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Deseo compartirles este artículo de la astróloga Julia Connesa, que me pareció muy interesante ya en la práctica

La intención de este escrito es hacer una aproximación a lo que sería la interpretación de la Carta Astral de un modo diferente, posiblemente para darle otro sentido a la evolución de las 12 casas, de modo sucesivo, pero comenzando a partir de la Casa XII y terminando en la Casa I, siguiendo la dirección de las agujas del reloj, es decir, Casa XII, Casa XI, Casa X, Casa IX, etc. hasta el Ascendente. Es también una invitación a meditar sobre este tema, con las lógicas limitaciones del desconocimiento del verdadero sentido de la Existencia, que en mi modesta opinión esta todavía muy lejos de la comprensión humana.

Una reflexión sobre lo que posiblemente sea el camino evolutivo de la persona humana, y para todos aquellos que crean que existe un Karma, que sería el que en definitiva gobernaría nuestra existencia presente, es pensar que lógicamente ese Karma viene indicado como ya se sabe en la Casa XII, como pruebas a pasar, sufrimiento, limitaciones, etc., y que esa Casa XII sería en realidad de donde parte nuestra futura existencia y cómo va preparándose ésta en las sucesivas Casas hasta llegar al nacimiento físico, Casa I o Ascendente. De este modo tenemos otra forma de entender nuestras circunstancias y nuestro lugar aquí en la tierra y lo que traemos ya adquirido de antemano de anteriores encarnaciones o como portadores de una herencia kármica.

De un modo parecido a como los astronautas deben ver la tierra desde un punto lejano del universo, y de modo supuesto se fueran acercando hasta ver el conteniente, luego el país, después la población, el barrio, la casa y hasta nuestra habitación, como con un gran zoom, de esa manera las 12 casas nos llevarían desde un punto cósmico o infinito hasta el microscópico lugar de nuestro nacimiento físico en todo un recorrido que va desde lo macrocósmico a lo microcósmico.

Si en la interpretación que usamos normalmente leemos la carta Astral empezando por nuestro Yo o personalidad, o Casa I, y seguimos por nuestra economía, hermanos, padres, hijos, pareja, etc., etc., en este modo de interpretar el Yo o Casa I sería el final del recorrido, y la consecuencia de todo un proceso iniciado en la Casa XII, y siguiéndolo sucesivamente. De algún modo la Casa XII y la Casa I están unidas por el Ascendente, y posiblemente eso sea la clave de que llegan a encontrarse para retomar un nuevo ciclo y otra vuelta a empezar, y de que nosotros y nuestro karma estamos unidos precisamente por esa línea del Ascendente, como unión simbólica del cielo y la tierra, y de que la interpretación tanto puede ser hacia un sentido como hacia otro.

Evolucionamos de la Casa I a la XII, pero de la Casa XII a la Casa I cumplimos un camino evolutivo, y hará falta ver qué hacemos con ese bagaje. Posiblemente, ahí radique el misterio de la voluntad y el libre albedrío. Es posible que en nuestro camino presente de la Casa I a la XII trascendimos lo que ya traemos o tenemos, aunque se haya ido simplificando el lenguaje haciéndolo cada vez más próximo o entendible. Por ejemplo: Si la Casa XI son los amigos, es posiblemente una traducción que simboliza a la humanidad entera y nuestra pertenencia a un grupo determinado en la inmensidad cósmica, a un plano físico donde poder desarrollarnos para cumplir nuestro destino presente. De este modo se podría dar esta interpretación a cada una de las 12 Casas:

Þ Casa XII: Sistema o galaxia. Leyes cósmicas que gobernarían nuestra evolución (como humanidad o en particular).

Þ Casa XI: Planeta Tierra, humanidad. Fraternidad, amor universal, inmersión en la colectividad humana.

