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 Los Peligros del “McMindfulness”.

(Publicado por "meditaciónmadrid").

       Este trabajo, está publicado desde principios de Julio y lo adjunté como respuesta a nuestro compañero Francisco Castizo, en mi blog 

https://astrologosdelmundo.ning.com/profiles/blogs/nuevas-visiones-...

       Yo lo siento-percibo-presiento-, como una especie de advertencia de lo que está "por venir"..., de "la que nos va a caer"..., de "lo que se nos viene encima"... Las intuiciones y vislumbres que he tenido durante los últimos dos o tres años, van todas hacia esta dirección, -no sé si sería mejor decir "vienen todas desde esta dirección"-, y en todas se me ha planteado-plantado delante, la misma disyuntiva: "Esto..., cuando estemos metidos en el meollo de la cuestión, no va a haber quien vea nada de nada...". 

       Tengo mucha prevención con ello. Practico algunas técnicas -antiguas..., aunque para mí eran nuevas en su momento-; aprendo contínuamente sobre luz, energía, composición del Universo, configuración del planeta, movimientos energéticos, incidencia de la energía en nosotr@s, patrones de comportamiento, materializaciones de todas clases: humanas y divinas (hasta donde me dejan y mi entendimiento puede...), árboles, plantas, animales, minerales...; participo en nuevas propuestas familiares, sociales y también algunas universales, rezo -casi contínuamente-, en tres ó cuatro religiones diferentes, -a parte de la mía-y por fin, me escucho consciente y concienzudamente, pues es parte de mi trabajo, para poder escuchar y percibir a los demás. Todo este "rollo", para insistir: tengo mucha prevención con las nuevas técnicas y los "nuevos poderes" que estamos adquiriendo y lo que vamos, exactamente lo que vamos..., a hacer con ellos. 

       Vuelvo a copiar el trabajo que han publicado en "meditaciónmadrid", esta vez como propuesta única para reflexionar, meditar y dilucidar: (las fotos del artículo, las he puesto yo).

  Es un artículo del Huffington Post acerca de la meditación mindfulness y sus raíces en el budismo.

        El artículo trata principalmente de la moda del mindfulness que está actualmente en su cénit en Estados Unidos. Allí, la meditación mindfulness se ha hecho un hueco en prácticamente todos los aspectos de la vida social, como mencionan los autores al principio del artículo. En el mundo laboral español estamos todavía inmersos en la anterior moda americana, el coaching. Hoy por hoy, todo el mundo hace coaching de todos tipos y colores. Si las cosas siguen su curso normal, es probable que la moda del mindfulness se instale dentro de poco en nuestro mundillo, y creo que es importante difundir mensajes de aviso como el que realizan los autores en este artículo.

        Está escrito por Ron Purser y David Loy y lo he intentado traducir de la forma más fidedigna posible. He intentado respetar las cursivas originales aunque he introducido alguna negrita simplemente por facilitar la lectura de un artículo que es bastante más largo de los que publico aquí.  Los autores son tremendamente claros (brutalmente honestos en algunos puntos), y mi intención es simplemente difundir sus ideas a la gente que no controle el inglés. Aquellos que quieran conocer el original, lo tienen accesible en este enlace.

       Por último, si consideras que el artículo es útil, te animo a que lo difundas entre otros practicantes y/o profesionales de meditación. Intentemos que, cuando llegue a España, nos llegue el mindfulness verdadero en lugar del McMindfulness.

       Una vez dicho todo esto, os dejo con el articulo de Purser y Loy, que titulan en el original “Beyond Mc Mindfulness“.

Más Allá del McMindfulness, por Ron Purser y David Loy

       De repente, la meditación mindfulness se ha convertido en un fenómeno de masas, abriéndose camino hacia escuelas, empresas, prisiones y agencias del gobiernos incluyendo el ejército americano. Millones de personas están recibiendo beneficios tangibles de su práctica de mindfulness: menos estrés, mejor concentración, quizá un poco más de empatía. No es necesario decir que esto es un gran avance que debe ser bienvenido, pero que tiene una sombra.

