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ELIGIENDO ACOMPAÑAR A MADRE TIERRA

Hay otra más, otra herramienta valiosa, práctica y eficaz: escuchar y observar el Planeta, ver cómo se manifiesta, como crea y destruye, qué ciclos tiene, cómo se comporta; ¿que tiene encima de él?: agua, tierra, fuego y aire, ¿y en su combinación?: los seres que lo poblamos. ¿Quién ha hecho ya el estudio del comportamiento de estos elementos y su interrelación?

Entre otros, los hombres santos y sabios de Oriente. Ellos vieron, como el viento hacía de altas montañas, profundos valles; a los manantiales nacientes, caminar con firmeza, rellenando huecos y cavidades y fluir interminablemente, siendo nada y haciendo todo; a la tierra acoger simiente y contra piedras y huracanes, diluvios y fuego, dar flor y fruto y ser otra vez semilla silente y al fuego, llegar, estar, pasar e irse. Al trueno, tronar y adherir, serena y suavemente, en el abismo de lo abismal. Los hombres sabios siguieron, desde el principio y hasta sus últimas consecuencias, todos los fenómenos de la naturaleza …, exterior y,

no contentos con ello, después se dedicaron a seguir desde el comienzo y hasta sus últimas manifestaciones, todos los fenómenos de nuestra naturaleza …, interior: anhelos, dudas, certezas, penas, alegrías, castigos y recompensas, gracia y humildad, cautela, amparo, resignación, equilibrio, fe, bondad, entereza, capacidad, buen hacer, sabiduría, justa medida, fortaleza, discernimiento, nobleza, creación y acogimiento, dificultades y estupidez, unión y reunión, precaución, avance y retirada y así, contemplada toda la obra del acontecer humano.

Aliaron una y otra observación: fenómenos exteriores y fenómenos interiores y arribaron a la comprensión del destino, medido en tiempo inasible a nuestro entendimiento y sin embargo datado, concreto y certero, círculo y rueda, acontecer, repetición y nuevo comienzo: I,Ching, regalo de la sabiduría de tantos santos maestros y sabios gobernantes de hombres.

En 64 exagramas , capaz de recoger la gran parte de la manifestación material que existe en el Planeta, advertir cómo se va a comportar una y otra y, dilucidar “lo mejor de lo mejor”, para resolver con bien, (bien de excelencia), la situación dada.

Los 64 hexagramas del I,Ching.

“Las Mutaciones son un libro

del cual no debe uno mantenerse apartado.

Su sentido es siempre cambiante;

modificación, movimiento sin descanso

que fluyendo atraviesa los seis lugares vacíos;

ascienden y caen sin detenerse;

las firmes y las blandas se transmutan.

No se las puede encerrar en una regla;

es pura modificación lo que aquí actúa.

Ellas salen y entran conforme a medidas fijas.

Ya se encuentren afuera o adentro, enseñan cautela.

También señalan la preocupación y la pena, y sus causas.

Aún si no tienes un maestro, acércate a ellas como a tus padres.

Primero recoge las palabras,

medita sobre qué significan;

aparecerán entonces las reglas fijas.

Más si no eres el hombre adecuado,

no se te manifestará su sentido.”

Este pequeño “texto”, con forma de poema, está copiado literalmente del I,Ching, (el Libro de las Mutaciones), en donde queda clara la necesidad –para poder entender lo que dice-, de tener un mínimo de conocimiento y, como regla básica en él, el cambio constante, la mutación siempre presente.

Desde luego, hace falta cierta capacidad interior para comprenderlo pues, a menos que se haga concordar con el SENTIDO (el TAO), las respuestas que se obtengan, no tendrán ninguna apreciación significativa y aparecerán absurdas y vacías de contenido. (Es así, como se protege la sabiduría).

De otro modo, todo en su orden y lugar y advirtiendo la lectura desde la plena receptividad interior, (que en chino equivale a “veracidad”) - y esto es parte imprescindible y muy relevante-, aparecerán las situaciones consteladas, desplegadas, explicadas y especificadas hasta en sus mínimos detalles, enfatizando las realmente trascendente y acotando peligros y acaeceres, aconsejando actuaciones y advirtiendo posibles y posibilidades, y al mismo tiempo que despeja dudas, echando –sin ningún tiempo de miramientos “ni pasivos, ni negativos”-, a parásitos indeseables que estorban, impiden y obstaculizan el libre, bueno, bello y bondadoso acontecer del ser humano.