En el Siglo XV, un comandante del ejercito japonés, envió a china uno de sus tazones de té favoritos, dañado por el uso, para que fuera reparado. Los artesanos chinos juntaron las grietas con unas grapas que impedían la total rotura, pero la pieza, quedó afeada y desagradable a la vista, así que el shôgun decidió recurrir a los artesanos japoneses, buscando una más bella y refinada reparación.
Comentario por Maria Ysabél el agosto 12, 2014 a las 12:58pm
Gracias Esperanza! Me encontré con el Kintsugi (el arte de hacer bello y fuerte lo fragil) le iba a decir que por pura casualidad, pero en este caso, seguro con la mano de la Providencia detrás... Una bella materialización de lo que es enmendar, arreglar lo que se ha roto y rectificar lo que, aparentemente, queda sin posibilidad de uso... Puro Quirón.
Siempre le agradezco su amistad y cercanía. Gracias por leerme y tomar de su tiempo para compartirme y comentar. Gracias Amiga. ¡Abrazos!
Querida Ma. Ysabel, muchas gracias por esta reflfexión que nos deja en el blog, con Kirón hay que aprender de nuevo a mejorar, a sanar, lo importante es aprender a hacer lo que necesitamos mejorar.de la historia de un tazón roto se llega a conclusiones muy filosóficas. Abrazos Esperanza
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