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        Estimad@s amig@s, les comparto un trabajo sobre Mercurio, muy interesante,  

escrito por Verónica Casanova y publicado en la página de Astrofísica.

Hermes, François Rude (Museo del Louvre).

 


        En este artículo dedicado al planeta Mercurio, y escrito con motivo del tránsito por delante del disco solar que observaremos el próximo 9 de mayo, vamos a repasar la historia de la observación del planeta. Para ello, vamos a dividir el post en varias partes. En la primera de ellas abordaremos la observación del pequeño planeta a simple vista por las diferentes culturas que han habitado nuestro planeta, antes de la existencia de los grandes telescopios. En la segunda parte, comentaremos las observaciones realizadas con los primeros telescopios y avanzaremos hasta la llegada de la era espacial, para finalmente, en una tercera parte, abordar los resultados de las sondas enviadas a Mercurio.

       Mercurio es uno de los cinco planetas del Sistema Solar visibles a simple vista, pero dada su cercanía al Sol su observación no es siempre sencilla, siendo imposible la mayoría de los días. Su magnitud aparente varía entre -2,6 a 5,5. Las mejores oportunidades de observación desde el hemisferio norte se producen en las apariciones vespertinas de marzo-abril, y en las matutinas de septiembre-octubre. En el hemisferio sur, las apariciones idóneas vespertinas se producen en septiembre-octubre mientras que las matutinas suceden en marzo-abril. Durante sus mejores apariciones, Mercurio se divisa bastante bajo en pleno crepúsculo y durante unas tres semanas, presentando el aspecto de una estrella en tono blanco cálido. Además, durante los eclipses solares totales, el planeta también es visible.

       Al igual que la Luna y Venus, exhibe fases visibles desde la Tierra, siendo nueva en conjunción inferior y llena en conjunción superior. En ambas ocasiones la separación de Mercurio del Sol oscila entre 17,9 ° en el perihelio de 27,8 ° en el afelio. Podemos ver a Mercurio con más brillo entre las fases creciente y llena, y entre la fases llena y menguante. 

      En las latitudes tropicales y subtropicales, Mercurio se ve más fácilmente que en latitudes más altas. Esto se debe a que la máxima elongación del oeste posible de Mercurio siempre ocurre cuando es otoño en el hemisferio sur, mientras que la máxima elongación del este ocurre cuando es invierno en el hemisferio norte. En ambos casos, el ángulo de Mercurio incide de manera máxima con la eclíptica, permitiendo elevarse varias horas antes que el Sol y no se pone hasta varias horas después del ocaso en los países situados en latitudes templadas del hemisferio sur, como Chile, Argentina y Nueva Zelanda. Por contraste, en las latitudes templadas del hemisferio norte, Mercurio nunca está por encima del horizonte hasta media noche. 

Observaciones en la Antigüedad del planeta Mercurio

Tablas MUL.APIN

        Las primeras observaciones registradas del planeta Mercurio se realizaron alrededor del siglo XIV AC y fueron recogidas en el compendio sumerio MUL.APIN, en el que se reunieron diversos aspectos astronómicos y astrológicos de dicha cultura. El nombre empleado en dichas tablas para referirse a Mercurio es Udu.Idim.Gu  ( "el planeta de salto o saltarín" ).
        Los griegos creyeron que el Mercurio que se veía al amanecer era un cuerpo diferente al Mercurio que se veía al atardecer. Por ello, al cuerpo de la mañana lo llamaron Apolo y al astro que veían al anochecer, Hermes. Fue Pitágoras el primero que propuso que se trataba realmente del mismo planeta.  Ptolomeo ya escribió acerca de la posibilidad de que Mercurio pudiera realizar tránsitos delante del disco solar, pero dedujo que no se habían podido observar porque eran fenómenos infrecuentes o demasiado pequeños como para poder ser vistos.
        En los registros mayas, podemos encontrar referencias a Mercurio datadas en el 733 a.C. y en el 727 a.C. Calcularon que este cuerpo se pondría en el mismo lugar del cielo cada 2.200 días.

         La cultura china también recoje referencias a este planeta. Sus observadores pensaron que el movimiento de Mercurio era regular, avanzando un grado cada día, con lo que completaba una revolución alrededor de la Tierra cada año. Siempre estaba visible en los equinocios y en los solsticios, estando el resto del año escondido tras los rayos solares. Sus apariciones marcaban las estaciones.

