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Los astrólogos hemos aprendido que este arte-ciencia se basa en el estudio de los ciclos planetarios y la interacción en sus distintas etapas, marcando así puntos de inflexión que se corresponden con el acontecer humano y mundial.

Esta práctica la usamos en el cálculo de cada retorno (solar, lunar, planetario) y anualmente en el ingreso del Sol a cada una de las puertas anuales, manteniendo viva la tradición del calendario usado en Babilonia que iniciaba el 21 de marzo.


La astronomía en Babilonia empezó cerca de 2500 años a.C. en un esfuerzo por documentar los planetas visibles, especialmente sus conjunciones y elongaciones, luego interpretaban el fenómeno acorde al patrón de estrellas de fondo para determinar el destino del país. El clima en Mesopotamia de ese tiempo hacía que el horizonte se viera brumoso y difuso, por lo que las observaciones no siempre eran acertadas. De todos modos sembraron importantes bases que recibimos como un legado que fue perfeccionado con los siglos.


De todos los eventos celestes entre los planetas visibles destaca el de los dos grandes gaseosos del sistema solar: Júpiter y Saturno. 

Los ciclos entre Júpiter y Saturno han sido los indicadores significativos de cambio para la mayoría de los astrólogos mundanos de la historia, luego se anexaron los planetas exteriores (Urano, Neptuno y Plutón), pero Júpiter y Saturno son los tradicionales en indicar cambios en el desarrollo humano. 


El ciclo sinódico de estos planetas recibe el nombre de “La Gran Mutación”, mientras se van moviendo sus conjunciones a través de los elementos (fuego, tierra, aire y agua). El tiempo total que tardan en volver al mismo signo-elemento es de 960 años y se le denomina Climacteria y señala el inicio de un nuevo ciclo total, mientras que el tiempo medio es de 240 años y tiene el nombre de Trigonalis, es decir, el tiempo en que las conjunción entre Júpiter y Saturno se mueve de una serie de signos del mismo elemento hacia otro en el orden zodiacal (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, etc). El elemento de cada Trigonalis es responsable de definir la naturaleza de la época de 240 años que reinará como vibración evolutiva de fondo en el escenario humano, social y mundial.


En su ciclo Mínimo, Júpiter y Saturno se encuentran en un signo diferente del mismo elemento pero en sentido inverso al orden zodiacal y este ciclo menor toma una duración de casi 20 años y recibe el nombre de Especialis. El Especialis cambia la identidad y actitud respecto del anterior reflejando las diferencias entre los signos del mismo elemento.


En 1802 el ciclo abandonó definitivamente el elemento Fuego para entrar en Tierra y establecer de modo más permanente la llamada Revolución Industrial, tiempo de profundos cambios sociales, políticos y sobre todo económicos en la sociedad de aquél tiempo y que empezara en Gran Bretaña hacia 1760 aproximadamente. Fue un punto muy importante en la historia de la humanidad y a partir de ello en la manera de hacer negocios y la economía, la productividad y explotación de recursos materiales en las materias primas para sostener la creciente demanda de productos que la automatización que trajo requería. Un ciclo medio acababa de empezar, teniendo como protagonista al elemento tierra tradicionalmente asociado al mundo concreto y de la forma, de los recursos y los valores materiales.


Entre 1980 y 2000 sucede la primera entrada de la conjunción en un signo de aire, marcando la época de esos pasados 20 años por el desarrollo de la tecnología, computación y medios de comunicación basados en el aire (frecuencias de ondas de radio, microondas, etc.), sin embargo fue una entrada en aire aislada que prepararía el terreno para el inicio del nuevo ciclo medio de 240 años. 


Mayo de 2000 dio la última conjunción en tierra en el signo de Tauro que verá su final en el año 2020 en que la conjunción se mueve de manera definitiva en el reino de los signos de aire el 21 de Diciembre de 2020. Este cambio de un elemento a otro en la serie recibe e nombre de “conjunción de mutación” o “La Gran Mutación”, marcando el inicio de un tiempo de grandes cambios en la sociedad, la cultura y los gobiernos.

La última gran mutación sucedió el 18 de Diciembre de 1603 en que la conjunción sinódica se movió desde el agua hacia el fuego dado por el signo de Sagitario, dando origen a una nueva climacteria o período máximo de 960 años.


Fue el tiempo de Hamlet, historia que describe el quiebre de lo viejo. La era de Elizabeth que marcó el tiempo de transformación, el alto renacimiento, pasando de la época medieval a la moderna. Se abandonan las visiones dominadas por el agua y el oscurantismo correspondiente y se entró bajo la primera influencia jupiteriana (regente de Sagitario). Ese cambio pone en movimiento la era de la colonización de las américas y el nuevo mundo, los viajes exploratorios. 

