Sabios de todos los tiempos han mantenido el saber oculto a los ojos de los que no estaban preparados para ver. Siempre ha sido así, y así siempre debe ser, pues como reza aquel conocido dicho Zen: “Cuando el discípulo está preparado, aparece el Maestro”.
El ocultismo es sano en sí mismo, pues siempre ha permitido conservar las grandes enseñanzas a través del simbolismo, evitando ser destruído por Inquisiciones y todo tipo de censuras…
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