  Sello homenaje a Azarquiel

        En la astronomía islámica medieval el astrónomo andaluz Azarquiel describió en el siglo XI la órbita de Mercurio a la que dotó de una forma ovalada. En el siglo XII, Ibn Bajjah observó "dos planetas como puntos negros en la cara del Sol". Maragha Qotb al-Din Shirazi, ya en el siglo XIII, sugirió que se trataban de dos tránsitos, pero hoy en día se cree que en realidad eran manchas solares.

        En la India, ya en el siglo XV, el astrónomo Nilakantha Somayaji, desarrolló un modelo planetario parcialmente heliocéntrico en el que Mercurio orbitaba alrededor del Sol, que a su vez se movía en órbita alrededor de la Tierra, similar al sistema  propuesto por Tycho Brahe a finales del siglo XVI. 
         A partir de aquí el planeta comenzó a ser observado mediante telescopios.

Observaciones del planeta Mercurio con telescopio:

Historia de la observación del planeta Mercurio

Galielo Galilei


        (De la Wiki) Las primeras observaciones con telescopio del planeta Mercurio las realizó Galileo Galilei en el siglo XVII. Desgraciadamente su instrumeno no era lo suficientemente potente como para detectar las fases del planeta. Éstas no fueron observadas hasta 1639 por Giovanni Zupi, quedando así definitivamente demostrado que Mercurio orbita alrededor del Sol.

        En 1631 Pierre Gassendi contempló el primer tránsito de Mercurio por delante del Sol, pero más extraña aún fue la ocultación de Mercurio por el planeta Venus ocurrida el 28 de mayo de 1737 observada por John Bevis. Este extraño fenómeno sucede cada varios siglos, y la próxima ocultación no se producirá hasta el año 2133.

        En 1800 Johann Schröter pudo realizar las primeras observaciones de la superficie del planeta estimando erroneamente que su periodo de rotación era similar al terrestre. 
        En la década de 1880, Giovanni Schiaparelli realizó un mapa de Mercurio más correcto sugieriendo que su rotación era de 88 días, al igual que su periodo de traslación, es decir, el planeta mostraba siempre la misma cara al Sol al igual que la Luna nos la muestra a nosotros. Esta idea permaneció vigente muchas décadas. En 1896 Percival Lowell presentó otra cartografía del planeta (imagen inferior). 

Cartografía de Mercurio realizada por Percival Lowell en Enero de 1896. Wikipedia

        Cuando el planeta Mercurio transita por delante del disco solar, su tamaño es inferior al de muchas de las manchas solares que estamos acostumbrados a observar. Por ello, su estudio antes de la invención del telescopio sólo pudo realizarse dentro del marco teórico.
       Gracias a las observaciones realizadas a simple vista por Tycho Brahe, Johannes Kepler realizó un exhaustivo estudio de las órbitas planetarias que le permitieron publicar las Tablas rudolfinas en el año 1627. A partir de los datos presentados en dichas tablas,Johannes Kepler dedujo que se produciría un tránsito de Mercurio  por delante del disco solar el 7 de noviembre de 1631 y otro tránsito de Venus el 7 de diciembre del mismo año. 
        Desgraciadamente, el astrónomo murió un año antes, en 1630, por lo que no pudo observar ninguno de los dos eventos.   

 

  Tránsito de Mercurio del 8 de Nov de 2006 Wikipedia

        Así, el 7 de noviembre de 1631, Pierre Gassendi aprovechándose de las predicciones realizadas por Kepler, pudo realizar la primera observación de este fenómeno constatando la gran valía de las predicciones de este gran científico.
      El siguiente tránsito de Mercurio observado se produjo el 3 de noviembre de 1651 por Jeremy Shakerly. El 3 de mayo de 1661, coincidiendo con la coronación del Rey Carlos II de Inglaterra, Christiaan Huygens observó en Londres otro evento. Pero este no es el único astrónomo famoso que ha observado un tránsito. El siguiente evento, producido el 7 de noviembre de 1677 fue observado por Edmund Halley, y William Herschel esperó hasta el 9 de noviembre de 1802 para poder contemplar uno de estos eventos. Pero fue durante un evento anterior, ocurrido el 9 de noviembre de 1769, estudiado por Charles Green y James Cook, cuando se dedujo que el planeta poseía una tenue atmósfera, o bien, carecía de ella.