       La revolución del mindfulness parece ofrecer una panacea universal para resolver casi todas las áreas de las preocupaciones diarias. Libros recientes sobre el tema incluyen: Padres mindfulness, Comer (de forma) mindfulness, Política mindfulness, Terapia mindfulness, Liderazgo mindfulness, Una nación mindfulness, Recuperación mindfulness, El poder del aprendizaje mindfulness, El cerebro mindfulness, El camino del mindfulness a través de la depresión, El camino del mindfulness hacia la autocompasión. Casi diariamente, los medios citan estudios científicos que informan los numerosos beneficios para la salud de la meditación mindfulness y cómo una práctica sencilla puede producir cambios neurológicos en el cerebro.

       La popularidad creciente del movimiento mindfulness también se ha convertido en una lucrativa industria artesanal. Los consultores promueven la formación en mindfulness prometiendo que mejorará la eficiencia laboral, reducirán el absentismo e incrementarán las habilidades sociales cruciales para el éxito laboral. Algunos incluso afirman que la formación mindfulness pueden actuar como una “tecnología disruptiva”, reformando uncluso las compañías más disfuncionales en organizaciones más amables, compasivas y sostenibles. Hasta el momento, no obstante, no se han publicado estudios empíricos que sostengan dichas afirmaciones.

En sus esfuerzos de promoción, los partidarios de la formación mindfulness habitualmente incluyen en el prólogo que sus programas  están “inspirados en el budismo“. Hay un cierto caché a la hora de decir a los neófitos que el mindfulness es un legado del budismo, una tradición famosa por su antiguedad y sus métodos de meditación probados. Pero, al mismo tiempo, los consultores a menudo aseguran a sus patrocinadores corporativos que su particular marca de mindfulness ha retirado todos los lazos y afiliaciones con los orígenes budistas.

Desligar el mindfulness de su contexto ético y religioso del budismo es un movimiento comprensible para hacer dicha formación como un producto viable en el mercado. Pero la urgencia para secularizar y acomodar el mindfulness a una técnica de mercado puede llevar a una desafortunada desnaturalización de esta antigua práctica, cuyo objetivo es mucho más que aliviar una jaqueca, reducir la presión sanguínea o ayudar a los directivos a estar más centrados y ser más productivos.

       Generar una técnica más simplificada y secularizada (lo que algunos críticos empiezan a llamar “McMindfulness“) puede volverla más apetecible al mundo empresarial, pero esta descontextualización del mindfulness de su propósito original de liberación y transmisión de ética social tiene algo de “negocio fáustico“. En lugar de aplicar mindfulness como una forma de despertar a personas y organizaciones de las malsanas raíces de la avaricia, aversión y la ignorancia, habitualmente se moderniza hacia técnicas banales, terapéuticas y de auto-ayuda que en verdad refuerzan esas raíces.

       La mayor parte de las opiniones científicas y populares que circulan por los medios han retratado el mindfulness en términos de reducción de estrés y mejora de la atención. Los beneficios de estas habilidades son una herencia sine qua non del mindfulness y es su mayor atractivo para las empresas actuales. Pero el mindfulness, entendido y practicado dentro de la tradición budista, no es meramente una técnica éticamente neutra para reducir el estres y aumentar la concentración. En su lugar, el mindfulness es una cualidad distintiva de la atención que depende y se ve influida por muchos otros factores: la naturaleza de nuestros pensamientos, acciones y palabras, nuestra forma de ganarnos la vida y nuestros esfuerzos para evitar comportamientos poco saludables y desarrollar otros comportamientos que propicien acciones sabias, harmonía social y compasión.

       Los budistas diferencian entre el mindfulness correcto (samma sati) y mindfulness incorrecto (miccha sati). La distinción no es moral; la cuestión es si la calidad de la consciencia se caracteriza por tener las intenciones saludables y cualidades mentales positivas que lleven a la prosperidad y al bienestar a los demás y a uno mismo.

       De acuerdo con el Canon Pali (las primeras enseñanzas registradas del Buda), incluso una persona que cometa un crimen premeditado y cruel puede estar practicando mindfulness, el mindfulness incorrecto. Claramente, la atención “mindful” y la concentración de un terrorista, un francotirador o un criminal de guante blanco no es la misma cualidad de mindfulness que el Dalai Lama y otros adeptos del budismo han desarrollado. El Mindfulness Correcto está guiado por intenciones y motivaciones que se basan en la contención, estados mentales correctos y conductas éticas, objetivos que incluyen pero superan la reducción del estrés y el incremento de la concentración.