240 años (ciclo medio de Júpiter y Saturno), es casi lo que dura el ciclo de Urano-Plutón, mientras que 960 años es coincidente con 4 ciclos de Urano-Plutón o iguales a 2 ciclos de Neptuno-Plutón.


El ciclo de Júpiter es de 11,86 años y el de Saturno de 29,42 años. Para calcular los ciclos Júpiter-Saturno el ejercicio sería así: (Júpiter*Saturno) / (Júpiter-Saturno).


=11.86 x 29.42 / 11.86 – 29.42

=348.9212 / -17.56

= -19.87 años o 19.87 años.


Si hacemos la resta al revés, obtenemos el signo opuesto (+ a -). El valor absoluto es lo que importa en el cálculo del período sinódico de Júpiter relativo a Saturno o viceversa.

El intervalo de arco, el arco sinódico en el zodíaco entre conjunciones, surge de darnos cuenta de que Júpiter da la vuelta al mismo una vez entre conjunciones y es el sobrante lo que desplaza el evento entre estrellas. Así, el exceso sería 19.87 años – 11.86 años= 8.01 años que en arco es a 8.01 años /11,87 años= 0,675 del círculo o su equivalente en 16h12m. si hacemos lo mismo con el período de Saturno: 19,87 – 29,72 = -9,55 años. En arco es -9.55 /29.42= -0,325 del círculo o -7h48m.


El desplazamiento es hacia arriba desde Saturno, que es lo mismo como desplazamiento hacia abajo desde Júpiter. O sea, se obtiene el mismo punto en el zodíaco pero desde direcciones opuestas.


Este intervalo era conocido por los babilonios mucho antes de que entendieran el sistema solar. La cultura babilónica no tiene registros de esa época que muestren que poseían noción alguna del sistema planetario en sí y sus órbitas. Sin embargo, sus observaciones fueron precisas en una recopilación de datos durante 436,88 años en la que observaron 22 conjunciones. 436,88 / 22= 19,858. Determinaron las posiciones en arco sinódico en cuentas del círculo -7,16 / 22= -0,325 o -7h49m de arco que la conjunción se desplazaba hacia el oeste.


Los cálculos babilónicos para la posición de los planetas es el primer uso de la matemática por parte de la humanidad para describir exitosamente los eventos en la naturaleza. Tendrían que pasar 19 siglos completos, hacia principio de 1600, es decir, el comienzo de un nuevo gran ciclo Júpiter-Saturno, antes de que la matemática fuera aplicada para formular las verdaderas primeras leyes de la física llevadas a cabo por Galileo (15 de Febrero de 1564 – 8 de Enero de 1642).


Algunas de las grandes conjunciones de Júpiter y Saturno las observamos bajo eventos relacionados a la religión, como el nacimiento de Jesús y las sucesivas conjunciones en Piscis del año -6. Otra importante que causó un gran cambio ha sido la conjunción de 571 de nuestra era que coincidió con la nacimiento de Muhammad, el padre del Islamismo que llegó a la Tierra bajo la conjunción en Escorpio.


Aparte de lo anterior, las conjunciones de tierra de los años 1100 vieron la expansión material de la Iglesia en lo que se conoce como la Santa Adquisición que hundió a Europa en una de las más profundas épocas de oscuridad. Para el final de ese tiempo, el surgimiento del Renacimiento en el arte y la literatura, cuestiones relacionadas al elemento Aire, se dan para las conjunciones del 1226 en adelante, lo que también cambió el sistema material y económico cerrado del tiempo previo de la Edad Media hacia una de libres mercados de aquella Nueva Era centrada en la conjunción de 1484 en Escorpio. En 1643 sobre la última conjunción de Agua en Piscis, Europa define la guerra de los 30 años que dividió al continente europeo en católicos y protestantes.

Básicamente en cada conjunción entre Júpiter y Saturno hay que considerar las naturalezas propias de estos dos grandes. Saturno como el gran dominador del poder político y sus normas de control y administrativas que debe llegar a un acuerdo con la naturaleza más flexible de Júpiter que podemos considerar como el distribuidor de los bienes terrenales, con aire aristocrático y jurista. Estas naturalezas básicas de expansión y contracción que representan, verán manifestaciones más positivas o más negativas según los elementos y signos en que cada conjunción sucede. Las conjunciones en fuego y hasta cierto punto aire, serán más provechosas y armónicas a la naturaleza de Júpiter, mientras que las de agua y tierra a Saturno por su tendencia a la introspección y concentración, repliegue sobre sí mismo y materialismo. La dinámica en la interacción de sus principios acordes al lugar que van tomando en cada fase sucesiva del ciclo (sextil, cuadratura, trígono, oposición, trígono, sextil), determinará su expresión en el mundo concreto y humano hasta la próxima conjunción.


