ÚLTIMA PARTE DE LA ÉPOCA ATLANTE
TAURO — ESCORPIÓN
En la última parte de los atlantes el egoísmo se desarrolló en un grado
mucho más avanzado que antes; la vista espiritual había sido perdida por la
mayoría de las gentes que entonces vivían enteramente en el plano material y se
satisfacían especialmente en sus pasiones materiales.
El Toro fue adorado muy apropiadamente por ellos, siendo un emblema de
la fortaleza necesaria para conquistar el mundo material. Fue, debido a su
prodigiosa fortaleza, una ayuda inapreciable en todas sus luchas y trabajos. El
proverbio acerca de las “ollas de carne de Egipto”, ha permanecido como una
ilustración hasta el día actual para indicarnos el modo tan extraordinario con que el animal suministró nuestra necesidad física de alimentación; y la leche de la hembra fue también un artículo de consumo en la dieta humana. La posesión de mucho ganado fue, por lo tanto, ardientemente deseada por las antiguas naciones, y la adoración del Toro se inició bajo la precesión celestial de Tauro durante los grandes años siderales y se vino continuando hasta los tiempos comparativamente modernos, cuando el Sol por precesión recorría el signo del Toro celestial la última vez.
En tal momento, cuando el Sol entró en el signo del Cordero, Aries, las
religiones arias se inauguraron. La religión del Cordero debe permanecer durante el gran año sideral próximo mientras que el Sol por precesión pasará alrededor de los doce signos del Zodíaco, así como la religión del Toro tuvo su apogeo durante el año celestial, anterior, desde el momento en que el Sol entró en Tauro hasta que dejó el mismo signo en su paso próximo.
Las nuevas religiones, sin embargo, no son reveladas en su totalidad al
principio, se. manifiestan al mundo y sufren un período de gestación antes de que la religión propiamente dicha consiga sus fines materiales de existencia, y de igual modo, una religión antigua para ser abrogada sobrevive mucho tiempo después de que la religión que la suceda se haya convertido en un principio oficial para la elevación de la Humanidad.
Los semitas originales elegidos para inaugurar la adoración del Cordero,
Aries, durante la Época Aria, se tomaron de “Egipto”, el hogar del Toro, “Tauro”.
Sin embargo, no debe confundirse con nuestro moderno Egipto.
La historia del Faraón que se esforzó en oponerse a la emigración y que se
ahogó, hace referencia a los atlantes que fueron sumergidos miles de años antes de la época en que Moisés huyó con los israelitas y cruzó el mar Rojo.
Los hechos subyacentes en la historia nos dicen de una multitud de gentes
que dejó la tierra en la que el Toro, Tauro, era adorado (la Atlántida o Egipto),
cuyos habitantes fueron sumergidos para que buscaran la “tierra prometida” más allá del agua que se había tragado a “una nación pagana”.
Allí, en aquella tierra, se dedicaron a la adoración del “Cordero”, Aries, el
cual había sido degollado en Egipto (Atlántida), y por su sangre este pueblo quedó preservado de la muerte, y así fue como se “degolló” al “Cordero” desde la fundación del mundo (presente), que nosotros llamamos Época Aria. La salvación de Noé nos presenta otra fase del mismo suceso relatando que las nieblas que envolvían a los atlantes se condensaron en lluvia que cubrió por medio del Diluvio las cuencas de la Tierra dejando una atmósfera clara en la cual el Arco Iris se vio por vez primera en la inauguración de la Nueva Edad, la Época Aria, en la que una nueva Alianza tuvo lugar por los precursores del sistema político que entonces se manifestó.
La Atlántida fue la casa del Toro, Tauro, y cuando el Sol por precesión
estaba abandonando este signo la última vez, la religión del Cordero, Aries, fue definitivamente dada a los hombres. De aquí que la adoración del Toro fue
anulada y cuando uno cualquiera de los precursores de la raza traída de la
dispensación de los atlantes por la sangre del Cordero, Aries, añoraba su paso y adoraba al “Becerro”, Tauro, éste actuaba en contra de la ley del progreso y se le llamó, por consecuencia, idólatra, seguido de una abominación de las jerarquías divinas cuya tarea fue la de guiar a la huma idad durante las edades que precedieron al advenimiento de Cristo. Debido a las transformaciones y trastornos repetidos, muchos se “perdieron” y ellos son los judíos del día que aun hoy contienen todos sus trazos atlantes. (Véase el Concepto Rosacruz del Cosmos).