       Otro malentendido común es que la meditación mindfulness es un asunto privado e interno. A menudo se comercializa el mindfulness como un método para la autorrealización personal, como una forma de aplazar los problemas y tribulaciones del sofocante mundo laboral. Dicha orientación individualista y consumista hacia la práctica de mindfulness puede ser efectiva para la autoconservación y el desarrollo personal, pero es esencialmente inútil para mitigar las causas del sufrimiento colectivo y empresarial.

Cuando la práctica del mindfulness se paquetiza de esta forma, la interconexión de los motivos personales se pierde. Hay una disociación entre la transformación personal de cada uno y el tipo de transformación social y organizacional que tiene en cuenta las causas y condiciones del sufrimiento en un entorno más amplio. Esta colonización del mindfulness también tiene un efecto de instrumentalización, reorientando la práctica hacia las necesidades del mercado en lugar de una reflexión crítica de las causas de nuestro sufrimiento colectivo o “dukkha social“.

       El Buda enfatizó que sus enseñanzas trataban sobre la comprensión y cesación dedukkha (sufrimiento en el sentido más amplio). Así pues, ¿qué ocurre con el dukkha generado por cómo funcionan las instituciones?

       Muchos defensores del mundo empresarial argumentan que el cambio transformador comienza en uno mismo. Si la mente de cada uno pudiera estar más centrada y en paz, entonces la transformación social y empresarial vendría después. El problema con esta formulación es que las tres motivaciones que el budismo señala (avaricia, odio e ignorancia) hoy por hoy no están confinadas a las mentes individuales sino que se han institucionalizado en fuerzas más allá del control personal.

       Hasta el momento actual, el movimiento del mindfulness ha evitado cualquier consideración seria de por qué el estrés es tan generalizado en las modernas instituciones empresariales. En su lugar, las empresas se han subido a la moda del mindfulness porque desplaza, de manera muy conveniente, la carga de la responsabilidad al individuo: el estrés se encuadra dentro de un problema personal y el mindfulness se ofrece como la medicina correcta que ayuda al empleado a trabajar de manera más calmada y eficiente dentro de un entorno tóxico. Envuelto en un aura de cuidado y humanidad, el mindfulness se pone de moda como una válvula de escape, una manera de liberar la tensión, una técnica para afrontar y adaptarse al estrés del mundo laboral.

       El resultado es una versión atomizada y altamente privatizada de la práctica de mindfulness, que se ha confinado en lo que Jeremy Carrette y Richard King (en su libro “Vendiendo Espiritualidad; la conquista silenciosa de la religión“) describen como una orientación acomodaticia. La formación en Mindfulness resulta atractiva porque es un método de moda para suavizar el disconfort de los empleados, promoviendo una aceptación tácita del status quo y un instrumento para mantener la atención centrada en los objetivos empresariales.

       En muchos aspectos, la formación del mindfulness en las empresas (con su promesa de que empleados más calmados y menos estresados serán más productivos) tiene muchas similitudes con el movimiento, actualmente desacreditado, de las “relaciones humanas” , populares en las décadas de 1950 y 1960. Esos programas de formación fueron criticados por su uso manipulador de las técnicas de asesoramiento como las de “escucha activa”, establecidas como un método de pacificar a los empleados haciéndoles sentir que se oían sus preocupaciones aunque las condiciones laborales permanecían inalteradas. Esos métodos terminaron siendo conocidos como “Cow psychology”  porque las vacas (Cow en inglés) dóciles producen más leche.

       Bhikkhu Bodhi, un monje budista occidental ha advertido: “Ausentes de critica social aguda, las prácticas budistas pueden ser fácilmente utilizadas para justificar y estabilizar el estatus quo, convirtiéndose en un refuerzo del capitalismo consumista“. Desafortunadamente, un punto de vista del mindfulness más ético y socialmente responsable se percibe hoy como una preocupación secundaria, o como una politización innecesaria del viaje personal de auto-realización.

       Uno tiene la esperanza de que el movimiento del mindfulness no siga el camino habitual de la mayoría de modas empresariales – entusiasmo desenfrenado, aceptación sin crítica del status quo y desilusión final. Para convertirse en una fuerza genuina para la transformación positiva personal y social, debe reclamar un marco ético y aspirar a propósitos más nobles que tengan en cuenta el bienestar de todos los seres vivos.

