Reflexión para la luna nueva del 11 de Enero
Sucede en 21º 45’ de Capricornio.
Al fuego de Sagitario (signo común) lo sigue la tierra de Capricornio (signo cardinal), un nuevo impulso en la manifestación, cíclica y espiral. En la quietud material boreal del equinoccio de invierno, una luz renace cada año. Esto presenta una vertiente muy personal y nos podemos preguntar durante estas fechas en sintonía con el acontecimiento estelar, de la manera más abierta y sincera posible: ¿qué tipo de conexión con la luz tengo en estos momentos?
Esta luna nueva forma un sextil (un tipo de aspecto favorecedor y expansivo) con el eclipse solar de la luna nueva de Escorpio, que tuvo lugar el pasado mes de noviembre. La luz vertida sobre el planeta continúa llegando, como una marea que asciende rítmicamente y con una tendencia muy definida. Es bueno tenerlo presente la mayor porción posible de nuestro tiempo; tenerlo presente como percepción y como estímulo vibratorio, sin necesidad de pensarlo intelectualmente a cada momento. Este conocimiento vivido nos ayudará a experimentar desde otro plano los acontecimientos aparentemente negativos y que podemos tomar como indicadores de un presente agitado y de un futuro negativo. Tal interpretación de los hechos no es más que un juicio desde la personalidad desorientada; todo cambio produce una confusión y un mal sólo aparentes. La luz sigue brillando y convoca a cada aspirante a dar lo mejor de sí.
El elemento tierra encuadra, contiene, estabiliza y da continuidad en este plano material. Capricornio plasma logros concretos tras la actividad de los otros elementos. En este momento vibratorio, la reflexión encuentra un espacio más acogedor. Como aspirantes en el sendero, con seguridad nos motivará la ocasión de reflexionar sobre la situación en la que nos encontramos individual y colectivamente, nuestras oportunidades de mejora y el servicio que queremos ofrecer. Tras todos los acontecimientos intensos del año 2012, una introspección, un viaje por el lado yin nos ubicará mejor. Capricornio activa adecuadamente las cualidades de observación, rigor y análisis que permiten bucear en nuestro interior sin perdernos. La imparcialidad, sentido de la justicia y distancia de este signo balancean la visión habitual que cada cual tiene de sí, una visión muy teñida por los colores habituales en el aura propia. En estas condiciones, una ayuda extra para considerarnos imparcialmente nos viene realmente bien, pues los deseos y emociones forman una imagen del yo muy peculiar y más bien ilusoria, más para consumo propio que para utilidad cósmica aparente. Esta apreciación tan frecuente en varias tradiciones y en el esoterismo no deja de ser un punto de vista, si bien muy acertado, al que parece faltarle algo. Desde otro punto de vista igualmente esotérico, todo mal es un bien en formación, bien y mal son parte del conjunto y cumplen su función. Maya también ocupa un lugar en el cosmos.
Si la introspección puede considerarse una actividad yin, Capricornio cumple la ley general y presenta también un aspecto yang. Este aspecto expansivo y que irradia al exterior es la vertiente social y colectiva del signo. Capricornio tiende puentes con naturalidad en todo momento hacia lo colectivo. Le inquieta la necesidad de armonía grupal, una organización donde cada persona pueda aportar lo mejor de sí y donde la justicia no sea una mascarada al servicio de los sedientos de poder, sino un elemento integrador de la sociedad, interiorizado por cada persona. Durante el mes solar de Capricornio se nos propone este doble ejercicio interno y externo, para explorar nuestras posibilidades y ofrendar a la madre Tierra una existencia más sabia.
Que la luz sea contigo.
El equipo de Luz interna.
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