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LOS CUATRO RELOJES DEL TIEMPO DE LA VIDA
TRÁNSITOS- DIRECCIONES-PROGRESIONES-PROFECCIONES
La Astrología traza correspondencias significativas entre los distintos niveles del cosmos: físico, mental, emocional y espiritual. Ellos son como los diferentes “relojes” o ritmos que operan en nuestro interior así como en nuestro entorno.
Por eso los cuatro ritmos que aquí propongo, corresponden a:
1.- Ritmo externo – Tránsitos
2.- Ritmo interno – Direcciones Primarias
3.- Ritmo interno/externo – Progresiones Secundarias
4.- Ritmo de los ciclos – Profecciones
LOS TRÁNSITOS representan aquellas oportunidades, provocaciones o dificultades que las circunstancias exteriores nos van a brindar. Así es que, debemos tomar en cuenta los cuatro ritmos, pues lo que las circunstancias exteriores nos impongan será mucho más significativo cuando nuestro ritmo interno esté dispuesto a aprovechar o se encuentra más sensible para sentirlo significativamente.
LAS DIRECCIONES representan cuán receptivos estamos internamente a percibir lo que está sucediendo en el exterior y cuando nuestro ritmo interno se encuentra dispuesto a aceptar ciertos cambios.
LAS PROGRESIONES representan cómo podemos empezar a proyectarnos hacia nuestro entorno y cuando nuestros ritmos externo-interno se hallan más ajustados para aprovechar al máximo lo que está sucediendo.
LAS PROFECCIONES representan la localización de momentos en el tiempo en los que se pueden detectar experiencias muy positivas, detectar crisis o cambios predecibles, de manera similar a los tránsitos o las direcciones, pero a través de las profecciones se aprecia mejor la relación del mundo circundante con el individuo.
Esto es lo que hace posible que la Astrología nos dé la información necesaria para comprender nuestro paso por la vida.
El gran valor de la astrología es que la estructura cósmica que aparece en el momento exacto del nacimiento, nos señala las tendencias y la dinámica a nivel del consciente e inconsciente.
Se pueden descubrir conocimientos semejantes por medio de la psicología, pero la Carta Astral es una herramienta de diagnóstico mucho más rápida, amplia y precisa; es por ello también que la Astrología es el instrumento más efectivo para lograr el auto-conocimiento.
El mapa del cielo puede ser utilizado como clave para cualquier cosa que entre en existencia en ese lugar y en ese momento, es decir, por ello es posible realizar una carta para cualquier idea, suceso, objeto material, contrato social, organización o criatura viviente.
La Astrología Humanista y Kármica da por supuesto que nuestras actitudes y acciones, incluidos los deseos inconscientes y los modelos habituales, crean nuestro destino, que “decidimos” nacer cuando nuestro carácter-destino se encuentra en sintonía con el estado del Cosmos siendo así que los planetas ofrecen la más útil heliografía para conservar a modo de registro, toda la información de vida, pero no crean el destino por si mismo, sino que más bien se propicia una perfecta sincronía.
Para la Astrología Humanista y Kármica el grado de conocimiento del sí mismo, significa cuan conscientes estamos de nuestros pensamientos y cuánto podemos liberarnos de las obsesiones o de los malos hábitos y aprender de cada crisis para ayudarnos en nuestra madurez individual y en nuestra evolución espiritual.
Llamamos tránsitos al movimiento de todos los planetas desde el momento de nuestro nacimiento respecto a los planetas que se encuentran fijos en sus posiciones naturales, y a los que estos ciclos llegan a impactar o desafiar al cruzar posiciones existentes en la carta natal.
La trayectoria de los planetas en tránsito se localiza en las Efemérides, y es desde donde nos indican las ubicaciones planetarias actuales siendo así que van señalando las tendencias generales del entorno en su recorrido por los signos y las casas zodiacales.
Recordemos que cuando se refiere a la palabra tránsito, sin más precisiones, se alude con ello al paso por conjunción de un planeta sobre otro planeta natal; por lo tanto, los tránsitos son los pasos que, aplicando todas las formas que señalen los aspectos van creando un estímulo que dependerá de las emanaciones e influencias energéticas de cada planeta.
