RIQUEZA
Un hombre de Dios llegó a las afueras de una aldea. De pronto llegó corriendo uno de los vecinos y le dijo:
- La piedra, ¡dame la piedra preciosa que posees! -¿Qué piedra? - preguntó el hombre de Dios.
- La otra noche tuve una visión que me dijo que si al anochecer salía de la ciudad, un hombre de Dios me daría una piedra que me haría rico para siempre.
El hombre de Dios rebuscó en su bolsa y extrajo un diamante:
- ¿Te refieres a ésta? La recogí ayer en el bosque. Ténla. El vecino la observó admirado.
Era el diamante más grande y bello que jamás había soñado. Lleno de alegría y felicidad regresó a su casa.
Durante varias noches no pudo dormir, pensando en el acontecimiento que le había ocurrido.. Desesperado, una de las mañanas siguientes al encuentro con el hombre de Dios regresó donde él y le dijo humildemente: - Dame la riqueza que te permitió desprenderte tan fácilmente de este hermoso diamante.
-Autor desconocido--
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