Nuestro temor mas profundo no es que seamos insuficientes. Nuestro temor más grande es que somos poderosos más allá de lo que nos podemos imaginar. Es nuestra luz y no nuestra obscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: "¿Quien soy yo para ser brillante, bien parecido, talentoso y fabuloso?". En realidad ¿Quien eres, para no ser todo aquello?. Eres un hijo de Dios. Al mundo no le sirve que tú te sientas pequeño. No tiene nada de iluminado el encogerse, para que los demás no se sientan inseguros cuando están cerca tuyo. A cada uno de nosotros nos dieron el objetivo de brillar igual que lo hacen los niños. Nacimos para hacer manifiesta la gloria de Dios que yace en nosotros. No está simplemente en algunos de nosotros. ¡Está en todos!.
Y conforme permitamos que brille nuestra propia luz, inconscientemente les damos permiso a las demás personas para que hagan lo mismo.
¡AL LIBERARNOS DE NUESTRO PROPIO TEMOR, NUESTRA PRESENCIA AUTOMÁTICAMENTE LIBERA A LOS DEMÁS!!"
Nelson Mandela; Discurso Toma de Posesión de la Presidencia de Sudáfrica, 1994
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