En las aguas Piscianas, lugar de ensoñación que conduce al retraimiento y a la introspección, evoca epopeyas y batallas libradas en sus mansiones. Así en esta vibración se encontraba Neptuno saboreando el néctar y la esencia de su hogar, dejándose bañar y acariciar por su vaivén. Su mente volaba a espacios intangibles pero llenos de toda clase de movimiento, así danzaba el rey de las aguas el poderoso Poseidón.
Mientras por la orilla se paseaba orondo con la cabeza en alto, con porte y elegancia de los dioses, Mercurio, pavoneándose y transmitiendo esa sensación de saberlo todo, pero sus ojos están como idos en el tiempo porque su mente como alas de colibrí revoloteaba incansable, obstinada y variable como veleta al viento.
Estaba de visita en tierras de gloria, se sentía como en casa, grande, inmenso, seguro. Y así se paseaba el adonis del Olimpo sin mas preocupación que su inquietud.
No iba a pasar mucho tiempo sin que inadvertidamente contemplara el turquesa de las aguas hasta que inevitablemente su mirada se posara en la corona del Rey, sus ojos se fijaron en los suyos y como túnel del tiempo lo absorbiera y su mente que otrora estaba descarriada se vio navegando por las ensenadas y las corrientes piscianas donde Neptuno tiene su reino.
Algo los une, se comunican sin hablar, vibración pura, corrientes de pensamiento e ideas que se cruzan, ambos tienen mucho que darse, para Mercurio ese nuevo estado de pensamiento esas ideas subliminadas al Ser no pasarán desapercibidas, les sacara el mayor provecho, mientras que Neptuno pocas veces tiene la oportunidad de respirar otros aires y vibrar con el olor a tierra que brota. Nunca se ha preocupado por esos detalles y no sale de su asombro al ver tanta y tan prolijas ideas que brotan de su nuevo contacto.
Así pasaron los días absorbiendo la esencia de sus naturalezas y ambos sintieron que no están solos, pero todo tiene su tiempo y momento y a ellos poco a poco se les acaba, y tras una despedida sin palabras sus miradas aun fijas en el otro se comunican y concertan una nueva cita. Otro momento en que las aguas Piscianas se derramen sobre la tierra de Virgo.
PD: Esto lo escribí el 19-08-2014 con la Oposición Mercurio-Neptuno y hoy se dieron cita de nuevo remembrando momentos pasados y vividos, somos Ciclos.
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