         
Por otra parte, Urbain Le Verrier (1811-1877) estudiando las observaciones de los pasos de Mercurio desde 1631 hasta mediados del siglo XIX descubrió el avance del perihelio de Mercurio que tantas implicaciones ha tenido para la Teoría de la Relatividad de Einstein y en la historia de la Astronomía. Sin embargo, Le Verrier pensó que este fenómeno se debía a la presencia de un planeta más cercano al Sol que Mercurio, al que apodó Vulcano. Esto activó una ola de falsos descubrimientos que duraron hasta 1915, cuando Einstein explicó el movimiento anómalo con su teoría general de la relatividad.
          En 1960 se realizaron las  primeras observaciones de radio de Mercurio. Los astrónomos descubrieron que si la misma cara estuviese siempre frente al Sol, la parte oscura estaría extremadamente fría. Pero los datos obtenidos revelaron que estaba mucho más caliente de lo esperado. En 1965 se constató definitivamente que el periodo de rotación era de 59 días, es decir, aproximadamente dos terceras partes de su periodo orbital.
         En el siguiente enlace podéis encontrar una lista de los tránsitos de Mercurio observados en el pasado y los que ocurrirán durante los próximos años. 
        En 1975, la sonda Mariner 10 llegó al planeta. 

Observaciones de Mercurio con sondas espaciales:

Historia de la observación del planeta Mercurio (parte 3).

Mariner 10. Wikipedia 

      El Hubble y otros telescopios espaciales no pueden realizar observaciones de Mercurio debido a que la cercanía del planeta con el Sol podría dañar sus instrumentos. Por ello, para conocer mejor a este planeta debemos enviar sondas espaciales. 
        Aquí surge otro problema. Aunque Mercurio es un planeta que está cerca del nuestro, los caminos que llevan a él son un quebradero de cabeza para la dinámica orbital. Debido a su velocidad orbital, superior a la terrestre (48 km/s, frente a los 30 km/s de nuestro planeta) y el tirón gravitatorio provocado por el Sol, ninguna nave puede alcanzarlo directamente a la velocidad adecuada como para situarse en órbita. Son necesarias asistencias gravitatorias que ayuden a solucionar estas dificultades, lo que alarga en el tiempo los viajes espaciales. Por ejemplo, Messenger necesitó 6 años en llegar al pequeño planeta. Sin embargo, si hubiese ido a Júpiter, que se encuentra 9 veces más lejos, con un año de viaje hubiese tenido suficiente.
MESSENGER. Wikipedia


         La primera sonda que visitó Mercurio fue la Mariner 10. Realizó tres sobrevuelos a Mercurio,  el 29 de marzo y el 21 de septiembre de 1974 y el 16 de marzo de 1975; el primero a una distancia de 703 km del planeta, el segundo a 48.069 km, y el tercero a 327 km. Mariner tomó en total diez mil imágenes de entre el 40 y el 45% de la superficie del planeta. La misión finalizó el 24 de marzo de 1975 cuando se quedó sin combustible y no podía mantener control de orientación.  La sonda reveló que Mercurio era un mundo lleno de cráteres y con una masa mucho mayor de lo que se pensaba. 
 
       MESSENGER fue lanzada en agosto de 2004 para ponerse en órbita alrededor de Mercurio en marzo de 2011. Se esperaba que esta nave aumentara considerablemente el conocimiento científico sobre este planeta. Para ello, la nave había de orbitar Mercurio y hacer tres sobrevuelos –los días 14 de enero de 2008, 6 de octubre de 2008, y 29 de septiembre de 2009–. Estaba previsto que la misión durase un año. El 18 de marzo de 2011 se produjo con éxito la inserción orbital de la sonda. El fin de esta exitosa misión se produjo el 30 de abril de 2015, cuando la sonda se precipitó sobre la superficie del planeta produciéndose un impacto controlado. Los resultados de MESSENGER son:
Polo Sur de Mercurio por MESSENGER. Wikipedia


 -La cara oculta de Mercurio: MESSENGER fue la primera sonda que observó esta parte del planeta y la cuenca Caloris en su totalidad, detectando respiraderos volcánicos ubicados a su alrededor, lo que demuestra que el vulcanismo también ha dado forma a la superficie del planeta.