Aparte de la clave que nos pueda proporcionar la astrología, la Biblia puede
considerarse ciertamente como un libro sagrado, pero con esta clave el asunto es muy distinto. En el Viejo Testamento se hace referencia a dos clases de animales:
toros, que eran de Tauro, y ovejas y cabras que eran de Aries. Éstos sólo fueron usados en los sacrificios. (El de las tórtolas y palomas fue consentido como una concesión que se hacía a la pobreza). Todos los caracteres principales de la antigua dispensación fueron “pastores” (arianos) y Cristo también se anunció a sí mismo como el gran Pastor.
En el Nuevo Testamento nos encontramos con otro animal: el pez, que
alcanzó gran preeminencia, y los apóstoles fueron llamados “pescadores de
hombres”, pues entonces el Sol por precesión estaba cercano a la cúspide de
Piscis (los peces) y Cristo habló de una época en la que el Hijo del Hombre
(Acuario) vendrá. Así, pues, nuestra esfera evolutiva está descrita en la alusión astrológica oculta de la Biblia.
El estudiante ahora tiene una delineación de la marcha de los sucesos que
le servirá de mucho tener presente.
Jesús enseñó a las multitudes valiéndose de parábolas, pero explicó los
misterios del Reino de Dios a Sus discípulos. San Pablo daba también carne
espiritual a los fuertes, pero la leche de la doctrina a las multitudes, porque
entonces, como siempre, ha habido un lado esotérico y otro exotérico en todas las religiones. Tomando a Tauro, el signo del Toro, para simbolizar la adoración de este animal como fue practicada en Egipto, Persia y otras naciones de aquel tiempo, veremos que su signo opuesto, Escorpio, simboliza la doctrina esotérica del sacerdocio, que era el guardián de los misterios antiguos de los atlantes.
En relación con esto notaremos primeramente que el signo Escorpio está
representado en los dibujos del Zodíaco por un escorpión o serpiente, y conviene dejar bien impreso en la mente de nuestros estudiantes que el escorpión tiene su aguijón en la cola, mientras que la serpiente tiene el veneno en los dientes.
Esto es muy importante como en seguida observaremos.
Buscando la palabra “serpiente” en la Biblia veremos que hay acerca de ella
siete palabras que han sido traducidas de este modo, pero una de ellas que toma del Egipto su significación: es Naja. Esta palabra se encuentra en las tablillas antiguas de los templos famosos del antiguo Egipto, donde Osiris el dios solar, está ensalzado como elevándose de la profundidad primordial. Entonces fue cuando se coronó con toda su gloria a Naja (raeus), un emblema de sabiduría cósmica. El Uraeus era una parte del cuerpo de la serpiente con la cabeza dibujada como saliendo de un punto de la frente, precisamente encima de la nariz, donde el humano espíritu tiene su asiento, y Cristo, por lo tanto, se refiere a los iniciados serpentinos antiguos cuando dijo: “Sed sabios como las serpientes”.
En el Egipto de la antigüedad el rey llevaba una corona adornada con una
doble serpiente, Uraeus o Naja, que parecía que salía de la frente cuando la
corona estaba colocada sobre su cabeza. Esto es para simbolizar el hecho de que él ejercía el doble oficio de rey y sacerdote por la virtud de su sublime sabiduría.
En la India también los guardadores de las enseñanzas de los Misterios eran
llamados “nagas” o serpientes. En los “Eddas” de Islandia, los Vedas del Norte, Siegfried, el investigador sincero degolló a la serpiente, probó de su sangre y entonces se convirtió en sabio. No es necesario, para completar el hecho indicado más arriba, que vayamos fuera de nuestra propia religión para buscar una prueba de que la serpiente es el símbolo de la sabiduría, porque Cristo mismo dijo: “Sed sabios como las serpientes”. La serpiente no es por cierto suficientemente sagaz para justificar un significado literal de este dicho, pero cuando comprendemos que el fuego creador se eleva hacia arriba por medio del cordón espiral serpentino y que hace vibrar el cuerpo pituitario y la glándula pineal, conectando el ego con el mundo invisible mediante el desarrollo de un sentido oculto, entonces la alusión se
nos hará perfectamente clara.
Hay, no obstante, una fase inferior en el desarrollo espiritual simbolizado en
los tiempos antiguos mediante la colocación de Uraeus o la serpiente en el
ombligo para mostrar que las facultades mediumnímicas se han desarrollado en el plexo solar. La mediumnidad es una fase negativa de la vista o del oído espiritual poseída por una persona que, bajo el control de una inteligencia externa, profetiza.
