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Los tránsitos de Neptuno y el mito de Orfeo

Todos los que tengamos algún planeta en los últimos 5º de Acuario, Leo, Tauro y Escorpio experimentamos el tránsito de Neptuno, el planeta que disuelve el ego, nos vuelve impotentes e inseguros acerca de lo que ha sido nuestra vida y nos crea ansiedad por encontrar una respuesta inmediata a lo que nos abruma. Este trnasito será activo hasta diciembre de 2012, y una de las lecciones más difíciles que nos enseña esta influencia es que sólo obtendremos una respuesta cuando renunciemos a su búsqueda, nos perdamos en los demás, abandonemos nuestra fachada inquebrantable y aprendamos a confiar en algo mayor que nosotros, que no se puede ver ni oir ni tocar, por lo que solo perdiendo el control de nosotros mismos y dejándonos ayudar, y, sobre todo, dejándonos morir, podremos encontrarnos con alguna reserva de potencialidad en nuestro interior con la que no contábamos o en la que no habíamos pensado para poder solucionar lo que tanta confusión y ansiedad nos produce en estos momentos. La historia de Orfeo, el músico y poeta cuya melodía podía ablandar al mismo dios de los infiernos, Hades, es un buen ejemplo de lo que suele ocurrir bajo la influencia del tránsito de Neptuno.

Orfeo estaba enamorado de Eurídice, la mujer de sus sueños, y pudo por fin casarse con ella y lograr su máxima aspiración en la vida. Sin embargo, esta alegría le duró poco. Cierto día, salió a pasear en el bosque en compañía de sus amigas, con tan mala suerte que tropezó con una serpiente venenosa, y esta le picó, matando así con su veneno a la joven Eurídice. Este vaivén suele ser característico de los tránsitos de Neptuno: alternamos entre el éxtasis más absoluto y nos hundimos en la más absoluta desesperación, porque asistimos impotentes a la pérdida de aquello que se nos había otorgado. Tras este doloroso incidente, Orfeo, lejos de aceptar la pérdida de su esposa, decide ir al infierno a pedirle a Hades que le devuelva a su mujer, duerme al perro Cerbero con su música, entra en el Averno y se planta frente al Rey de los Muertos para implorarle que le devuelva a su esposa. Hades, conmovido y emocionado por sus súplicas y su hermosa voz, accedió, lo que vuelve a reflejar otra característica de Neptuno, su capacidad de romper la personalidad más flexible, que muchas veces es la nuestra propia cuando estamos sometidos a este tránsito. Hades, sin embargo, le impone una condición: Eurídice volverá al mundo de los vivos siguiendo los pasos de Orfeo, pero éste no debe volver la vista atrás hasta que no salga del Inframundo, ya que si lo hace, su amada se disolverá y la perderá para siempre. Orfeo acepta el trato, y camina buena parte del trecho de vuelta confiado y contento, pero poco a poco, conforme se acerca al final del trayecto, le empiezan a surgir las dudas, y la desconfianza. Sospecha que Hades le ha engañado, y la ansiedad se va apoderando de él, hasta que, no pudiendo soportarlo más, se vuelve y mira a su adorada Eurídice, que se volatiliza y se diusuelve en el aire para nunca más presentarse ante sus ojos. Este vaivén y desazón interiores son característicos de un tránsito de Neptuno, nos cuesta confiar, perder el control de la situación, y nos empeñamos en buscar una solución al problema para recuperar lo perdido o bien para enderezar el rumbo de nuestra vida, y cometemos el error de mirar atrás por la desconfianza en la vida.

Resignado a su pérdida, Orfeo puede entregarse por fin al duelo por la pérdida de su esposa, y para hacerlo elige un lugar cerca de una orgía dionisíaca. Esto vuelve a reflejar otra de las características de un tránsito de Neptuno: el contraste entre el propio dolor y la alegría y éxtasis de quienes nos rodean. Los festejantes insisten a Orfeo para que se una a ellos, pero éste, afligido por la pena, se niega a participar. Los celebrantes, enojados, la emprenden con Orfeo, y le atacan con piedras hasta que éste muere. Sin embargo, su muerte le dio por fin el tesoro más preciado, volver a encontrarse con Eurídice. Y es así como podemos sacar conclusiones positivas de un tránsito de Neptuno: la renuncia y el sacrificio, el abandono de nuestra capacidad para elegir y llevar las riendas de nuestra vida, y entregarnos al duelo por algo que hemos perdido. Como decía Jung, el ego provoca inconscientemente una situación imposible para que podamos desplegar potenciales ocultos, aunque tal vez debamos pasar un tiempo atascados en la situación hasta poder encontrar por fin una respuesta a nuestras dudas, brutalmente inquietantes y frustrantes en este momento de nuestra vida. Solo cuando renunciamos a nuestro poder, puede aparecer algo diferente que nos redima.