-Los polos de Mercurio: la inclinación casi nula del eje de rotación de Mercurio provoca que las zonas polares no reciban nunca la luz del Sol. MESSENGER encontró en estas zonas hielo de agua estable. Parte de este hielo está cubierto por un material orgánico oscuro del que todavía poco se sabe.
-El planeta se encoge:  existen enormes acantilados que delatan que el planeta se encoge debido a que el núcleo se está enfriando.

-El magnetismo de Mercurio: parece estar generado por una dinamo activa a día de hoy en el planeta. Previamente a esta misión se pensaba que no era posible esta actividad.

-El planeta con cola: el viento solar golpea la superficie de Mercurio levantando un material que posteriormente forma una exosfera que toma forma de cola debido al empuje del propio viento solar.
Cráter Stevenson, fotografiado por MESSENGER. Wikipedia 
        BepiColombo  es la primera misión europea a Mercurio. Está formada por dos naves: el MPO (Mercury Planetary Orbiter) y el MMO (Mercury Magnetospheric Orbiter). Está programada para julio de 2016 desde el Centro Espacial Guayanés (CSG) de Kourou, en un viaje que durará unos 7,5 años. Cuando llegue a Mercurio en enero de 2024, afrontará temperaturas de hasta 350° y durante un periodo aproximado de un año terrestre (que podría extenderse un año más), recogerá datos para el estudio de su superficie y de su composición interna a diferentes longitudes de onda y mediante diferentes técnicas, así como el estudio de su magnetosfera.

Enlaces consultados:

http://www.astrored.net/nueveplanetas/home/spacecraft.html

http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/30apr_messenger/ ;

https://es.wikipedia.org/wiki/MESSENGER

https://es.wikipedia.org/wiki/BepiColombo ;

¡Saludos! Maria Ysabel 

 

 

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Comentario por Maria Ysabél el mayo 10, 2016 a las 3:26am

              Ayer, 9 de Mayo del 2016 pudimos ver a Mercurio en un tránsito poco frecuente (13 veces por siglo), pasar por delante del disco del Sol,  nuestra estrella. Este hecho, sólo se produce en el momento en que Mercurio está en su conjunción inferior (la Tierra, Mercurio y el Sol están alineados, con Mercurio entre ambos, delante del Sol),  y los planos de las órbitas de Mercurio y la Tierra se cortan, coincidencia que sólo concurre entre los días 4 y 10 de Mayo y los días 4 y 17 de noviembre; si durante uno de estos días  se produce la conjunción inferior, un pequeño disquito negro –perfectamente circular, y mucho más oscuro que una mancha solar–, cruza durante varias horas el disco del Sol.

 

TRANSITO DE MERCURIO 2016. NASA

Click Aquí:     ----->>     https://youtu.be/2tP3Sdl0dIw

LAS 8 HORAS GRABADAS EN VIVO

Click Aquí:     ------>>      https://youtu.be/rJwEIAN7UEQ

Comentario por Maria Ysabél el mayo 8, 2016 a las 3:55am

Guía para la observación del Tránsito de Mercurio del 9 de mayo de 2016.

Generalidades sobre el Tránsito de Mercurio  
         Tal y como nos indica la palabra tránsito, este fenómeno se produce porque Mercurio, visto desde la Tierra, atraviesa el disco solar. Para ello, deben alinearse, y en este orden, el Sol, Mercurio y la Tierra. Como Mercurio se encuentra más cerca que Venus del Sol, los tránsitos del pequeño planeta son más frecuentes. El último tránsito de Mercurio tuvo lugar en el año 2006 y no se volverá a producir otro hasta el año 2019. En el caso de Venus, el último tránsito sucedió en 2012 y no se producirá otro hasta el año 2117. El próximo tránsito de Mercurio, podremos observarlo desde las 13:10h hasta las 20:40h local aproximadamente. Los horarios exactos para cada localidad se muestran en un apartado inferior.
        Si Mercurio y la Tierra orbitasen en el mismo plano, este fenómeno se produciría unas tres veces al año, pero como la órbita del planeta más cercano al Sol está inclinada 7º con respecto a la eclíptica, para que se produzca este fenómeno, el planeta tiene que estar cerca de los nodos de su órbita.  La Tierra atraviesa cada año la línea de los nodos de la órbita de Mercurio el 8-9 de mayo y el 10-11 de noviembre, aproximadamente. Si coincide que en esas fechas Mercurio se encuentra cerca de sus nodos, se producirá un tránsito.  La diferencia principal entre los dos tránsitos es que en los observados en mayo, como Mercurio está mas cerca de la Tierra, su diámetro es un poco mayor que durante los tránsitos de noviembre (12" frente a los 10" de noviembre).
Crédito: ESO