Esta fase indeseable de videncia estuvo representada en el Zodíaco por el
símbolo de Escorpio, el cual tiene su aguijón en la cola. En el iniciado serpentino el fuego cósmico creador fue empujado hacia arriba por medio de la cabeza para servir una finalidad espiritual y en el médium la energía creadora se expresa por egoísmos y deseos sensuales a través del órgano procreador regido por Escorpio.
El punto entre las cejas del cual la serpiente de sabiduría sale, es el
asiento de la vida, de aquí que todo lo que nace del vientre está sujeto al aguijón de la muerte que está contenido en la cola del Escorpión.
Si ahora volvemos con esta información a la Biblia veremos que muchos de
los casos que contiene y que previamente estaban oscuros, se nos hacen claros.
Como hemos dicho, la palabra egipcia para este Uraeus o serpiente, es Naja, y la han tomado prestada de los israelitas, quienes expresaron la facultad negativa de la mediumnidad añadiendo el sufijo final femenino “oth” que nos da Naioth; mientras que a aquéllos capaces de funcionar conscientemente en los mundos espirituales se les dio el final positivo plural masculino “im” y, por lo tanto, fueron llamados Naim. Si leemos el capítulo XIX de la primera epístola de Samuel con este conocimiento, veremos en seguida que el incidente narrado en él era de naturaleza mediumnímica.
David empezó a temer a Saúl y fue con Samuel a “Naioth”. Éste se supuso
por los traductores de la Biblia que era un lugar, o bien el nombre de una aldea.
Pero si ocurrió de este modo fue porque las gentes que vivían en tal lugar eran “Naioth” o médiums. Se les llama profetas en este capítulo y es muy significativo que tan pronto como cualquiera penetraba en su campo empezaba a profetizar o á hablar bajo control. Aun Saúl, que fue a aquel sitio, ansioso de encontrar a David para poderle matar, fue controlado por los espíritus y empezó a profetizar de tal manera que fue el divertimiento de todos los presentes. En el Nuevo Testamento se nos dice que Cristo fue a la ciudad de Naim y allí resucitó al hijo de una viuda. En el Testamento latino esta ciudad no se llama Naim sino Nain, y es muy significativo que los tres: Naim, Naioth y Endor, donde los videntes que asistieron a Saúl se supone que vivieron, están en la misma
localidad o en el monte Tabor. Cada francmasón conoce que los hermanos de aquella hermandad se llaman “Hijos de la viuda” y se dice en la Biblia que Hiram Abiff, el artífice constructor del templo de Salomón, fue el hijo de una viuda, un artífice potente y sagaz. Nosotros no podemos en este artículo repetir la leyenda Masónica en la cual se nos da la razón de por qué es esto así. Esto se ha explicado debidamente en nuestro libro titulado “La Masonería y el Catolicismo” y también en los otros libros de la filosofía Rosacruz. Pero baste decir que en la historia de la Biblia a lacual se ha hecho referencia, nosotros tenemos uno de los Naim, un hijo de la
Viuda o un iniciado de la antigua escuela serpentina, porque los sacerdotes de
Egipto fueron “phree messen” o hijos de la luz. Cada uno de ellos tenía dentro la antigua sabiduría serpentina.
Pero una religión nueva se había manifestado y fue necesario elevar a los
antiguos iniciados para que comprendiesen los Misterios de la Edad Futura. Por lo tanto el Cristo, el León de Judá, el Señor del Reino nuevo, fue al hijo de la viuda de Naim y le resucitó con un zarpazo de la poderosa garra del León.
Nosotros podemos aquí recalcar que el primer iniciado en este nuevo sistema fue Hiram Abiff, el superior iniciado del sistema antiguo, quien por esta nueva
iniciación dada a él por Cristo, se convirtió en un cristiano y se comprometió a
llevar la Rosa y la Cruz, los cuales fueron los símbolos de la nueva enseñanza de Misterios del mundo occidental y entonces se le dio el nombre de “Cristian
Así, pues, desde el momento en que el Sol entró en el signo de Aries por
precesión, se consideró como un crimen por el pueblo elegido la adoración del
“toro” exotéricamente o de tener contacto con la sabiduría de la serpiente
exotérica. Y por una razón semejante es idolatría cuando los pueblos del Oeste se convierten a religiones orientales, tales como el Hinduismo, Budismo y enseñanzas semejantes, porque en las épocas arias solamente las religiones arias, las religiones del Cordero, tienen el efecto debido sobre la evolución humana. Todos los sistemas anteriores han tenido un efecto deprimente para el pueblo occidental, y con el tiempo, aquéllos que ahora viven en el Este, los orientales, se verán obligados a abrazar esta religión o de lo contrario quedarán retrasados en la evolución.
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del libro "El Mensaje de la Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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