La gran importancia que se le asigna a los nodos lunares como puntos
hipersensibles en Astrología, se debe en principio a la jerarquía que
desde siempre se le dispensó a la Luna.
Para aportar soluciones más profundas en las interpretaciones que
realizan los astrólogos, en algunos casos es importante trabajar con
los Nodos Lunares. Hoy por hoy se suele aceptar que los nodos de la
Luna representan la clave para la comprensión de nuestra vida presente
como parte de un hilo continuo. Hay astrólogos que creen que los nodos
tienen incluso más importancia que el resto de la carta astral. El
conocimiento de las posiciones solar, lunar y nodal puede revelarle a
un experto cualificado toda la vida de un individuo.
De alguna manera el estudio del Nodo Sur y Nodo Norte pueden dar
indicio del tipo de vida que una persona puede estar viviendo en el
presente, mientras que el resto de la carta puede añadir una
información adicional sobre cómo se va a hacer el trayecto. Los nodos
representan las relaciones de causa y efecto mediante las cuales uno
dirige su vida. Marcan la diferencia entre la astrología mundana y la
espiritual.
Aquí encontramos nuestras primeras claves sobre por qué se manifiesta
como lo hace en el resto de la carta astral. La personalidad y la vida
del individuo tienen significado menor si no se toman en cuenta este
portal kármico como otros (posición de Saturno "el maestro", Júpiter
"el karma benévolo", la casa XII, etc. El tomar en cuenta los Portales
Kármicos es trabajar en un contexto mucho más amplio. Si por el
contrario el tema natal de una persona se estudia sin tener en cuenta
el eje Nodal, nos estaremos privando del nexo que permite iinterpretar
la vida como un etrno fluir hacia arriba, como una constante búsqueda
de la perfección absoluta.
Los nodos sitúan al individuo en la escalera que asciende al cielo, en
la medida en que definen las lecciones kármicas que él ha elegido
aprender durante esta vida. En consecuencia, sus juicios y
tribulaciones empiezan a tener un nuevo significado cuando se les
considera como capítulos relacionados entre sí, dentro de la historia
del crecimiento continuo de su alma.
La persona ya no queda aparte del mundo sino que, al contrario, forma
una parte importante dentro de la evolución del mundo. Todo lo que
piensa y hace es, en último término, una contribución kármica al
mejoramiento de su alma, la cual - una vez alcanzado su nirvana
definitivo - representa un progreso en el mundo que ha ayudado a crear.
Se puede denominar a los nodos, como puntos del magnetismo del alma,
uno de los cuales arrastra hacia el futuro, mientras que el otro
procede del pasado. Nuestro paso por los distintos estadios de la vida,
está profusamente señalizado para no equivocar el camno, por la
ubicación de los nodos. El proceso al que llamamos vida consiste en
armonizar ambos de manera feliz para el individuo, puesto que su
encarnación presente es un símbolo de su transición del pasado al
futuro. El hombre actual es el resultado de la edimentación de miles de
años de experiencia. En cada una de sus encarnaaciones sumó errores y
aciertos y fue conformando un perfil psicológico que lo obliga a
interpretar un determinado papel, apoyado cada vez más en atavismos
profundamente enraizados ue le facilitan enormemente las cosas para
tropezarse con la misma piedra.
Si repasamos la astrología hindú, les atribuye caractrísticas de
verdaderos cuerpos planetarios...Considerados como componentes
adicionales del sistema y los designa con los nombres de Rahú y Ketú.
La prioridad de un nodo sobre otro no es una constante. Hasta que el
nodo sur no haya alcanzado su más alto nivel posible, el individuo
encontrará menor recompensa en el nodo norte de lo que espera. Como el
nodo sur representa una culminación de características del
comportamiento durante muchas vidas, sólo consiguiendo una progresiva
evolución de tal comportamiento estará preparado el individuo para
beneficiarse de su nodo norte. En caso contrario, su aproximación al
nodo norte sería negativa. Pero si se esfuerza por superar las formas
en que su nodo sur lo está limitando, entonces encontrará una guía
divina en las sorprendentes bendiciones que le ofrece su nodo norte.
El Nodo Sur
Es el representativo de la suma de experiencias acumuladas por un ser a
lo largo de varias encarnaciones, simboliza el pasado del hombre. No se
trata del simbolismo de una encarnación pasada, sino de una combinación
de acontecimientos, ideas, actitudes y pensamientos procedentes de cada
encarnación, cuyos efectos acumulados no resueltos han creado la vida
actual.
El nodo Sur introduce en la Carta todo un patrón kármico, que configura
una clave para nuestra evolución. En la misma medida en que sepamos
dispensar adecuadao tratamiento a la información que se nos brinda, por
su ubicación en Casa y Signo, podremos apoyarnos enel pasado con el fin
de edificar el presente y planificar el futuro.
Los modelos de comportamiento más profundamente arraigados se
encuentran aquí en el punto del cenit del trabajo de siglos y milenios
del hombre sobre sí mismo. En la vida actual puede hacer bien poca cosa
para alterar el equilibrio alcanzado después de tantos años de
entrenamiento y costumbres adquiridas. Por esta razón, el hombre
muestra la tendencia de permanecer en su nodo sur, como en una especie
de cómodo pasado con el que se siente bastante familiarizado. La casa
que se construye en esta vida descansa únicamente sobre las bases que
él mismo creara con anterioridad.
Hay Astrólogos que consideran que, el nodo sur puede ser limitativo,
mientras que para otros cuyos fundamentos pasados son firmes y amplios,
puede ser el factor capaz de conseguir que la vida actual alcance unos
logros máximos.