         Debido a que Mercurio orbita en torno al Sol cada 88 días, y la Tierra cada 365,4 días aproximadamente, existe una periodicidad en este fenómeno que obedece complejas reglas de dinámica orbital. Por ello, los tránsitos se producen un promedio de 13 veces por siglo en intervalos de 3, 7, 10 y 13 años.

       En la imagen de la izquierda vemos la simulación del tránsito tomando como referencia el cenit (tal y como lo veremos mirando al Sol con una montura altazimutal). La imagen de la derecha nos muestra el recorrido real de Mercurio, tomando como referencia el ecuador del Sol (como lo veremos con una montura ecuatorial). Fuente: OSAE

¿Qué podemos observar durante un tránsito?
        Primero, hay que dejar claro que Mercurio es un planeta muy pequeño y que está muy cerca del Sol, por lo que este fenómeno precisará de instrumentos ópticos para su observación. Es decir, con las típicas gafas de observación de eclipses solares no podríamos distinguir el evento. Desde la perspectiva de nuestro planeta, el diámetro aparente de Mercurio (de unos 12,1 segundos de arco) será unas 158 veces menor al del Sol. Así, que este será un fenómeno discreto, no tan espectacular como un eclipe.

        En el siguiente apartado analizaremos cómo podemos realizar la observación de forma segura. NUNCA hay que mirar directamente al Sol sin la protección adecuada.
Los principales eventos a observar durante un tránsito de Mercurio son denominados contactos. Se trata de cuatro momentos en los que las circunferencias de los discos de Mercurio y el Sol son tangentes entre sí, es decir, están en contacto en un solo punto. 

   - Primer contacto (I): Marca el inicio del tránsito y se produce cuando el disco del planeta “toca” por primera vez el limbo solar. Resulta difícil determinar el momento exacto en el que esto ocurre, pero pocos segundos después, el planeta puede ser percibido como una pequeña muesca en el limbo solar perfectamente circular. Durante unos tres minutos podremos apreciar cómo el planeta se introduce en el disco solar.

   - Segundo contacto (II): Es el momento en el que el disco  del planeta cruza por completo el limbo solar, y a partir de entonces resulta visible en su totalidad por delante del Sol. Durante las horas siguientes, la silueta del planeta atraviesa lentamente el disco solar.

   - Tránsito máximo: El instante en que los centros del Sol y de Mercurio están separados por la menor distancia angular, es decir, el planeta se encuentra lo más cerca posible del centro del disco solar.

   - Tercer contacto (III): El planeta vuelve a “tocar” el lado opuesto del limbo solar después de haber atravesado su disco. Durante unos tres minutos podremos ver cómo Mercurio abandona a nuestra estrella.

   - Cuarto contacto (IV): El disco del planeta finalmente “sale” del disco solar por completo, dando por finalizado el tránsito y volviéndose nuevamente invisible.

        Los contactos I y II definen la denominada fase de ingreso, y los contactos III y IV conforman la fase de egreso del tránsito.
         Mientras observamos al planeta cerca del limbo de la estrella podemos intentar percibir el fenómeno conocido como gota negra.
        Justo después del segundo contacto, y de nuevo justo antes del tercer contacto durante el tránsito, una "lágrima" pequeña negra aparece al conectar el disco del planeta en el limbo del Sol, por lo que no es posible determinar con precisión el momento exacto de contacto de ambos contactos.
         Este fenómeno tiene su importancia, ya que los tránsitos de Venus son empleados para calcular el valor exacto de una unidad astronómica, y al no poder observarse el preciso momento en el que se producían estos contacto, llevó a los científicos a cometer errores en los cálculos.

        En un principio, se pensó que este fenómeno era debido a que Venus poseía una gruesa atmósfera. Pero después se observó este efecto en un tránsito del planeta Mercurio, por lo que se dedujo, que podría deberse a nuestra propia atmósfera y sus turbulencias.