Cada planeta posee un orbe; dicho de otra manera, la influencia del tránsito se hará sentir desde 4 ó 5 grados antes y después de llegar al grado exacto de la posición del planeta natal.
Los tránsitos planetarios durante el curso de los años deben ser utilizados con gran precaución y conocimiento, pues no actúan de la misma forma sobre todas las personas o casos.
La primera regla que hay que seguir antes de lanzarse a hacer predicciones con los tránsitos, es que es necesario basarse siempre en las indicaciones contenidas en el tema natal >esto es esencial/p>
Ningún acontecimiento puede producirse si no ha sido señalado y confirmado por varias indicaciones similares en el tema natal.
Un tránsito por bueno o positivo que sea, no puede aportar la fortuna o la celebridad a un tema que indique de antemano en la carta natal, una situación pobre o limitada. Lo único que hará es mejorar temporalmente las condiciones ya existentes.
Por otra parte, un tema natal que ya de por sí muestra una buena cantidad de aspectos positivos, soportará mucho mejor los tránsitos pesados o complicados.
CICLOS PLANETARIOS:
El Sol recorre todo el círculo zodiacal en 365 días, por lo que en un año, volverá a su posición natal solamente una vez. El tránsito del sol, especialmente por conjunción, señala los momentos más vitales. Acentúa la actividad de aquel planeta que vaya activando en su trayectoria.
La Luna completa su vuelta alrededor de la Tierra en una órbita elíptica de 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11.5 segundos y en el círculo zodiacal, pasa 12 veces por su posición natal en el transcurso de un año.
La Luna es uno de los principales elementos que nos puede conducir a evocaciones del pasado que por consecuencia pudieran obstruir los beneficios de vivir en el aquí y el ahora.
Mercurio orbita alrededor del Sol durante 88 días. Los tránsitos de Mercurio se relacionan fundamentalmente con la comunicación, trámites y viajes cortos. Las relaciones entre hermanos y vecinos particularmente. Espíritu de empresa y habilidades notales para realizar varias cosas a la vez.
Venus hace su recorrido en el disco zodiacal en un periodo de 225 días. Venus confiere especial influencia sobre los sentimientos y la parte material que lleva al confort y el lujo, así como a la belleza, el arte y lo estético. Su efecto resulta ser muy sutil pero a la vez estimulante para los artistas o los creadores, quienes vibran intensamente mientras dura este tránsito y sienten mayor necesidad para demostrar su amor por la vida y por los demás.
Marte tiene un ciclo de 687 días, o sea 1 año y 11 meses en dar toda una vuelta al círculo zodiacal. Su influencia es más breve que la de los planetas lentos, pero su acción puede ser violenta y rápida, aportando grandes alteraciones en la vida. Indica con frecuencia el punto culminante de una serie de tránsitos de los otros planetas más lentos, desencadenando así su efecto.
Por ejemplo: un tránsito de Marte en conjunción con Urano, puede señalar peligro de accidentes, pues Marte es en cierta medida el detonador de los pasos de los planetas lentos.
Es preciso dar mayor importancia a los tránsitos de Marte cuando se realizan en el momento de un aniversario en la vida de la persona o cuando reconstruye un aspecto ya existente en el tema natal.
Si bien es cierto, la influencia de Marte no necesariamente es mala, en cambio si denota una influencia de audacia, pasión y desde luego acción. Sin Marte no habría energía, no se haría nada y el individuo permanecería pasivo.
Pero Marte puede indicar también todo aquello que se rompe o se transforma, las luchas, las discusiones, las guerras o los accidentes.
Es una fuerza, pero una fuerza que hay que utilizar con prudencia y buen juicio, “si es que se deja”.
Júpiter, el gran benéfico, hace todo su recorrido orbital en 12 años, durando aproximadamente un año en un mismo signo zodiacal. El efecto de sus tránsitos en un tema natal dura de 8 meses a un año. Júpiter representa la expansión y la extroversión.
Se trata del factor de protección y de suerte que ayuda a realizar desarrollos muy afortunados en la vida. Su influencia lleva a vivir intensamente, aunque también confiere inclinación a los excesos o el derroche, pero permite conseguir lo que se desea sin gran esfuerzo. Se caracteriza por su benevolencia y su sentido de la justicia y del honor.
