primera mujer de Adán, la insumisa que se niega a someterse al marido y polemiza con él sobre sobre el modo y forma de realizar el coito.

Representa la sombra, lo que cada cual tendemos a reprimir o no podemos aceptar, el competidor del yo consciente que se proyecta en algunas actitudes sociales, las cualidades “malas” o inferiores que somos incapaces de reconocer, las pulsiones primitivas, un arquetipo sombrío que habría que integrar y reconocer.

Lilith

Que el 13, número de los meses del ajuste del calendario matriarcal, se haya convertido en la superstición más conocida en el ámbito cultural de occidente no solamente indica el rechazo hacia la forma en que las sacerdotisas de la Luna medían el tiempo, o del desprecio a la naturaleza y los ciclos menstruales de la mujer, sino que nos da una idea del enorme tesón y esfuerzo que se ha empleado hasta aniquilar la ancestral cultura matrilineal, el culto a la Naturaleza, personificada por una Gran Madre proto-indoeuropea cuyo arquetipo, al igual que la misma naturaleza no es totalmente “bueno” o totalmente ”malo”, puesto que carece de “moral”: otorga y arrebata la vida al azar y ofrece abundantes cosechas o destruye con sus pedriscos ciegamente.

Tanta pugna y constancia para eliminar un saber primitivo que ofrecía evidentes ventajas no está basado únicamente en la lucha de género, sino a mi entender, en lo más preciado: en la defensa de la propiedad privada, ya que la cultura patriarcal pretende que la naturaleza y la mujer, sean objetos susceptibles de compra-venta, pero tal y como lo demuestran las leyes y el derecho romano, desde muy antiguo la naturaleza y las cosas pertenecientes a los dioses y al culto, las cosas sagradas, eran res nec mancipi, es decir, cosas no mancipables, consecuentemente, si las sacerdotisas de la diosa y la diosa naturaleza misma, son sagradas, no pueden pertenecer a nadie, ni comprarse ni venderse, por tanto hay que despojarlas de su caracter sacro, convertirlas en supersticiosas adoradoras de satán y así transformarlas en objetos mancipales, en res mancipi.

[Adela Ferrer]

Hola, Guadalupe: me alegro de que te guste. Pero si lo vas a publicar en otro lugar, te ruego que pongas un enlace con el artículo completo, una conferencia sobre la brujería y la maldad de condición femenina que dicté en 2007 y que se encuentra en:

http://www.adelaferrer.es/cursos/las_brujas_malas.html

Un abrazo y gracias

[Guadalupe Cuesta]

Me gusto Adela...me lo llevo al perfil de Facebook...
Gracias
Guadalupe

[Adela Ferrer]

Querida Marilda: Es evidente que tienes un espíritu muy joven y un carácter simpático y asertivo. Permíteme que te recomiende encarecidamente profundizar en el estudio de la astrología porque, además de aclararte los conceptos acerca de la Casa VIII, te servirá para algo en lo que el tarot, la videncia y la intuición se quedan cortos: podrás datar, fechar, sabrás calcular cuándo le van a suceder los acontecimientos que anuncian tus cartas. (no es lo mismo decir: "sí, encontrarás a un muchacho y te enamorarás", que: "sí, encontrarás a un muchacho que te enamore en el mes de abril del año tal".
Y si te esfuerzas más y estudias astrología horaria... Eso ya es lo más, mucho más esclarecedor que si pudieses mirar en una bola de cristal.
Ya traté de Hécate en mi blog en la entrada que se titula: "Monstruos en las constelaciones de los signos fijos: Escorpio"

Besos, amiga

[Adela Ferrer]

Gracias, Marta, Aurora, Amparo y Eloy: me alegro que os guste, en realidad, este blog es la priemra parte de una conferencia que ya impartí en 2007 y que podéis encontrar completa entre otros lugares: http://www.adelaferrer.es/cursos/las_brujas_malas.htm

[Marta]

Adela, confirmo lo de los otros comentarios, es un gusto leerte.

[Maria Aurora Eiriz Jorge]

Què gusto leerte Adela. Gracias.

Un beso

Aurora

[amparo errante]

me ha encantado leerte, Adela.
Magnífico texto

[Eloy]

Es una suerte contar contigo en cualquier lugar.... Donde vas asombras..... y enseñas.

Un abrazo y gracias por compartir tu mucha sabiduría.

Eloy :-))