Ante la arremetida de la guerrilla de las Farc en el suroccidente colombiano, han aumentado las voces en el país que piden se reconsidere la continuidad del proceso de paz que se está adelantando en La Habana, Cuba, con este grupo ilegal.
En un sondeo que adelantó el Diario Occidente entre sus lectores en la página web www.occidente.co, a la pregunta “¿cree que el Gobierno Nacional debe continuar el proceso de paz con las Farc?”, el 67% de los lectores respondió que no y el 33% dijo que sí. Ante esta tendencia, esta casa periodística consultó expertos sobre este tema.
Frente a la posición de la guerrilla de adelantar en repetidas ocasiones actos violentos en el departamento del Cauca, en la última semana, el politólogo Germán Sahid, profesor de la facultad de Ciencias Políticas y Gobierno de la Universidad del Rosario, dijo que esa posición de las Farc sería el resultado de una división al interior de sus filas frente al proceso de paz, “en especial el comando conjunto de suroccidente encabezado por alias ‘Pablo Catatumbo’ y el bloque oriental en cabeza de alias ‘Mauricio el médico’; esos son los dos bloques más importantes en cuanto al tema del narcotráfico y poder militar y ellos no se ven representados en la mesa de negociación”.
“No podemos hablar de una ruptura organizativa o de mando, pero sí de un malestar fuerte y generalizado dentro de la tropa porque no ven representados sus intereses en La Habana”, agregó el politólogo.
Por su parte, el politólogo e internacionalista Andrés Molano dijo que los hechos de violencia cometidos en el Cauca hacen parte de la “demostración de poder en uno de los enclaves muy importantes de las Farc”.
Molano explicó que estos ataques “tienen que ver más con una demostración de fuerza en el marco de las transacciones que se producen en una negociación, pero tienen el efecto contradictorio pues generan mucha desconfianza en el pueblo colombiano”.
Negociación
Frente a cómo se ha llevado el proceso de paz por parte del Gobierno Nacional, Molina indicó que “ha acertado en la intención de mantenerse y lograr que la negociación esté sujeta a la agenda establecida. Se está negociando sobre puntos específicos”, y aclaró que “el Gobierno ha asumido unas posiciones fuertes cuando ha sido necesario y ha fijado posiciones claras y no posiciones de ultimátum. En una negociación no se progresa con ultimátum, se progresa con claridad y contundencia en las posiciones”.
Sobre el ritmo del proceso de paz, el politólogo Sahid comentó que la velocidad le importa al Gobierno colombiano, toda vez que tiene que demostrar resultados antes del proceso electoral que iniciará en noviembre próximo.
“A las Farc no le interesa el tiempo, tanto es así que su estrategia políticomilitar dice ‘guerra popular prolongada’, es decir, ellos tienen todo el tiempo del mundo para lograr los objetivos políticosmilitares, y entre más apurado esté el Gobierno, más tiempo se van a tomar los cabecillas”, indicó Sahid.
Peticiones
Frente a las peticiones de las Farc de legalizar la droga y que no vayan a ser investigados y juzgados por organismos internacionales por las violaciones del derecho internacional humanitario, Germán Sahid comentó que “no es posible porque la Constitución no lo permite”, y sería necesario adelantar una reforma constitucional. “Eso no está en una intención del Gobierno Nacional. Sería necesario cambiar las reglas de juego de la democracia colombiana”, dijo el politólogo.
Precisamente, que no sean investigados por la Corte Penal Internacional, CPI, es uno de los desafíos del Gobierno Nacional pues “aunque aquí se conceda una amnistía, está la CPI que, como juzga personas, es muy posible que habrá investigaciones contra cabecillas de las Farc por los actos violatorios al derecho internacional humanitario que han cometido”, indicó el politólogo Andrés Molano.
Tregua bilateral, inconstitucional
Frente a la posibilidad de un cese al fuego de manera bilateral, el politólogo Germán Sahid expresó que “no es viable en la medida de que un Estado es fuerte si tiene el monopolio de las armas y la violencia, y es función constitucional que las fuerzas militares y de policía utilicen las armas ante toda amenaza a la democracia e institucionalidad”.
“Si se permite un cese al fuego bilateral, estaríamos incurriendo en una violación a la Constitución colombiana. Legalmente no se puede, moralmente no se puede porque la ciudadanía vería esto como una traición a las Fuerzas Militares”, expresó Sahid.
Por su parte, Molina indicó que “no hay clima para un cese bilateral al fuego”, toda vez que no hay suficiente confianza entre las partes y el proceso no está muy avanzado.
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