CÓMO CONDUCIR SUEÑOS LÚCIDOS: MERCURIO, VENUS Y MARTE (astrología medieval)

[Adela Ferrer]

Se aconseja meditar o guiar un ensueño a la hora en la que Mercurio se asoma por el horizonte, o se halla en la Casa IX, o siendo regente de la Casa IX está en aspecto con el regente del Ascendente; se tienen en esas horas visiones de jóvenes apuestos, buenos conversadores e inteligentes, aposentos decorados con lujo, cartas, libros muy buscados por el sujeto, documentos de todo tipo y también de los alimentos que convienen a la persona.

 

Estos ensueños nos pueden orientar para resolver inquietudes y agilizar trámites, simbolizan realizaciones de deseos, son sueños que nos abren caminos, sueños de trayectoria, ese trata de esas imágenes que necesitamos de vez en cuando para "encontrar".

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Si programamos una meditación para la hora en la que Venus ascienda, o se halle en la Casa IX, o además de ser regente de la Casa IX esté en aspecto con el regente del Ascendente, podremos visualizar al amado/a, disfrutar de visiones en las que encontremos la inspiración artística, y soñar con todo tipo de juegos, música y diversiones relajantes.

Las visiones en estas horas suelen caracterizarse porque los colores predominantes son el rojo y el blanco.

 

Es evidente el significado de estas visiones, son sueños que simbolizan el amor realizado y disfrutado; denotan un acomodamiento en el placer y en el bienestar. La simbología onírica de los colores es muy clara: el rojo es la pasión y el blanco el relax, la paz sensual y sabrosa que nos queda después de disfrutar de la pasión.

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Si entramos en estado de vigilia en el momento en el que Marte esté apareciendo por el Este, o se halle en la casa IX, o siendo el regente de la Casa IX forme aspecto con el regente del Ascendente, es más fácil que visualicemos una situación violenta, alguna batalla -y, aunque pueda resultar poco agradable, quizá a través de ella aprendamos a enfrentarnos con valor a un competidor-, puede que veamos militares, quizá se nos aparezca la imagen del ladrón que nos robó.

 

Probablemente, la situación violenta que se manifiesta en los sueños corresponda a nuestra propia violencia interior, que se ha hecho patente por la influencia del planeta rojo, el planeta de la guerra... y no sería mala idea trabajar esta visión partiendo de la idea de que el enemigo puede ser tanto una situación conflictiva como uno mismo.

Si en el sueño es uno mismo el atacante, conviene analizar mejor el asunto, aclarar bien quién o cuál es el objeto golpeado y tratar de resolverlo, porque esos sueños no generan satisfacción, son un aviso de que algo no anda bien en el inconsciente.

 

[Adela Ferrer]

Hola, Darwin: espero que te sea de utilidad, el saber astrológico nos abre las puertas del crecimiento y la sanación, del verdadero conocimiento.

[Darwin Ferrera Pinto]

Muy interesante esta informacion Adela. Gracias.

[Adela Ferrer]

Hola, Maria José y Manel: En el siglo X no había Psicología, hoy en día la Astrología es una disciplina sumamente útil para el psicólogo y ésa es la intención de estas entradillas de blogs acerca de la interpretación medieval de los sueños.
Hoy por hoy no nos interesa tanto acudir al astrólogo con la pregunta: "¿Qué es lo que vi en mi sueño?", sino que hoy en día el paciente es quien -con la ayuda del terapeuta- analiza su propio sueño.
Mi propuesta es la de mostrar un sistema, una herramienta viva y válida para que en el siglo XXI, mil años más tarde, el psicólogo, el psicoastrólogo, o uno mismo pueda escoger el mejor momento -hora del día- en el que ponerse a meditar, a hacer una sesión de visualización guiada o comenzar una terapia con un propósito definido (sabiendo el mínimo de astrología que nos permita adjudicar la demanda terapéutica a uno de los 7 planetas clásicos).
Yo no soy psicóloga, os agradezco a ambos la sinceridad y confianza de hacer públicas vuestras ensoñaciones, experiencias, y mundo interior tan íntimo, y os pido me excuséis de hacer vanas elucubraciones acerca del significado profundo de lo que tan amablemente habéis expuesto.
Un fuerte abrazo

Adela Ferrer