La niebla era densa el brillo de las estrellas era opacado y la luna dotaba a la misma de un fulgor blanquecino. Sin embargo el miraba a lo lejos y las tinieblas se iluminaban de a momentos por ello permitiéndole vislumbrar el camino. Su adorada vendría, cualquiera que le conociese diría algo sobre la incompatibilidad, no le costaba desdeñar comentarios así. Era rígido para quien no sabía entender que las cosas eran como eran por un motivo. Otro en su lugar causaría mil y un estragos a la…
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