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Comentario por Rafa Cañete el septiembre 15, 2011 a las 3:46am

María Amparo: si de verdad has perdido la esperanza ya solo queda crecer espiritualmente. Neptuno enseña lecciones acerca de lo que de verdad significan las cosas (qué soy realmente, qué valoro, qué tengo, qué amo, qué siento, qué pienso), pero antes hay que suprimir toda la parte del ego que impide ver lo que hay detrás, porque esta influencia es muy sutil. La contemplación de uno mismo y no perder del todo la fe en las propias capacidades es clave, porque tampoco se trata de tirar a la basura el ego, algo sin lo cual no podemos vivir ni asumir las responsabilidades que Saturno nos exige en esta encarnación. Solo es cuestión de mirar desde otro lado y hacernos valer de otra manera. Estás ya en el final del tránsito y tiene que darse en los próximos meses una luz: esa luz está en el Sol, en su tránsito por las Casas. Cuando el Sol haga trino a tu Neptuno desde Libra se manifestará una liberación de energía, peculiar y única según cada caso, y en noviembre Neptuno se vuelve directo: para entonces ya tiene que haber algo más claro en relación a tu crisis actual.

Un abrazo.

Comentario por Rafa Cañete el septiembre 15, 2011 a las 3:39am
Muy buen comentario, Anuk Azim. Con Neptuno es importante desprenderse de las cosas, y para los que sentimos miedo a la carencia, este tránsito es muy duro. Ver cómo se van las cosas es terrible, como bien dices: se trata de ver desde otro lugar la pérdida, porque si Neptuno te quita eso es porque no lo necesitas, aunque duela. Por eso, tratar de tomar la iniciativa o contemplar cómo le van desplumando a uno es un paso decisivo para no volver la vista atrás como Orfeo y entonces llegar a perderlo todo de manera definitiva. Aunque a muchos parece que no les queda otra alternativa y así poder observar la vida y participar en ella desde 0 con los ojos del alma.
Comentario por Anuk Azim el septiembre 14, 2011 a las 10:12pm

Muy buen post.

Definitivamente Neptuno disuelve, debilita, inspira, confunde, nubla, engaña, ilusiona, difumina... e inexorablemente nos exige una renuncia y un sacrificio que por mucho bien que traiga más adelante en el proceso duele y asusta. Sacrificar es "hacer sagrado", creo que Orfeo renunciando a continuar un amor en el plano material (encarnado), claro que sin premeditarlo, logro trascender  al encuentro de una unión mística con su amada en otro plano. Del mismo modo cuando en su tránsito toca planetas personales, más cuando ya existe en natal una relación, suena el gong para que lo queramos o no soltemos aspectos de esa energía a fin de abrirnos a una modalidad nueva de expresión de la misma. 

La entrega, soltar las amarras del control, aceptar lo inexplicable, indefinido, caótico, difuso, expandir la propia percepción y sensibilizarse al máximo como pide Neptuno es un proceso por el que todos en una u otra ocasión pasamos (algunos más seguido que otros según su natal), y en ese "mientras" (que para la mayoría es bastante complejo de transitar) más vale que pintemos, escuchemos música, bailemos, meditemos, o dediquemos tiempo a la contemplación y la relajación y sobre todo a respirar despacio despacio para no meternos de cabeza en las trampas neptunianas ( o al menos intentar no hacerlo) pues luego duele mucho salir de ellas como le dolió al pobre Orfeo. Pronto se va de Acuario, está dando sus últimos coletazos y vaya que son poderosos, a prepararse ahora los que tienen planetas en los primeros grados!! Neptuno agitará la cruz mutable y creo que sus oleajes serán elevados. (La cardinal bastante tiene con Saturno, Urano y Plutón!!)

Saludos a todos

Comentario por Rafa Cañete el agosto 1, 2011 a las 3:46am

Bueno, Marta, estás naciendo de nuevo y tratas de ir de dentro a afuera, en lugar de buscar fuera lo que nos gratifique, que es lo que nos enseñaron a hacer desde siempre. Lo peor de Neptuno ya ha pasado: llegará a ponerse a 28º de Acuario y estará en el orbe de influencia a tu Venus, pero ya no será igual. Lo que ocurrirá es un final en la disolución de tu vieja imagen de ti misma y de cómo has entendido las relaciones.

Saludos.