       Otro artículo más, publicado en "The Economist" donde hace un repaso a las diferentes iniciativas relacionadas con el mindfulness que existen en el mundo empresarial y a la práctica como negocio en sí mismo y en donde se evidencia claramente, la situación y  la invasión en multitud de programas, asociaciones y aplicaciones por doquier. 

       Hay una clara advertencia que viene aplicada "en un antes",  desde la sociedad americana y sus empresas..., y que, como ha ocurrido en otras ocasiones..., ¡después nos va a tocar a nosotr@s!..., para no convertir la práctica de la meditación, en un instrumento más al servicio de nuestros "deseos" (conseguir dinero..., poder..., o vete tú a saber qué....), o de nuestras "aversiones" (para evitar lo incómodo o el estrés causado por un tipo de vida insano). 

       A partír de aquí, comienza el artículo que os copia literalmente: 

                                                         Photo credit: ConnectIrmeli

       De nuevo, la traducción es mía y he tratado de mantenerme fiel al original. En este caso concreto ha sido complicado por la terminología que utilizan en ocasiones y porque hay muchas referencias a métodos concretos. En situaciones concretas he preferido usar la palabra o expresión inglesa cuando he considerado que estos no entorpecían la lectura. Las negritas y cursivas también son propias. En cualquier caso, si tenéis un buen nivel de inglés y queréis acudir a la fuente, os la copio en este enlace.

El negocio de Mindfulness

El capitalismo occidental busca inspiración en el misticismo de oriente.

       En su libro de 1905 “La ética protestante y el espíritu del capitalismo“, Max Weber consideró que la ética protestante hizo surgir el capitalismo. Ahora, en ocasiones parece que es la ética budista la que mantiene el capitalismo en marcha. Los protestantes destacaron el cálculo racional y la contención de uno mismo. Los budistas destacan la importancia del mindfulness, sacar tiempo del bullicio de las actividades diarias para relajarse y meditar. En el mundo empresarial de hoy es más probable que escuches acerca del mindfulness que sobre la contención.

 

       Google ofrece un curso interno llamado “busca dentro de tí mismo” que ha demostrado ser tan popular que la compañía ha creado versiones de nivel básico como “Auto-hacking neural” o “Gestionando tu energía“. El gigante de las búsquedas ha construido también un laberinto para meditaciones caminando. EBay tiene salas de meditación equipadas con cojines y flores. Twitter y Facebook están haciendo todo lo que pueden para mantenerse en los primeros puestos de la carrera del mindfulness. Evan Williams, uno de los fundadores de Twitter, ha introducido sesiones regulares de meditación en su nuevo negocio, “The Obvious Corporation” una incubadora de start-ups y vehículo de inversiones.

 

       La moda no se limita a Silicon Valley; el movimiento de mindfulness puede encontrarse en cada esquina del mundo corporativo. Rupert Murdoch tiene un detector de sandeces bien desarrollado pero a principios de este año [2013] tuiteó sobre su interés en la meditación trascendental (de la que dijo que “todo el mundo la recomienda”). Ray Dalio de Bridgewaters Associates y Bill Gross de PIMCO son dos de los mayores nombres en el negocio de hacer dinero y ambos son meditadores habituales. El sr. Dalio dice que ha tenido más impacto en su éxito que cualquier otra cosa.

 

       Lo que tiene este tren en marcha del mindfulness es la contracultura de los sesenta, que inyectó una especie de aire bohemio en el torrente sanguíneo del capitalismo: Observe el ascenso de compañías como Virgin, Ben & Jerry´s y Apple, cuyo cofundador, Steve Jobs, visitó India en un retiro de meditación siendo joven y habló a menudo sobre cómo el Zen ha influído en el diseño de sus productos. Pero tres cosas han hecho acelerar aún más las ruedas de este tren.

 

       La más obvia es la omni-conectividad. El “pinging” constante de los dispositivos electrónicos están llevando a la gente a un punto en que no pueden más. [N. del T. "To Ping" es un término informático que se refiere al rastreo de un dispositivo para verificar que está conectado a internet. Por el contexto, parece ser que el autor lo usa aquí a la inversa, para señalar cómo las alertas de wasapp, los emails y demás nos obligan a nosotros a reconectarnos a nuestros móviles o tabletas]. Los dispositivos electrónicos no sólo saturan los sentidos e invaden nuestro tiempo de ocio. Se alimentan de nosotros: cuanto más tuits se envían, más recompensado se ve uno con seguidores y retuits. Mindfulness proporciona una buena excusa para desonectar y relajarse – o “desconectar para conectar” como lo expresan los defensores del Mindfulness.

