LO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR EN UNA CARTA ELECTIVA
Elegir el mejor momento para actuar, para emprender nuestros planes, desde antaño ha ocupado el interés de los maestros de la Astrología. Escribe John Frawley al respecto: “La astrología eleccional podría describirse muy bien en términos políticos: es el arte de lo posible. Lo que no es posible, no puede hacerse, por mucha atención que el astrologo dedique a su cálculo. Cualquier acción que yo quiera emprender reúne dos tipos de cosas: mi potencial y la realidad de la situación; solo podré conseguir algo en la medida que ambos sean compatibles. La astrología eleccional trata de reunir estos dos grupos de cosas del modo más productivo”.
Aceptando que no es posible, por más que lo queramos, obtener el momento ideal (la elección perfecta) en su extrema complejidad y exigencia, si podemos actuar para obtener un resultado que nos sea de sustancial beneficio.
El punto central, de una buena elección, es revisar con extrema diligencia la carta natal de la persona para la cual preparamos la carta electiva, pues sin lo anterior es imposible obtener algo de calidad y utilidad. En lo anterior radica el error común, de creer que una carta electiva puede obviar por completo el destino fijado para esa persona desde su nacimiento. John Dee, uno de los más grandes sabios de todos los tiempos, nos legó la carta electiva que levantó para la coronación de Isabel I como reina de Inglaterra en 1559, y sin descuidar en absoluto apoyarse en la carta de nacimiento de la reina.
Si su deseo es observar cómo funciona lo anterior en la vida real, lo quiero invitar a seguir los detalles de mi artículo titulado “Electiva Viaje a Bogotá”, donde podrá apropiarse de la manera como elegí la mejor carta electiva que me permitió sortear con éxito mi visita a tan especial ciudad. Por favor ingrese en el blog de mi página web: www.ceprinas.com
Giovanny
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