Saturno completa su vuelta zodiacal en 29 años, por lo que, su duración por signo es aproximadamente de dos años y medio a tres. El efecto de su tránsito es el que nos obliga a trabajar, la fatalidad que nos hace madurar y que nos conmina a avanzar, de buen o mal talante en la vida.
Es el gran regulador y de todos los planetas es el que aporta más obstáculos y tardanzas, pero sin Saturno no habría estabilidad ni equidad ni continuidad ni esfuerzo constructivo.
Sus características esenciales son el tiempo y la paciencia; sus defectos: el egoísmo, las penalidades. Conduce a experiencias kármicas ineludibles.
Urano tarda 84 años en completar su vuelta al zodiaco y alrededor de 7 años en atravesar un signo. El efecto de su tránsito dura de dos a dos años y medio. Con Urano nada sucede como se espera que suceda, puesto que su influencia es explosiva y se caracteriza por su influencia de independencia o brusquedad.
Neptuno tarda 165 años en completar una vuelta al zodiaco, y cerca de 12 años en su trayectoria por un solo signo. Se trata del planeta más lento después de Plutón.
La influencia de sus tránsitos dura de dos a tres años y sus efectos resultan ser bastante misteriosos y actúan con más fuerza sobre la psique o las emociones que sobre los acontecimientos de la vida tangible exterior. Es este planeta el que lleva al individuo a vivir vanas ilusiones, el lado nebuloso y todo tipo de confusión en su existencia.
Plutón es el planeta más alejado del sol y de la tierra. Tarda 249 años en completar una vuelta al zodiaco, por lo que sus pasos sobre los puntos sensibles de un tema natal adquieren enorme importancia.
Se le atribuye a Plutón una influencia destructiva, pero en realidad es de gran potencia su poder de regeneración. De hecho, esto depende de la casa zodiacal en que se encuentre. Actúa con más fuerza si se halla en las casas I, IV, VII y X.
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Las direcciones primarias o de arco solar consisten en mover todos y cada uno de los elementos contenidos en la carta natal a una velocidad constante, con la particularidad de que puede ser hacia atrás o hacia adelante.
En general, un grado es equivalente a un año en la vida de una persona, es decir, la distancia del recorrido diario del Sol, que es aproximadamente de 59 minutos, equivale a un año de vida. Para no confundir contando minutos, lo mejor es utilizar el sistema de un grado por año.
Todos los factores de la carta se mueven cruzándose y produciendo efectos a la vez; por lo que es muy importante la colocación exacta de los planetas, cómo están agrupados entre sí y los que se encuentran situados junto al ascendente y el medio cielo, pues normalmente todos llegan a cruzar alguno de esos vértices.
Por ejemplo: si Urano se encuentra a 6º de libra y el ascendente a 25º (también de libra), eso indica que, entre Urano y el ascendente hay un espacio de 19º; por lo tanto, el individuo, a sus 19 años de edad habrá estado experimentando un cambio notable dispuesto a liberarse o rebelarse contra todas las normas establecidas por sus relaciones.
Para obtener una mayor exactitud, se pueden considerar también los minutos, de tal manera que, podría ser que el evento ocurriera a los 19 años y medio.
Observemos otro ejemplo: el Sol está en sagitario a 27º40’ y Marte en capricornio a 10º28’ Entre ambos hay un espacio de 12º y 48’ esto significaría que, a los 12 años, casi 13, y muy exactamente 12 años y 9 meses, la persona estará dispuesta a enfrentar desafíos muy importantes, y a ser más competitivo en cualquier situación que el mundo pusiera ante ella, sobre todo en el área social y política o podrá tomar una decisión muy importante en cuanto a cerrera o trabajo.
Lógicamente hay que tener también en cuenta las casas y los signos por donde van avanzando los planetas en sus direcciones y los nuevos aspectos que pudieran ir construyendo.
Aunque para su interpretación basta con utilizar el lenguaje básico astrológico de cada planeta, signo y casa, o lo que significaría tener esos dos planetas o planeta- cúspide o planeta-signo.