 

       Una segunda razón es la carrera de locos. La búsqueda decidida de éxito material ha producido una epidemia de escándalos empresariales y una sensación extendida de angustia. El mindfulness enfatiza que hay más éxito que la prosperidad material.

 

       La tercera es que vender mindfulness se ha convertido en un negocio con derecho propio.

 

       El movimiento tiene una creciente e impresionantemente ecléctica cohorte de gurús. Chade-Meng Tan de Google, cuyo puesto se llama “jolly good fellow” es la inspiración tras “Busca dentro de ti mismo” [N. del T: "Jolly Good Fellow" es parte de la canción típica de los cumpleaños "por ser un muchacho / chico excelente..." pero traducirlo así le quitaría el sentido del original] . Soren Gordhamer, un instructor de yoga y meditación y tuitero entusiasta, fundó Wisdom 2.0, una popular serie de conferencias sobre mindfulness. Bill George, antiguo responsable de Medtronic, una compañía de equipamiento médico y miembro del comité de dirección de Goldman Sachs, está introduciendo el Mindfulness en la Harvard Business School en un intento de desarrollar líderes que sean “autoconscientes y autocompasivos”.

 

       Muchas otras escuelas de negocios están abrazando el mindfulness. Jeremy Hunter de la escuela de gestión Drucker en la universidad de Claremont lo enseña a sus estudiantes, tal y como hace Ben Bryant en la IMD de Suiza. Donde Plowman de la universidad de Nebraska y la-escuela de negocios Lincoln incluso ha tratado de cuantificar el grado de mindfulness de las escuelas de negocios. El flujo de la sabiduría no es unidireccional: Keisuke Matsuoto, un monje budista de Japón, ha realizado un MBA en la escuela de negocios de la India en Hyderabad y está ahora aplicando sus lecciones para revitalizar los templos en su vuelta a casa.

 

       Sobre su explotación como negocio, Arianna Huffington dirige conferencias sobre Mindfulness, una app para móvil (“GPS for the soul”) y una columna sobre Mindfulness en su Huffington Post. Chip Wilson, el responsable de Lululemon, vendedor de material para yoga, ha creado una página web, whil.com, que insta a la gente a apagar su cerebro durante 60 segundos visualizando un punto (“power down, power up and power forward“).

 

Un paseo por el campo

       ¿Hace el Mindfulness algún bien? Hay evidencias que sugieren que algunas de sus técnicas pueden proporcionar significativos beneficios físicos y psicológicos. La escuela de medicina de la universidad de Duke ha realizado investigaciones que muestran que en América, una hora de yoga a la semana reducen en un tercio los niveles de estrés en empleados y reducen los costes de tratamientos de sald en una media de 2.000 dólares anuales. Los cínicos pueden señalar que un paseo por el campo tiene beneficios similares. También pueden preocuparse por que Aetna, una aseguradora que quiere vender yoga y otras técnicas de Mindfulness como parte de sus seguros de salud, esté patrocinando algunas de las investigaciones que las apoyan. Pero no parece descabellado suponer que, en un mundo de estrés y distracción constante, el simple hecho de sentarse quieto y relajarse por un tiempo pueda hacerle a uno algún bien.

 

       El mayor problema con mindfulness es que se está convirtiendo en parte del movimiento de autoayuda – y por tanto parte de la enfermedad que se supone debe curar. Los gurús hablan de “la ventaja competitiva de la meditación”. Los alumnos lo ven como una manera de salir adelante en la vida. Y se pierde el sentido de todo el ejercicio. ¿Que relación tiene el exhibirse con los caros complementos de Lululemon con la ética budista del desapego a los bienes materiales? ¿Y mirar fijamente a un punto generado por ordenador con el antiguo arte de la meditación? El capitalismo occidental parece estar haciendo bastante más por cambiar la religion oriental que lo que hace la religión oriental para cambiar el capitalismo occidental>>.

      Espero que no os resulte muy agobiante y que estemos los suficientemente "frescos" aún, como para poder verlo con distancia desapegada y llegar a algún tipo de posicionamiento eficaz que nos neutralice la posibilidad de "tirar para donde no es...". 

¡Saludos! Mª Ysabel.

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