Como ejemplo, la primera conjunción en Capricornio (tierra) del 26 de enero de 1842, da por terminada la guerra del opio en China, una guerra que se inició por razones económicas (Júpiter) en contra del Imperio Británico con la victoria para el último. Chine pierde (Saturno) el control sobre Hong-Kong y sus 5 puertos que fueron forzados a ceder a Gran Bretaña (Júpiter) que se expande. Por otro lado, China pierde poder político (Saturno) y empieza el colapso del Imperio que debe aceptar el surgimiento de una nueva era.


En 1845 Irlanda ve volada su economía (Júpiter) por la falta de trigo (Saturno, tierra), causando una crisis económica que provoca la inmigración masiva hacia Estados Unidos y américa en general (Júpiter). Junto a esa conjunción Europa atraviesa una época de cambios más radicales por estar en el cielo vigente un ciclo de Urano-Plutón que marcaba la necesidad de revolución y transformación renacentista de los poderes políticos , como fue el nacimiento de los movimientos revolucionarios europeos que cambiaron al continente y resultando en la segunda proclamación democrática de Francia.


Para 1921, la conjunción de Júpiter y Saturno en el terrestre signo de Virgo pone en marcha un proceso depurativo que culmina con la crisis de 1929 y los problemas de empleo, salud y servicios sociales .

La conjunción en Libra (aire) de 1980-81 anticipa la llegada del nuevo gran ciclo de Aire de 2020 sobre los 0º del signo de Acuario. Fue la época que resalta las alianzas y relaciones políticas en el globo, los acuerdos, la paz, justicia, belleza y harmonía. Eso causa un cambio fundamental en el mapa político y económico del planeta por el cambio de gobierno que se da en la mayoría de los países protagonistas de la época. Poco antes es elegido Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos, un hombre que viene del mundo del arte y espectáculo (Venus), un ex actor, pero que inclina al país hacia un profundo conservadurismo (Saturno).


A partir del 21 de Diciembre de 2020 el planeta entra en una nueva era, una nueva etapa que dejará atrás el capitalismo salvaje de los signos de tierra para abrirse al desarrollo de las comunicaciones, la tecnología, electrónica, descubrimientos científicos en el campo de la cuántica y la materia. Las computadoras y los artefactos que permitan la comunicación y el contacto social verán un cambio fundamental en su forma, así como el transporte y sus representaciones.


El mundo de las ideas empezará a dominar el ambiente y los cambios en la educación traerán una nueva era de iluminación que tendrá que superar la fuerza de gravedad del ciclo anterior de tierra y su tendencia conservadora y material. Acuario es un signo de Aire pero fijo, esto le aporta una resonancia más propia de la tierra y es por ello que favorece a Saturno y su naturaleza por ser uno de los planetas regentes de este signo de aire. Las ideas fijas y radicales entrarán en pugna a partir de ese año y pujarán por un nuevo orden social y político basado en la igualdad de derechos de las minorías, seguramente reflejado en el tipo de gobiernos que sean elegidos a lo largo y ancho del planeta. Júpiter también se ve favorecido por su presencia en Acuario y esto hará que estas dos fuerzas arquetípicas puedan encontrar mayor cantidad de puntos de unión que de divergencia, aunque tendrá aún más poder Saturno (límites).


El ciclo que estamos viendo terminar y que empezó en el año 2000 como marqué, alcanzó su punto de oposición entre Mayo de 2010 y Marzo de 2011. Esa fue la fecha que inclinó la balanza hacia el final de una era, un punto de giro irreversible manifestado por la fuerte crisis financiera global y ruptura de fuerzas políticas en el planeta, especialmente en Oriente y el conocido levantamiento árabe que puso en vilo la política internacional y los acuerdos.

La carta del momento de la próxima conjunción y el inicio de un nuevo ciclo de 240 años puede ser reveladora al analizarla para comprender lo que podemos llegar a presenciar como humanidad. Mientras tanto, estos años que restan del ciclo de tierra serán cada vez más arduos y difíciles en una pronta agonía que necesitará reinventarse para que no acabemos pereciendo con ella.



Gracias.
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Comentario por Elena el mayo 12, 2014 a las 2:42pm

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