EL SIMBOLISMO ASTRAL DE LA NAVIDAD

[Ana María Duce Sánchez]

EL SIMBOLISMO ASTRAL DE LA NAVIDAD

 

 

                        INTRODUCCION

 

            La Era de Piscis, se estrenó en Oriente Próximo, con la encarnación divina de Cristo. Actualmente, agonizando dicha Era, la civilización y todo cuanto culturalmente le dio vida, sufre de estertores así mismo. Así  la Iglesia cristiana, católica, apostólica y romana celebra la Navidad rememorando sus dogmas litúrgicos anuales, de cuya "revelación" sólo va quedando la cáscara hueca, cuyas formas van siendo reducidas a festividades, y no queda más que una liturgia exotérica, al igual que pasa con todas las religiones actuales, culturas y filosofía

            Sin duda, La NAVIDAD que se celebra al acabar el Solsticio de Invierno, es una celebración tan antigua como el hombre mismo, desde que contempló las estrellas, y le enseñaron  “los dioses” el conocimiento sobre ellas. Por tanto, en estas Fiestas se celebran tanto los grandes MISTERIOS COSMICOS (La Puerta de Capricornio en el Solsticio de Invierno, por donde encarnan las encarnaciones divinas); como los MISTERIOS MENORES (La Puerta del opuesto y complementario Signo de Cáncer, abriendo la Puerta del Solsticio de  Verano, y las encarnaciones humanas, por lo que tratan sobre la naturaleza del Hombre (viceversa en los dos Hemisferios: Norte y Sur). Con el Solsticio de Invierno el 24 de diciembre en el Hemisferio Norte, -festejado por toda la Cristiandad excepto la iglesia ortodoxa-  La Iglesia cristiana celebra previamente el Tiempo de Adviento, con la Esperanza del Nacimiento del Mesías (La Pascua), que proseguirá hasta su Muerte y Resurrección  con la primera Luna Llena tras el Equinoccio de Primavera, y terminará con la Ascensión del "Cuerpo Glorioso" en el Solsticio de Verano. Sus representaciones simbólicas son pues las Cuatro Estaciones, cuyos símbolos se adentran en los misterios del Zodíaco.

            En la Navidad convergen míticamente junto al Nacimiento de Christo, los mismos símbolos que en los demás Avataras Bhudhisâtvicos: las Profecías de su Advenimiento,  el Angel anunciador, el Misterio de la Encarnación, la Virgen-Esposa-Madre, el Nacimiento en la Cueva, los prodigios desde el Nacimiento, la Estrella, la Adoración de los Pastores y pastorcillos, los Reyes Magos, la Huída (en este caso a Egipto),  la Matanza de los Inocentes,  la Sabiduría en la Niñez, la renunciación al Mundo y a sus glorias banales, las Tentaciones o visita a los Infiernos, la Transfiguración, la Doctrina moral, la Muerte, la Resurrección y Ascensión a los Cielos.        

Pensemos que los vientos de la Historia arrastran una misma energía civilizatoria a los pueblos bajo la égida cíclica de las Eras, y no podemos olvidar que los arquetipos de la Era que entonces nacía, ahora están muriendo; por tanto, no podemos juzgar el origen de la misma,  con nuestras creencias actuales las cuales se hallan desmembradas en supersticiosos retazos de los restos de aquélla, mezclándose a su vez con una indefinición de los arquetipos nuevos que están naciendo. Al principiar la Era de Piscis, también convivían las costumbres degeneradas del arquetipo de Aries, con la incipiente Era de Piscis que nacía, por consiguiente, coincidían las celebraciones de todos los cultos de diferentes religiones que pululaban en el Mediterráneo en la naciente Era, siendo el marco  ecléctico del Imperio Romano, el cual era el portador de la égida de Neptuno, el Emperador de los Mares, con su Tridente gobernando el Imperio Mediterráneo, junto con el Tridente Rayo de Júpiter, Regente por antonomasia  de Europa, a dónde llegaría la Doctrina a sentar su Imperio ideológico cristiano desde el Oriente Próximo.