Þ Casa X: Sociedad, época, momento histórico, destino a cumplir en la sociedad, profesión como servicio a la sociedad, lugar que ocupamos en ésta. Ayudas (padres espirituales, en polaridad a los padres humanos que serían la Casa IV).

Þ Casa IX: Conocimiento intuitivo, que ya llevamos adquirido, amplitud mental, comprensión de lo distinto, culturas diferentes, todo aquello que nos diferencia. Sabiduría alcanzada en vidas anteriores.

Þ Casa VIII: Alimento espiritual, energía, líbido, lo que nos conecta con el magnetismo de la tierra.

Þ Casa VII: La vibración que nos conecta a unos con otros por simpatía o magnetismo (socios, pareja), aquellos con quienes creamos un vínculo personal.

Þ Casa VI: En contraposición a la Casa XII, que sería la Ley Cósmica, la Casa VI serían las leyes humanas en forma de obligaciones, compromisos o servicios que debemos prestar, traducido en las labores cotidianas; sería nuestro micro-cosmos a semejanza del macro-cosmos universal, sería por tanto el pequeño karma también en forma de ciclos de los que formaría parte nuestro cuerpo físico (crecimiento, enfermedad, vejez).

Þ Casa V: Sentimientos. Si la Casa XI es el amor fraternal, la Casa V es el amor posesivo, las pasiones, manifestaciones artísticas como necesidad de comunicación de esos sentimientos.

Þ Casa IV: Acercándonos más microscópicamente a nuestro encuentro con nuestro Yo personal, la Casa IV son la familia (los padres) a través de la cual encarnamos, de la que heredamos físicamente unas cualidades físicas y psicológicas adecuadas a lo que tiene que ser nuestro devenir.

Þ Casa III: Nuestro entorno físico, aquello que nos rodea y nos impregna de lo que será nuestra propia cultura. Son nuestros hermanos como seres más cercanos o iguales a nosotros, en sentido simbólico. Relaciones cercanas. Información que se va recogiendo, medio en el que nos movemos.

Þ Casa II: Alimento físico, en contraposición al alimento vibracional o energético de la Casa VIII. Acumulación de recursos materiales como forma de asegurarnos nuestro alimento diario.

Þ Casa I: Nace el individuo, después de ir acumulando a través de las 12 Casas todo el bagaje necesario para desarrollarse como Ser.

Es interesante también analizarlo por polaridades o casas contrarias, es decir:

Þ Casa XII y Casa VI: Macro-cosmos y micro-cosmos, ciclos cósmicos y ciclos físicos a que está sujeto el ser humano.

Þ Casa XI y Casa V: Amor fraternal y amor posesivo.

Þ Casa X y Casa IV: Padres espirituales y padres físicos.

Þ Casa IX y Casa III: Conocimiento intuitivo y aprendizaje cultural.

Þ Casa VIII y Casa II: Energía espiritual y energía física. Forma de aprehender ambas energías.

Þ Casa VII y Casa I: Nuestras relaciones con los Otros como intercambio vibracional.

Posiblemente, las casas vacías de planetas son las áreas de la vida que debemos trabajar más, pues pueden estar vírgenes de experiencias, sean éstas positivas o negativas. Las experiencias ya vividas, pueden estar reflejadas por los planetas ubicados en las casas y los que deberíamos trasmutar en caso de que sean muy negativos por posición y aspectos. Por ejemplo, una casa IV muy negativa por planetas y aspectos, puede indicar que debemos tener una gran capacidad de comprensión en las personas de nuestros padres y trascender todas las experiencias negativas que puedan haber con ellos, sin llegar a esclavizarnos por problemas personales que pudiéramos tener con cada uno de los padres, ni arrastrar esos problemas como algo inevitable, al mismo tiempo de pensar que lo importante son las cualidades que hemos heredado de ellos, independientemente de las relaciones personales que pudiéramos tener con cada uno. Todo ello nos podría independizar de la relación personal, en caso de que fuera negativa. O bien, malos aspectos en la Casa II nos debería hacer entender dar un sentido menos materialista a nuestra existencia actual y enfocarlo a la búsqueda de otros valores, para así eludir esa forma problemática de la carta astral, porque arrastramos experiencias negativas en ese sentido.