En las direcciones primarias o de arco solar, entran todos los factores de la carta natal, ya sean nodos, punto de la fortuna, Lilith, cúspides, etc., siempre se podrán apreciar en su movimiento hacia adelante o hacia atrás al mimo ritmo, ya que, como se ha mencionado, esta es una cualidad y una de las principales características de las direcciones. Todo esto será cuando lleguen al mismo grado en que se encuentre otro planeta o factor de la carta.
Esto constituye nuestro ritmo interno y representa nuestra estructura psicológica interna y el ritmo al que se puede avanzar y madurar o conseguir algún objetivo.
El caso de un stellium tiene especial importancia para las direcciones primarias, puesto que se van entrelazando de otra manera entre sí los planetas tan cercanos.
Con ello explicamos el dinamismo que pueden tener varios planetas en conjunción que reaccionan todos a la vez durante los primeros 10 años de la vida.
Como las direcciones representan nuestro propio ritmo psicológico, se deben tener muy presentes para observar cómo nos van a afectar las confrontaciones exteriores (tránsitos), pues si éstos coinciden con un año en que por direcciones estemos psicológicamente preparados para cambiar, ese dinamismo o cambio será mucho mayor o más potente, aunque no exista un tránsito muy significativo, pues lo que se está marcando por las direcciones significa aquello que aprovecharemos al máximo cualquier situación que las circunstancias nos ofrezcan para cambiar, mejorar o madurar.
Por lo tanto, las direcciones también y además, constituyen el mejor sistema de rectificación de una carta astral, para aquellos casos en los que se ignora la hora natal o no se tiene un dato exacto; pues como un grado equivale a un año de vida, en la rectificación ese grado equivale a cada 4 minutos de posible momento de nacimiento.
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Las progresiones. Denominamos progresiones a la repetición planetaria de los primeros meses de vida según se desarrolla durante toda la vida, es decir, la colocación planetaria de los días después de la fecha de nacimiento, donde cada día equivale a un año de vida.
El sistema de equivalencia es de un día por año, es el que emplearemos para entender el desarrollo interno-externo, poniendo como ejemplo el caso de una persona que ahora tuviera 20 años de edad, buscaremos en las efemérides 20 días después de su nacimiento.
Es bastante improbable que las posiciones planetarias del cielo, cuando teníamos 20 días de edad nos lleven a hacer algo o provoquen que algo ocurra en nuestra vida, pero sí a los 20 años de edad, y lo cierto y lo asombroso es que este sistema funciona; es como si los estados naturales de desarrollo de carácter y las percepciones sensoriales que recibimos durante los primeros 20 días de nuestra vida tengan una repercusión tan trascendente y nos fueran a guiar a una edad más avanzada como es en este ejemplo, al estar cumpliendo los 20 años; apareciendo simbolizados por el movimiento del sistema solar en las horas y días de después de nacer.
Imaginemos un niño que nace al amanecer; esa impresión de luz e impacto de calor la va a llevar consigo durante mucho tiempo, disponiendo a su organismo a un ritmo con ese tipo de intercambio energía-materia.
La diferencia existente entre una persona que nace en verano y otra que nace en invierno es que sus organismos fluctúan rítmicamente de formas opuestas y complementarias.
Existe una certeza biológica energéticamente en cuanto a que el funcionamiento del organismo humano obra de acuerdo con la naturaleza y los organismos etnológicos.
Es algo así como si las progresiones nos recordaran ese rítmico impacto que recibimos biológica y energéticamente del Creador en las primeras semanas o meses de vida y se fueran desarrollando y potencializando durante toda la vida.
Serían como conexiones con los ritmos del pensamiento en el quantum universal, con las que enlazamos justo después de nacer.
Las progresiones se refieren al sistema que utiliza las posiciones de los planetas que han tenido lugar en el cielo en algún momento determinado durante la vida de una persona.
Los dos primeros meses después del nacimiento equivalen a 60 años en la vida de la persona al conectarse al crecimiento biológico y a los datos del pasado que se introducen en nuestro cerebro.
La herramienta que utilizamos son las efemérides. Por ejemplo, una persona que ha nacido el 10 de enero de 1980, y para conocer su carta progresada cuando cumpla los 21 años, tendríamos que observar la colocación planetaria de los 21 días después de su nacimiento: que sería para el 31 de enero de 1980.