Cuando se entra a iniciar una nueva vida, las posibilidades de tal
situación se verán aumentadas o disminuidas por todo lo que haya
pensado, dicho y hecho durante todo el tiempo anterior. La ficha
kármica del tiempo pasado configura los escalones concretos sobre los
que el hombre se eleva con paso firme, o sobre los que desciende con
pies inseguros.
Más allá de los caminos que hayamos seguido, el curso de este nodo sur
nos deja abiertos al residuo kármico que llega hacia nosotros
procedente del pasado. Miramos constantemente hacia el futuro y rara
vez nos detenemos para examinar los efectos de todo aquello que hemos
creado, hasta que tales efectos surgen delante de nosotros,
obstaculizando nuestro camino. Las huellas que hemos dejado siguen ahí,
simbolizando los hábitos de vidas enteras, de modo que indican el
camino de menor resistencia probable. De hecho, los aspectos más
negativos de un individuo son aquellos que él ha permitido que
siguieran fermentando en su alma durante milenios. El trata de
recomponer los fragmentos de su pasado profundamente enraizado con la
esperanza de que configurará los bloques sobre los que podrá basar su
futuro.
Podemos observar que la curiosidad del hombre, que es precisamente uno
de sus valores más formidables, puede convertirse también en su mayor
enemigo, ya que, a medida que los pequeños fogonazos de su nodo sur
llegan a su mente consciente, su propia curiosidad insaciable le obliga
a volverse hacia atrás y retroceder para buscar más cosas. Para
entender su pasado busca algo más que una simple comprensión
intelectual. Al desear experimentarlo intuitivamente, relacionarse
emocionalmente con él, tocar y percibir la realidad de su pasado, el
hombre lo convierte inadvertidamente en la realidad de su presente.
En estos casos, inocentemente, se ha introducido en los brazos de una
zona regida por otro tiempo, el de su pasado del que tiene que
alejarse,extrayendo siempre de él información, pero jamás regreando a
él, a no ser que hayan fuertes conjunciones planetarias que así lo
aconsejen.
El Nodo Norte, nuestro destino y misión en esta vida.
Independientemente de nuestra concepción o idea de los que representa
la reencarnación, de si ésta es una asignación ,siempre representará un
factor de esfuerzo. Es el símbolo del futuro, representa la misión de
esta vida, en la medida que lo valoremos en su magnitud real por casa,
signo y aspectos, estaremos en condiciones de llevar una vida plena.
Representa una nueva experiencia que aún no ha sido intentada. Para el
individuo, eso significa el nuevo ciclo que él ha estado buscando. Al
llevar consigo todas las aprensiones de lo desconocido y enfrentándose
a experiencias nuevas, esta posición nodal aporta una curiosa atracción
magnética que empuja a las almas hacia su crecimiento futuro.
Hay providencia divina en el hecho de intentar algo nuevo, y en tal
caso el individuo recibe una gran ayuda por sus esfuerzos. En los
niveles más profundos de su ser, él percibe un sentido de dirección. El
propósito de su vida le impulsa a pesar de todos los obstáculos. De
hecho, esta posición nodal es como un cuerno de la abundancia lleno de
tesoros, capaz de ofrecer un beneficio tras otro a medida que cada
obstáculo se convierte en un peldaño que simboliza el crecimiento
futuro.
Simboliza igualmente la máxima área de expresión que se puede alcanzar
en la vida actual y, en consecuencia, se debe interpretar de la mano de
las más altas cualidades del signo y la casa en la que está situado. Al
principio, las nuevas experiencias parecen solitarias, cuando el
individuo todavía está inseguro de sus pasos. Pero no tarda en darse
cuenta de que, para que las pruebas de valor a las que se somete tengan
algún significado, debe afrontarlas solo en lo más profundo de su ser,
allí donde cada nueva aventura que afronta le encuentra desplegando el
carácter singular de su propia y única experiencia. La novedad de todo
ello crea una fascinación peculiar para el individuo.
El ve siempre ante sí dicha fascinación como la piedra angular del gran
estímulo, pero cada vez que ha intentado tocarla, se da cuenta de que
surgen nuevas y elevadas posibilidades, lo que le exige dar nuevos
pasos, hacia adelante, someterse a mayores pruebas, experimentando un
mayor deseo de continuar adelante. Pero el hombre no puede alcanzar su
nodo norte hasta que aprenda a desprenderse de su pasado, ya que este
pasado representa los grilletes de su prisión kármica. El nuevo ciclo
del nodo norte presenta así un nuevo problema que no ha sido afrontado
todavía. Es el descontento del hombre con la forma antigua y decadente
de su pasado, junto con el gran deseo que siente por descubrir y
explorar su más elevado potencial en el futuro.
Por cada paso que da, empieza a sentirse cada vez mejor consigo mismo.
Su vida adquiere un nuevo significado a medida que experimenta
posibilidades que hasta entonces ni siquiera había considerado. Pero el
hombre no alcanza su nodo norte hasta no haber viajado previamente a
los más elevados niveles kármicos de su nodo sur. Debe aprender a
abandonar los hábitos negativos y los recuerdos que ya no sirven para
un propósito útil en su vida. Debe estar dispuesto a caminar por
senderos jamás hollados antes por él.
La característica más extraordinaria del nodo norte es que, por mucho
que el hombre avance en él, siempre queda mucho más por alcanzar, ya
que representa la espiral que se eleva permanentemente hacia la Energía
Superior.
Imagen con Licencia Creative Commons. Autor Lady Amada
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