Los planetas ubicados en la Casa XII serían la clave de la interpretación, lo que marcaría el resto de las Casas, convirtiéndose así en la principal Casa del horóscopo, algo así como el fondo psicoanalítico al que se llega, pero en este caso desde el cual se partiría. Con buenos aspectos, se facilitaría la transmutación de ese factor kármico de Casa XII o se tendría la fuerza para ello, punto éste muy importante, y con malos aspectos nos vemos inevitablemente expuestos a pagar por ello, con dificultades en forma de enemigos ocultos, limitaciones físicas o mentales, reclusiones, etc., todo lo cual se reflejaría en nuestro comportamiento con el resto de las Casas o áreas de la vida.

Con el Sol en Casa XII partiríamos posiblemente con problemas de ego herido, de necesidad de reconocimiento, de auto-estima, siendo la base principal a solucionar en el terreno personal, para que como digo no interfiera en el resto de las casas a lo largo de nuestra existencia. Problemas derivados de la relación con el padre o por la personalidad del padre.

Luna en Casa XII, necesidad de solucionar problemas de ámbito afectivo-familiar o concretamente con la madre. Gran necesidad de recibir ese afecto, lo que puede constreñir nuestras relaciones afectivas en general.

Mercurio en Casa XII indicaría necesidad de reconocimiento de las capacidades intelectuales, de poner a prueba la inteligencia, de superar ese aspecto de la personalidad.

Venus en Casa XII en horóscopos masculinos, solucionar posibles miedos o dificultades de relación y comunicación con las mujeres (por eso Venus en XII da relaciones ocultas lo que ya de por sí indica alguna anormalidad), y de disfrutar de lo agradable y bello de la vida.

Marte en Casa XII en horóscopos femeninos, nos alerta sobre las relaciones con los hombres, no ser víctimas de circunstancias anormales, así como también transmutar nuestra ambición o acciones impulsivas y erróneas.

Júpiter en Casa XII puede habernos dado tendencia a excesos, permisividad, proteccionismo, que ahora necesitaríamos adquirir como un salvavidas, como una necesidad interior.

Saturno en Casa XII nos habría dado un aporte de exigencia excesiva, dureza, frialdad, exigencia con uno mismo que se traduce generalmente en sentido de culpabilidad. Este último punto sería lo que se debería superar, concediéndonos a nosotros mismos una mayor permisividad y relajación.

Urano en Casa XII, la necesidad de huir de lo normal y establecido, de ir contra-corriente, que puede transmutarse dando un sentido original y personal a nuestros pensamientos y acciones.

Neptuno en Casa XII, nos facilitará la comunicación con otros planos de vibración, nos concederá la intuición, si logramos no caer en una mística falsa, o ser víctimas de creencias que anulen la voluntad.

Plutón en Casa XII sería la necesidad de controlar y dirigir la fuerza interna, poderosa en este caso, y que, como con todos los planetas en Casa XII influiría poderosamente sobre el comportamiento y las experiencias consiguientes en el resto de las Casas.

Como digo en un principio, este escrito es una invitación a reflexionar sobre este tema, ya de por sí suficientemente importante, e intentar un análisis desde esta perspectiva.

Por: Dra.PhD en Astrología Irma Latorre G.

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Comentario por silvi melfi el julio 7, 2010 a las 12:59pm
ME INTERESÓ MUCHO ESTE ANÁLISIS...ME GUSTARÍA SABER UN POCO MÁS ME PODES PASAR PARA VER DE DÓNDE..PUEDO ORIENTARME...UN TEXTO,O UNA PÁGINA WEB.....MUCHAS GRACIAS....

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