Superponiendo dicha colocación planetaria sobre la carta natal observaremos que lógicamente no aparece un movimiento perceptible en los planetas más distantes del sol, pero en cambio si, y muy significativamente se habrán movido, la luna, mercurio, venus y marte.
También se puede calcular el ascendente progresado utilizando la hora sideral de ese día correspondiente a la edad y calculando con la misma hora de nacimiento.
El que ese año sea significativo en la carta progresada lo observaremos cuando aparezca alguna conjunción exacta en el mismo grado entre la carta natal y la progresada, o si existe alguna cuadratura o trígono o algún otro aspecto significativo entre una y otra cartas; pero esto será solamente cuando llegue al grado exacto, ya sea de planetas a planetas o de planetas a aspectos o de planetas a cúspides de la carta natal en comparación con las progresiones.
Las progresiones significan cuando aparece un retorno energético desde nuestra primerísima infancia y cuando estamos interiormente preparados para cambiar nuestra estructura psicológica interior, sincronizando todo ello con un hecho exterior que nos ayudará a realizarlo.
Por tanto, las progresiones se refieren al “reloj” interno-externo que habla siempre de cómo nos proyectamos con nuestro cambio interno en nuestro entorno. Es el desarrollo de esas tendencias de la carta natal llevadas a la acción.
Debemos recordar siempre que los aspectos que una carta natal contenga reaccionarán y deberán ser incluidos cuando un planeta progresado entre en la configuración. De esta manera pueden existir varios años en que uno esté proyectando ese conflicto indicado en la carta natal hacia el exterior.
Las progresiones derivan de la relación entre la tierra y el sol durante la rotación diaria de la tierra sobre su propio eje, que se mueve aproximadamente un grado de su revolución anual alrededor del sol.
Desde la tierra el sol aparenta moverse ese grado a través del círculo zodiacal en un día, y su movimiento aparente y los movimientos reales planetarios simultáneos se corresponden simbólicamente con la experiencia del individuo durante un año.
No existe ninguna justificación lógica para esta correspondencia; pero al igual que muchos otros de la Astrología, es un hecho pragmático que ¡funciona realmente!
Lo asombroso es que una vez calculada la carta progresada para cada año de vida, se observará que, siempre que aparece un transito significativo junto a una progresión, ha sucedido algo verdaderamente importante y trascendente en la vida. Si además ello está marcado también en las direcciones, será posible afirmar que realmente se tratará de un evento que cambie el sentido o la dirección de la vida de la persona y su propia estructura psicológica.
Desde el punto de vista astrológico, lo más significativo siempre se mostrará a través de una multiplicidad de niveles para que sea posible comprobar la magnitud de su impacto.
Las progresiones, aunque frecuentemente se corresponden con sucesos específicos y experiencias más elevadas, constituyen el mejor instrumento para comprender el desarrollo psicológico y los periodos de fuerte crecimiento. Desde luego, las progresiones más importantes son las del sol, luna, marte, venus y mercurio; ya que progresados se corresponden con tendencias notables de la vida individual, pero no todas las personas logran identificarse con su supuesto significado.
La cuestión es saber hasta qué punto se es capaz de reconocer la propia dinámica psicológica y los cambios interiores, ya que constituyen un modelo cíclico que todos atravesamos en nuestra vida, como el campo energético con el que nos sintonizamos desde el momento del nacimiento y que provoca regularmente periódicos cambios rítmicos.
Mientras que los tránsitos indican periodos en los que vibramos en armonía o desacuerdo con nuestra entonación natal. Pueden inclusive también añadir otra vibración diferente a la ya usual en la de nuestra forma de ser natal; algunas veces este nuevo fluido energético se manifestará hasta cuando el tránsito haya terminado; habiendo revelado sólo un pequeño cambio durante el periodo real en que se haya dado el aspecto, sin embargo, parecerá como si el individuo hubiera asimilado ese nuevo efecto de energía manifestando un acercamiento a la vida algo alterado, pero aunque el modelo energético natal continúe manteniéndose, ha habido, innegablemente, un cambio en la personalidad.