         En el tránsito de Venus del 8 de junio de 2004, muchos observadores dijeron que no vieron el efecto de la gota negra, o al menos que fue mucho menos pronunciado de lo que había sido reportado en los tránsitos de los siglos anteriores. Esto pudo deberse a que se emplearon telescopios más grandes, mejores ópticas y el oscurecimiento del limbo. Por ello, la hipótesis más aceptada establece que el efecto no sería visible en condiciones de visualización excepcionales y con una óptica muy buena. Así, según se utilicen mejores instrumentos y de mayor apertura, el efecto de la "gota negra" disminuiría hasta llegar a desaparecer.

        Más difícil aún será observar al planeta antes del primer contacto y tras el últimos gracias a que justo en esa zona de contacto se esté produciendo una erupción solar que nos permita visualizarlo unos segundos antes y unos segundos después. ¡Pero se puede intentar! 

        Además no debemos olvidar que es posible que la superficie del Sol presente alguna mancha solar por lo que podemos compararlas con el disco del planeta. Pero, ¡cuidado!, no debemos confundir Mercurio con una mancha solar. ¿Cómo lo diferenciamos? Una de las diferencias más notables es que se trata de un pequeño círculo perfecto, las manchas solares normalmente suelen tener formas irregulares.

         Por último, a diferencia de una mancha solar, Mercurio se mueve relativamente rápido por delante del Sol. En esta ocasión tardará casi 7 horas y media en "cruzarlo". Las manchas solares están fijas sobre la superficie del Sol y el leve movimiento que se puede apreciar es por la propia rotación solar. En resumen, si en 5 o 10 minutos se ha movido un poquito, es Mercurio, si sigue en el mismo sitio, es una mancha solar. 


¿Dónde y cuándo se puede observar el tránsito?

         Este fenómeno puede observarse en amplias zonas del planeta tal y como puede apreciarse en la figura inferior.


      Los datos para su observación vienen recogidos en la siguiente ilustración.
       En este enlace podéis consultar los datos relativos a cualquier localidad para contemplar el tránsito.  


         Además, las diferentes Agrupaciones Astronómicas están preparando observaciones para divulgar el evento. En este enlace de la FAAE, podéis consultar si en vuestra localidad se va a organizar alguna actividad pública a la que podréis asistir.


 Cómo observar el tránsito de Mercurio
Como he indicado anteriormente  NUNCA HAY QUE MIRAR DIRECTAMENTE AL SOL SIN LA PROTECCIÓN ADECUADA. Ahora, vamos a hacer un resumen de los métodos más sencillos para observar.
         Dado el pequeño tamaño de Mercurio precisaremos de instrumentos ópticos como prismáticos o telescopios. En ambos casos, podemos utilizar un filtro especial para observación solar, o bien, emplear el método de la proyección.
         Los filtros homologados siempre deben ir colocados por delante, jamás detrás. Es decir, deben colocarse entre el instrumento y el Sol, no entre nosotros y el instrumento. No se debe usar tampoco negativos, ni películas quemadas, cristales ahumados, CD etc... para la observación del Sol, esos sistemas son peligrosos y no protegen de los rayos ultravioleta.
Método de la proyección:
       Se hace pasar la luz del Sol a través del telescopio y se proyecta sobre una superficie lisa. Es recomendable utilizar oculares de menor aumento, ya que producen imágenes más grandes y generan menos calor, protegiendo así el instrumento. Como superficie lisa puede utilizarse una pared o una cartulina. Probaremos a colocar telescopio-pantalla a diferentes distancias hasta que veamos una imagen nítida del Sol.
       El método de proyección también puede realizarse con prismáticos. Se tapa una de las lentes de los binoculares y se hace pasar la luz a través de la lente abierta. Enfocamos bien, y tendremos una bonita imagen del disco solar.
 
 

Verónica Casanova. 

 Enlaces consultados

http://www.astrofisicayfisica.com/2016/04/que-es-un-transito-de-mer...
http://xjubier.free.fr/en/site_pages/transits/xST_GoogleMap3.php?Tr...
http://www.astronomiaonline.com/2016/03/transito-de-mercurio-2016/
http://eclipsewise.com/oh/tm2016.html
http://www.osae.info/transitos/transito_mercurio_2016.htm
http://www.astrofisicayfisica.com/2015/03/guia-completa-para-observ...
http://www.astrofisicayfisica.com/2014/10/solarscope-dia-23-region-...

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