Comentario por marta ortiz el agosto 1, 2011 a las 1:21am
Bueno Rafa, esto ya es el colmo. Vengo de tu blog y me encuentro con esta entrada. Te cuento que tengo Venus en 25º de Acuario, a la Luna en 24º de Tauro y a Júpiter en 27º de Escorpio, y desde tres años atrás a Neptuno yendo y viniendo sobre Venus. ¡Y parece que falta todavía!!! Sentí que moría el año pasado en enero, aunque soy sana de cuerpo, sentí que moría. En realidad la que fui ya no existe, era una mentira. Era una falsa identidad. Lo único real de mi anterior vida son mis hijas, y porque crecieron en mi cuerpo, por eso es imposible que las desconozca. Todo lo demás me es ajeno. Un total desapego, que no es indiferencia, es distancia. Tan lejano que todo es nuevo y recién nacido a mi alrededor aunque nada ha cambiado. Vivo en el mismo barrio, de la misma ciudad, trabajo en el mismo lugar, pero todo es nuevo. Hay otra gente a mi alrededor, ahora la veo con otros ojos. Hay gente nueva también, que siento que conozco como nunca conocí a nadie, como si fueran hermanos. Como si me hubieran estado esperando a que despertara. Y no forman grupos cerrados, es gente ligada como en una malla larga y laxa que abarca el mundo entero. A algunos los puedo tocar y abrazar, a otros los abrazo a la distancia y estamos ligados. Extraordinario Rafa, no imaginé nunca antes que había tanta cantidad de personas ligadas a mí. No hago más que encontrarlas a cada paso que doy. ¿Qué pasó Rafa? ¿Dónde estaba yo que no las veía, que no las sentía? Me siento ligada, incluida, como en un capullo. Te cuento esto porque no debo ser la única, y otros pueden sentir lo mismo y sentirse acompañados en el sentimiento. Es algo extraño, nunca sentido por mí antes. Esta entrada tuya me confirma, me afianza. Porque los tránsitos muestran lo que sucede dentro nuestro, y cuando exteriorizamos lo que nos sucede hay una correspondencia. Hace mucho tiempo que no intento manipular el mundo, lo acepto como es. Y así como es, el mundo me dice lo que tengo que hacer y yo lo hago. Eso es todo Rafa, quise decírtelo. Gracias.
Comentario por john felipe santamarìa wilson el octubre 13, 2010 a las 11:55am
rafa mil gracias.me aclarò muchìsimas dudas
Comentario por Rafa Cañete el octubre 12, 2010 a las 4:04am
Al encontrarse Neptuno en Acuario, forma una oposición con su signo opuesto en la rueda del zodiaco, que es Leo, y un ángulo de 90º con Tauro y Escorpio. Si te fijas, entre Acuario y Tauro hay dos signos intermedios (Piscis y Aries) y entre Acuario y Escorpio también (Capricornio y Sagitario, si contamos hacia atrás), y cuando eso ocurre se produce una relación de conflicto. La manera en que afecta a cada uno varía mucho según la persona y su carta natal, aunque a Leo, como signo de Fuego le afecta más porque le hace perder su sensación de poder y su orgullo y arrogancia, y porque Neptuno es de Agua, algo muy contrario al Fuego, más centrado en demostrar su fuerza y en desconectar de las emociones, de las que se escapa. También afecta más a Acuario, porque este signo es de Aire, muy racional, y Neptuno destruye nuestra parte analítica y controladora para dejarnos y entregarnos a algo superior que no se puede explicar. En general, Neptuno pide una renuncia, y esto puede afectar a todos por igual, ya que los cuatro signos son Fijos, tienden a fijar la energía, a conservarla, y de ello depende su sensación de poder.

En cualquier caso, Leo y Acuario lo llevan peor que Tauro y Escorpio, aunque un Escorpio que tenga un mal aspecto en su carta natal entre su Sol y Neptuno puede verse envuelto en un ir y venir constante y no saber qué hacer con su vida. Todo depende de la carta.
Comentario por john felipe santamarìa wilson el octubre 11, 2010 a las 7:55pm
rafa,muchìsimas gracias una vez mas.quisiera tambien que me explicara porque el trànsito de neptuno en acuario afecta a esos otros signos de leo,tauro y escorpio, y còmo.
Comentario por Rafa Cañete el octubre 10, 2010 a las 6:03pm
De nada, John Felipe. Espero que obtengas respuestas. Lo mejor cuando Neptuno hace aspectos difíciles por tránsito es esperar y no forzar mucho las cosas, o bien dejarse guiar por alguien, porque nuestra voluntad y nuestro yo se debilitan y pierden firmeza, en especial si ya hay en la carta un aspecto natal difícil con Neptuno. Por ejemplo, si eres Sol Neptuno en cuadratura u oposición y tienes al Sol en Leo, por ejemplo, se incrementa el efecto desilusionante y de confusión y ansiedad de Neptuno en tránsito, y uno empieza a ir y venir, hoy decide una cosa y mañana abandona su propósito, se lanza a caprichos de manera precipitada y luego se cansa y los deja. Si hay aspectos duros con Neptuno, el tránsito de este planeta sobre los que tengamos en el orbe que se indica en el artículo es más intenso.
Comentario por john felipe santamarìa wilson el octubre 10, 2010 a las 3:40pm
rafa muchìsimas gracias por la informaciòn.es asì.tengo planetas en esos grados y comienzo a hacerme muchos interrogantes sobre cosas que antes no me preocupaban

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