* * *
Las profecciones, es una degeneración de “perfecciones” que significa giros completos y uniformes. Se usan desde los tiempos de Ptolomeo, se dice que es el sistema más antiguo y consiste en mover en forma continuada los cinco Hileg, que son: el sol, la luna, el ascendente, el mediocielo y el punto de la fortuna.
Aunque desde luego, también se realizaban profecciones con los demás planetas como dispositores de los diferentes asuntos de la vida humana, formando periodos de 12 años.
Por tanto, las profecciones, corresponden a la vuelta entera de toda la carta natal en el trayecto de 12 años, avanzando cada punto (planeta o casa) 30º por año. Y viene a ser una analogía solilunar. El origen de la división astrológica en 12 es el mes sinódico, que dura 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos. Redondeando, 30.
Y en un año solar de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,57 segundos sólo caben 12 meses. De allí vienen los 12 signos del zodiaco (que son una división simbólica de la eclíptica en la que las constelaciones sólo son puntos de referencia) y las 12 casas (división del día, la otra unidad solar, en 12 partes).
En las profecciones la carta gira sobre sí misma recorriendo cada punto 30º en un año, es decir, lo que recorre la Luna en un mes. Y la vuelta completa dura 12 años).
Por ejemplo: si el ascendente natal está a 15º de Aries, al año se hallará a 15º de Tauro. Si la Luna natal está a 10º de Cáncer, al año se encontrará a 10º de Leo y así sucesivamente con cada planeta o punto de la carta.
En astrología usamos el 1 (la unidad), el 2 (los signos masculinos y femeninos, la dualidad), el 3 (cardinal, fijo y mutable, la primera resolución de la dualidad) y el 4 (los cuatro elementos, el regreso al punto de partida, la resolución completa de la dualidad, pues cada cosa vuelve a ser lo que era). Eso, en el fondo, es el Tetratys de los pitagóricos. Como con el 4 (el número de la completitud), ya se ha vuelto al regreso, la base del sistema no necesita más números.
Se añade el 12, en todo caso, el que son múltiplos el 2, el 3 y el 4. Y se suma el 6 (el otro múltiplo que faltaba), pero sólo para la oposición (6 signos de distancia), con lo cual la oposición es doblemente separativa: por ser aspecto de Saturno y por no estar entre los números que representan en forma completa, o sea el Tetratys.
En cuanto al 7 de los planetas, es en el fondo un 12: están el Sol y la Luna (1 + 1 = 2), más los 5 planetas restantes que tienen una expresión masculina y una femenina, con lo cual se desdoblan (5 masculinos + 5 femeninos = 10).
Ahora bien, como cada punto recorre 30º por año, hay allí un trecho de 30º que es lo que llamamos “el espacio de profección”. Obviamente, el espacio de profección más importante será el de la casa I, pero tengo comprobado que también funcionan los demás espacios de cada casa, sobre todo los de las casas cardinales.
Es decir: suponiendo un ascendente a 15º de Aries, al año del nacimiento el ascendente se encontrará a 15º de Tauro y cruzará la casa II a lo largo de un año, pues irá de 15º Tauro a 15º Géminis. Ese trecho entre los 15º de Tauro y Géminis es el espacio de profección del ascendente de ese año. Pero no olvidemos que cuando el ascendente cruza la II, la XII está pasando por la I. Los años en que la V pasa por el ascendente pueden ser años muy buenos para tener hijos o actividades satisfactorias (salvo que la casa natal esté muy mal aspectada).
Esto ocurre de igual manera cada 12 años. Puesto que corresponde a cíclicos y, es así que se va repasando la vida, muestra la intensidad de cada una de las diferentes edades y cada vez a una escala más elevada, como el efecto de un espiral en ascenso; se verá entonces las pautas que se repiten cada 12 años.
Con la imagen que se verá a continuación, que corresponde al círculo de las astrodinas, aparte de señalar la edad por donde va progresando el Ascendente, muestra la intensidad o el peso, en astrodinas, de cada una de las diferentes edades.
Como se verá, el círculo tiene tres niveles, si la onda o el peso de astrodinas no sobrepasa el primer nivel, sólo pueden anunciarse sucesos simples, que no cambian significativamente o incluso nada, el curso de la vida de una persona.
Sin embargo, cuando la onda supera el segundo o tercer niveles, que es equivalente a los 24 y 36 años, entonces si ya empiezan a acontecer sucesos complejos y de mayor trascendencia, dejando ya una secuela en la conducta o en la vida del individuo.
Si la onda supera el tercer o cuarto niveles, estará denotando épocas de la vida con sucesos notables o situaciones que varían el rumbo de la vida, como podría ser el hecho de cambiar de empleo, de vivienda, o de pareja.
Y cuando la onda supera todos los círculos y llega hasta el exterior, como se ve en el gráfico siguiente, estará indicando sucesos extraordinarios o situaciones que cambian absolutamente el modo de vida de la persona.
Es así, como con todo lo ya mencionado, llegamos a la conclusión de que, con el apoyo invaluable de estos cuatro importantes recursos: Tránsitos, Direcciones, Progresiones y Profecciones, que ahora están dando nombre al tema que nos ocupa de Los Cuatro Relojes del Tiempo de la Vida, son los recursos con que cuenta la Astrología Humanista y Kármica para comprender que plenamente podemos lograr auto-conocernos a la mayor profundidad y encontrar respuesta a los múltiples “porquées” que nos asaltan constantemente a lo largo de la vida.
ANA GUADALUPE MEJÍA POZOS
ASTRÓLOGA Y TERAPEUTA KÁRMICA
GUANAJUATO, GTO, MÉXICO
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La acumulación de experiencias en nuestros retornos y conjugadas con el libre albedrío, suponen que caminamos sobre una estrecha tabla y que cualquier paso en falso conllevaría a una forzosa caída. “Demasiados de nosotros hemos tenido la experiencia de pronósticos acertados de un tipo específico y concreto como para pretender que los planetas no se relacionan tanto con el mundo exterior como con el interior, o que es imposible predecir cierto tipo de sucesos en ciertas ocasiones...
Los verdaderos males de los que sufre nuestra Alma, son sin duda gestados por sí misma, por sus vicios en el amplio concepto del término. La voz de la conciencia es la que indica en cada momento cuándo y dónde debe pisar sobre seguro, es el registro donde queda instaurada la Ley de Dios, como el mejor libro intuitivo.Eso sin demeritar el trabajo predictivo de la astrologia.
Sin embargo, junto a todo mal reside un remedio. Llega el instante en que el exceso de mala moral se vuelve intolerable y sentimos la necesidad de cambiar… emparejada con la sensacion emocional de hacerlo y es precisamente este estado de necesidad en el que se sumerge el espíritu, o en la erraticidad, lo que forzosamente lo empuja a su adelantamiento intelectual, psíquico y moral. La necesidad es la fiel compañera que hace caminar firmemente y adoptar las mejores resoluciones una vez se haya precipitado en el angustioso abismo de sus errores y excesos.
Imperioso es que el ser pensante se adelante con respecto a las condiciones adversas que le afligen ocasionadas por sus propios errores. Y enmarcadas astrologicamente dentro de cuadraturas y aspectos adversos, La toma de conciencia para establecer nuevos rumbos es el centro y motivo principal de la experiencia en la vestidura carnal. No únicamente es la expiación por la que se sufre un Karma, no únicamente es la prueba por la que se aprende, sino que el tiempo también sirve para la concientización a fin de que logremos acortar el proceso expiatorio.
La posibilidad de que un astrólogo se convierta en "chamán" trasciende la simple adquisición de conocimientos a través de una base teórica y mediante procedimientos pedagógicos de carácter meramente intelectual. Hay un viejo aforismo que dice que sólo un cuerpo lleno de cicatrices puede sanar a otro. Y justamente es esto lo que ha de transformar a un astrólogo de ser un mero técnico a convertirse en un verdadero "chamán", quien devendrá la capacidad de de-velar el mensaje de las esferas celestes y trasmitir y guiar al lego por dichos caminos. Asi, Guadalupe y con esta breve opinion me acogo a tu maravilloso articulo publicado hoy.
enero 13, 2024 a las 9am a diciembre 21, 2024 a las 12pm – VIA ZOOM
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